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domingo, 26 de marzo de 2023

La Gesta de Wallenstein

Saludos a todos, damas y caballeros.

Ya avancé que este sería un año en que los elfos silvanos tendrían mucha presencia en el blog. También sería un año en que seguiría avanzando el Trasfondo de Leopold Wallenstein, mi personaje imperial en el siglo XXVI del mundo de Warhammer. Tras una primera campaña extremadamente molona en Tilea, "Los Amantes de Remas", y una no menos molona en Estalia, "La Sombra del Imperio", Leopold Wallenstein ha vuelto al Imperio y va a pegarse nada más y nada menos que con los elfos de Laurelorn, que serán llevados por Sede.

Tal como es costumbre en el blog, ponemos la campaña bajo la protección de Dave Gallagher

El nombre de la campaña ya os pondrá sobre aviso a los más veteranos, pues efectivamente se trata de una adaptación de una de las cinco campañas de quinta edición, en este caso "La Gesta de Agravain". Ya hemos hecho, con buenos resultados, adaptaciones de estas campañas, y no escondo que mi intención es jugarlas todas, naturalmente ajustadas a nuestra narrativa particular. En la versión original los contendientes son bretonianos y elfos silvanos, y en este caso los bretonianos van a ser sustituidos por mis imperiales, motivo por el que la acción se va a desarrollar en Nordland y en Laurelorn, en lugar de en Quenelles y Loren.

Por lo demás, hemos procurado que sea una adaptación bastante fiel a la original, tanto en el ámbito narrativo (con los necesarios ajustes de las facciones involucradas) como en las reglas. De hecho, esta fidelidad hace que el documento con la campaña sea bastante extenso, así que voy a ir poniendo los escenarios uno a uno y posteriormente los enlazaré, junto con relatos variados e informes de batalla, en esta entrada madre. Mi intención es que esta campaña esté muy cuidada, cosa que se merece por ser heredera de algo creado por Nigel Stillman y porque ambos tenemos los ejércitos enteramente pintados, como no podía ser menos, y escenografía específica para la ocasión... con lo que iréis viendo mucho de este maravilloso enfrentamiento en las próximas semanas, Dios mediante.

Os dejo con la introducción de la campaña. Espero que os guste.

LA GESTA DE WALLENSTEIN

Tras su proclamación como heredero de la familia Wallenstein y el anuncio de su compromiso con su prima lejana Lorena, Leopold Wallenstein volvió al Imperio. Tras un breve paso por su Averland natal, su padre decidió que sería buena idea que participara en el torneo de Salzenmund de aquel año, por lo que, sin apenas tiempo para descansar, él y su prometida emprendieron el camino hacia la lejana Nordland.

Los Wallenstein nunca han tenido demasiada buena fama más allá de las fronteras de Averland, lo que se debe a que fueron los primeros nobles imperiales en aceptar el culto de la diosa Myrmidia, y son sus grandes patrocinadores dentro de las fronteras del Imperio. Eso hace que, en opinión de otras familias, los Wallenstein tengan demasiadas influencias extranjeras, lo que es especialmente cierto si se tiene en cuenta la existencia de las ramas tileana y estaliana de la familia y que los Wallenstein suelen pasar largos periodos de formación en estas regiones sureñas, y hablan su idioma a la perfección.

Los nobles nórdicos siempre han sido los más vocales en la expresión de su rechazo a esta “degeneración sureña”, por lo que la misión de Leopold Wallenstein en el torneo de Salzenmund buscaba estrechar lazos con las familias nobiliarias del norte del Imperio y, en especial, del condado de Nordland. Para ello, Leopold llevaba consigo una gran reliquia del culto a Myrmidia, el Cáliz de la Doncella Guerrera, del que se supone que bebió la diosa antes de una gran batalla contra los pielesverdes. El transporte de este objeto tenía por motivo servir de inspiración a la escasa comunidad myrmidiana en Salzenmund y, también, permitir estrechar lazos con los nobles de otros cultos, al permitirles vislumbrar una reliquia tan preciada.

La misión de Sethlarion era semejante: a diferencia de lo que sucede con otras comunidades de elfos silvanos, particularmente los que habitan en Athel Loren, los elfos del bosque de Laurelorn son menos esquivos y están más predispuestos a interactuar con sus vecinos, con los que consideran que es necesario tener buenas relaciones. El torneo de Salzenmund es una buena oportunidad para poder relacionarse, en el mismo sitio y en un corto periodo de tiempo, con el mayor número posible de humanos… algo conveniente, pero no siempre placentero, por lo que la oportunidad de hacer muchos contactos en pocos días y volver al bosque siempre es bienvenida.

En los fastuosos banquetes que se celebraron, Leopold Wallenstein tuvo ocasión de cruzar algunas palabras con Sethlarion, quedando impresionado ante la majestuosidad y la elegancia del elfo, primer representante de su raza al que veía. Sethlarion, por su parte, trató a Leopold con la mayor amabilidad que podía tener un ser milenario con una cría humana de apenas diecisiete años. Nada en el humano le pareció especial, hasta que, en un momento de la noche, Wallenstein mostró a los comensales el Cáliz de la Doncella Guerrera.

Sethlarion sintió que las manos le ardían cuando el cáliz llegó a sus manos, siendo pasado de un comensal a otro. Pese a lo que pudiera pensar el humano, aquella reliquia tenía una clara manufactura élfica, y era antiguo más allá de lo imaginable. No estaba seguro, pero pensaba que podía haber sido forjado como un objeto de gran poder por los ancestros de aquellos elfos que se acabaron asentando en Laurelorn. Era evidente que no podía robarlo sin más: su misión diplomática fracasaría y, aunque no debía temer mucho de un muchacho de diecisiete años, eran demasiados humanos como para enfrentarse a todos ellos a la vez.

Así, Sethlarion tramó un plan para intentar recuperar el cáliz para su pueblo minimizando el daño diplomático. Intentaría crear el caos durante el torneo para que la pérdida de la reliquia pudiera ser achacada al desorden resultante, y no a un robo. Pero no sería fácil…

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