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miércoles, 22 de septiembre de 2021

Proyecto Imperio: segunda sección terminada y primeras batallas

Saludos a todos, damas y caballeros.

Hace unos meses publiqué la entrada mostrando la primera sección terminada, algo para lo que había necesitado... un año entero. Ya dije entonces que contaba con que las segundas secciones me costaran menos, pues no tenían tantísima tropa estatal barata que ralentiza la pintura, no solo por ser muchas miniaturas, sino porque pintar negro y amarillo es un infierno autoinfligido y solo justificado por la extrema molonidad, no ya tanto del esquema, sino del maravilloso Condado de Averland, sin duda el más sexy del Imperio.

El caso es que, efectivamente, he terminado la segunda sección, lo que me permite contar con 1000 puntos (calculados para Reforged, pero en sexta andarán por ahí también), cumplir el objetivo propuesto dentro de la escalada, y contemplar un horizonte en el que vuelvo a echar partidas con mi amado Imperio. Horizonte que en realidad ya se ha materializado, aunque todavía no con tropas 100% mías. Os lo cuento con más detalle.

Halflings!!!

Las estrellas de la segunda sección y del Imperio en general, los halflings son una de las razones, si no LA razón, por la que el Imperio es el mejor ejército de Warhammer. No hay discusión posible. Punto.

Aparte de los 10 maravillosos arqueros halflings, está también la olla caliente, elemento cumbre de la industria armamentística imperial. Lo cachondo del caso es que no es ninguna ironía, una olla bien puesta puede causar una alarmante cantidad de bajas entre el enemigo, particularmente si tiene poca resistencia pero mucha armadura, la cual niega. Y el efecto moral de que te bombardeen con un caldo muy caliente no es menor.

Como es lógico cuando se trata de halflings, esto es solo el comienzo. Tarde o temprano aparecerán por aquí más medianos, con arcos, con lanzas, con más ollas... ¿suficientes como para hacer un ejército exclusivo de halflings? Pues... sabe Dios. Pero eso nunca se puede descartar.

Caballeros del Oso Negro

Allá donde hay halflings, estos caballeros suelen andar cerca, por desgracia para los primeros. Os hablé de ellos con más detalle en esta entrada, son la orden más genial que he encontrado dentro de todas las que aparecen en el Imperio. 

Estos buenos hombres se han convertido ya en una pieza importante en mi ejército en las partidas que he jugado, con resultados un tanto dispares, pero en la última partida contra los mercenarios se comportaron de forma particularmente destacada.

Gran cañón

Esto es una parte esencial de cualquier ejército del Imperio, aunque lo cierto es que siempre he tenido la sensación de que genera más miedo del que realmente está justificado, algo que se ha corroborado en las partidas en que he jugado. Al menos ha conseguido no reventar en ninguna, lo que no es cosa menor.

Hechicero

Tenía esta miniatura desde el principio de los tiempos, y estaba "pintada" de aquella manera, con las habilidades propias de un muchacho de 12 años. Lo que no sé es qué he hecho con el modelo montado (si mal no recuerdo, se vendían conjuntamente) pero bien está.

Inicialmente había pensado simplemente modificarlo un poco, pero me di cuenta de que probablemente sería más fácil despintarlo y pintarlo de nuevo, cosa que he hecho. No lo he mejorado mucho porque mis habilidades no han mejorado mucho desde que tenía 12 años, las cosas como son, pero en todo caso ahí está.

Primeras batallas

Como decía, la finalización de los primeros mil puntos me animaron a pensar en usar el ejército. Podría haberlo hecho con esos mil primeros puntos, pero preferí subir a 1500, que ya es algo más decente y permite un poco más de juego, motivo para lo cual tuve que recurrir a las miniaturas de algunos colegas del Club Antebellum. Agradezco públicamente a Elrudok, Toni y a Álvaro Molina, abogado de nivel 4, que me hayan suministrado ogros los primeros e imperiales el tercero con los que poder revivir mis sueños de juventud.

Mi rival fue Toni con sus orcos, quien no había jugado nunca contra el Imperio, así que hubo que darle el placer. Y la verdad es que lo debió disfrutar, porque me dio dos palizas tremendas, sobre todo la segunda. No solo hace tiempo que no juego con el Imperio sino que los ejércitos que he usado en los últimos años, no muertos y Khorne, son dos ejércitos tan tan extremos que, teniendo un ejército normal entre manos, andaba más perdido que un pulpo en un garaje.

Imagen de la primera partida

Siempre he defendido que lo esencial es la narrativa, y por eso cuando juego muchas veces lo hago intentando lograr objetivos que no tienen por qué tener relación con la victoria. Por ejemplo, con no muertos quiero someter mágicamente al rival y ahogarlo en un mar de muertos, porque eso es lo que Chantal haría. Con Khorne lo que quiero es decapitar y descuartizar al enemigo lo antes posible. Es cierto que, si consigo esto, generalmente ganaré la partida. Pero si hubiera una disyuntiva entre, por ejemplo, quedarme a dar de palos o huir con una determinada unidad para obtener una ventaja táctica, los de Khorne no van a huir.

Con el Imperio se da la paradoja de que, de hecho, jugar narrativamente es buscar la superioridad táctica en batalla. Al fin y al cabo, el Imperio es un ejército renacentista profesional cuyos métodos no pasan por la excelencia de sus guerreros sino por la actuación conjunta de todos sus elementos. La regla más definitoria del Imperio, los destacamentos, así lo demuestra.

Segunda batalla

Evidentemente, "superioridad táctica" no significa "listas más afiladas", ni "interpretación torticera de las reglas" ni "putear al rival". Es algo que no debería hacer falta explicar, pero bueno. Buscar la superioridad táctica significa que, si bien yo antes veía o bien brujas a las que proteger rodeadas por un cojón de cadáveres reanimados, o bien un puñado de tarados asesinos preocupados solo de cosechar más cabezas que el resto, ahora lo que veo es un ejército, con todas las de la ley. Un puñado de miniaturas donde no hay un héroe ultrapoderoso para cosechar cráneos, porque mi general es poco mejor que un jefe de unidad de Khorne, donde las bajas importan porque no las puedo reanimar, y donde todos los elementos deben protegerse entre ellos, siendo todos ellos más o menos sacrificables en un momento dado y todos ellos imprescindibles a la vez. Y es ese planteamiento de ejército moderno, tan único dentro de lo que es Warhammer, lo que estoy disfrutando especialmente, aunque solo sea porque me recuerda a cuando comencé con esto (que fue con Imperio)

Tercera batalla, esta vez contra mercenarios

No hice informes de batalla de las primeras partidas con Toni, estaba demasiado ensimismado con la experiencia y apenas hice un par de fotos de cada una de ellas. De la batalla contra los mercenarios de Chernov sí hay más, al fin y al cabo formaba parte de una campaña, y en breve habrá informe de batalla al respecto.

Hasta entonces!

6 comentarios:

  1. Al fin empieza a llegar gente de a bien a la región. Ya pensaba que estaba todo el mundo acojonado por el mar de muertos, pielesverdes y bestias malditas.

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  2. Me vengaré de esos sucios averlandeses!!

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    1. VENDETTA!!

      Aunque te vengues, el Imperio siempre prevalece.

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  3. Jajajajaja. Más humanos para comer, por mi bien, bien y bien. Cuando quieras y puedas volvemos a jugar otra partida Orcos vs Imperio.

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    1. Jajajajajajajaja... Pues sí, me debes una revancha! O dos!

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