Creando un ejército de Guardia Imperial 3: El Trasfondo

 Historia de Lazarus

“Sólo una flor crece en Lazarus, pero son muchos sus frutos”

Lazarus es un pequeño mundo del Segmentum Obscurus, lindando con el Sector Finial, más allá del industrializado Cipra Mundi. Sin embargo el yermo Lazarus sólo tiene a sus soldados para exportar. Esto viene dado porque alberga un tipo de flora muy peculiar, afectada por la Bacteria Vii, que determinó el destino del planeta.

Arriba, el Segmentum Obscurus

El planeta fue redescubierto por el rogue trader Constantin Von Maguel a inicios del M37. En sus memorias se describe como “Un mundo de clima templado-frío, de ecosistemas cercanos a la antigua Terra, pero con una riqueza mineral mayor y menores masas de agua.” En sus memorias se hace referencia al carácter estoico de sus habitantes, que viven inmersos en un desarrollo tecnológico cercano a la baja edad media, en el que llevan sumidos más de un milenio. Von Maguel comenta “Son prestos y decididos, valoran por encima de todo la habilidad marcial, la esgrima es una práctica reverenciada y las espadas sus posesiones más preciadas. He visto familias que conservan las armas blancas de sus abuelos como oro en paño y las ciñen a diario, echando mano de ellas cuando es necesario.”

Unos 100 años después de la salida del comerciante, el mundo quedó declarado de interés agrícola para el imperio, que acudió para desarrollar esta actividad a gran escala. Sin embargo el desplazamiento de naves no pasó desapercibido para los poderes oscuros.

Fue así como dio comienzo a una guerra que enfrentó por un lado a Puños Imperiales, Hermanas de Batalla y Fuerzas de Defensa Planetaria y por el otro a Guardia de la Muerte y Adeptus Mechanicus Oscuro. Dicha guerra tuvo una duración relativamente corta, de 7 años.

En los últimos compases de la guerra, la GdM trató de liberar una serie de destructivas bacterias de lo que más adelante serían una de las plagas de Typhus. Sin embargo dicho intento fue frustrado por un asalto combinado de Hermanas de Batalla y de tropas de asalto y sólo pudieron liberar los viales de la bacteria menos letal.

Dicha cepa igualmente se cobró las vidas de medio ejército de Hermanas de Batalla, que contuvo además el asalto principal de la Guardia de la Muerte. La otra mitad de las Hermanas se demostró resistente a la cepa, que pronto pareció perder su efectividad. Derrotados los poderes ruinosos, la mayoría de fuerzas se retiraron del planeta. 

Los delegados imperiales se apresuraron a reanudar los planes de cultivo, incluso pidiendo el diezmo en grano. Sin embargo las consecuencias reales de la guerra no tardaron en hacerse notar. La bacteria había arraigado en las formas vegetales y se estaba nutriendo de sus procesos vitales. Rápidamente la flora no protegida perdió su vitalidad y murió. Bosques enteros perecieron y fueron consumidos en enormes fuegos en lo que hoy se conoce como la Era de los Incendios (754.M37).

El mundo que antes se congregaba en grandes ciudades rodeadas de campos todavía más grandes, se había convertido en un mar de tierra y edificios, desprovisto de elementos orgánicos en su paisaje, que se degradaba a gran velocidad. La bacteria entonces mutó y sólo una especie de planta soportó su nueva forma. Esta planta sufrió con la planta una serie de mutaciones y sería conocida desde entonces como la flor de Lazarus. Esta especie, de lento crecimiento da flores y pequeños frutos rojizos, que son comestibles sin cocinar. A través de sus frutos la bacteria se infiltró entonces en la fauna local y en los seres humanos. Sin llegar a ser letal, esta bacteria absorbe una parte de las reservas de energía, dejando a los afectados más cansados y cabizbajos que de costumbre.

A finales del M37 los recursos eran extremadamente escasos y el mundo empezaba a desgarrarse por guerras intestinas. La situación alcanzó un punto particularmente oscuro y se decidió su purga por Exterminatus. Fue en ese momento cuando la intervención de Pertinn, un afamado diplomático, salvó al planeta de su destrucción. En su legendario discurso Pertinn aludió a la oscura resolución con la que sus habitantes habían luchado en tantas guerras, aquejados por la enfermedad y la falta de recursos, pero sin pedir nada a cambio de defender a un Imperio cuya luz llegaba intermitentemente. El consejo del sector aceptó y decidió pues, reclasificar Lazarus como mundo letal. Permitiendo así su continuidad siempre y cuando se pagase el diezmo en reclutas.

En una operación sin precedentes en la región, se enviaron destacamentos del Adeptus Mechanicus (sobre todo Magos Biologis) y de la Guardia Imperial (3º regimiento de Mordia, 512º de Cadia, 17º de Valhalla). Estos destacamentos ayudaron, por un lado a apaciguar las revueltas (que se descubrieron instigadas en parte por los Portadores de la Palabra) y por el otro para empezar a formar al ejército de Lazarus.

De la Guardia los Lazarianos aprendieron varias cosas: de los Cadianos una instrucción marcial rígida, de los Valhallans la adaptación al combate urbano y de los Mordianos una perseverancia en la guerra que superaría las previsiones de los generales más optimistas. La guerra por el control del planeta parecía perdida a la mitad del conflicto, pues las fuerzas traidoras avanzaban a gran velocidad, haciendo uso de medios provenientes de la disformidad. Pero pronto se estancaron en todos los núcleos urbanos en los que se combatía y poco a poco fueron perdiendo terreno. Durante 24 años de guerra fueron siendo sistemáticamente diezmados hasta su total aniquilación.

Al término de la guerra el planeta había logrado desarrollar una potente industria militar e incluso autoabastecerse de algunos productos a través de una selecta cantidad de campos subterráneos. Fue entonces cuando los Magos Biologis hicieron el regalo definitivo a este planeta: un detallado estudio de la bacteria Vii.

Entre los descubrimientos resultó que dicha bacteria poseía un proceso que se mantenía durmiente, pero que podía activarse al verse expuesta a un compuesto químico. Dicho compuesto podía ser ingerido sin dificultad por los seres humanos.

Una vez ingerido y tras unos minutos de espera, la bacteria cesa su actividad súbitamente, liberando al torrente sanguíneo grandes reservas de energía. Esto tiene sobre los soldados un efecto energizante que les permite pelear temporalmente con un vigor sobrehumano y una moral renovada.

El uso de este compuesto, posibilita que los regimientos puedan combatir básicamente en dos modos: el primero lento pero resiliente (sin usar el preparado), el segundo rápido y fervoroso. Se sabe que los jefes de escuadra han aprendido a usar el compuesto no sólo a la hora de pasar a la ofensiva sino como un posibilitador de acciones más flexibles o incluso cuando baja la moral del grupo. En este sentido se les ha comparado con los Perros Químicos de Savlar.

Con la primera compañía de Lazarus constituida, el planeta estaba listo para exportar soldados.

Continuará…