Saludos a todos, damas y caballeros.
Independientemente de los ejércitos de Warhammer Fantasy que tenga o pueda tener en un futuro, hay una cosa que tengo clara: ante todo he sido, y seré siempre, un imperial. El Imperio fue mi primer ejército, aquel con el que más he jugado, con el que más cómodo me siento en la mesa y al que más aprecio narrativo le tengo. Si por alguna razón me viera obligado a coleccionar un único ejército de Warhammer, no dudaría en elegir a los herederos de Sigmar.
Guiado por este cariño que le tengo, me propuse hace un año resucitar lo que tenia por ahí tirado desde hacía décadas y volver a convertirlo en un ejército digno del Emperador Karl Franz, como detallé en esta entrada. Posteriormente decidí que seguiría el esquema de pintar el ejército en bloques de 500 puntos, a las que llamé secciones, como hago en las campañas/escaladas pero sin que fuera necesariamente en un único año. Quería disfrutar del proceso.
Y lo habría hecho más de no ser por el maldito color amarillo, un color bastante difícil de pintar y más cuando es en tantas y tantas tropas estatales. El Imperio se diferencia de los No Muertos en que no les vale un pintado guarro a base de tintas, sino que hay que tratarlos con cierto mimo, y se diferencia del Caos en que tiene muuuuuuuchas más miniaturas que pintar. Y pintar 50 miniaturas con amarillo es algo abominable, como demuestra lo mucho que he tardado en pintarlos.
Pero por fin puedo proclamar con orgullo que los primeros 500 puntos están listos.
La primera sección, los primeros 500 puntos, estaba compuesta por lo siguiente:
- 24 lanceros
- 15 arcabuceros
- 10 alabarderos
- Sacerdote guerrero
Son un buen puñado de tropas estatales, sin duda la columna vertebral del ejército. Desde un punto de vista de organización de listas tiene sentido empezar por esto, al fin y al cabo las unidades básicas son, como dice su nombre, la base de todo ejército. Pero desde un punto de vista pictórico la verdad es que ha sido un inicio duro. Lo he terminado porque soy un ser humano terriblemente cabezón y no soy capaz de no terminar algo que me proponga hacer, pero ya veis que he tardado nada menos que... ¡Un año!
Estos lanceros son, probablemente, mi unidad preferida del Imperio. Me encantan su sencillez y su elegancia, y me traen buenos recuerdos, pues la caja de inicio de sexta edición fue lo primero que compré de Warhammer (quitando los fascículos de Altaya, que fueron los que me metieron en el vicio). A la gran mayoría de ellos les falta el escudo con cabeza de león, por lo que no se puede decir que estén terminados al 100%, pero cuento con intentar clonarlos pronto y espero que salgan bien.
El portaestandarte lo he impreso, naturalmente. No pinto algo así ni jarto vino. Me ha gustado este diseño, con el águila del Sacro Imperio, en primer lugar porque mantiene el amarillo y negro de Averland, y en segundo lugar porque el águila es, por lo que tengo entendido, un emblema habitual en el culto a Myrmidia. Dado que mi comandante es un devoto de esta diosa sureña (pero con mucha influencia en Averland), pues queda bien.
Los arcabuceros también son maravillosos, por las mismas razones que los lanceros, aunque curiosamente en este caso me gustan mucho más los modelos que están apuntando (en los lanceros no tengo preferidos). De ellos, cinco van a ser un destacamento para los lanceros, aunque probablemente los ampliaré a diez en cuanto me anime a pintar amarillo otra vez, y los otros diez son una unidad separada. Éstos tienen un tirador que es un chaval de la gama de Mordheim, concretamente de Marienburgo, que me parece preciosa.
No sé por qué nunca me han convencido los alabarderos como unidad principal, pero sí como destacamento. Tampoco me convencían los alabarderos de sexta, y en este caso tengo muy claro que eso se debía a que eran un infierno de montar, al menos para las habilidades que yo tenía con doce años. Estas miniaturas de tercera son, en cambio, excelentes, y además de metal. Un buen destacamento para contracargar cuando algún insensato decida trabarse con los mejores del Emperador.
Tenía este sacerdote de Avatars of War por ahí suelto y bueno, no es mala opción. Es posible que lo reconozcáis de la banda de Marienburgo de mi hermano. Lo veo quizá un poco demasiado recargado para ser sacerdote, quizá quedaría mejor como Archilector, pero tampoco está mal. En todo caso no descarto sustituir este sacerdote por una sacerdotisa de Myrmidia en el futuro, algo parecido a esto. O usar ambos, según me dé el día.
La siguiente sección la verdad es que es mucho más sencilla: tengo que pintar 10 halflings (de los cuales 3 ya están pintados para mi banda de Mordheim), 5 caballeros, un cañón, la olla caliente y un hechicero, que en realidad está ya pintado desde tiempo inmemorial, simplemente voy a actualizarlo para que quede mejor con las habilidades que tengo de pintura a día de hoy... que tampoco es que sean mucho mejores, la verdad, pero algo hará. Digo yo.
El hechicero en cuestión |
Lo bueno es que, como podéis ver, el amarillo desaparece, con lo que cuento con poder ir mucho más rápido esta vez. Y la tercera sección son 20 grandes espaderos + comandante, lo cual en realidad significa que con dar el metal ya estará pintado el 80% de la miniatura. No quiero ponerme plazos con el Imperio pero me gustaría poder terminar el año con 1500 puntos pintados para ir echando alguna que otra partidica con un cierto tamaño.
Os iré poniendo avances según los haya, que espero que sea ya con mayor frecuencia. ¡Hasta entonces!
¡Muy chula esa primera sección! Habrá costado pintarla, pero el resultado creo que merece la pena, ya que el esquema de color de Averland es muy vistoso. ¡Ahora a pintar esos halflings y esos caballeros abusones de halflings! xD
ResponderEliminar¡Muchas gracias! La verdad es que sí, los veo todos juntos y pienso que ha merecido la pena el esfuerzo. Y anda que no me he arrepentido veces de la elección del Condado... pero al final molan lo suficiente como para compensarlo.
EliminarLo de los halflings y los caballeros parece el problema del lobo, la oveja y la col xD. Pronto aparecerán por aquí alegres y risueños medianos... y caballeros borrachos dispuestos a fastidiar su felicidad.
Muy molones y ya te quitaste lo más pesado. Como diría un buen amigo. No hay que pintar mas mocasines y pijamas de guerra en un tiempo.
ResponderEliminarSi consigues clonar eso escudos avisame que estoy muy interesado en ellos.
¡Muchas gracias! Toda la razón, pintar demasiados mocasines y pijamas de guerra seguidos es agotador. Tarde o temprano volverán, pero de momento me tomo un buen descanso.
EliminarPor supuesto, si consigo clonar esos escudos con un resultado satisfactorio te aviso. A ver qué consigo sacar!!