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sábado, 14 de noviembre de 2020

Muerte de personajes

Saludos a todos, damas y caballeros.

Los que amamos el camino narrativo del hobby sabemos que no deja de tener un reverso tenebroso. De la misma forma que un jugador culoduro competitivo puede acabar actuando de forma innoble por amor a la victoria, un jugador narrativo puede también perder el juicio y actuar contra natura con tal de preservar una determinada narrativa o la vida de un personaje concreto. Y eso es un error.

La muerte de estos dos sí que fue épica

Por alguna razón, la muerte parece ser un tabú en Occidente. Lo cual desde mi perspectiva es un poco ridículo, puesto que lo único indudable en nuestras vidas es que en algún momento se terminarán, y no veo que haya nada de malo en prepararse para eso. Pero bueno, es comprensible. Lo que ya no es tanto es tener ese miedo hacia la "muerte" de miniaturas de plástico o metal. Quizá a alguno le suene a chino esto que estoy escribiendo, pero quien haya jugado a Mordheim, Necromunda, Blood Bowl o juegos similares sabe de lo que hablo. Y no es agradable perder a tu héroe, pero no es menos cierto que parte del encanto narrativo de un personaje cuya vida gira en torno a la violencia es saber darle un final digno. 

Esta entrada trata sobre aquellos de mis personajes que han caído en combate, sea porque las reglas así lo han dicho en un juego donde existiera esa posibilidad, o sea porque yo he decidido que murieran de forma especialmente heroica o significativa. Espero que os guste.

WARHAMMER FANTASY

Franz Von Stauffenberg: empecé a crear Trasfondo e historias al mismo tiempo que empecé a jugar a Warhammer, y Franz Von Stauffenberg fue mi primer personaje, encarnado por el maravilloso capitán del Imperio que venía en la caja de inicio de la sexta edición de Warhammer. Cuando comencé a empaparme más del Trasfondo y conocí a los cazadores de brujas me encantaron, con lo que cambié a Von Stauffenberg de capitán imperial a cazador de brujas (asumí que se había unido a la Orden de los Templarios de Sigmar tras alguna terrible batalla contra el Caos). Como por aquel entonces no existían los cazadores de brujas como perfil en el ejército del Imperio, lo usaba con perfil de sacerdote guerrero.

Qué tiempos

Franz Von Stauffenberg halló su muerte en el asedio de Kriegsburg, una partida tan extraordinaria que 17 años después aun la recuerdo vivamente. Concretamente recuerdo cómo todos y cada uno de los cañones del bando del Bien explotaron en el primer turno, uno tras otro (y eran muchos, porque eran 10.000 puntos atacando contra 5.000 defendiendo). Von Stauffenberg estaba defendiendo la muralla y fue asaltado por Ar-Tzaan, Señor del Caos de Tzeentch y personaje de Fornidson. Recuerdo que Stauffenberg llegó a quitarle una herida al Señor del Caos, pero al final sucumbió ante su rival, y consideré que esa era una muerte suficientemente heroica y noble como para que quedara así.

Años después usé a Konrad Von Stauffenberg, hijo de Franz, como Archilector, y jugué una serie de partidas con él cuyo Trasfondo era el de una cruzada itinerante que buscaba devolver esperanza al Imperio tras finalizar la Gran Guerra contra el Caos. Perdí casi todas las partidas que jugué, así que mucha esperanza no debió ofrecer, pero el hombre lo intentaba.

Kherith Aramor: general de mi pequeño ejército elfo oscuro, Aramor apenas tuvo tiempo de desarrollar su Trasfondo, pues su muerte fue muy temprana. Lo más destacado de él era que en una expedición al Norte de Naggaroth había quedado maldito de alguna forma y se había convertido en un hechicero de hielo (usando el saber que sacaron para Kislev). Me hizo gracia, quería experimentar, y el resto de colegas aceptaron ese personaje, que a cambio eran un cojón de puntos. Para justificar la imposibilidad druchii + hechicero, decidí que Malekith no quiso matarlo directamente porque era muy influyente en Ghrond y no quería soliviantar la ciudad, pero que lo mandaba en misiones suicidas con la esperanza de que alguien hiciera el trabajo por él. Y así fue.

De haber vivido lo suficiente, le habría pedido a Gallagher que lo retratara

En una campaña que jugamos, Kherith Aramor se enfrentó a los Altos Elfos de mi amigo Jaime, liderados por Jao Sarathai. Aramor fue capturado y después, usando la tabla de huidas del Manual de Campo para Generales, logró escapar, pero sin su equipo, entre los que había objetos mágicos muy definitorios del personaje. Yo me negué a que huyera sin ellos (él no los habría dejado atrás), y finalmente fue ejecutado por los Asur. Debo decir que Jao Sarathai seguramente disfrutó con ello, no así Jaime, quien me ofreció salvarlo hasta el final. Pero aquella también era una buena muerte.

WARHAMMER 40K

Nemo, el Nigromante, el Maestro de los Deseos: mi hechicero de la Legión Alfa, un individuo que se unió de manera entusiasta al Caos para devolver a la vida a alguien a quien perdió antes incluso de convertirse en marine espacial. En el relato de su nacimiento como Nemo, que podéis encontrar en esta entrada, se dice que era su esposa, aunque es muy probable que lo cambie por un hijo. Sea como sea, Nemo sí ha tenido bastante Trasfondo escrito, participando en campañas como Abrahel IV o el Rescate del Marqués de Seda (cuya batalla final fue de las mejores que he jugado nunca, y mira que no me llama tanto el 40k). Pero también le llegó su hora. 


En la tercera edición de 40k, los necrones eran un ejército con un Trasfondo absolutamente maravilloso, un horror ancestral lovecraftiano en vez de la parodia de momias espaciales que son ahora. Pero todo lo que molaban narrativamente, lo perdían en reglas, pues eran UNA JODIDA ABERRACIÓN. Yo al menos recuerdo las partidas contra ellos con horror, pues eran absurdamente difíciles de matar y absurdamente letales. El caso es que en una partida que jugué contra ellos con Nemo, y en la que Fornidson hacía de aliado mío (cosa que pocas veces se ha visto) con demonios, acabé tan desesperado que cargué con Nemo contra unos parias, cosa bastante estúpida teniendo en cuenta que Nemo era un psíquico. Naturalmente acabó hecho trizas, y declaré esa como su muerte. Muerte que tengo ganas de escribir, tengo alguna idea que creo que puede ser interesante para entroncarlo con las cosas que sí me gustan del 40k. Quizá lo haga en estos días de seudoconfinamiento.

MORDHEIM

Ayn Al-Dhalam y Helena: Mordheim es posiblemente el juego con mayor letalidad de Games Workshop, al menos de los que yo haya jugado. Con esto me refiero a muerte permanente, cosa que naturalmente en Fantasy y 40k no sucede porque salvo que introduzcas reglas a tal efecto (por ejemplo, con el Manual de Campo para Generales), no hay registro de las heridas que sufre un individuo ni continuidad entre partidas. Pero incluso contando otros juegos de GW donde esto sí pasa, como Necromunda, Blood Bowl o las Compañías de Batalla de ESDLA, creo que Mordheim se lleva la palma.

Y ni siquiera estar buena te salva

Siendo esto así, no es de extrañar que haya partidas en que mueran ya no un personaje, sino dos o tres de golpe. Eso sucedió en el infame Asalto a Sauerlach, durante la Segunda Era, en que murieron Ayn Al-Dhalam y Helena: la primera, la nigromante de mi banda, con el corazón atravesado por el virote de una ballesta de un cazador de brujas; la segunda, una despojo, con la cabeza abierta por el martillazo de un zelote. Helena era la hermana melliza de Chantal, la nigromante que lidera mi ejército de No Muertos y que comenzó su vida en Mordheim, mientras que Ayn Al-Dhalam era la mentora y amante de ambas. Estas muertes en el fondo me vinieron muy bien para desarrollar la personalidad de Chantal, con lo que no hay mal que por bien no venga.

Además, sus muertes en este caso son relativas. Helena es ahora la doncella espectral de mi ejército No Muerto, y Ayn Al-Dhalam se supone que está muerta, aunque quizá tiene alguna aparición estelar en el futuro... todo se verá a su debido tiempo.

Helena vive, la lucha sigue

Padre Klaus Brüne: inspirado en el Padre Brown de Chesterton, el Padre Klaus Brüne era el sacerdote sigmarita del villorrio de Wissenkirche, donde se está desarrollando la Tercera Era de Mordheim. Un sacerdote anciano, afable y bondadoso que sabía muchísimo más del mundo y sus aberraciones de lo que nadie pudiera imaginar. La Tercera Era tiene un tono "Tolkeniano", frente al tono sombrío de la Primera Era y el más cachondo y "Pratchettiano" de la Segunda, y el Padre Brüne debía ser una especie de ancla de las esperanzas de los ciudadanos de este pueblo de Averland, una especie de Gandalf, el hombre que ha visto todo el horror y la desesperación del mundo y aun así cree que hay motivos para la alegría y la ternura.

Desafortunadamente, Mordheim es trágico, y el Padre Brüne fue asesinado por el caudillo de los Hombres Bestia que acechan Wissenkirche. Su muerte, descrita en este relato, será vengada.

INFINITY

Nina Sergeevna: Infinity tiene un componente narrativo mucho mayor de lo que muchos creen. Aparte de las reglas de campaña para Spec Ops, tiene escenarios con Trasfondo especial en las misiones de los Dire Foes, eventos narrativos para jugar en formato torneo e incluso campañas a nivel global, que de hecho son la razón por la que me metí en Infinity.


Fue en una de esas campañas, la Crisis de Kurage, donde Nina Sergeevna encontró su final a manos de una pérfida asesina especular. La chica no tenía demasiado Trasfondo (más allá de la referencia a "The Americans", pedazo de serie), era simplemente una Line Kazak que usaba para trilear teniente, pero oye, ahí está la historia de su trágico final. Me gustaría poder enlazar al informe de batalla de su muerte pero por alguna razón la página de Kurage ha desaparecido, o eso creo.

Catalina del Piero: Catalina era el Padre Caballero que usaba en Órdenes Militares en N3 aprovechando la miniatura de Juana de Arco. A diferencia de Nina, Catalina sí tenía un Trasfondo más detallado y había participado como tal en varias campañas, como ésta contra los Hassassin de Fornidson o la reciente Asteroid Blues.  


De nuevo, eso no evitó su muerte, la cual decidí que se produjera en la épica partida que jugué contra Emilio para arrancar N4. Curiosamente, él fue también el responsable de la muerte de Nina Sergeevna, y en este caso también hubo una especular involucrada, que fue quien, a efectos de juego, mató a Catalina. Sin embargo, desde un punto de vista narrativo lo consideré, y esto es novedoso, un suicidio. Aquí tenéis el relato de su muerte, del que la verdad es que estoy particularmente orgulloso.

GASLANDS

Sir Gawain: para terminar, nos encontramos con la muerte de Sir Gawain, uno de mis caballeros-piloto de NeoCamelot. Gaslands Refuelled, la expansión (¿segunda edición?) del juego incorporó reglas de campaña, aunque la posibilidad de que alguien muera en ella es muy inferior a lo que debería corresponder a un juego de coches postapocalíptico cuya regla base es la "regla de la carnicería". En este caso ni siquiera estábamos en campaña, simplemente en una partida introductoria con Clavy, pero cuyo final fue tan épico que me vi obligado a inmortalizarlo: Sir Gawain ganó la carrera gracias a que su coche fue destruido por sus rivales y, derrapando y dando vueltas de campana, cruzó la línea de meta. Después, el coche explotó. Perfection.

Pues esto es todo. La verdad es que, viendo la lista, no son pocos los personajes a los que he visto morir, sea porque yo lo he querido o porque las reglas así lo han decidido. Y es muy probable que sigáis viendo muertes en el futuro.

Hasta entonces!!

9 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho esta entrada. Mucha gloria en ella.
    Nosotros no solemos ponerle fin a la vida de nuestros personajes como tal. Ni siquiera a los malos de la historia. Pero igual empiezo a planteármelo.
    Un saludo

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    1. ¡Muchas gracias! Yo lo recomiendo cuando es una muerte particularmente heroica o destacada, redondea al personaje. Además, tampoco es necesario dejar de jugar con él: yo jugué partidas con Nemo después de su muerte (hasta campañas), simplemente asumía narrativamente que, como es lógico, estaban ambientadas antes de que los necrones lo decapitaran salvajemente.

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  2. Jejeje, acabo de darme cuenta de que soy responsable de cuatro muertes, una de Fantasy y tres de Mordheim. ;)

    Yo también tengo algunos muertos acumulados a lo largo de estos años, aunque no tan definitorios y no creo que dé para una entrada igual de larga. Además, varios de ellos son un tanto intrascendentes o no tuvieron mucho desarrollo trasfóndico (aunque eso no quita que en esta Era de Mordheim ya haya perdido dos bestigors y un chamán, que no es poca broma...).

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    1. Bueno, de la de Nemo puedes sentirte un poco responsable también, igual si tus demonios hubieran aparecido... xD

      No no, yo hablo de muertes de verdad, no de tipos anónimos que estaban por ahí sin mayor trascendencia. Que si incluyo a esos, solo con los estalianos de la Primera Era me da para una enciclopedia. Aun así debo reconocer que yo tampoco tenía conciencia de que fueran tantos hasta que me puse a escribir esto.

      Y eso de que tengas pocos muertos es claramente algo a solucionar (Soter desenvaina el hacha sosial)

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  3. Muy bien, como debe de ser. Un gran personaje. que sea digno de tener ese apelativo, tiene que morir. Si no, como van a cantar loas sobre él.
    Por otro lado, pocos personajes de Infinity veo muertos (esos tendrían que morir nada más crearlos)

    Y respecto a tener miedo a que mueran tus personajes, yo todo lo contrario. Mira, te cuento una pequeña anécdota ocurrida hace ya muuuuchos años. Yo tenia un señor de Khorne montado en Juggernauth, que llevaba un estandarte a la espalda con las cabezas de los generales enemigos a los que vencía. Y no era un mero decorado, era algo literal. Con el grupo de juego que tenía entonces, apostaba la cabeza de mi general contra la de mi rival. Si se enfrentaban en la partida, y los mataba, les cortaba la cabeza a la mini de su general con unas tenacillas y la colgaba del estandarte de Voltar (si, mi señor de Khorne se llamaba como el rey de los hombres halcón de Flash Gordon) y viceversa. 5 cabezas colgó de su estandarte antes de que la suya acabara e la peana de un señor enano. Y bien empleado le estuvo por perder.
    Como ves, ya no es que no le tuviéramos resquemor a que murieran nuestros personajes, si no hasta a tener que "cargarnos" la miniatura en si. Pero eso no se lo verás a Emilio, Fer y demás modernos, porque como diría uno que yo me se, son CHUSMA NA MAS jajajaja

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    1. Joder, ¡eso ya son palabras mayores! Que una cosa es "acabar" con la historia que te hayas ido montando en torno a un personaje, pero otra muy diferente es acabar físicamente con él. Aunque he de reconocer que debería verse chulísimo ahí con las cabezas de sus enemigos. xD

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    2. ¿Voltar, dices? Me lo apunto como nombre de algún caballero tumulario sin cabeza a quien Chantal pueda resucitar ;)

      Como dice Fornidson, decapitar físicamente las miniaturas son palabras mayores, pero la verdad es que de hecho queda mucho más sexy así. Que sepas que eso me da una idea para mis Devoradores de Mundos. Y más en tanto que compartimos credo con Voltar: al final, lo único que importa es que corra la sangre. Credo efectivamente no apto para modernos xD

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  4. Muy buena entrada. Me ha recordado a un personaje goblin que murió estampado contra una pared en una de mis campañas de Mordheim.

    Creo que hacéis un gran trabajo con el blog, prácticamente cada artículo que publicáis me recuerda a la época en la que empezaba a jugar a warhammer, en la que no paraba de inventar campañas, escenarios y personajes con sus propios trasfondos.

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    1. ¡Hombre, un hermano en el camino narrativo del hobby! ¡Bienvenido!

      Muchísimas gracias por tus palabras. La verdad es que desde el principio quisimos que el blog fuera precisamente eso, un sitio dedicado sobre todo a campañas, relatos, narrativa... Es un honor saber que cumplimos con el propósito y que es apreciado :)

      Y el goblin muriendo aplastado contra la pared... Sublime. Una muerte muy de goblin xD. Esas son las cosas que valen la pena de esta afición, las que no se olvidan pasen los años que pasen!!

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