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miércoles, 15 de febrero de 2023

Personajes de la Fortaleza de la Luz Perpetua

Saludos a todos, damas y caballeros.

Siempre he dicho que el Imperio es mi ejército preferido, lo cual, dado que soy un gran amante del Trasfondo, significa que me lo paso especialmente bien haciendo relatos y semblanzas de personajes de estos individuos. Hace unos meses publiqué esta entrada hablando de las distintas ramas familiares de los Wallenstein, la familia en la que he centrado el Trasfondo de mis imperiales al estilo de las antiguas familias nobiliarias del Renacimiento, cuya semejanza con el Imperio de Warhammer es una de las razones por las que me gusta tanto esta facción (me encanta el Renacimiento como época histórica).

La entrada de hoy implica enfocar en una rama concreta de la familia, la tileana, en una época concreta, los comienzos del siglo XXI, en una zona concreta, las Regiones Devastadas. Ya los he usado en batallas como ésta y campañas como ésta, y ahora que parece que el proyecto se reanima tras un 2022 un poco más parado creo que es buena oportunidad para describir a todos los personajes que componen la guarnición de la Fortaleza de la Luz Perpetua. Espero que os guste.

Dante Wallenstein (Remas, 1977), castellano: el castellano de la Fortaleza de la Luz Perpetua es Dante Wallenstein, uno de los miembros más notables de la rama tileana de la familia, elegido para un puesto tan delicado por ser un hombre de muchos talentos. Su devoción a los principios del culto a Myrmidia es inquebrantable, motivo por el que es un gran estudioso de todo lo que tenga que ver con táctica y estrategia militar, pero es también un hombre con talante conciliador y diplomático, ideal para un puesto de frontera en que debe interactuar con diferentes culturas, muchas de ellas absolutamente bárbaras. Es el prototipo de caballero obsesionado con adquirir sabiduría, y posee extensos conocimientos de materias tan dispares como medicina, botánica, economía y física, habiendo llegado incluso a escribir algunos tratados de corte científico. Sin embargo, su religiosidad le previene de acercarse al conocimiento prohibido, y desconfía de cualquier cosa que pueda ser mínimamente corrupta, motivo por el que desconfía de los hechiceros.

Dante estuvo casado con una prima lejana suya de la rama imperial de la familia, y pese a que fue un matrimonio de conveniencia, llegó a amarla honestamente. Su muerte en el parto de su tercer hijo fue tan dolorosa que, contrariamente a lo habitual, Dante no volvió a tomar esposa desde entonces y, aunque ha tenido algunas amantes, se dedicó en cuerpo y alma a la guerra. Es por ello que estar aislado en la Fortaleza de la Luz Perpetua no le supone demasiado quebranto, pues es un lugar idóneo para poner en práctica sus extensos conocimientos bélicos y, en todo caso, la vida en sociedad perdió atractivo para él cuando su mujer falleció.

Dante rara vez lidera a sus ejércitos en la batalla, prefiriendo que sean los más jóvenes quienes se curtan en un ámbito que él ya ha experimentado en muchas ocasiones, pero cuando la empresa es suficientemente grande liderará a sus hombres, y lo hará de la forma que es costumbre entre los devotos de Myrmidia: a pie junto a sus tropas. Es por ello que sus soldados lo tienen en muy alta estima y no son pocos los mercenarios que se acercan a ofrecer sus servicios a la Fortaleza de la Luz Perpetua, atraídos no solo por la perspectiva del botín en una zona tan conflictiva sino por el renombre de su castellano.

Lucca Wallenstein (Remas, 1999), abanderado: el primogénito de Dante Wallenstein es un muchacho idealista e intachable, la encarnación del ideal de soldado perfecto de Myrmidia, tan devoto como su padre o más y de honor inmaculado. Es por ello que se trata del abanderado de la fortaleza, aunque su padre intentó disuadirle de acompañarle a un sitio tan peligroso y alejado de la civilización. Sin embargo, el sentido del deber de Lucca es extremo, con lo que fue imposible convencerle de que se alejara del peligro. Su único defecto es que el nivel de exigencia tan extremo que muestra hacia sí mismo lo muestra también hacia los demás, quienes no siempre tienen tan altos ideales, por lo que en ocasiones ha tenido algunos roces con la tropa. No obstante, el respeto de los soldados hacia su padre es muy alto, y también reconocen el valor de Lucca, quien nunca ha rehuido un combate en primera fila, por lo que no hay riesgo de sufrir un accidente desafortunado a manos de sus propios hombres.

La aspiración de Lucca es llegar a ser caballero de alguna Orden, y son muchas las hermandades militares que le conocen y le aprecian, sea por su legítimo espíritu militar, por la influencia de su familia, o por todo a la vez. Por ello no es extraño que si hay caballeros imperiales, tileanos o estalianos recorriendo la zona, pasen por la Fortaleza de la Luz Perpetua e, incluso, participen en alguna batalla, con tal de atraer al valiente Lucca a sus filas.

Imagen de Rufus-Jr

Ruggero Wallenstein (Remas, 1993), alférez: Ruggero es primo de Dante Wallenstein, y por tanto tío lejano de Lucca, aunque por edad esté más cerca del segundo que del primero. Es un hombre de un talante cínico y oportunista que rara vez se ve en la familia Wallenstein, donde el carácter de Lucca es más común. Si bien ese tipo de personalidad es difícil para la vida en sociedad, en la vida de frontera es bastante valorado, pues un hombre con directrices morales poco definidas puede desenvolverse bien en el inmenso gris que implica la supervivencia en zonas hostiles. La frontera también es un sitio ideal para Ruggero, quien desprecia lo que él considera el formalismo y la hipocresía de la sociedad y quien es también un hombre ambicioso y proclive a mejorar su fortuna arrebatándosela a los demás, algo que está mal visto en la civilización, pero que es ley de vida en la frontera.

Dante conoce el carácter de Ruggero y lo aprovecha encomendándole aquellas cosas que él preferiría no hacer, algo que Ruggero sabe y acepta. Su carácter hace que congenie con otros individuos de naturaleza marginal, como exploradores, aventureros, sicarios, alquimistas, adivinos, curanderos... personas a las que nadie quiere tener que recurrir, pero a las que es bueno conocer si las cosas se tuercen.

Sin embargo, pese a que su moralidad sea más laxa no llega hasta el extremo de tolerar la corrupción caótica, vampírica o similar. Ruggero ejecutará a un mutante o a una bruja con el mismo celo que cualquier inquisidor, y aborrece a los enemigos del Imperio con el mismo odio sincero que experimenta el pío Lucca. Y, aunque sienta menor inclinación que su primo a seguir estúpidas normas caballerescas en combate, no deja de ser un hombre duro a quien conviene tener cerca cuando la sangre empieza a correr.

Imagen de John Staub

Paola Spalletti (Verezzo, 1987), águila: es habitual ver sacerdotes de todas las religiones humanas en la Fortaleza de la Luz Perpetua, pero la única cuya presencia es permanente, y también la más importante, es Paola Spalletti, águila de Myrmidia. Paola conoció a Dante cuando apenas era una novicia y éste era un comandante que se lanzaba al campo de batalla como forma de olvidar la muerte de su esposa. Su devoción por el credo de la diosa guerrera impresionó a Paola, quien decidió seguirle en sus guerras como forma de extender la palabra de Myrmidia. Entre ambos surgió una profunda admiración, y se rumorea que son o han sido amantes, aunque nada se sabe a ciencia cierta.

Ya en su madurez, Paola es un águila de gran prestigio, que podría ocupar cargos destacados en Tilea, pero prefiere mantenerse en la Fortaleza de la Luz Perpetua junto a Dante. Su principal deber en el castillo es espiritual, pero dado que sigue un culto bélico, es habitual verla al mando de los ejércitos de los Wallenstein. Los soldados la admiran por su profunda fe, por ser una mujer austera habituada a soportar penurias sin queja y por su habilidad con las armas... además de por su belleza, la cual también ayuda. Es una mujer de pocas palabras, pero cuando habla, sus discursos son siempre inspiradores y enardecen el corazón de los soldados que la acompañan. Por todo ello es una líder militar más que competente.

Rodrigo Cabeza de Vaca (Bilbali, 1960), maestro artillero: el encargado de la artillería en la Fortaleza de la Luz Perpetua es Rodrigo Cabeza de Vaca, un ingeniero militar estaliano tan brillante como inestable. Rodrigo ha estudiado con los grandes genios de su tiempo, incluyendo al incomparable Leonardo de Miragliano, a quien conoció en Tilea. Rodrigo Cabeza de Vaca llegó a ser uno de los primeros maestros  en la Escuela Imperial de Ingenieros, recién fundada en 2012 por Leonardo, pero la abandonó poco tiempo después para llevar a cabo una investigación a pie de campo (de batalla). Cabeza de Vaca conocía a los Wallenstein, especialmente a Dante, quien dado su afán de conocimiento siempre estaba dispuesto a relacionarse con las mentes más brillantes de su generación. Por ello, cuando tuvo conocimiento de la construcción de la Fortaleza de la Luz Perpetua, se ofreció para supervisar la artillería del lugar, algo a lo que Dante accedió encantado, otorgándole el puesto de maestro artillero.

Cabeza de Vaca es un individuo un tanto hosco, incapaz de mostrar aprecio por ningún ser humano y con bastante poca paciencia, rasgos que se han acentuado con la edad. Los artilleros a los que supervisa no están muy contentos con él, pero lo cierto es que sus conocimientos son enciclopédicos, lo que inspira un cierto temor en hombres que por otro lado suelen tener menos cultura. Sus órdenes son secas y cortantes, pero, cuando son obedecidas, mejoran el desempeño de los cañones, lo cual tiene el afortunado efecto colateral de prolongar la esperanza de vida de quienes los usan... por lo que, aunque más de un artillero le habría cortado el cuello por su insolencia, hacer eso probablemente tendría un efecto negativo sobre su propio cuello, con lo que lo dejan estar.

Imagen de AKB8

Giuseppe Tiercelin (Tobaro, 1998), adelantado: Giuseppe es el último hijo, y el único varón, de un rico comerciante de Parravon asentado en Tobaro. Al ser el único descendiente varón, su padre ha destinado inmensas sumas de su exorbitante fortuna en él, tanto en su educación como en sus caprichos, convirtiéndolo en un muchacho bastante consentido. Su conocimiento del bretoniano hace que tenga acceso a las novelas de caballería y romance que se publican como obras serias en Bretonia y como comedias en el resto del Viejo Mundo, y el chaval tiene la cabeza llena de hazañas caballerescas improbables, torneos esplendorosos y damas hermosas que suspiran por casarse con él. Su padre, incapaz de negarle ningún capricho, le ha comprado caras armas, armaduras e incluso un pegaso de su natal Parravon, y ha observado cómo su hijo se ha dedicado a recorrer el mundo con la esperanza de que vuelva habiéndose casado con la hija del Rey de Bretonia o similar.

En una ocasión en que un grupo de soldados de la Fortaleza de la Luz Perpetua había sido acorralado por unos trolls, el aspirante a caballero, que se encontraba por la zona, bajó de los cielos en su pegaso y fue capaz de matar a algunos trolls y poner a los demás en fuga. Los soldados, agradecidos, lo llevaron en presencia de Dante Wallenstein, quien lo recompensó por su hazaña. Giuseppe, impresionado por encontrarse en un auténtico castillo y ante un auténtico noble, ofreció a Dante su servicio. Éste ya podía ver que el chaval estaba un poco tarado, pero tenía buen corazón y un auténtico deseo de combatir el Mal, además de un padre muy rico, por lo que aceptó su oferta... con la condición de que jamás hablara bretoniano en su presencia.

Dante le ha concedido el cargo de adelantado, lo que significa que puede quedarse con aquellas tierras que explore y no pertenezcan a nadie, aunque eso en la práctica no sirve de mucho. No obstante, con ello consigue exacerbar el deseo de aventuras de Giuseppe, quien es un buen explorador gracias a su pegaso. En batalla es conveniente que haya alguien cerca para ser capaz de orientarlo adecuadamente y que no haga locuras, pero la calidad de su equipo, aparte de una genuina habilidad con las armas, lo convierten en un guerrero mucho más peligroso de lo que uno podría pensar de un niño mimado.

Imagen de Dave Palumbo

Konrad Von Pfunzig (Pfunzig, 1974), oficial de reclutamiento: Konrad es un veterano oficial del ejército de Averland, a quien Dante conoció gracias a la rama imperial de la familia y a quien propuso como oficial de reclutamiento e instrucción cuando se construyó la Fortaleza de la Luz Perpetua. Pese a su cultura tileana, Dante conoce y respeta los métodos militares del Imperio, y sus ejércitos suelen parecerse más a la forma imperial de hacer la guerra que a la tileana. Por ello quería contar con Konrad, un instructor de sobrada capacidad.

Konrad tiene una ventaja adicional, y es su lugar de origen, la villa de Pfunzig: se trata en realidad de dos ciudades separadas por un riachuelo: la ciudad grande, donde viven los humanos, y la ciudad pequeña, donde viven los halflings. Por ello, Konrad entiende bien a los halflings, que son muy apreciados en los ejércitos de Dante Wallenstein por su valor, su puntería y su habilidad como cocineros. Por su parte, a los halflings les cae bien Konrad, pues los trata con algo remotamente parecido al respeto y es un hombre de buen comer, algo que los medianos siempre agradecen. Esta cercanía con los halflings motiva que Konrad sea un hombre orondo, quien no llega a la obesidad porque sus obligaciones son muchas y le mantienen activo, pero que podría alcanzar los doscientos kilos si pudiera tener dos semanas de vacaciones. 

No es fácil ver a Konrad en batalla, pues es un activo muy valioso para Dante, pero en ocasiones irá al combate si con ello puede reforzar el adiestramiento práctico de sus hombres. En estos casos, es habitual que lo haga entre los herreruelos, sus discípulos preferidos y cuerpo del que él fue instructor en el Imperio.

Simón Trismegisto (lugar de nacimiento desconocido, fecha desconocida), alquimista: una de las muchas amistades peligrosas, pero lucrativas, de Ruggero Wallenstein es el alquimista Simón Trismegisto, a quien salvó de unos rufianes en una taberna de mala muerte de Koffar. El buen ojo de Ruggero para los negocios le hizo ver que valdría la pena que aquel hombre le debiera un favor, y tuvo razón, pues se trata de un alquimista de gran poder.

Nadie sabe dónde nació Trismegisto, cuántos años tiene ni cuál es su nombre real. Solo hay dos cosas ciertas con respecto a si enigmática persona: la primera es que sus conocimientos alquímicos y su habilidad son impresionantes, y no se trata en absoluto de un charlatán de feria; la segunda es que tiene una inquietante tendencia a meterse en problemas y buscarse enemigos allá donde pasa. Para él, la llegada de Ruggero fue una bendición, no solo porque le salvara la vida aquella noche sino porque representa lo que ha estado buscando toda si vida: un patrón poderoso que lo proteja y lo adopte como miembro de su séquito y su corte.

La relación entre Simón y Ruggero es, pues, particular: ambos se benefician mutuamente, pero están siempre preparados para la traición del otro. En este caso, Simón tiene mucho más que perder que Ruggero, con lo que éste puede dormir un poco más tranquilo, si bien sabe que Dante, que no congenia con hechiceros, le responsabilizaría de cualquier trastada que hiciera el alquimista. Por ello, es difícil ver a Simón Trimesgisto en los ejércitos de los Wallenstein, aunque si hubiera una gran necesidad puede ser convocado... y más le vale acudir a la llamada.

Lorenzo el Salvaje (Pavona, 1979) Maestre de la Orden del Jabalí Dorado: entre las muchas órdenes militares que querrían atraer a Lucca Wallenstein a sus filas, la que más lo intenta y menos probabilidades tiene de conseguirlo es la Orden del Jabalí Dorado, una especie de versión tileana de la Orden del Oso Negro de Averland. La Orden se fundó en la ciudad tileana de Pavona después de que un caballero matara a un extraño jabalí con el cuerpo recubierto de oro que había estado aterrorizando varios pueblos cercanos. A día de hoy, para poder acceder al Círculo Interior de la Orden es necesario matar un jabalí a pie, sin armadura y armado solo con un cuchillo, en homenaje a aquella hazaña primera.

Esta es la versión oficial: hay quien cree que los caballeros se llaman así por una famosa taberna de Pavona que es prácticamente su casa capitular, y que las hazañas necesarias para acceder al Círculo Interior son de naturaleza etílica. Lo cierto es que, viendo a su Gran Maestre, ambas teorías pueden ser perfectamente ciertas. Lorenzo el Salvaje, como es conocido de manera elocuente, es un individuo de dos metros de altura y ciento cincuenta kilos de peso, con una energía infinita que hace que solo pueda ser encontrado en tres lugares: tabernas, burdeles y campos de batalla. Es perfectamente capaz de beber un barril de licor y a las pocas horas estar matando gigantes con su terrorífica maza hechizada, a quien llama jocosamente "La Amante".

Dante ha combatido varias veces a su lado y parece sentir un afecto especial por él, pues sabe que puede contar con él en la alegría de las fiestas y en el fragor del combate. Lorenzo también tiene un gran afecto por los Wallenstein, pues sabe que a su lado siempre habrá muchas batallas y mucho alcohol gracias a sus extensas tierras de cultivo. De hecho, se dice que la Orden del Jabalí Dorado es uno de los principales clientes del vino de los Wallenstein en Tilea, como la Orden del Oso Negro lo es en Averland. Sea como sea, son caballeros feroces y capaces, y lo son mucho más cuando Lorenzo los acompaña, con lo que su aparición en la Fortaleza de la Luz Perpetua siempre es bien recibida.

El Anciano (lugar de nacimiento desconocido, fecha desconocida), druida: son muchas las cosas que se desconocen respecto al peregrino conocido como "El Anciano", incluyendo si su edad realmente le hace merecedor de tal apodo, su nombre o su lugar de origen. Se trata de un hombre, en apariencia de cierta edad, pero bastante vigoroso, que recorre las Regiones Devastadas guiado por algún propósito invisible. Sean cuales sean sus razones, lo cierto es que su llegada es siempre bienvenida, pues allá por donde pasa florece la vida. Son muchos los campesinos que le buscan para que haga germinar sus cosechas y las mujeres que no pueden tener hijos, o que están ya embarazadas para que el parto sea bueno y sin complicaciones. 

Encontrar al Anciano no es tarea fácil, y dar con él tampoco es garantía de éxito, pues concede sus dones siguiendo criterios que solo él conoce, y es imposible comprar su voluntad, ya que no parece dar valor a ninguna cosa material. En los últimos tiempos es posible verlo cerca de la Fortaleza de la Luz Perpetua, y los imperiales no saben si interpretarlo como un signo de que les está protegiendo o les está vigilando. Pese a que es un ser de naturaleza esquiva, cuando se avecina una gran batalla contra las fuerzas del Mal será él quien ofrezca su ayuda, pues no hay nada que deteste más que ver la vida pervertida por las obras de los impíos.

4 comentarios:

  1. Qué cantidad de potencial para historias futuras veo aquí. Como siempre, un placer leer trasfondos bien desarrollados, que convertirán las partidas en una cosa totalmente diferente, como viene siendo costumbre en las Regiones Devastadas. Mis dieses.

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    1. ¡Muchas gracias! No está a la altura del Agnitio pero se intenta. En todo caso efectivamente creo que ha quedado una interesante galería de personajes para cada ocasión... habrá que sacarles partido. Cosa que sin duda haremos!!

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  2. Me gusta la condición de que no hable bretoniano en su presencia (Chernok)

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