Saludos a todos, damas y caballeros.
Tal como había previsto, no pinté nada en agosto, motivo por el que no hice entrada ese mes. La última fue en julio, mes en que no entró el calor hasta el día veinte o así (aunque es verdad que cuando entró fue con fuerza) y a medida que escribo esto ya he tenido que coger el abrigo en alguna ocasión. Supongo que en realidad es un trastorno mío y estaremos ante el septiembre más caluroso desde la jura de Santa Gadea tal como nos dirán los medios, pero yo no le habría dicho que no a un poco más de calorcico.
Pero retomando el tema de los moñecos y las pinturas, he tratado de recuperar el ritmo previo al parón estival, y más o menos lo he conseguido. La verdad es que tenía ganas de coger los pinceles de nuevo, cosa que rara vez me pasa, y eso ha facilitado las cosas en un mes que por lo demás ha sido un poco complicado, con lo que me siento doblemente satisfecho.