Saludos a todos, damas y caballeros.
Coincidiendo con el final de 2023, Sir Sedentor y yo pudimos terminar la campaña de "La Gesta de Wallenstein", una de las adaptaciones de las maravillosas campañas de quinta que hemos hecho en el blog y que nos ha servido para avanzar en el Trasfondo de Leopold Wallenstein, ver a los muy sensuales elfos silvanos de Sir Sedentor en acción, librar una justa que pasará a la Historia y, sobre todo, echar muy buenos ratos. No se puede pedir más.
Tras la justa, que realmente solo liga con el resto de la campaña en lo narrativo pero no en reglas, vinieron la segunda y la tercera partida, ambas ganadas por Sir Sedentor y sus taimados abrazaárboles y fumalíquenes de forma muy contundente. La campaña está preparada para ello y el último escenario está hecho para favorecer al jugador imperial (bretoniano en el original) de forma que se compensen las ventajas que los silvanos habrán ido acumulando en las anteriores. Pese a ello, mis pobres imperiales devotos de Myrmidia lo tenían difícil, pero ya se sabe... uno no entra en Laurelorn sin más.
Para la batalla, Sir Sedentor desplegó a esta caterva de ecoterroristas:
- Sethlarion: biennacido con Gran Arco de Kurnous, Broche de Amarantos, Armadura de la Zarza, estirpe de los forestales.
- Gilgamor: noble elfa silvana, estirpe de los bailarines, guerreros, Espadas de Loec, Piedra del retoñar.
- Pauriel: cantora de árboles, nivel 2, saber de las bestias, Orbe del bosque profundo. Obtuvo los hechizos forma salvaje de Wissan, impulso predatorio y zarzas místicas (por el orbe)
- Candelgar: cantora de árboles, nivel 1, saber de la vida, flecha de lluvia de muerte, pergamino de dispersión. Obtuvo el hechizo sangre de la tierra.
- 10 Guardias del bosque, flechas certeras
- 10 Guardia del bosque, flechas certeras
- 12 Dríades, hostigadores, oficial
- 6 Jinetes del bosque, arcos élficos y lanzas, flechas certeras, músico
- 9 Bailarines guerreros, oficial, músico, tambor de guerra
- 5 Jinetes Salvajes de Kurnous, oficial, músico
- 3 Arbóreos, corteza nudosa, oficial con ramaje punzante
- 3 Jinetes de Halcón, arcos élficos, escudos, oficial, músico
- Gran Águila gigante
- 6 forestales con flechas de fuego lunar, oficial.
Mientras que yo llevé un heroico grupo de locos y suicidas:
- Leopold Wallenstein: Comandante imperial con Espada de Segismundo, Armadura del Alba, Sudario de Magnus, pistola, escudo.
- Lukas Wallenstein: capitán, pegaso, armadura de placas, escudo, Ensartadora, Espejo de Van Horstmann.
- Andrea Vitale: capitán portaestandarte de batalla, Estandarte del Grifo, Escudo encantado, armadura de placas.
- Don Enrique: capitán caballo con barda, armadura de placas, lanza de caballería, pistola de repetición, Cáliz de Rubíes, Escudo rúnico.
- Heinrich Braun: ingeniero, pistola de repetición.
- Guardia de la fortaleza: 25 alabarderos, grupo de mando completo, Estandarte del Deber
- Tercio de Grenzstadt: 24 lanceros, grupo de mando completo, Pabellón de Disciplina Estatal
- Los vigilantes: 5 milicianos, pistolas, hostigadores.
- Los guardias de caminos: 5 milicianos, pistolas, hostigadores.
- La Orden de los Pilares: 5 caballeros, sangre de Sigmar, grupo de mando completo, Estandarte del Matademonios
- Orden del Oso Negro: 5 caballeros del corazón llameante, círculo interior, grupo de mando completo, Estandarte del Libre Paso, oficial con Corazón de Obsidiana.
- Los valientes medianos: 5 halflings, hostigadores.
- XIV de pistoleros del Aver: 5 herreruelos
- Revientagoblins: mortero
- Cazadores del bosque embrujado: 5 exploradores.
- Ira del sol: batería de lanzacohetes.
Despliegue conjunto |
Según las reglas del escenario, Sir Sedentor desplegó primero y después tiramos para ver quién empezaba, ganando él la tirada.
Despliegue de los elfos |
Antes de entrar en la batalla, vale la pena recordar las reglas del escenario, porque serán de ayuda para entender el desarrollo. Si yo expulsaba a todos los elfos silvanos de la orilla del río opuesta a la de mi despliegue, ganaría la batalla. De no conseguirlo, habría que mirar puntos de victoria, y los elfos silvanos se considerarían vencedores en caso de empate. Todos los disparos desde la orilla silvana del río hacia el exterior tendrían un -1 para impactar, pero no al revés. Además, la primera vez que un héroe imperial entrara en el río recuperaría las heridas que hubiera perdido. Por último, a 5+ cada unidad de caballería imperial obtendría odio al ver los trofeos del árbol de los escudos, y en mi caso ambas unidades obtuvieron odio.
Despliegue imperial |
Turno 1 elfos silvanos
Sir Sedentor aprovechó su movimiento de vanguardia y el del primer turno para ganar mis flancos y amenazar a la artillería (habíamos desplegado a 12 pulgadas) con lo que quedó claro que mis máquinas de guerra iban a poder hacer un único disparo.
El resto del ejército movió con mayor precaución, manteniéndose al otro lado del río. Tampoco tenía necesidad de cruzarlo, ya que de hecho el objetivo para los silvanos era defender ese terreno.
La fase de magia se me dio bien, teniendo en cuenta que yo no tenía hechiceros (aunque sí mucha resistencia mágica en las unidades importantes). Lo único que consiguió lanzar fue el impulso predatorio sobre los jinetes de halcón, quienes pese a todo no consiguieron alcanzar a los exploradores.
En cuanto a la fase de disparo, la cosa resultó bastante más complicada. No lo parecía al principio, cuando los jinetes solo consiguieron matar a uno de los halflings...
Ni poco después, cuando los muchos penalizadores impuestos en su contra hicieron que la guardia del bosque apenas matara un miliciano...
Pero ya estaba Sethlarion para poner las cosas en orden y, de un único disparo de su arco lanzavirotes, cargarse a mi paladín en pegaso. El pobre no ha podido hacer absolutamente NADA en las dos partidas de campaña en que ha combatido.
Para rematar la faena, la otra unidad de guardia del bosque mató a tres herreruelos, pero por suerte los dos que quedaron superaron el pánico. Los forestales también estuvieron sorprendentemente benignos y solo mataron un caballero.
Turno 1 Imperio
Estaba claro que Sir Sedentor iba a aprovechar su extrema movilidad para rodearme, como también estaba claro que era algo que difícilmente iba a poder impedir. En lugar de eso, opté por tirar pa alante confiando en que su estrategia de yunque y martillo pudiera fracasar por falta de yunque.
Lo primero que hice fue declarar una carga contra los forestales, pues quitarme de encima a esos malajes era mi prioridad número uno. Sabiendo que al menos una probablemente moriría por el aguantar y disparar y por las eventuales trampas declaré carga con ambas unidades de caballería, e hice bien, porque de la del círculo interior entre disparos y trampas solo sobrevivió el portaestandarte... y ya puedo darme con un canto en los dientes.
En el resto de la fase de movimiento traté de rodear a los jinetes del bosque para al menos proteger a la batería de lanzacohetes, mientras que los bloques de infantería tiraban pa alante.
En el otro lado dejé a unos milicianos a cubrir las espaldas de lanceros y alabarderos para cuando los jinetes de Kurnous inevitablemente se cargaran al mortero.
Llegando a la fase de disparo (magia no había, como debe ser) los jinetes sufrieron un castigo inferior al que esperaba dada la potencia de fuego concentrada contra ellos, pues solo murieron tres de ellos y no huyeron por pánico, con lo que seguirían siendo una amenaza en turnos posteriores.
Además, la batería de lanzacohetes sufrió problemas al disparar pese a la presencia cercana del ingeniero, y estaría dos turnos sin poder hacerlo. Bien.
Para compensar, el mortero pegó un buen pepinazo que volatilizó a tres bailarines guerreros. Era lo único que iba a poder hacer en la partida, pero estaba bien hecho. Además, los dos herreruelos que quedaban consiguieron quitarle dos heridas al águila gigante. No la mataron, pero la verdad es que tuve una enorme suerte con eso, como veréis.
Finalmente, el turno de combate se resolvió como cabía esperar, con todos los forestales menos uno muertos y el que quedaba huyendo. Sorprendentemente no fue atrapado, pero dado que solo quedaba uno era bastante improbable que llegara a reagruparse. Un problema menos. Por su parte, la unidad de caballería que quedaba entera (y con un capitán dentro) arrasó contra el águila.
Turno 2 elfos silvanos
Sir Sedentor declaró varias cargas, que es lo que le gusta hacer dado que su otro ejército es Bretonia. Los jinetes del bosque cargaron contra los halflings, las dríades contra la unidad grande de caballería, los arbóreos contra la del círculo interior a la que solo le quedaba el portaestandarte, y los jinetes de Kurnous contra el mortero. Aquí la dotación falló el chequeo de miedo y huyeron, y naturalmente fueron atrapados, lo que está bien porque nos ahorró un combate que de todos modos sabemos cómo se habría resuelto.
Por lo demás, sus movimientos fueron un poco más agresivos, poniendo a los halcones cerca de la batería de lanzacohetes y a los bailarines guerreros más cerca del río. El forestal solitario siguió huyendo y se quedó cerca del borde de la mesa. La fase de magia fue de nuevo poco relevante, creo que consiguió colar el hechizo de regeneración pero nada que me hiciera daño.
La fase de disparo también fue relativamente inocua, aunque ya había muchos combates, con lo que es normal. Los herreruelos terminaron de sucumbir y el muy malaje de Sethlarion se cargó a cuatro alabarderos con su arco lanzavirotes. Eso sí que es un auténtico Legolas de la vida. Por suerte, no hubo que lamentar más víctimas.
La fase de combate se resolvió de forma favorable a mis intereses. Los arbóreos hicieron huir al caballero que quedaba, pero no lo mataron, y aunque era poco probable que se recuperara ahí estaba la opción. Se quedaron con su estandarte, eso sí, y se reorganizaron para hacer frente a la ofensiva de la infantería imperial. Por su parte, los caballeros perdieron el combate contra las dríades y uno de ellos murió, y aunque deberían haber huido automáticamente por el miedo, ellos también estaban causando miedo gracias al Estandarte del Matademonios y a que habían arrasado hacia el águila que se acababan de cargar, con lo que entre eso y la cercanía del porta de batalla mantuvieron la posición.
Finalmente, los jinetes hicieron huir y atraparon a los halflings. Ahí no cabía esperar nada.
Turno 2 Imperio
Gracias a que los caballeros de la Orden de los Pilares habían resistido heroicamente, pude contracargar con mi unidad de lanceros, los cuales solo superaron el chequeo de miedo gracias al portaestandarte de batalla, pero oye, lo superaron. Creo que nunca he amortizado tanto un porta. El resto siguió moviendo hacia adelante...
Salvo los milicianos, que siguieron intentando bloquear las tropas más rápidas del enemigo y bajarlas un poco a tiros.
Por su parte, el caballero del círculo interior que quedaba por ahí suelto terminó de huir, tal como cabía esperar.
Al final los milicianos fueron los únicos que pudieron disparar, y los que iban contra los jinetes de Kurnous no hicieron nada, pero los otros, con ayuda del maestro ingeniero, lograron hacer huir a los jinetes del bosque.
En la fase de combate las dríades perdieron el combate por dieciocho millones de puntos gracias en buena medida al Estandarte del Grifo, con lo que entre eso y las que habían muerto en combate, la unidad se desvaneció (en realidad lo hicimos mal porque las hicimos huir y ser destruidas por estar "emparedadas", en vez de hacer la inestabilidad como demonios que son en Reforged, pero dadas las que quedaban con vida y que tenían L0 el resultado estadísticamente más probable era que desaparecieran todas). Tras eso, los lanceros se reformaron para mirar de frente a los arbóreos, que les observaban con intenciones no del todo agradables.
Turno 3 elfos silvanos
En este momento Sir Sedentor empezó a darse cuenta de que la incursión imperial en el bosque iba en serio, y que como no tuvieran cuidado al final el Imperio acabaría anexionándose Laurelorn. Pero todavía tenía muchos recursos para evitar eso. Para empezar, cargó con los jinetes de halcón contra la batería del lanzacohetes y con los arbóreos contra los lanceros.
Además, los bailarines guerreros se acercaron a los alabarderos, y el forestal solitario terminó de abandonar la mesa.
En la fase de magia, Sir Sedentor hizo bailar a los bailarines con el impulso predatorio, y dado que es lo que mejor saben hacer, eso les sirvió para cargar contra mis alabarderos. Además, le metió la regeneración a los arbóreos.
En la fase de disparo, los arqueros que estaban frente a los caballeros dispararon a los caballeros, pero no consiguieron hacerles nada.
Eso lo resolvió Sethlarion, quien les metió un lanzavirotes por el flanco que por suerte solo mató a dos caballeros y le quitó una herida a Don Enrique, su capitán. Tal como podía haber terminado el asunto, me doy con un canto en los dientes.
Por su parte, los otros arqueros mataron a uno de los exploradores imperiales.
Llegados a la fase de combate, los arbóreos hicieron una buena escabechina, pese a lo cual perdieron el combate. Pero fue por poco, y solo uno de ellos desapareció por resolución, con lo que ahí seguiría habiendo guerra durante un buen rato.
Por su parte, los halcones ganaron a los artilleros del lanzacohetes, quienes, pese a todo, no tenían ninguna gana de salir corriendo.
En cuanto a los bailarines... vedlo vosotros mismos.
La matanza fue bestial. Además, hubo un desafío entre Gilgamor y Leopold Wallenstein, que se resolvió con que el imperial le coló una herida a la elfa y ésta dos al imperial (pese a salvar a 4+/4+/4+...). Evidentemente usé el Estandarte del Deber para ser tozudo ese turno, y con L9 conseguí quedarme... pero por la repetición del porta de batalla, no os creáis.
Turno 3 Imperio
La verdad es que entre arbóreos y, sobre todo, bailarines guerreros habían frenado en seco el ataque imperial. Era bastante poco probable que pudiera llegar a causar suficientes bajas en los elfos como para ganar la partida, aunque solo fuera porque eso pasaba por acabar con los bailarines guerreros y eso me parecía poco menos que imposible. Pero en fin, había que tratar de matar al mayor número de elfos que fuera posible, como es propio de la gente de bien.
A tal fin, los caballeros de la Orden de los Pilares que quedaban con vida cargaron contra los arqueros que tenían delante, logrando de paso que Don Enrique recuperara la herida que había perdido.
También podría haber cargado con los milicianos contra los jinetes de halcón, pero dado que éstos tenían más I, pensé que solo serviría para que me los mataran, así que preferí liarme a tiros aunque eso fuera a costa de matar algún artillero... como efectivamente sucedió. El intercambio de disparos dejó una herida en cada bando, pero eso me perjudicaba a mí mucho más que a los elfos.
Lo bueno es que los otros milicianos consiguieron matar a dos jinetes de Kurnous, cosa que oye, algo haría. A cambio, los exploradores fueron incapaces de sacarle una sola herida a la hechicera del saber de las bestias.
En la fase de combate, los caballeros hicieron trizas a los arqueros, como era de esperar. Sin embargo, no consiguieron atraparlos porque persiguieron todo el rato por el río, ergo por terremo difícil.
Los jinetes de halcón, por su parte, mataron al último dotacionista y se reorganizaron. Esto provocó la huida del ingeniero, quien ya sin máquina de guerra decidió que allí no pintaba nada y que se volvía a Nuln.
Los lanceros siguieron muriendo pero ganando el combate y bajando los números de los arbóreos por resolución, en un combate de desgaste en que tenía las de ganar, pero que probablemente dejaría a los lanceros demasiado debilitados como para ganar más combates.
Y, finalmente, los bailarines guerreros siguieron con su masacre, pero no llegaron a matar al último alabardero. Eso, unido a que Leopold Wallenstein mató en el desafío a Gilgamor (y que la piedra del retoñar esa le falló), me permitió aguantar un turno más...
Turno 4 elfos silvanos
Lo que sirvió para, si tenía las cosas poco difíciles, recibir una carga por la retaguardia de los jinetes de Kurnous. Definitivamente Leopold Wallenstein se iba a curtir bien en Laurelorn.
Por su parte, los milicianos recibieron la carga de los halconeros que quedaban, y consiguieron matar a uno gracias al aguantar y disparar... los halconeros estuvieron a punto de huir por pánico, pero superaron el chequeo para desgracia de esos pobres milicianos.
Además de eso, los arqueros no consiguieron reagruparse...
Y Sethlarion y la hechicera cercana, viendo el percal, decidieron por si acaso meterse cerca del bosque.
En la fase de magia, esa hechicera lanzó de nuevo el impulso predatorio sobre los arqueros, que cargaron a mis exploradores. Posteriormente, en la fase de disparo Sethlarion usó de nuevo el arco del demonio, con el que se terminó de cargar mi unidad de caballeros y dejó a Don Enrique con una sola herida, que menos mal que la había recuperado antes en el río.
En la fase de combate, los halconeros derrotaron a los milicianos y los hicieron huir, atrapándolos en la huida como era inevitable que sucediera.
El combate entre arqueros y exploradores acabó sin que nadie causara bajas, pero tal como Sir Sedentor había previsto, los muchos bonificadores estáticos favorables a sus elfos provocaron la huida de mis exploradores... aunque no fueron atrapados.
El combate entre lanceros y el único arbóreo que quedaba siguió igual, con los lanceros perdiendo gente y el arbóreo perdiendo el combate, pero cada vez por menos, consiguiendo así no desaparecer...
Y, finalmente, el combate de Leopold Wallenstein se resolvió de forma casi heroica. Dado que tenía I10, F5 y ataques mágicos gracias a su espada, confiaba en que quizá sería capaz de matar a los tres jinetes de Kurnous que le habían cargado, llevando a cabo una auténtica gesta. Lamentablemente, solo pudo matar a dos de ellos, y en cualquier caso luego tanto él como el alabardero que quedaba fueron barridos por los jodidos bailarines guerreros. Había hecho un buen papel... pero eso no era suficiente para sobrevivir al bosque embrujado.
Turnos finales
Las reglas del escenario daban la victoria a los elfos silvanos en el momento en que Leopold Wallenstein muriera o huyera del campo de batalla, pero seguimos combatiendo porque estábamos tan metidos que ni nos acordábamos. En cualquier caso, lo que queda lo narraré de forma más resumida, porque la batalla ya estaba resuelta.
Para empezar, Don Enrique hizo huir a los arqueros con una carga que naturalmente resultó fallida, pero le valió para situarse fuera de la vista del jodido arco de Sethlarion.
El tercio de lanceros finalmente consiguió acabar con el último arbóreo...
Aunque estaban ya demasiado debilitados, y después recibieron la carga de los bailarines guerreros, nada menos.
Evidentemente, los bailarines los mataron a todos y atraparon el estandarte de batalla en la huida. Esa unidad había conseguido del orden de unos mil puntos de victoria entre unas cosas y otras. Poca broma.
Por último, los jinetes de halcón cargaron contra la otra unidad de milicianos, y aunque uno de ellos murió, también lo hicieron los milicianos. Al final el único integrante del ejército imperial fue el caballero estaliano Don Enrique, quien, atravesado por tantas flechas que parecía un puercoespín, decidió que ya había vivido suficientes aventuras y que se volvía a su Estalia natal mientras pudiera.
Resultado: victoria de los elfos silvanos.
La verdad es que la batalla supone un cierre de la campaña muy adecuado. El ejército imperiañ se batió el cobre valientemente y limpió un poco su imagen de las dos partidas anteriores, haciendo que los elfos tuvieran que sudar y sangrar para poder imponerse. De hecho, hasta la aparición de los bailarines guerreros parecía que el imperio podía vencer... pero los seguidores de Loec fueron demasiado para todo el que se les puso por delante. Como hemos hablado en alguna ocasión, me alegra que hayan sido los auténticos héroes de la batalla y de la campaña en general, porque siempre ha sido gente que ha rendido muy por debajo de lo que debería ser su Trasfondo y en Reforged eso está solucionado.
La batalla también pone en buen lugar a Leopold Wallenstein, quien pese a haber perdido ha combatido con dignidad y ha llegado a vencer en desafío a la líder de los bailarines, lo cual no es cosa menor. A la tercera campaña va la derrota, pero es una derrota digna que le hará crecer como personaje. Pronto habrá un relato al respecto.
Mientras tanto, 2024 nos dará la oportunidad de seguir viendo a los elfos silvanos en las Tierras del Sur, donde seguro que hacen un gran papel, y con un poco de suerte podremos también ver alguna campaña que siga desarrollando el Trasfondo de Leopold Wallenstein. No nos vamos a aburrir.
¡Hasta entonces!
Uffff!
ResponderEliminarNo lo tuvo tan lejos el Imperio. Sí que veo que Sethlarion el arquero y los bailarines de Reforged son bestiales (y los forestales no deben estar a la zaga). Y me alegro.
Buena elección de porta y estandartes magicos por parte de los humanos. Bien pensado Wallenstein.
Un lujo, deseando leer el relato.
Un abrazo.
PD: No nos vamos a aburrir😉
¡Muchas gracias! Estuvo cerca, también porque Sir Sedentor se comportó honorablemente y no hizo uso de los objetos que había robado en la segunda batalla... si no, me planta un hombre árbol gratis y se va todo al carajo rápidamente xD. Pero precisamente por eso es un gusto jugar con él y en general con quien, pudiendo limitarse a destrozarte, prefiere no hacerlo y que pasemos todos un buen rato.
EliminarLos bailarines son bastante potentes en Reforged. Hay que reconocer que con algunas de las unidades se les va un poco la olla, pero los bailarines efectivamente lo merecen por Trasfondo y por molonidad. Los forestales son quizá demasiado, en esta partida tuve mucha suerte con ellos, en otras circunstancias han sido más jodidos. Pero bueno, todo eso al final es secundario, lo importante como siempre es con quién juegas.
¡Un abrazo!
Me ha molado mil!!! A seguir así, chicos!!!
ResponderEliminarUn saludo.
¡Muchísimas gracias! La verdad es que las partidas con Sir Sedentor nunca defraudan, pero ésta es, si no la mejor que hemos jugado, claramente top 3
EliminarGran final para la campaña. Cuando los dados se alinean con la trama llegan los mejores momentos de este juego. ¡A ver qué próximo viaje protagonizan estos Wallenstein para la próxima!
ResponderEliminar¡Muchas gracias! La verdad es que sí, fue un cierre de lo más adecuado. Leopold Wallenstein probablemente va a querer quedarse en Averland una temporada... pero eso no quiere decir que no vaya a tener problemas, ¡lo mismo llegan a por él!
Eliminar