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jueves, 13 de mayo de 2021

Index Malleum: los Discípulos de la Redención Roja

Saludos a todos, damas y caballeros.

Creo que lo mejor de Warhammer 40k es la enorme amplitud de opciones que ofrece para personalizar tu ejército de la forma en que mejor se te ocurra. En el caso del Caos, que ya de por sí tiende a ser muy ecléctico, estas posibilidades son enormes. Esto es algo que me atrajo a la hora de comenzar el Proyecto Devoradores de Mundos: no tanto lo que pudiera hacer con los berserkers, que también, sino lo que podía hacer con la turbamulta de cultistas, fanáticos, mutantes y tarados en general que les acompañarían.


En principio esto iba a ser una fase posterior del proyecto, pues en primer lugar quería terminar lo que se refiriera puramente a los marines del Caos, que serían muy pocos (como narrativamente deben ser). Una vez terminado eso, pasaría a ocuparme de los cultistas y los mutantes. Sin embargo, las partidas que jugué con Chernov hicieron que me metiera a pintar unos pocos cultistas para cuadrar bien los puntos y tener un poco de variedad. Es de esos cultistas de los que os vengo a hablar hoy: los Discípulos de la Redención Roja.

Seguramente habréis reconocido el nombre: he querido hacer una adaptación a 40k del regimiento de renombre homónimo que salió allá por la segunda edición de Warhammer Fantasy. Siempre me ha gustado su rollo de ser una especie de monjes de Khorne y dado que en este caso he decidido hacer algo del estilo, voy a mantener este homenaje. Las miniaturas, como veréis, son Cawdor y Redencionistas del Necromunda original, modelos que me gustan mucho y que además me permiten cumplir mi intención de mantener la estética del ejército, en la medida de lo posible, en segunda/tercera edición de 40k. 

Finalmente, lo que os enseño aquí es una descripción de este culto como el que aparecía en las WD de antaño respecto a otras piezas del Trasfondo, como por ejemplo el Pacto Sangriento. Espero que os guste.

LOS DISCÍPULOS DE LA REDENCIÓN ROJA

Orígenes

A diferencia de lo que sucede con otras instituciones del Imperio, que una Hermana de Batalla caiga en la corrupción del Caos es extraordinariamente improbable. Unos pueden pensar que eso se debe a la intensidad de su fervor por el Emperador, mientras que otros, quizá más cínicos, considerarán que la cercanía de las hermanas a la Eclesiarquía y la Inquisición hace que sea mucho más fácil eliminar cualquier prueba de corrupción de las mismas frente a lo que sucede con los capítulos de marines espaciales o los regimientos de la Guardia Imperial.

Sea cual sea la verdad, lo cierto es que la hermana Sariel se corrompió.

Imagen de Remton

Sucedió en el planeta cardenalicio de Latheran, asediado por varias hordas de traidores y renegados en el M38, entre los que se encontraban los Libertadores, la banda de devotos de Khorne liderada por Vlad Khorgal. Este antiguo Devorador de Mundos tiene un don extraño entre los seguidores de tan furiosa deidad: su oratoria. Su devoción por Khorne es tan sincera, su creencia en su causa tan profunda, que es capaz de armar incendiarios discursos de alabanza a su señor y de incitación a la rebelión, sin duda inspirado por los demonios. Cuando Sariel, junto con sus hermanas, fue desplegada para enfrentarse a él, la oratoria del rebelde plantó la semilla de la duda en su corazón.

Pero Vlad Khorgal no solo es un gran orador, sino un demonólogo notable que en aquella ocasión fue capaz de convocar a 88 desangradores de Khorne, que se lanzaron sobre las hermanas. La magnitud de la matanza fue conmovedora, y Sariel, extasiada por la sangre y la violencia, perdió el juicio allí mismo. Las palabras de Vlad Khorgal resonaron en su alma mientras los traidores y los demonios descuartizaban a sus hermanas, y ella encomendó su alma a Khorne en ese momento. Vlad Khorgal se dio cuenta y, complacido, la acogió junto a él.

Desde entonces, la Hermana Sariel se consagró a extender la violenta palabra de Khorne, inflamada por el mismo fervor que había sentido cuando servía al Emperador. Sus palabras llegaron a muchos en Latheran, y aunque finalmente la invasión fue repelida, Sariel sobrevivió y con ella, el germen de su culto: los Discípulos de la Redención Roja.

Organización

Si bien los cultos dedicados a Khorne suelen ser demasiado brutales como para intentar establecer jerarquía alguna, en este caso es diferente, dado el carácter de la líder del culto. Al ser una hermana de batalla, la Hermana Sariel intentó emular en lo posible la estructura organizativa de la Eclesiarquía, pues entre otras cosas creía que lo que estaba haciendo era precisamente crear una nueva iglesia. 

De esta forma, el culto se organiza en cuatro niveles. En primer lugar están los novicios como el escalón más bajo, los cuales de hecho ni siquiera son considerados miembros plenos del culto (aunque es poco probable que un inquisidor tenga en cuenta este matiz si se encuentra con uno de ellos). Para pasar a ser miembros de pleno derecho, deben matar al menos a un enemigo en batalla y ofrecer su cráneo a Khorne.

De izquierda a derecha: diácono, hermano, novicio

El siguiente nivel es el de los hermanos, la base del culto, individuos que ya han sido aceptados plenamente en el mismo y que, por tanto, saben lo que es matar. Cuando uno de estos hermanos consigue matar a ocho enemigos y ofrece sus cráneos a Khorne, es promovido a diácono, el cual estará al mando de una escuadra de ocho hermanos y novicios.

Finalmente, el último escalafón es el de los sacerdotes, auténticos dementes que han conseguido acabar con 88 enemigos en batalla y han ofrecido sus cráneos a Khorne. Como es lógico, muy pocos llegan a este nivel, pues la mayoría muere antes. De hecho, la Hermana Sariel considera que solo puede haber ocho sacerdotes a la vez, incluyéndose a ella misma, y si alguien quisiera ascender a esta dignidad mientras existieran ya ocho sacerdotes, debería retar a uno de ellos en duelo y matarlo. Sin embargo, esta situación no se ha dado nunca, pues de momento jamás ha llegado a haber siquiera ocho sacerdotes a la vez.

Sacerdote Xarax, el Archidemente de Armaggedon

Cada uno de los sacerdotes porta consigo un ejemplar de "Visiones de Sangre y Gloria", un tomo blasfemo y absolutamente demencial escrito por la Hermana Sariel tras su iluminación en Latheran. El libro en sí mismo es reflejo de una mente perturbada y por tanto no tiene ni pies ni cabeza, pero cada copia es un poderoso objeto demoníaco que ofrece terribles poderes a su portador.

Por último, es de destacar que todos los Discípulos de la Redención Roja se cubren la cara en todo momento, y el color de sus máscaras depende de su rango: gris para los novicios, negro para los hermanos, metálico para los diáconos y dorado para los sacerdotes.

Habilidades de combate

La fuerza de los Discípulos de la Redención Roja radica ante todo en su total e irreversible locura. Sus habilidades de combate son mediocres hasta que se encuentran en combate cerrado, en donde no deberían ser subestimados: pese a no ser, por lo general, particularmente habilidosos con las armas, se encuentran en tal estado de enajenación mental y amor por la violencia más desenfrenada que golpearán indiscriminadamente a todo lo que encuentren hasta que caigan muertos, pues las heridas no les detendrán. 

La excepción a esto son los sacerdotes, los cuales, aunque son una visión extraña por su reducido número, son asesinos consumados perfectamente capaces de matar por sí mismos a varios enemigos incluso aunque se vean superados en número, como demostró el sacerdote Xaran en la Primera Guerra de Armageddon.


Los Discípulos de la Redención Roja solo conciben el combate como un asunto cercano y personal, por lo que, pese a que son bastante creativos en cuanto al uso de armas de combate cerrado (con una inquietante preferencia por enormes hachas y evisceradores), no suelen llevar armas a distancia. Sin embargo, a veces hacen uso de armas de asalto como lanzallamas o rifles de fusión, sobre todo para obligar al enemigo a abandonar posiciones fortificadas en caso de que se parapete tras ellas y rehúse librar un combate siguiendo los cánones de Khorne.

Creencias

Las creencias de los Discípulos de la Redención Roja se parecen en buena medida a las propias de Vlad Khorgal, impregnadas de la filosofía eclesiástica de la Hermana Sariel. Mientras que Vlad Khorgal está obsesionado con la "Liberación en la Sangre", la Hermana Sariel habla de la "Redención en la Sangre" o la "Redención Roja". Ambos conceptos son en buena medida equivalentes: lo que vienen a señalar es que la auténtica meta de la Humanidad debe ser la liberación/redención, y eso solo es posible conseguirlo a través del camino del guerrero, pues solo el hombre capaz de acabar con la tiranía mediante la violencia es merecedor de su libertad. 

Para Vlad Khorgal, un marine espacial, esta tiranía es externa y se personifica en el Emperador y todo el sistema de gobierno imperial. Para la Hermana Sariel y sus discípulos humanos, y por tanto alejados de la perfección genética de los marines espaciales, esta tiranía es tanto una cuestión externa como también interna: así, el camino del guerrero y la violencia sirve para purgar las propias debilidades interiores, como el miedo o la fragilidad, para alcanzar un estadio superior. 

Al igual que sucede con Vlad Khorgal, los Discípulos de la Redención Roja catalogan el mundo en dos clases de seres: aquellos que son dignos y aquellos que deben morir. Esta separación no la establecen los Discípulos, sino que, siguiendo el ejemplo del Devorador de Mundos, dejan que sean las demás personas quienes se autocataloguen: aquellos dispuestos a adorar a Arkhar y seguir su camino como forma de obtener la liberación/redención serán dignos independientemente de cualquier otra condición, mientras que aquellos que rechacen seguir este camino serán débiles que solo merecen la muerte como forma misericordiosa de ser librados de la tiranía de su propia debilidad. 

Por ello, los Discípulos de la Redención Roja han adquirido la costumbre propia de Vlad Khorgal de ofrecer a sus enemigos la oportunidad de unirse a ellos antes de que comience la matanza. Al fin y al cabo, es posible que no sean adoradores de Khorne simplemente porque no han escuchado su palabra. Una vez hecha la oferta, si los rivales la rechazan, solo habrá guerra.



4 comentarios:

  1. No tienen nada que hacer contra mi comisario ...

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    1. Lo importante es que mane la sangre...

      Y Xarax se ganó ese sobrenombre contra tu Legión de Acero ;)

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  2. ¡Muy chulo e interesante el trasfondo de semejante panda de pirados! Y sí, tiene todo un toque de WD antigua muy bueno. :)

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    1. ¡Muchas gracias! Hombre, esos artículos de Index Astartes/Malleum/lo que fuera eran muy interesantes, qué menos que rendirles homenaje en la medida de lo posible

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