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martes, 14 de junio de 2022

Proyecto Perdidos y Condenados: primeros tarados, primeras batallas

Saludos a todos, damas y caballeros.

Tras haber concluido el Proyecto Devoradores de Mundos el año pasado, este año lo planteé como aquel en que comenzaría con la segunda fase del proyecto, que es la ralea de mutantes, herejes, traidores y gentuza en general que acompaña a los pocos marines espaciales. Dejé las líneas generales escritas en esta entrada, y es un proyecto que, aunque avanza con calma, me hace bastante ilusión, pues siempre me gustó este ejército desde que lo vi en el Ojo del Terror. Tanto que es el único de los proyectos, junto con el Proyecto Imperio para Fantasy, al cual no le veo un final, sino que crecerá indefinidamente mientras tenga espacio, tiempo y no le hinche demasiado las narices a mi esposa.

Wayne England, clásico donde los haya

A lo largo del año pasado y de éste he ido pintando, sin prisa pero sin pausa, miniaturas para este ejército, y ahora estoy ya en condiciones de mostrar el germen del mismo. Una fuerza todavía pequeña (sobre todo en puntos) pero que ya incorpora un CG, tres unidades de línea e incluso un tanque.

CUARTEL GENERAL

Xarax el Demente

Esta magnífica miniatura de un redencionista del Necromunda de verdad original hace, de momento, de líder del ejército a falta de que vengan más. En la lista del Ojo del Terror lo uso como archihereje, que básicamente viene a ser un lugarteniente marine del Caos. Aunque el tipo no sea un marine, lo que sí es es un salvaje, como ha demostrado en alguna partida anterior, con lo que me gusta que tenga un perfil en el que sea capaz de repartir estopa bien. Xarax es un sacerdote de los Discípulos de la Redención Roja, a los que nombro a continuación.

TROPAS DE LÍNEA

Discípulos de la Redención Roja

Podéis encontrar una descripción narrativa con detalle en esta entrada. Fue la primera unidad que empecé a pintar, el año pasado, y la verdad es que como cultistas creo que quedan muy muy bien. Me encantan las miniaturas de Cawdor y redencionistas antiguos y, aunque sea un poco sacrilegio usarlas como un culto del Caos, creo que también quedan bastante bien. A efectos de reglas me gusta usarlos como los zelotes que aparecieron en la WD 109, que representan un culto imperial, pero de nuevo, perfectamente puede ser un culto caótico (incluso un culto imperial que se volvió caótico).

Sangregor

Meter hombres bestia como mutantes es una elección bastante obvia, pero es que además encaja bien en el Trasfondo, pues ya el reverenciado Realms of Chaos hablaba de que los Devoradores de Mundos llevaban hombres bestia a la batalla, llamados sangregor, empapados en crack y para ser usados como carne de cañón. Exactamente como los llevo yo, vaya. Me encanta cuando puedo justificar mi brutalidad en el Trasfondo, lo que, dado que llevo Khorne, pasa casi siempre.

Tranquilos, no son hombres bestia para AoS

88º de triarios

La Guardia Imperial renegada es un clásico en estos ejércitos, tanto que ya tenía unos pocos de la vez anterior en que intenté hacer un ejército de Perdidos y Condenados, allá por 2008. No solo eso, el portador de reliquia es la primera miniatura que pinté, en 2017, después de fácilmente siete u ocho años sin coger un pincel. Salvo por algunos ajustes para poner su esquema de color en consonancia con el de sus compañeros, lo he dejado así.

La escuadra está formada por piezas de cadianos, bárbaros del Caos y flagelantes. Me gusta mucho cómo han quedado y me gustaría repetir, pero visto que ahora GW pide 40 euros por 10 cadianos, la cosa se complica. Jodidos piratas ingleses.

APOYO PESADO

El Destructor

Me gusta mucho conversionar vehículos caóticos (quizá he heredado eso de Gaslands) y me gusta cómo ha quedado este Leman Russ, aunque igual los estandartes son un poco excesivos. En cualquier caso, es una tropa absolutamente necesaria para sembrar el terror, aunque sea poco de Khorne ir pegando cañonazos por ahí.

Proyectos de futuro

Necesitaría 4 Cawdor/redencionistas adicionales para que los Discípulos de la Redención Roja tuvieran un número de integrantes adecuado... esto es, 16, múltiplo de 8. Espero poder encontrarlos. Mientras tanto, tengo ganas de meterme en unidades de apoyo como mastines, de los cuales tengo como 15 ó 20 por ahí para ser pintados, y engendros. En el primer caso se trata de los mastines de metal de sexta, que me parecen un pepino de minis. En el segundo caso, tengo unos cuantos engendros de los modernos, que es de las mejores matrices que ha hecho GW, y no descarto siquiera comprar más, aunque veo que también valen ya 40 euros. Joer con la inflación.

Además de eso, he recibido también unos vikingos de Gripping Beast. En principio eso no tendría que ver con nada de esta entrada, ni con nada de mi vida, porque no soy un gran amante del rollo vikingo. Sin embargo, cuando escribí el relato largo de mis Devoradores de Mundos lo hice, en parte, para justificar algo así. Creo que buena parte de la riqueza del universo de 40k es la posibilidad de plantear tantas culturas y momentos históricos como se quiera, y que no se reduzca todo a la archifamosa ciudad colmena de turno. 

El caso es que no sabía cómo representarlos. Mi primera intención fue hacerlo con dunledinos, pero lo descarté, y después pensé, por recomendación de Malvador, en los bárbaros de Frostgrave, idea que me parecía más sexy. Ahora, con estos vikingos, puedo usarlos como tal. La cuestión es que van a quedar un poco fuera de contexto, y aunque la idea es precisamente hacer una buena mezcolanza de tropas variopintas, unos vikingos por ahí pintan poco (salvo que sean lobos espaciales, pero esa es otra historia). La solución quizá pasa por hacerlos mutantes, mezclándolos con la matriz de engendros u otra similar.

Me convence moderadamente. Tendré que seguir probando.

Primeras batallas

En realidad lo podría decir en singular, porque solo ha sido una y a 500 puntos, pero me ha servido para reencontrarme con mi querida tercera edición. Los guardias imperiales de Chernov fueron los encargados de recibir la ira de Khorne, en una partida bastante chula y que, pese a ser de solo 500 puntos, duró 5 turnos y ni siquiera murieron todos. Cosas impensables en estos tiempos moernos.

¡Mata!

Me gustó mucho este reencuentro. Ya había jugado el año pasado a segunda edición, lo que representaba mi primer acercamiento a 40k después de siete años, pero la experiencia no me terminó de convencer. Segunda edición es quizá muy de escaramuzas y para eso prefiero Necromunda y Gorkamorka. Tercera edición ya sí es una batalla, pero una batalla que sigue siendo de tamaño moderado. Tiene el tamaño justo.

¡Quema!

Esa es una de las cosas que echo en falta en el 40k actual y la razón por la que no me llama la atención. La escala ha ido creciendo cada vez más y ahora cada batalla es un enfrentamiento apocalíptico, decisivo y extremadamente sangriento. No queda espacio, o no tanto como antes, para las pequeñas historias, aquellas a las que te animaba el reglamento antiguo al decirte que la galaxia es un lugar muy grande y que, pase lo que pase, nadie te echará de menos. Al fin y al cabo, la inutilidad del esfuerzo es un elemento necesario del GRIMDARK.

¡Mutila!

Pues esto es todo en lo que se refiere a esta gentuza variada. No descarto intentar moverlos próximamente con alguna campañica veraniega, aunque para eso tengo que pensar cómo llegar a 1000 puntos... por no decir a 1500.

¡Hasta entonces!

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