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viernes, 8 de septiembre de 2023

Historia de un blog (II)

Saludos a todos, damas y caballeros.

Continuamos con la entrada cuya primera parte publiqué hace unos días, en los que me dedicaba a hacer un repaso por lo que ha sido la vida friki de los miembros de este blog... en especial de la mía, que es de quién más puedo hablar como es natural, pero una vida nunca se vive en solitario y yo en este caso he tenido la fortuna de compartirla con gente ehselente.

Ojalá estemos así dentro de unos años

En la primera parte me remonté a los orígenes más oscuros, aquellos que se pierden en la bruma de los tiempos previos a todas las sucesivas crisis que han sacudido nuestras vidas desde 2009, cuando de verdad creíamos que la Historia había acabado y tal. Esa fue una primera etapa de frikismo despreocupada e insensata. Esta segunda etapa de frikismo, ya de adulto, ha tenido otras características que, entre otras cosas, han acabado desembocando en este blog.

Las mil y una noches

A los pocos meses de casarnos, mi mujer y yo nos fuimos a vivir al exótico Sultanato de Omán, donde serví a la patria durante lo que debieron ser unas trescientas cincuenta noches (no mil y una, a Dios gracias). Naturalmente, si allí le hablabas a alguien de Warhammer se pensaban que les estabas hablando de un martillo de guerra, y casi mejor, porque el Warhammer auténtico debe ser poco halal. Con lo que mi reencuentro con los fantásticos mundos de mi juventud acabó siendo bastante efímero. Sin embargo, yo ya había bebido de nuevo el vino del frikismo ancestral, y no iba a ser fácil soltar esa droga.

Tengo que agradecer a Fornidson su buena disposición a organizar partidas de Vassal con las que pude mantener el contacto con el frikismo, y que dio pie a narrativas bastante interesantes. La otra forma en que me mantuve ligado al hobby fue mediante los blogs. Corría el año 2014, y los blogs estaban en su apogeo, antes de tanto Youtube, tanto Twitch y tanto Instagram. Moderneces todas. Todavía recuerdo leer esta entrada que tantísimo revuelo causó en su día, y estar en Chipre leyendo los relatos que iba subiendo este otro blog con una sensación de creciente asombro. También recuerdo ir mendigando internet de cafeterías, antes de que nos pusieran red en el sitio que alquilamos para vivir, para ir descargando las White Dwarf que se iban colgando en La Cueva del Friki Solitario. Os parecerá una gilipollez, pero si sobreviví mentalmente a una experiencia poco grata en Omán fue gracias a mi mujer sobre todo, pero en no poca medida por hallar refugio en la nostalgia de revivir mi adolescencia.

He dejado para el final hablar de los dos blogs que más me marcaron y a los que considero, en buena medida, los padres espirituales del Troglablog, al menos en lo que a mí respecta. Por un lado, tenemos El Peón y el Rey, que llevan haciendo campañas narrativas (lo mejor de la vida) desde hace tiempo, y a los que ya leía, mucho antes de tener contacto con el Señor Serviorco, en mi destierro en Omán en 2014. Quizá si hubiera comentado algo entonces nos habríamos conocido virtualmente antes, pero siempre he sido una persona más bien tímida. El segundo blog es Hielo y Acero, de Elrudok, a quien llegué a conocer poco después en nuestra ciudad natal almeriense. Al final he acabado jugando miles de partidas bajo la atenta mirada de lo que allá por 2014 me hizo flipar al verlo en su blog.

En definitiva, lo que saqué de ambos fue un amor por lo narrativo que yo ya llevaba dentro, y que ya habíamos desarrollado los colegas allá en Madrid, pero que me hicieron llevarlo mucho más allá, intentando emular lo que ellos hacían. Ya por entonces pensé que, si algún día hacía un blog, procuraría que se pareciera sobre todo a esos dos ejemplos. Pero todavía quedaba poco más de un lustro hasta que llegara ese momento.

Me he convertido en el creador de mundos

Es una frase un poco presuntuosa, pero entendéis la idea y el juego de palabras. En 2015 regresamos a la patria, y rápidamente nos pusimos manos a la obra para recuperar el tiempo perdido en materia de frikismo. El juego que elegimos para hacer una campaña regular fue Mordheim, porque tenía dos grandes ventajas: en primer lugar, era un juego que permitía que nos juntáramos varios a la vez en torno a la mesa a jugar, y realmente lo que queríamos era eso, tener una excusa para reunirnos cada mes o cada dos meses para tirar dados y que pasaran cosas; en segundo lugar, Mordheim es el juego narrativo por excelencia del universo de Games Workshop, y por consiguiente el que mejor nos iba a permitir cumplir con el objetivo que nos habíamos propuesto, que no era otro que narrar una historia.

Imagen evocadora donde las haya

Así fue cómo surgió la Primera Era de Mordheim, que dio origen a grandes historias, especialmente la de Trifón. Al acabar la Primera Era, llegó (sorpresa) la Segunda Era, de la que también salió un gran personaje, la nigromante Chantal. Visto en retrospectiva, aquellas primeras aproximaciones fueron en cierta forma muy precarias y caóticas, con mucho de improvisación y muy poco de reflexión. Pese a todo, fueron años extraordinarios, que recuerdo con mucho cariño, y en los que el hobby me ayudó a encontrar descanso de otra situación mentalmente muy exigente, como fue la oposición a Economista del Estado que comencé a preparar a finales de 2015, coincidiendo con el nacimiento de mi primer hijo.

Con el frikismo bien metido en vena, y mientras todos nos esforzábamos por ganarnos la vida honradamente, siguieron sucediéndose las campañas, a veces ejecutadas, otras veces solo planificadas, a distintos juegos. Si no recuerdo mal, 2015 fue también el año en que salió Frostgrave, que supuso una auténtica revolución en el ámbito de los wargames y nos llevó a la posibilidad de plantearnos jugarlo ambientado narrativamente en el mundo de los Elder Scrolls, lo que llamamos el Froster Scrolls. Esa campaña nunca llegó a suceder, aunque yo rescaté la idea para una campaña al Rangers of Shadow Deep, que no deja de ser muy parecido a Frostgrave. También echamos una campaña a Gorkamunda en la que apenas llegamos a jugar unas siete u ocho partidas, pero generó una cantidad de material narrativo tremendo, unas 80 páginas en Word si no recuerdo mal. El material del que están hechos los sueños. Lo mismo sucedió con una liga de Blood Bowl que fue bastante corta (y, por supuesto, nunca se terminó) pero de la que salieron una buena cantidad de anécdotas y chorradas, en línea con el gamberrismo inherente al juego.

Especialmente si en la liga hay norses y goblins

La tónica habitual en nuestro grupo de juego, pues, es que estábamos generando muchísima narrativa de cada cosa que hacíamos. Si reviso el correo, en aquellos años lo tengo lleno de mensajes con relatos adjuntos, y de todos ellos tengo grandes recuerdos, pero especialmente de éste, que me llegó en un momento particularmente tenso de mi vida y me sirvió para, por lo menos, esbozar una sonrisa.

Una idea terrible

Llegamos a finales del año 2019, pocos meses antes de que Margarita del Val y César Carballo se convirtieran en auténticas estrellas del pop. Yo acababa de aprobar la oposición (no Economista del Estado, sino diplomado comercial), había vuelto a vivir a Madrid después de pasar un par de años en Almería y conocer finalmente a Elrudok y a toda la buena gente del club Ludere (después Antebellum), mi segundo hijo acababa de nacer, había cumplido los treinta, y mi vida parecía encauzada. En ese contexto, unos cuantos colegas quedamos para echar una partida de Mordheim, de la maldita Tercera Era, y cuando fuimos a cenar, Malvador dijo las palabras que serían el origen de esto que estoy haciendo aquí.

"Oye, podríamos hacer un blog"

Malvador, en ese momento

Para ser completamente honestos, Malvador no habló de un blog como tal, sino de un repositorio online donde poder centralizar todos los relatos que habíamos ido escribiendo durante los últimos años y que teníamos por ahí perdidos en incontables correos y en el Whatsapp. Lo que él tenía en mente era algo parecido a la antigua y venerable web de Games Workshop, en la que podías echar horas y horas leyendo Trasfondo del bueno, no como la abominación que es ahora. Así que cogimos el órdago, nos pusimos manos a la obra, y el 1 de enero de 2020, al tiempo que algunos en China comenzaban a enfermar de forma sospechosa, nosotros dábamos comienzo al blog con gran ilusión, pensando que la década de los veinte sería alegre y feliz. Menudos ilusos...

Como se puede ver, aunque el blog comenzó su andadura en enero de 2020, por entonces llevábamos un par de meses subiendo entradas en oculto, precisamente porque lo que queríamos era no tanto que fuera un blog al uso sino una biblioteca, por así decirlo. Una montaña de sabiduría. Y de haber sido simplemente eso, ya habría sido una gran cosa, algo suficientemente bueno. Pero yo, personalmente, quería hacer algo más. Ya he dicho que soy una persona más bien tímida, motivo por el que nunca salió de mí, no ya comentar en los blogs que seguía, sino hacer el blog en el que pensé varias veces. Pero, al sumarme a la idea de Malvador, en cierta forma la secuestré para dar forma a eso que siempre había pensado hacer y nunca había encontrado el valor de hacer.

La troglafortaleza

En la entrada anterior dije que, cuando dejamos el frikismo y volvemos a él, en la inmensa mayoría de los casos en realidad volvemos a una cosa muy diferente que la que dejamos atrás. Yo no soy la misma persona que se compró el libro de ejército del Imperio en la Avenida de la Estación, allá por 2002. Es posible que ni siquiera sea la misma persona que comenzó a escribir en este blog en 2019. Yo no volví al frikismo, sino a reencontrarme con esa persona que fui en su momento, no porque quisiera volver a ser así, no porque la echara demasiado de menos, sino porque la necesitaba como punto de referencia para seguir avanzando.

Siempre he amado el mar porque el mar es una constante. Todo a su alrededor varía, pero el mar permanece y permanecerá. Salvando muchísimo las distancias, para mí el frikismo representa algo semejante, una constante inalterada que sirve de refugio ante las tribulaciones de la vida. Obviamente, no es mi único refugio ni tampoco el principal, para eso tengo cosas mucho más importantes como mi Fe, mi familia o mis amigos. Pero no voy a despreciar la extraña serenidad que me produce volver a las espantosas calles de Mordheim o ponerme al mando de mis heroicos soldados imperiales, como tantas y tantas veces he hecho. En ocasiones anteriores caminé por Mordheim mientras mi yo real tenía que lidiar con problemas que acabé resolviendo, y si lo hice en aquella ocasión, también podré hacerlo en esta o en otra que se presente.

Como he dicho, cuando he experimentado momentos complicados (algunos más, otros menos) en mi vida, la lectura de los blogs que he citado me ha servido, cuanto menos, como una evasión temporal y placentera. un lugar de descanso mental en el que coger fuerzas antes de seguir peleando. Y, cuando nos pusimos a hacer el Troglablog, yo pensé que, cohone, ya que me ponía a ello podía al menos intentar que sirviera a un propósito semejante. Es un objetivo extremadamente pretencioso, lo sé, pensar que puedo crear algo que ayude a otros a sobrellevar aunque sea un poco mejor los problemas que la vida nos trae a todos, pero tampoco tenía nada que perder. Por eso yo he dedicado más atención al blog que los otros autores, no porque ellos tuvieran menos interés, sino porque yo tenía un objetivo diferente en la cabeza.

Y así va a seguir siendo.

Plus Ultra

De estos últimos párrafos quizá pueda desprenderse que estoy atravesando por un momento algo oscuro en mi vida, y gracias a Dios no es así en absoluto. Siempre hay cosas que podrían ir mejor, por supuesto, pero todo está donde debe estar y no parece que vaya a haber grandes sobresaltos en el horizonte, aunque quizá sí grandes aventuras. 

No obstante, no es menos cierto que una vida que va bien es una vida que también exige esfuerzo, no solo para mantenerla en el buen sendero, que ya es algo considerable de por sí, sino porque se van abriendo puertas que deben ser exploradas. El año pasado fue para mí un año de grandes cambios, todos ellos a mejor (aunque uno de ellos fue cambiar Almería por Madrid una vez más, que bueno...), y eso también ha traído más cosas que hacer. Mi trabajo se ha vuelto más interesante, tanto en el sentido positivo de ser realmente atractivo como en el sentido negativo de requerirme más esfuerzo. Me he comprometido con un proyecto que me hace una especial ilusión y que tengo que entregar el 1 de julio del año que viene, para lo cual voy ya algo justo de tiempo... y mis hijos van creciendo y empezando a tener curiosidad por las cosas más allá de la Patrulla Canina, lo que es de agradecer.

Patrulla Canina en el cuadragésimo primer milenio

Ello ha redundado en que tenga menos tiempo, no ya para subir cosas al blog, que también, sino para jugar partidas y campañas que luego poder traer aquí. Además, la situación en que me encuentro es compartida por varios de los colegas que hacen el Troglablog y/o con los que juego habitualmente, lo cual también es una alegría, pero de nuevo, reduce el tiempo disponible para frikismo. Ya en los últimos meses el ritmo de publicación ha decrecido, y esto es una tendencia que probablemente se mantenga en el futuro.

Este es el sencillo cambio que quería anunciar, una reducción en la frecuencia de publicación. Es verdad que esto no haría falta siquiera explicarlo, y mucho menos montarme las dos entradas ultralargas que he escrito como "justificación", pero bueno, aprovecho la circunstancia y suelto el tocho que llevaba mucho tiempo rumiando. Esta reducción, además, no llevará a un cierre total ni mucho menos. Si algún día llegara el momento en que por lo que sea no puedo seguir escribiendo, lo diría, porque me producen mucha pena los blogs que se quedaron abandonados, sin saber si en algún momento regresarán o no. No quiero eso, pero como digo, todavía quedan muchas historias que contar, y las iremos contando, Dios mediante.

¡Hasta entonces!

7 comentarios:

  1. Bueno Soter, no te preocupes, es una pena pero es normal que la vida real nos saque de nuestros lugares de cobijo. Aquí seguiremos esperándote.
    Mucho ánimo y fuerza.
    Un saludo.

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    1. ¡Muchísimas gracias! No te preocupes, seguiré por aquí. Con menor frecuencia, pero seguiré. Aunque el blog no fue idea mía, le he acabado cogiendo cariño.

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  2. Si tuviera que aportar mi granito de arena a cada aspecto de esta entrada que quiero reafirmar necesitaría un comentario enórmido. Baste con decir que me siento pelín emocionado por tus palabras sobre el peón y el rey y que respecto a la frecuencia de entradas, que sea la que se pueda porque aquí estaremos esperando esas historias y esa narrativa donde el Troglablog siempre es sobresaliente.
    Me dejó muchas cosas (la función catártica del hobby, sacar una sonrisa con un relato, el chiste de la patrulla canina grimdark, ser un berserker de 28 mm para no serlo en la vida real... ) pero lo dejo estar para no empañar lo más importante: mucho ánimo en esta nueva etapa, mucha suerte con los proyectos personales y gracias de corazón por tus palabras.
    Un abrazo

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    1. ¡Muchísimas gracias a ti! Pongo la mano en el fuego a que nunca se te habría pasado por la cabeza que había alguien en el jodido Omán leyéndote y disfrutando de vuestras aventuras. La vida es a veces muy extraña. Y supongo que es reconfortante ver que, joder, al final las cosas que escribes pueden ayudar a alguien en algún momento. Conmigo desde luego funcionó, así que te agradezco que estuvieras ahí escribiendo!!

      Gracias también por las palabras del Troglablog. Aquí seguiremos contando historias y quién sabe, lo mismo alguna puede ser conjunta. Tengo un hermano que no para de darme la brasa con que tengo que ver Cantabria, que es una joya... pues tendré que hacerle caso en algún momento.

      ¡Un abrazo!

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    2. Jajajaja! Y no te quemas. El peón y el rey aspiraba a muy poco y me resulta un logro tremendo que pusiera un granito de arena positivo en cualquier momento.
      El Troglablog es un lujazo.
      Me apunto a todo!
      Un abrazo

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  3. Vaya tocho te has cascado para decir que vas a sacar menos entradas, que vergüensa… escribe insensato!! Pd: el Emperador protege (Chernov)

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    1. Jajajajajajajajajaja... totalmente. En realidad he aprovechado que el Ebro pasa por Zaragoza, tenía ganas de soltar el tochaco y he usado esto como excusa.

      Ya escribiré cómo el Emperador no pudo proteger a tus hombres... les espera una buena guerra de religión en Madrid. Lo mejor de la vida oiga.

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