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viernes, 6 de noviembre de 2020

ESDLA: Compañías de Batalla (II)

Saludos a todos, damas y caballeros.

ESDLA ha calado profundamente en Antebellum, particularmente en el formato de Compañías de Batalla, que permite jugar partidas muy rápidas y une el elemento de desarrollo y reclutamiento de nuevas tropas, lo que favorece la adicción. A día de hoy es posible que mis "Hijos del Dragón", una banda de Orientales, sea la más potente del club. Si no lo es, poco le falta.

Imagen de Wolfdog-Artcorner

Tras unas primeras partidas que jugamos siguiendo el sistema original publicado en la White Dwarf en 2004, y que podéis ver en esta entrada, hemos seguido desde entonces con el sistema más reciente. Aunque es muy similar, las bandas tienden a ser más estables en el sistema moderno, pues la mortandad es mucho más limitada y también es más difícil reclutar gente nueva. Con lo que ya no sirve para ir reclutando poco a poco un ejército, pero a cambio es cierto que, al tener dos héroes más y mayor posibilidad de personalizar el equipo de la gente, las bandas ganan en personalidad frente al sistema original.

En esta entrada os traigo un par de partidas que jugué contra los Rohirrim de Fer, las dos en espacio de apenas un par de horas y ambas muy entretenidas. Espero que os guste.

Partida 1: preparando la matanza

Akrand sabía que habían penetrado demasiado lejos tras las líneas enemigas. En comparación con Rhûn, el terreno de Gondor era suficientemente generoso como para que morir de hambre o de sed fuera un problema remoto, pero aun así era deseable poder alimentarse de algo más que frutos silvestres.

Kaelen, su segundo al mando, había sugerido seguir las rutas de suministro de los ejércitos de la Ciudad Blanca. En ocasiones los orcos asaltaban los convoyes y parte del saqueo quedaba desperdigado. Y efectivamente, al poco de avanzar pudieron ver una piara de cerdos dispersa cerca de lo que evidentemente había sido una caravana antes de arder.

Akrand vio que no eran los únicos que habían tenido tal idea: una banda de forrajeadores Rohirrim, seguramente pertenecientes a algún ejército que iría para reforzar a los destacamentos de Gondor, se encontraba por la zona. Era cuestión de ver cuál de las dos bandas tendría más hambre...

Quizá hayáis pensado que cuando hablaba de matanza me refería entre humanos. Pues no. Nos tocó el escenario Dominación, que consiste en que hay cinco objetivos en la mesa y gana quien más controle en el momento en que termine la partida. En el club hay unos magníficos cerdos, creo que de MOM, y no lo dudamos ni un instante. Que también en ESDLA la gente come, demonios.

Despliegue. Ojo a los cerdos y a la casa del mago.

Yo llegaba con una partida jugada, pero creo que sin ningún desarrollo ni reclutamiento, y Fer creo que estrenaba su banda, por lo que ambos llevábamos la banda inicial, con seis hombres yo y siete Fer. En un escenario pensado para abarcar terreno, ese individuo adicional podía suponer una ventaja importante para los Rohirrim, aunque el hecho de morir con mayor facilidad que los muy acorazados Hombres del Este podía igualar las cosas.

Choque inminente

Tomamos posiciones y pronto se hizo evidente que el duelo iba a estar en el centro: Fer controló los dos cerdos cercanos a su zona de despliegue con sendos arqueros, yo tomé uno con un arquero y otro con un lancero, y ambos avanzamos hacia el bosque central, donde se escondía el quinto cerdito.

Mi héroe arquero toma posición

Aquí se reprodujo a pequeña escala la problemática general del enfrentamiento: los Rohirrim tenían superioridad numérica, pero morirían más fácilmente que los Orientales. Sin embargo, dos de los Rohirrim tenían venablos, lo que significaba que quien ganara la iniciativa tendría una ventaja adicional: o bien poder lanzar los venablos en el caso de la Luz o bien evitarlos en el caso de la Oscuridad.

Desafortunadamente para mí, Fer encadenó unos cuantos turnos de obtener la iniciativa, lo que le permitió cargar con sus guerreros y coserme a venablazos. Ahí la dureza de los Orientales se impuso, pues solo consiguió acabar con uno, pero su superioridad numérica ya era mayor.

Los Rohirrim cargan con ímpetu y derriban a mi capitán

No obstante, reforcé mi línea con el guerrero de la pica que estaba custodiando un apetitoso cerdo, y a partir de ahí, una serie de tiradas afortunadas hizo que las la batalla girara a mi favor. Además, mi arquero acabó con un arquero Rohirrim que custodiaba un cerdo, evitando que Fer controlara ese objetivo.

La furia de los Orientales acaba con varios hombres de Rohan

La partida terminaba si al inicio del turno se sacaba un 1-2 a partir del momento en que una banda perdiera al 50% de sus tropas. Llegado el momento yo controlaba uno y Fer dos, por lo que si terminaba, podía ganar. Además, un arquero de Fer mató al arquero que yo tenía controlando un cerdo, complicándome más las cosas. Lo que hice entonces fue retroceder al piquero que tenía en el centro y forzar a los Rohirrim a alejarse del cerdito central.

¡Retirada táctica!

Además, Fer mandó al arquero que tenía controlando al cerdo a reforzar la lucha en el centro, dejando ese objetivo temporalmente desprotegido. Desafortunadamente para él, la partida se terminó en ese momento, de forma que yo controlaba uno de los cerdos y él ninguno, por lo que los Hombres del Este se impusieron.

Partida 2: la gloria de los ancestros

Derrotados, los hombres de Rohan decidieron volver con su ejército para alertarles de la presencia de Orientales en la zona. Que hubiera Uruk Hai y orcos atacando las rutas de suministro de Gondor era conocido, pero si los Hombres del Este habían llegado tan lejos, quizá la dimensión del conflicto fuera superior a lo que cabía esperar.

Al anochecer acamparon cerca de un santuario erigido a algún antiguo héroe de nombre olvidado. Cuando los primeros rayos de sol asomaron por el horizonte se dispusieron a partir, pero entonces, procedentes de varias direcciones, vieron avanzar a los Orientales. Los habían encontrado, y deberían pelear por sus vidas si querían alertar a su ejército.

Para la segunda partida nos tocó el escenario Asegurar la Zona, y usamos como objetivo central por el que pelear el Altar de los Hombres de MOM, que la verdad es que encaja aceptablemente bien en el mundo de Tolkien. Respecto a la partida anterior yo tenía un guerrero con escudo más y mi capitán tenía dos de poder. Fer creo que seguía igual, pero por diferencia de valoración obtuvo una repetición de tirada.

En el escenario hay despliegue aleatorio, y las tropas de Fer entraron razonablemente juntas, no así las mías, que fueron entrando un poco más desperdigadas. No obstante, esto me sirvió para tender una trampa a uno de los Rohirrim, al que cacé en mi flanco derecho entre dos de mis Orientales.

¡Emboscada!

Mientras tanto, los hombres de Fer se movieron es un bloque aceptablemente compacto hacia el objetivo central, ocupándolo. Estaba claro que iba a tener que sacarlos de ahí y que iba a estar en inferioridad numérica, pero con ventaja por mi dureza, con lo que se repetía un poco la situación de la partida anterior.

Los hombres de Rohan se hacen fuertes bajo la sombra de su ancestro

Para este caso, confiaba además en poder ir cazando a los Rohirrim que se acercaran por el flanco derecho. Tras acabar con el primero, mi capitán y otro guerrero se lanzaron a por un segundo que también había aparecido por donde no debía. Solo que, en este caso, ese Rohirrim iba a vender su piel mucho más cara de lo que había hecho su compañero...

Emboscada 2.0

Mientras esa lucha se resolvía, ataqué el objetivo central con lo que tenía. Confiaba en que se repitiera la jugada de la partida anterior y mi superior defensa compensara la superioridad numérica de Fer, pero en este caso fue al revés, y los Rohirrim poco a poco comenzaron a decantar la balanza de su lado.

Además, el guerrero Rohirrim que estaba en el extremo de la mesa consiguió acabar primero con el guerrero oriental y luego con mi capitán, quien le había ganado el combate infinidad de veces, pero no conseguía herirle, y la única vez que lo consiguió (gastando sus dos puntos de poder), el Rohirrim lo salvó con destino, pues era un sargento. Y el combate en el centro acabó así:

Paliza skinhead

Con lo que los Rohirrim obtuvieron una victoria clara.

Bonus: unos días después eché otra partida contra los Rohirrim de Fer y los hombres de Osgiliath de Jesús.  Era una batalla claramente desequilibrada en mi contra y efectivamente perdí, pero mis Hombres del Este defendieron una colina como jodidos héroes, llevándose por delante a muchos hombres del bando de la Luz, y con la monstruosa cantidad de influencia que conseguí tengo ahora una banda bien potente. No puedo describiros esta partida porque no hice fotos, pero espero que en breve podáis ver otras partidas ya con mi banda extremadamente poderosa.

Hasta entonces!

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