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martes, 19 de noviembre de 2019

Los orígenes de Chantal


Chantal es la nigromante que lidera mi hueste de No Muertos. Comenzó siendo un simple despojo en la Segunda Era de Mordheim (con una modificación para que pudiera escoger habilidades académicas en vez de fuerza, que no le pegaban mucho) y, a partir de ahí, el personaje fue evolucionando hasta convertirse en una Maestra Nigromante de pleno derecho. Es uno de los ejemplos de lo que se puede hacer cuando dejas fluir la narrativa. Desde entonces la he usado en muchas partidas y campañas, cuyos enlaces encontraréis más abajo, pero este relato es el que más claramente sintetiza sus orígenes. Espero que os guste.

No tengo ni idea de qué es Legend of the Cryptids o de quién es esta señora, pero se parece bastante a la imagen que yo tengo de Chantal


“Bien, así que quieres que hablemos de Chantal, ¿no es así? Es un buen tema de conversación, no te lo niego. Un tema que suele propiciar debates tan encendidos y apasionados como ella misma.

La primera disputa, la más extendida, se refiere a si es la mujer más bella del mundo. Personalmente creo que efectivamente lo es: la he tenido frente a mí en tres o cuatro ocasiones y es prácticamente imposible no sucumbir ante una hermosura tan avasalladora. Quienes discrepan suelen argumentar que este título corresponde a Lucrecia Belladona, la famosa envenenadora tileana, o a la Zarina de Kislev. Bueno, entiendo que los rasgos de la primera son mucho más voluptuosos y exuberantes, mientras que la segunda es infinitamente más delicada, quizá incluso más armoniosa. Lo que para mí convierte a Chantal en la mujer más preciosa que puedas encontrar no es tanto su físico, aunque es indudablemente admirable, sino su conducta: cuando te mira, sus ojos traspasan el alma, y su sonrisa… nunca he visto una sonrisa igual, tan embaucadora, tan inocente y al mismo tiempo tan terriblemente depravada. Esa sonrisa ha condenado las almas de miles de personas, y es todo lo que necesita para someter a cualquiera, salvo que sea increíblemente puro, a su voluntad.

En la segunda disputa participan menos personas, pero el consenso es mayor. La pregunta es si Chantal es la persona más cruel, sádica e irremediablemente psicótica del mundo conocido, y casi nadie suele negar que lo es. Como digo, son pocos, por fortuna, los que han llegado siquiera a vislumbrar los abismos de maldad y demencia en que esta mujer es capaz de hundirse. Yo mismo soy un Magíster de la Orden de la Luz: he sido entrenado para soportar horrores innombrables, para enfrentar mi mente y mi alma a las abominaciones que viven más allá del velo. He visto los más negros abismos de la oscuridad, y aún así puedo asegurarte que, cuanto más conozco de Chantal, más difícil me resulta mantener la cordura. No, no puedo decir más: no lo digo por menospreciarte, pero no creo que fueras capaz de soportarlo. Imagina lo que quieras: cualquier cosa que tu mente sea capaz de concebir será un juego de niños en comparación con las auténticas prácticas de Chantal y su cábala nigromántica.

Sí, Chantal es una nigromante.

No, no mucha gente lo sabe. Pero creo que es más por el hecho de que no se quiere saber, que porque ella se moleste mucho en ocultarlo. Es discreta, desde luego… no se dedica a lanzar maleficios ni reanimar muertos a plena luz del día. Lo que quiero decir es que casi nadie se molesta en indagar sobre quién es, pues Chantal se ha creado un personaje, una máscara, que acompaña bien a su belleza y motiva que las personas con las que se cruza prefiera aceptar ese personaje antes que enfrentarse a la verdad. Desde luego, esa belleza tan descocada y atrevida de la que te hablo inflama las pasiones y predispone a todo el mundo a que la reciban bien, quizá con la esperanza de que ella corresponda a sus deseos, o simplemente por deleitarse con la cercanía de su presencia. Pero, además, se presenta como una persona culta, de la alta sociedad, influyente, cosmopolita… es verdad que es todas esas cosas, aunque en un sentido bastante retorcido. En cualquier caso, pocos están dispuestos a contrastar la veracidad de esa fachada, y gracias a eso y a su hermosura Chantal consigue acceder a todos los salones, banquetes y actos, e incluso a veces logra ser nombrada institutriz de alguna jovencita de las casas nobles, lo cual es sin duda la peor decisión que nadie pueda tomar… de entre las muchas perversiones de Chantal, una de las más notables es su predilección por las muchachas, ya me entiendes.

En realidad, resulta fascinante su capacidad para subyugar incluso a poblaciones enteras y que ellas crean que están siendo favorecidas, incluso cuando revela su verdadera naturaleza. En una ocasión, una ciudad tileana en la que se encontraba pasando el verano sufrió una incursión de skaven. Atacaron como suelen hacer, preparando sigilosamente el terreno, infiltrándose por las alcantarillas y eliminando a la guardia. Cuando la situación se hizo insostenible, Chantal se ofreció a salvar la ciudad, obteniendo a cambio la promesa del regidor de que recibiría lo que pidiera. Durante la noche, la bruja descendió a las alcantarillas, reanimó a los muertos y fue poco a poco desgastando a los skaven, incorporando a los caídos a sus filas. Al amanecer, todos los hombres-rata estaban muertos, y Chantal pidió al regidor llevarse a las veinte muchachas más bellas de dieciséis años, un pago que se tendría que realizar cada año entre las que cumplieran esa edad.

Si te fijas, esto muestra su inteligencia: podía pedir a todas las mujeres, algo contra lo que se habrían rebelado. Podría haber pedido a todas las que alcanzaran los dieciséis años, algo contra lo que también se habrían rebelado. En lugar de eso, pidió solamente veinte, y las más bellas, que por los cuidados que reciben suelen ser de la clase alta. Me consta que quienes ceden a sus hijas suelen creer que Chantal las forma en alguna especie de escuela diplomática o para señoritas. Imbéciles. La terrible verdad es que se convierten en sus esclavas y se unen a su depravado culto de la muerte.

Imagino que podríamos decir que existe un tercer debate sobre Chantal, aunque creo que sólo está en mi cabeza. No sé hasta qué punto ella es así por elección o si nunca pudo ser algo distinto. Su belleza, su perversión, su sadismo y su dominio de la nigromancia, todo ello puede ser una marca de nacimiento, un sello indeleble que la define, quiera o no. No lo sé. La verdad es que esto es en parte una disquisición sobre la naturaleza del alma humana, tema incognoscible donde los haya, y en parte conclusiones que extraigo sobre la base de detalles biográficos que pueden estar incompletos o equivocados.

Lo que puedo decirte es, con todo, bastante más de lo que sabe nadie… salvo por la propia Chantal, quien sabrá si lo que te digo es correcto o no. Chantal y su melliza Elena, de la que probablemente no habrás oído hablar nunca, nació en uno de tantos miles de pueblos aislados del Imperio, en la provincia de Stirland. Nadie sabe quién fue su padre… y, visto lo visto, es posible que fuera un hechicero, un nigromante, incluso un demonio. Es un misterio que su madre se llevó a la tumba. Lo cierto es que ambas nacieron en la noche de Geheimsnacht, la noche de las brujas, bajo la luna de Morrslieb. Nada sano puede nacer esa noche… y Chantal y su melliza, pese a su extraordinaria belleza, no estaban sanas.

Las tres vivieron relativamente alejadas del pueblo, pues todos las consideraban malditas, no ya solo por la mala reputación inherente a una madre soltera que desconoce (o peor, conoce pero no quiere manifestarlo) al padre de sus hijas, sino por el hecho de haber nacido en la noche maldita. Lo sorprendente es que la turbamulta no las linchara hasta la muerte, o que ningún cazador de brujas las quemara. Quizá su belleza les protegió; quizá usaran sus cuerpos para comprar su supervivencia. No lo sé ni me atrevo a aventurar nada, pues tampoco es necesario. El hecho es que sobrevivieron incluso tras la muerte de su madre, cuando las mellizas tenían dieciséis años. Bueno, “muerte” puede que no sea la palabra adecuada, pues simplemente desapareció. Quizá abandonó a sus hijas para buscar una vida mejor… quizá volvió a la Oscuridad a la que pertenecía. Lo único que tengo medianamente claro es que las mellizas no tuvieron nada que ver con este suceso: supongo que, a su retorcida manera, la adoraban.

Cuatro o cinco años después de aquello apareció en el pueblo la persona que supondría el primer punto de inflexión en la vida de Chantal. Me refiero a Ayn Ad-Dhalam, el Ojo de las Sombras, una de las más famosas y misteriosas nigromantes árabes, una tierra prolija en practicantes de Magia Negra. Ayn Ad-Dhalam era tan depravada que, pese a la cierta tolerancia que muestra la sociedad árabe al estudio de la magia (incluso la nigromancia), fue finalmente desterrada de Irem, la Ciudad de los Pilares. Seguramente sus perversiones tuvieron mucho que ver con eso también… sí, al igual que a Chantal, le gustaban más las mujeres. Quizá fue Ayn Ad-Dhalam quien fomentó ese vicio en las mellizas… la verdad es que no lo sé. La nigromante pasó algunos años vagando por los Reinos Fronterizos, hasta la caída de Mordheim, momento en que se dirigió al Imperio y, como digo, llegó al pueblo de Chantal. Se encontraba de camino hacia Mordheim, pero quizá permaneció más tiempo de lo debido en el pueblo por la presencia de las hermanas siniestras.

Ayn ad-Dhalam ocultó su verdadera identidad ante el burgomaestre del pueblo, al que sedujo, y se convirtió en una mujer destacada en la vida social del enclave, haciéndose pasar por alquimista y sanadora. No obstante, visitaba a las mellizas siempre que podía, y allí les instruía en el uso de la magia. Por aquel entonces la habilidad de Chantal no estaba tan desarrollada, sino que permanecía latente. Las lecciones de Ayn Ad-Dhalam no versaban tanto sobre práctica mágica en sí como sobre la identificación de hierbas y minerales y sus propiedades, preparación de encantamientos y demás. Ayn Ad-Dhalam las preparaba para usarlas como sus aprendices… y sus amantes.

Finalmente, cuando Ayn Ad-Dhalam se sintió con fuerzas, desató una orgía de magia negra que masacró a todos los habitantes del pueblo y los convirtió en zombis. A los que lograron sobrevivir, los más fuertes, las tres arpías los encadenaron y los torturaron brutalmente hasta que quebraron su cordura, convirtiéndose en necrófagos y esclavos absolutos de su retorcida voluntad. Con este pequeño ejército emprendieron el camino a Mordheim.

El paso de Chantal por la Ciudad Maldita fue fructífero para ella. Luchó en varios combates, encontró tomos de gran poder, y conoció a gente interesante. Quizá conozcas a Newton, uno de los grandes científicos de nuestra época… bueno, se rumorea que Chantal fue uno de los elementos clave en su teoría de la gravedad. Con todo, supongo que sabes lo suficiente de lo que pasó en Mordheim como para comprender que, incluso para personas así, la esperanza de vida en la ciudad es muy corta. Ayn ad-Dhalam y Elena murieron a los pocos meses de llegar, la primera asaeteada por un cazador de brujas que con un virote de ballesta le atravesó el corazón, la segunda con la cabeza abierta por un martillazo de un sigmarita. Esto supuso el segundo punto de inflexión en la vida de Chantal, quien desde ese momento se convirtió definitivamente en una mujer despiadada, brutal y sádica. No es que antes no lo fuera, pero cualquier resquicio de cordura que aún guardara en su bella cabecita rubia desapareció definitivamente el día en que su hermana y su amante murieron.

En cualquier caso, no lo tuvo difícil para entablar nuevas… “amistades”. En Mordheim formó una camarilla con la Ladrona de Almas, una nigromante de Mousillon que fue quien realmente le enseñó la nigromancia y que ahora es la Suma Sacerdotisa de su demencial Culto a la Muerte y su amante predilecta, la Dama Azabache, una bruja de los Reinos Fronterizos, y Sveta, una bella kislevita desorientada. La Dama Azabache acabó muriendo también, pero Beatrice y Sveta siguen a su lado, y fue el germen del infame ejército que lidera, formado a partes iguales por muertos reanimados, mujeres a las que ha seducido y hombres a los que ha esclavizado, destrozándoles su mente a fuerza de reforzar su lascivia y mostrarles que nunca podrán poseerla.

Este culto infame tiene su guarida en las montañas que separan el sur del Imperio de los Reinos Fronterizos, en una fortaleza excavada en la roca que antaño fue un puesto avanzado de observación enano y en el que Chantal se asentó tras arrebatárselo a las tribus Goblin. Allí ha creado una corte de lujuria, maldad, salvajismo y oscuridad sin límites, pero, pese a ser un fiel reflejo de los desvaríos torturados de Chantal, ella sólo permanece allí en otoño y en invierno. Cuando rompe la primavera, y hasta que las hojas comienzan a caer, se refugia en alguna ciudad del Imperio, de Tilea, Bretonia o los Reinos Fronterizos, donde busca reclutas para su culto, afianza su influencia entre los nobles de estas naciones y disfruta de los placeres de la civilización.

Hay un motivo muy poderoso para este comportamiento, y tiene que ver con su estancia en Mordheim. Supongo que conocerás la Revuelta Artúrica, y cómo terminó aquello. Bueno, uno de los paladines del autoproclamado Rey era Aurelian, un vampiro, y tanto Chantal como Ayn Ad-Dhalam y Elena llegaron a Mordheim bajo sus órdenes. El vampiro sabía que Chantal y sus tres amigas eran una amenaza para Arturo, pero, pese a ello, no mató a Chantal: tras tanto tiempo viendo sus acciones y su potencial, decidió que sería mucho más interesante matarla cuando hubiera alcanzado todo el poder que llegaría a ostentar

Efectivamente, Chantal ha crecido enormemente en fuerza desde sus días en Mordheim, pero sigue temiendo el retorno de Aurelian. Era un Dragón Sangriento de ascendencia estaliana, con lo que sabe que, tarde o temprano, volverá para cumplir con su palabra. Esto es lo único a lo que Chantal teme: y por eso, cuando su poder mengua ante el avance del Viento de la Vida en primavera y verano, se retira a la civilización, esperando que Aurelian no la perseguirá hasta allí.

Sea como sea, yo también creo que es mejor hacerle el trabajo sucio a ese vampiro, si es que sigue vivo. Sé dónde está su fortaleza. La he visto antes, y puedo decirte…

Espera, ¿has oído eso?

¡Cuidado!”

(Se oye una descarga de energía mágica)

“Vaya, Chantal, vaya… si pensabas que podrías matarme enviando a esos inútiles aquí…

Pero qué demonios…

¡CORRE POR TU VIDA IMBÉCIL, CO…!”

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