jueves, 14 de septiembre de 2023

La Gesta de Wallenstein: el tren de pólvora

Saludos a todos, damas y caballeros.

Retomamos la actividad después del parón de vacaciones con una de las muchas campañas que tenemos entre manos en el blog, una especialmente sensual, pues se trata de una adaptación de las maravillosas campañas de quinta edición de Warhammer Fantasy que eran narrativa pura. En este caso se trata de "La Gesta de Agravain", reformulada en nuestro caso y para nuestro Trasfondo como "La Gesta de Wallenstein", y cuyo tercer escenario es lo que os traigo hoy.

Imagen de Howard Lyon

En la campaña original, este tercer escenario representaba una peregrinación de bretonianos hacia una antigua capilla que ya había sido absorbida por el bosque de Loren. La idea no es mala, y podría haberla replicado con una capilla de Sigmar o Ulric, pero mis Wallenstein adoran a Myrmidia y una capilla de Myrmidia en Nordland no pinta mucho. Así que, dado que el ejército atacante estaba comandado por una hechicera, y que Lorena Wallenstein es una hechicera del saber del fuego, decidí usar una versión mucho más brutal y pensar en una combinación de carro hasta arriba de pólvora (que para algo es el Imperio) + hechicera piromántica al lado. Risas aseguradas.

El escenario, como veréis, es muy difícil para el Imperio. Prácticamente imposible. Esto es habitual en las campañas de quinta, también porque las consecuencias de perder la partida para los elfos silvanos son serias, mientras que para los imperiales no lo son tanto. En todo caso, pronto podréis ver el desenlace. Os dejo con el escenario mientras tanto.

ESCENARIO III: EL TREN DE PÓLVORA

Una vez se descubrió que los elfos silvanos habían robado el Cáliz de la Doncella Guerrera, la conmoción se instaló en el campamento imperial. Pronto se hizo evidente que todos los presentes estaban dispuestos a ignorar el robo: un enfrentamiento abierto con los habitantes de Laurelorn no era beneficioso para nadie, y menos si era por recuperar la reliquia de un culto a una diosa extranjera. Ni sigmaritas ni ulricanos estaban especialmente dispuestos a vengar tal afrenta, pues para ellos no había afrenta que vengar.

No era así para los Wallenstein, que tenían al Cáliz de la Doncella Guerrera como una de las reliquias más preciadas de su Fe. Su pérdida sería un duro golpe para la familia ante el culto de Myrmidia. Si bien estaban de acuerdo en que debían actuar, aunque fuera solos, la actitud era muy diferente: Leopold Wallenstein creía posible resolver el conflicto por la vía diplomática, pero su prometida, Lorena Wallenstein, mostraba el temperamento propio de una hechicera del Colegio Brillante, y estaba dispuesta a prender fuego a todo Laurelorn si no le devolvían el Cáliz.

Finalmente Lorena, harta de esperar que su prometido consiguiera algún avance en el campo diplomático, recurrió a tácticas más agresivas: juntando a unos pocos fieles de Myrmidia y a mercenarios, llenó un carro de pólvora y explosivos con los que pretendía ofrecer un espectáculo de fuegos artificiales al finalizar el torneo. Su táctica de negociación era simple: si no le devolvían el Cáliz, prendería fuego al carro, lo cual tendría, previsiblemente, resultados catastróficos para la flora y fauna de Laurelorn.

No obstante, su impaciencia y falta de planificación harían que la joven hechicera se metiera de lleno en la boca del lobo, pues decidió seguir un antiguo camino que llevaba hacia el corazón del bosque, que hace tiempo fue abandonado. La razón por la que ya no era transitado era porque fue elegido como lugar de reposo por Nábedul, el hombre árbol, y su progenie. Y, aunque los hombres árbol son seres ancestrales a los que es difícil inquietar, un carro lleno hasta arriba de pólvora que pasara por sus dominios junto con una hechicera del Saber del Fuego era la clásica visión que tendía a perturbarles...

LOS EJÉRCITOS

Elfos silvanos:

  • Su fuerza consta de 1.850 puntos.
  • Debe estar comandado por Nábedul (milenario, será el general del ejército). Puede incluir un único cantor de árboles. No puede incluir ningún personaje adicional.
  • Debe incluir como mínimo una unidad de dríades.

Imperio:

  • Su fuerza consta de 1.500 puntos.
  • Debe estar comandado por Lorena Wallenstein (archimaga, será el general del ejército). No puede incluir ningún hechicero ni comandante adicional, pero puede incluir otros héroes.
  • Incluye sin coste el tren de pólvora (ver más adelante)

EL CAMPO DE BATALLA

La batalla tiene lugar en una antigua senda que se adentra en el bosque de Laurelorn, concretamente en la parte en que un pantano obliga a la bifurcación del camino.

El campo de batalla debe disponerse tal y como aparece (donde se dice zona de despliegue de Bretonia, se entiende que es la zona de despliegue del Imperio).


DESPLIEGUE

El ejército imperial ha caído en una emboscada, por lo que desplegará en primer lugar en el interior de una franja de 60 cm de ancho en el centro el campo de batalla, y a una distancia de 45 centímetros del borde del campo de batalla enemigo.

Cuando todo el ejército elfo esté desplegado, los elfos silvanos despliegan, pudiendo hacerlo en cualquier zona del tablero a más de 20 cm de la zona de despliegue imperial.

QUIÉN EMPIEZA

Los elfos silvanos tienen el control de la emboscada, por lo que tienen el primer turno.

DURACIÓN DE LA BATALLA

La batalla tiene una duración de cuatro turnos (hasta el atardecer).

REGLAS ESPECIALES

El tren de pólvora: tendrá los siguientes atributos y reglas especiales:

M: 2D6 HA: 3 HP: 0 F: 3 R: 7 H: 4 I: 3 A: 1D6 L: 7

No tiene tirada de salvación. No puede cargar, huir ni perseguir. Es indesmoralizable. Concede 100 puntos de victoria adicionales al enemigo si es destruido (volcado)

VICTORIA

Si el carro de pólvora logra abandonar la mesa por el borde del tablero opuesto al de su entrada, se considerará una victoria imperial. En caso contrario, al final del cuarto turno, se deberán contar los puntos de victoria. En caso de empate, se considerará victoria imperial.

Si los imperiales ganan la partida, el jugador elfo silvano no podrá incluir dríades ni hombres árbol en la batalla final. El jugador imperial podrá incluir el tren de pólvora en la partida final, si no fue volcado.

Si los elfos silvanos ganan la partida, podrán incluir hombres árbol y dríades en la batalla final.

Si Lorena Wallenstein no sobrevive a la partida, no podrá ser incluida en la batalla final.

4 comentarios:

  1. Cómo me gusta ese grito que le habéis dado con el carro de pólvora+hechicera brillante. Esta partida es chunga para el Imperio pero... qué más da! Da muchísimo juego.
    Un saludo

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    1. ¡Muchísimas gracias! Correcto, lo importante aquí no es la victoria... es la brutalidad. ¡Y una hechicera brillante entrando en un bosque con un carro hasta arriba de pólvora es bastante brutal!

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  2. Vaya currada de escenario! Trasfondo, reglas adecuadas para la batalla... enhorabuena!

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    1. ¡Muchísimas gracias! En cualquier caso el mérito no es mío, es de (creo) Nigel Stillman, la adaptación por mi parte se ha limitado solo al Trasfondo. Dicho lo cual el escenario es ciertamente molón. Duro para el Imperio, pero molón.

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