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miércoles, 13 de noviembre de 2024

[Informe de batalla] Incursión en Puerto Gélido (II)

Saludos a todos, damas y caballeros.

Ya avancé en la entrada de la escalada que había pintado unas cuantas cosas para poder usarlas en la última misión de Exploradores de las Profundidades Sombrías adaptado al mundo de los Elder Scrolls. La campaña ha dado mucho de sí puesto que comenzó en 2020, en plena pandemia, y lo cierto es que el mundo ni yo somos iguales ahora que entonces. Es una sensación un poco extraña pensar en algo que haya mantenido cierta continuidad en un contexto en que casi todo ha cambiado. Pero ya tengo ganas de terminarla, como he hecho con tantas campañas a lo largo del año, y a ello me he puesto.

La partida anterior de este escenario, que podéis encontrar aquí, representaba el descenso hacia lo que en el juego original son las profundidades sombrías y que en este caso podemos considerar que es Puerto Gélido, el reino del daedra Molag Bal. Este segundo escenario representa el fin del camino seguido previamente y la entrada en el reino daédrico propiamente dicha.

Me esperaba una pelea complicada, y para comenzar, tres de los cinco miembros de la banda sufrieron daño por intoxicación de efluvios demoníacos, lo cual suena francamente turbio. Pero habían salido relativamente intactos de la partida anterior, con lo que estaban en condiciones de combatir a pesar de este pequeño contratiempo.

Panorámica del campo de batalla

Turno 1

Comencé avanzando con Constantino, mi líder, y el arquero y el explorador bosmer. Ambos dispararon sobre los zombis más cercanos, pero no sirvió de nada.

Ellos, por tanto, se adentraron con su paso tambaleante en el oleaje.

Yo moví a los demás para cubrir a los tipos de disparo y, al final del turno, el arquero se quedó atrapado en una especie de banco de algas particularmente malaje.

Turno 2

Constantino y el espadachín avanzaron hacia los zombis que se acercaban. El explorador bosmer disparó sobre el más cercano, pero no le hizo nada. Por suerte, el espadachín tuvo menos problemas y lo despachó rápidamente. Constantino no llegó a trabarse con el zombi, pues el oleaje dificultaba sus movimientos...

Y tampoco el zombi llegó a por él.

Después, el arquero se liberó de esas algas y disparó, cargándose a un zombi que se acercaba, y el caballero llegó a trabarse con el zombi, pero en su segunda parte de la acción, por lo que no hubo combate.

Finalmente, un nuevo zombi apareció en la esquina inferior izquierda del tablero.

Turno 3

Constantino se trabó con el zombi, y tuvo que utilizar su habilidad de parada para no salir escaldado. Por suerte, el caballero arregló el problema después.

Por su parte, el espadachín investigó la primera de las pistas y encontró una espada hechizada especial para matar no muertos, quizá algo que un campeón de Meridia se había dejado por ahí tirado en una incursión contra los dominios de su enemigo Molag Bal.

El zombi avanzó entre las aguas, pero el arquero se lo llevó por delante sin contemplaciones.

Por último, el ambiente se vio rodeado de una extraña energía que le dio +2 al combate a las criaturas que aparecieran. Por suerte, no había ninguna ya.

Turnos posteriores

En realidad la partida fue muy rápida a partir de aquí, con lo que no hace falta ir turno por turno. El explorador bosmer investigó otra de las pistas, que resultó ser un matojo de flores interesantes (ingredientes alquímicos, en definitiva).

Apareció un diablillo a la retaguardia de mi grupo, quizá uno que les había estado siguiendo desde la partida anterior...

Que fue rápidamente despachado por un arquero que debía haber descubierto un fusil de asalto en alguna parte, porque si no no me lo explico.

El caballero encontró un tesoro que resultó ser un amuleto contra los dremora, aunque en el camino pilló una infección chunga que le va a tener jodido en la partida siguiente también.

Apareció un nuevo zombi, que también cayó gracias al explorador bosmer.

Un último diablillo se dio cuenta demasiado tarde de que no debería haber aparecido por ahí...

Y, mientras tanto, el espadachín y el caballero abandonaron tranquilamente la mesa.

La verdad es que ha sido la partida más plácida de la campaña. No sé si eso se debe a una intención explícita de McCullough al diseñar la campaña o si ha sido consecuencia de las tiradas, como hemos comentado en alguna ocasión éste es un juego extremadamente dependiente del azar, lo cual es muy bueno cuando se trata de crear una experiencia narrativa, para bien o para mal cuando el azar se vuelve en tu contra.

Los puntos de experiencia obtenidos permitieron a Constantino subir al nivel 3, que estrenará en la próxima partida, la última ya de la campaña. Confío en traerla dentro de no mucho, al menos en lo que queda hasta que acabe el año, para que sea otra de las muchas campañas finalizadas en este 2024... una que voy a echar particularmente de menos, si os soy sincero, dado lo mucho que ha durado.

¡Hasta entonces!

2 comentarios:

  1. Muy chulo el rangers, a ver si empiezo yo otra campaña, una vez termine el ejercito de reyes funerarios.. (Chernov)

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    1. ¡Muchas gracias! Es un juego que no te cambia la vida pero te apaña varias tardes, que es de lo que se trata. Pero tú no te disperses ¡y pinta esqueletos!

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