Saludos a todos, damas y caballeros.
Ésta es una entrada más bien breve, que viene a confirmar un hecho, y es que no estoy publicando en estos días. Tampoco ningún otro de los integrantes del blog, pero eso dejó de ser noticia hace meses. Son días por lo general festivos y eso suele implicar viajes, reencuentros familiares, merecido descanso del trabajo, con un poco de suerte consumo implacable de alcohol... y en consecuencia imagino que nadie estará demasiado pendiente del blog. Como podéis ver, tampoco yo.
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Unknown shores, de Rob Alexander |
En cualquier caso, todo volverá. No voy a abandonar el blog, o al menos no de momento, y si ese momento llegara lo haría con una despedida oficial, como debe ser. No me gusta dejar las cosas languidecer y estar ahí medio moribundas, o se está vivo o se está muerto, pero la decadencia es insoportable.
No sé si llegará el momento en que termine el Troglablog, pero en cualquier caso todavía quedan cosas que contar antes de que eventualmente llegue ese momento, y tengo muchas cosas que relatar en septiembre. La Gesta de Wallenstein ha seguido adelante, y también está habiendo movimiento en las Regiones Devastadas, con viejos héroes y nuevos villanos encontrándose. La campaña de las Tierras del Sur promete novedades interesantes, y si de verdad somos capaces de concretarlas veremos a los lagartos salir de la jungla y a los tarados habitantes de una fortaleza maldita. Los Perdidos y los Condenados piden a gritos una Guerra de Fe contra los adoradores del Dios Cadáver, los pobres seres humanos de la Hermandad de la Misericordia deben volver a terreno seguro entre las terroríficas montañas de Transilvania, y las Órdenes Militares deben renacer de su inactividad en Infinity.
A partir de septiembre, cuando se retome el ritmo habitual de la vida, retomaré también el ritmo habitual del blog. Hasta entonces, me despido con unas palabras extraordinarias de Chesterton incitando al consumo de vino:
"Bebed – dice –, pues todo el mundo es tan rojo como este vino, encarnado del amor y la ira de Dios. Bebed, pues las trompetas llaman a la batalla y este es el estribo. Bebed, pues yo sé cuándo llegasteis y por qué. Bebed, pues yo sé cuándo os iréis y adónde."