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domingo, 28 de noviembre de 2021

Los Amantes de Remas: epílogo

Saludos a todos, damas y caballeros.

Quienes hayáis estado siguiendo la campaña de "Los Amantes de Remas" pensaréis que este epílogo llega antes de tiempo. Estaba pensada para ser un enfrentamiento tipo al mejor de cinco, con un escenario dos que favoreciera a los mercenarios y un escenario tres que favoreciera al Imperio, de forma que no se produjera un decepcionante 3-0. El Imperio ganó la primera partida, los mercenarios la segunda, el Imperio de nuevo la tercera y los mercenarios la cuarta, poniéndose pues en 2-2 y dejando la batalla final para determinar el vencedor.

Caretas fuera, la campaña ha ido de esto

Sin embargo, el mismo día de la partida, Chernov me pidió que le recordara qué escenario íbamos a jugar. Yo le dije que estaba previsto que fuera una batalla campal normal pero con comandantes, héroes y jefes de unidad dando el doble de PV por su eliminación, representando los esfuerzos de las familias Del Piero y Wallenstein por acabar la una con la otra. Él me dijo que bien, pero que realmente a quien quería matar era a la olla caliente, que tantos quebraderos de cabeza le había causado a lo largo de la campaña. Yo le dije que coincidía con él, pues a quienes realmente quería masacrar no era a sus oficiales sino a sus malditos enanos, que tanto habían resistido en cada batalla. Odio a los enanos.

Así que, visto que cada uno de nosotros tenía sus propias rencillas que solventar, al margen de las reglas del escenario, le propuse a Chernov que, como buenos humanos, dejáramos la campaña en un empate y dedicáramos esa última partida, no a cumplir los objetivos de la misma, sino a satisfacer nuestras vendettas particulares. 

Cosa que me vino de lujo al final, porque la última partida fue un auténtico despropósito por mi parte. No solo la jugué muy mal y Chernov muy bien, sino que tuve unas tiradas absolutamente terribles. Con deciros que intentando cargarme al gigante de un cañonazo acabé reventando una fila de mis grandes espaderos (que estaban como 30 cm más allá del gigante)... No descarto hacer un informe de batalla de la misma y publicarla en el día de los inocentes o algo así, creo que hice suficientes fotos para ello. En todo caso, habíamos acordado que su resultado no afectaría, por lo que os presento el epílogo de la campaña sin tener en consideración esa última batalla final.

Os dejo con el relato del final de la campaña. Espero que os guste.

LOS AMANTES DE REMAS

De la obra "Historia de los prohombres de Averland", escrita por Hyeronimus de Nuln, historiador de la Corte Imperial. Año 2515.

La campaña liderada por la familia Del Piero contra la injerencia imperial en Remas, desatada a raíz de la victoria del Conde de Reikland, Karl Franz, en las elecciones al Trono de Sigmar, fue respondida por la familia Wallenstein. Como es sabido, la fuga de Sandra Wallenstein con Leonardo Del Piero dio la oportunidad para que el conflicto entre ambas familias se disfrazara de una cuestión de honor, antes que del asunto político y comercial que realmente era. Por casualidad se encontraba en Remas en ese momento Leopold Wallenstein, por entonces el heredero de la familia, cumpliendo con el viaje de formación que los jóvenes de la misma suelen hacer por Tilea y Estalia. De esta forma, se decidió que fuera él quien comandara los ejércitos de su casa, llevando a su bautismo de fuego.

Las hostilidades comenzaron cuando los Wallenstein, liderados en la primera batalla por Alessandro Wallenstein, marcharon sobre una torre propiedad de los Del Piero y, tras doblegar la resistencia del ejército rival, la ocuparon. La excusa dada fue que varios testigos afirmaban que Sandra Wallenstein y Leonardo Del Piero habían hecho noche en esa torre durante su huida del mundo, cosa que, en realidad, ni era cierto ni falta que hacía. Aquella torre permitía a los Del Piero vigilar el movimiento de civiles y militares por sus tierras, y su pérdida fue un duro golpe para la familia.

No obstante, los tileanos contraatacaron. Armando un ejército, cayeron sobre los viñedos de la familia Wallenstein, pobremente defendidos, y los quemaron, causando con ello un grave perjuicio a la familia imperial. Ese ejército avanzó posteriormente sobre el camino usado por los Wallenstein para mover sus mercancías y sus reses, pero un ejército imperial, liderado por Leopold Wallenstein, logró derrotar a los tileanos. En esta batalla, Leopold Wallenstein resultó herido, y aunque se recuperó sin problemas, no pudo estar al mando de sus hombres cuando un nuevo ejército levantado por los Del Piero derrotó a los Wallenstein en la Batalla del Monte Negro.

Los enfrentamientos se sucedían entre ambas familias, cada vez con menor intensidad, pues ambas empezaban a encontrarse exasperadas ante la sangría de hombres y dinero que el conflicto estaba suponiendo. Lo peor es que ninguna de las dos familias conseguía una clara ventaja sobre la otra o, si lo hacía, ésta se evaporaba en el siguiente enfrentamiento.

Al final, ambas familias se dieron cuenta de que su enfrentamiento no estaba llevando a ninguna parte más que a causarles pérdidas cuantiosas, y acordaron someter su litigio al templo de Myrmidia. El Águila de Remas se encontró en una posición complicada: los Wallenstein siempre habían favorecido el Culto a Myrmidia y eran sus principales valedores ante el Imperio, siendo por tanto de importancia crucial para el desarrollo del culto en la nación humana más importante. Sin embargo, nunca se habían posicionado claramente a favor de la primacía del Águila de Remas en comparación con el Águila de Magritta, cosa que los Del Piero sí habían hecho.

Incapaz de dar la razón a ninguna de las familias, el Águila dictaminó que el litigio debía ser resuelto mediante las armas, por lo que cada casa elegiría un paladín que las representara y que se enfrentaran en una justa. Ambos aceptaron y prepararon a su mejor hombre para la labor, pero en paralelo comenzaron a contactar con las demás casas nobles de la República, intentando conseguir su apoyo independientemente de lo que sucediera en la justa. Las casas nobles reivindicaron su derecho de participar en tal justa como forma de defender una u otra postura, por lo que lo que había comenzado como un duelo individual acabó derivando en un gran torneo, con participantes de muchas casas nobiliarias de Remas y de más allá.

Para rematar la faena, el Consejo de la República decidió que, puesto que los nobles iban a organizar una justa en su ciudad (y, por supuesto, no habían pedido permiso a nadie) bien podían ellos aprovechar la circunstancia y convertir tal justa en una fiesta. A tal efecto se hizo venir a feriantes, aristas circenses, saltimbanquis, compañías de teatro itinerantes y bailarinas exóticas a la ciudad coincidiendo con la justa, y el populacho disfrutó de una semana de pan y circo mientras los nobles se enfrentaban entre sí por algo que, a esas alturas, ya se había olvidado.

Por lo que se refiere a Leopold Wallenstein, su primera campaña militar fue un fracaso o un éxito a medias, dependiendo de cómo se quiera ver. Si bien es cierto que no consiguió derrotar a los Del Piero ni fortalecer la posición de su familia en Remas, no perdió terreno frente a sus rivales, siendo capaz de defender su nombre y el de su familia con tan solo dieciséis años. Además, pese a no conseguir una clara victoria militar sí consiguió una comercial, pues buena parte del vino que el Consejo de la República compró para los festejos fue comprado a la familia Wallenstein, quien consiguió con ello recuperar parte de las pérdidas que la guerra le había supuesto y comprar nuevos viñedos con los que reemplazar los quemados por los Del Piero.

En cuanto a Leonardo Del Piero y Sandra Wallenstein, ambos siguieron proclamando su desafío a sus familias y a la sociedad en general hasta que vieron que, realmente, nadie les estaba haciendo demasiado caso. Así, al cabo de un tiempo se acabaron cansando el uno del otro, y no tardaron en volver con sus familias, las cuales, para desesperación de su frágil ego adolescente, ni siquiera se acordaban ya de ellos.


2 comentarios:

  1. Me he divertido mucho con este epílogo. Es un giro importante a la campaña acabarla de esta manera. Y por original y humana (o cruelmente renacentista) me ha hecho gracia de verdad. No me esperaba este final y soy de los que disfrutan de las sorpresas.
    La campaña con sus escenarios favorables a los bandos, su trasfondo y sus minis como siempre buenísima. Qué historia puede ser mejor que aquella con vida propia que elige su final.
    Un saludo
    Pd: cómo lo verás para ponerlo por los inocentes....

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    1. ¡Muchas gracias! Es justo como dices, una campaña que acabó cobrando vida propia. No sé si es la "mejor" que he jugado (ni cómo definiría el ser la mejor), pero muy probablemente sí habrá sido la más bonita.

      De la no-quinta batalla te diré cómo empezó: Chernov lanzó la deflagración infernal sobre los herreruelos con dos dados, le salió justo, yo dispersé con tres, fallé por uno, murieron todos los herreruelos y como consecuencia del pánico huyeron un hechicero, la olla, y 9 caballeros del círculo interior con capitán que se salieron de la mesa. Pues toda la batalla así. Hacía tiempo que no me reía tanto en una partida.

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