Saludos a todos, damas y caballeros.
Se termina un mes de agosto un tanto extraño, en el que parece que la fiebre por los remakes que lleva sacudiendo a la industria del cine durante varios años se ha extendido a otros ámbitos de la vida. Pau Gasol volvió al Barcelona, Cristiano Ronaldo al Manchester United y los talibán a Kabul. Dar marcha atrás no servirá para borrar lo desastrosos que han sido los últimos 13 años, aunque supongo que podemos hallar consuelo en el hecho de que no hemos vivido ninguna gran guerra, como sí sucedió en los tres siglos anteriores. No lo diré en voz muy alta porque todavía estamos a tiempo.
En cuanto a pintura, creo que este es el mes en que, tras dos años y medio pintando con cierta frecuencia, por fin he dado un salto de calidad. Con ello no me refiero tanto a que pinte mejor, cosa que no creo, sino a que he conseguido superar una de mis lacras como pintor: pintar lento. Este es el mes del año en que más he pintado, lo cual me enorgullece si se tiene en cuenta que la mitad del mes la he pasado de vacaciones y sin tocar un pincel. Por lo que, si antes pintaba regular y lento, ahora sigo pintando regular, pero al menos lo hago más rápido y tardo infinitamente menos con las miniaturas. Es algo que me alegra porque mi enfoque siempre ha sido centrarme más en la cantidad que en la calidad.