miércoles, 9 de marzo de 2022

Tierras del Sur: Eslizones y otros viejos romances

 


"Hola. Me llamo Malvador y soy adicto a los dinosaurios" -los adictos de la sala se giran hacia el notas que acaba de entrar, con un libro de hombres lagarto en la mano, y le dedican una mirada severa, mezcla de curiosidad y... y la clara sensación de que está empezando un artículo en su blog con una gilipollez- "¿Por qué me miráis así? Pensé que éste era un lugar para desnudar nuestras almas y... eh... Está bien, está bien. Ya me lo tomo en serio. Hablemos, ya sin bromas, de ranas milenarias y..."

¡Saludos, queridos troglagobs y demás criaturas curiosas! 
Hace unos mil doscientos años que no publico nada en éste, nuestro querido blog. Pero... Si algo nos ha enseñado Nagash, es que ningún mal desaparece permanentemente. Qué coñazo de hombre ese tal Nagash, por cierto. Se podía haber quedado muerto. Pero bueno, como decían en Conan, ésa es otra historia. Hoy no vamos a hablar de Nagash, aunque sí de una región que no queda tan lejos de donde él empezó su andadura: Las Tierras del Sur. Mejor dicho, hoy voy a hablar de mi reencuentro con las Tierras del Sur y con los hombres lagarto, mis habitantes favoritos de esa región misteriosa y rodeada de leyendas.


Bien, ¡allá vamoz!

Desde pequeño, desde antes incluso de aprender a leer, me han encantado los dinosaurios. Supongo que es en parte algo generacional, todo el que se haya criado en los noventa ha crecido rodeado de pelis, series y juguetes en los que los dinosaurios eran considerados la cúspide de la molonidad, pero en cualquier caso, en mí fue especialmente fuerte esta fascinación. Como cabía esperar, el primer ejército de Warhammer Fantasy que me enamoró profundamente fueron los Hombres Lagarto. También me gustaron siempre los goblins, cierto, pero nada inflamó tanto mi imaginación como esas selvas recónditas, pobladas por criaturas prehistóricas, entre las que se alzaban imponentes ciudades templo construidas con bloques de piedra bajo la tutela de seres ancestrales, y pobladas por hombres lagarto de vivos colores con estética azteca. Ufff... difícil de resistir para un niño amante de los bicharracos como yo, y estoy seguro de que le habrá pasado a mucha gente.
 
Welcome to the 90s, bitch
 
Pero, al parecer, siempre he tenido debilidad por los bichos birriosos. ¿Era mi favorito el brutalísimo orco negro con un hacha como un caballo de grande? No, lo era el goblin nocturno ridículo que había detrás, sonriendo y enarbolando una lancita de dudosa calidad. Y con los hombres lagarto me pasó lo mismo: mis favoritos fueron, desde siempre, los eslizones. Los demás hombres lagarto también me gustaban, por supuesto, pero los eslizones eran mis favoritos, y el rollito trasfóndico que se traían con Sotek, siendo éste el dios por excelencia de los eslizones, siempre me gustó especialmente.

*(Nota trasfóndica: Para aquellos que no estéis muy metidos en la historia de los hombres lagarto, ese tema podría resumirse en que Sotek es el gran Dios Serpiente, al que al principio sólo daban importancia los eslizones, hasta que el profeta eslizón Tehenhauin apareció con las tablillas de la profecía de Sotek, como una mezcla de Moisés y un dinosaurio bastante cachas, y se produjo el advenimiento de esta sanguinaria deidad, materializándose en millones de serpientes que les ayudaron a combatir a los skavens del clan Pestilens en Lustria. Ayudados por su dios serpiente, Tehenhauin y sus eslizones de cresta roja encabezaron a los hombres lagarto en esta guerra y terminaron por expulsar al clan Pestilens de Lustria. Los skavens huyeron en su flota a las Tierras del Sur, y se cuenta que Sotek los persiguió hasta allí, donde también les dio caza y finalmente se echó a dormir bajo tierra, quedando como guardián de esas tierras frente a los hombres rata. A partir de entonces, Sotek fue considerado la deidad más importante de los Hombres Lagarto. Siempre me ha parecido chulísimo que en esa historia tuvieran especial protagonismo los eslizones).
 
Tehenhauin, el Profeta de Sotek
 
Bien, de pequeño tampoco me compliqué mucho la vida. Todo lo que había en la lista de ejército de hombres lagarto me encantaba, y jugué un poco de todo (de todo lo que había en el libro de Sexta, al menos). Saurios, eslizones, slann... deme un poco de cada. Y así, esa interesante lista de apéndice llamada "Lista de las Tierras del Sur", en la que los eslizones tomaban un mayor protagonismo debido a que en esa región apenas quedaban saurios para formar el ejército, quedó como un loco pero imposible sueño... Hasta ahora.

Muchos años más tarde, resulta que por azares del destino, han coincidido dos interesantes factores: 
Por un lado, el buen Soter proponiendo que juguemos una serie de partidas ambientadas en las Tierras del Sur, porque es una región poco explotada y que sin embargo ofrece un sinfín de ambientes exóticos y atractivos para la narrativa de una campaña (tal como él mismo cuenta aquí). Hay desiertos y sabanas alfombradas de huesos de grandes criaturas, proximidad a Nehekhara y sus reinos ancestrales patrullados por No Muertos, junglas vaporosas llenas de tesoros y horrores por igual, y las misteriosas ciudades y arenas de Arabia, con ese ambiente exótico y mágico que tanto le gusta a Soter. Todo ello da un juego tremendo a la hora de inventar escenarios o trasfondos para las partidas. Todo está plagado de peligros para el incauto que intente saquear estas tierras, pero a la vez... ¿Quién podría resistirse? 

Por otro lado, el segundo factor: hace poco me escuché un magnífico programa del podcast "Hora del Saqueo" (el cual recomiendo encarecidamente, por cierto, al igual que "La Posada del Martillo", para todos aquellos que améis el trasfondo de Warhammer Fantasy). Ese programa en concreto se titulaba "Perros de guerra", y contaba los orígenes y aventuras de muchos de los regimientos de renombre mercenarios más famosos. Y uno de ellos eran los "Incursores de Tichi-Huichi", unos intrépidos jinetes eslizones nativos de las Tierras del Sur que, montados en sus gélidos cornudos, recorren el Viejo Mundo ofreciendo sus servicios a cambio de recuperar tesoros perdidos de los Ancestrales. Y... al escuchar ese trasfondo y pensar en eslizones de nuevo, tras tanto tiempo, un tapón se rompió dentro de mí, y un torrente de recuerdos y dinosaurios brotó a lo loco. Todos esos recuerdos de la niñez, de cuando estaba en la cama y leía un rato antes de dormir, y devoraba con los ojos todos esos dibujos y trasfondo del maravilloso libro de hombres lagarto de Quinta (porque aunque jugábamos con Sexta, el primer libro que tuve era de Quinta).
 
¡Allá vamoz, allá vamoz, allá vamoz! Digo... eh... El maravilloso libro de Quinta

Es decir, que cuando Soter nos propuso jugar en esa ambientación, vi que me lo dejaba a huevo para no sólo jugar con mis habituales goblins nocturnos o con el ejército de mercenarios que estaba planeando hacer, sino con mis queridos lagartos. Y sólo pude responder... "Hil I say!" (que en andaluz ancestral, según Soter, es que sí, pero... dicho como con más entusiasmo).
Y aquí ando ahora, dándole vueltas tras tantos años a cómo voy a reunir unos hombres lagarto para jugar de nuevo. Ya tengo algunos eslizones y alguna cosilla por ahí, pero en fin, hay que planificar el ejército, y ver qué voy a meter/coleccionar. Esta vez, además, con el refrescante (pero a la vez muy familiar) enfoque de las Tierras del Sur: es decir, un ejército formado prácticamente por eslizones, y con sólo unos pocos saurios.
¿Es eso más subóptimo y, claramente, peor que un ejército lleno de poderosos saurios? Hil.
¿Me importa una mierda que sea peor? Hil!
¿Rebosan carisma por un tubo? Hil I say!


Los Incursores de Tichi-Huichi, el "Equipo A" de los hombres lagarto. Si se los encuentra y tiene usted alguna reliquia de los Ancestrales, quizá pueda contratarles

Hala, venga, vamos con otro "ejército goblin"... Esta vez formado por lagartos, eso sí. Y esta vez los trolls tienen cabeza de dinosaurio, vale, eso es sin duda un plus. Veamos qué tenemos pensado meter: Un mago sacerdote Slann es siempre algo querido para los hombres lagarto. Como dice Soter, una rana de diez mil años lanzando hechizos poderosísimos es muy ochentero. Sí, creo que estaría bien tener uno, aunque no vaya a estar presente en todas las partidas (quiero dejarles protagonismo a los eslizones). Pero en la distancia, a efectos de trasfondo, sí habrá un venerable slann observando impasible los esfuerzos de estos anfibios y entusiastas muchachos. Más adelante, escribiré un poco acerca de su trasfondo.

También habrá, lógicamente, un puñado de personajes eslizones. No quiero aburriros con los detalles, pero me atrae la idea de que uno de los principales líderes de este pequeño ejército sea una especie de "general eslizón", al que montaré en el dinosaurio más molón posible para que pueda ser temido, en vez de llevarse siempre una paliza (el perfil de los personajes eslizones es... modesto, cuanto menos). Los muchachos de Warhammer Reforged le han puesto unas reglas interesantes a este tipo de personaje, y son esas reglas las que tenemos intención de usar para las próximas partidas (con algunos ajustes de la casa, que para eso somos frikis veteranos).

También habrá un único personaje saurio, que irá en la única unidad de saurios del ejército, la Guardia del Templo. Me gusta la idea de representar que, dada la escasez de estos poderosos soldados, los reservan para proteger lo que más importa: el mago sacerdote slann. Y otra cosa que me gusta es pensar en este personaje saurio como una especie de "Señor Lobo" de Pulp Fiction. Soter, de hecho, ha empezado ya a llamarle el Señor Cocodrilo (¡y me gusta, joder!). Es decir, visto desde la perspectiva de una ciudad-templo de las Tierras del Sur: normalmente te apañas con los eslizones para resolver las cosas, pero... Si la cosa se pone realmente jodida, llamas a este tío. Y cuando llegue el saurio brutal, los que estuvieran causando problemas van a tener que ofrecerle un café realmente excelente para apaciguarle.


"Estoy a veinte minutos de allí, llegaré dentro de treinta, pero cabreado"

También habrá, lógicamente, algunas unidades de eslizones a pie, en formación alrededor de sus colegas los kroxigores (cosa que los goblins no pueden hacer con los trolls, porque se los comerían). Y, por fin, llegamos a lo realmente divertido y espectacular: los dinosaurios.

¡Seh, nenah, sehhh! Terradones, estegadones... maravilloso. Y aquí se presentan algunas oportunidades de conversión/aprovechamiento de miniaturas que me parecen interesantes:
Hace poco captó mi atención este extraño bicho escamoso, de los orcos pantaneros que ha sacado recientemente Games Workshop. Está, a mi parecer, inspirado en un megatherium (un perezoso prehistórico gigante) pero le han añadido rasgos reptilianos, como una piel que parece escamosa y una cola parecida a la de un lagarto. Sí, sé lo que es un megatherium porque soy un friki de los bichos prehistóricos, cero sorpresas.


Un perezoso-lagarto-anfibio... Démelo ya

Este bicho, a pesar de la estética mordheimiana y tenebrosa que tiene, es realmente muy fácil de conversionar para adaptarlo a los hombres lagarto (esas placas de armadura que lleva se pueden retocar un poco para quitarles los pinchos, y una vez que estén pintadas de oro o bronce, encajarán perfectamente con la estética de los hombres lagarto). Obviamente, no le montaría las jaulas de prisioneros, ni muchos de los elementos que lleva el bicho alrededor, como todos esos maderos que le sobresalen por los lados... pero he estado observando las fotos de la matriz, y parece fácil de transformar. Una bestia con aspecto prehistórico y semi reptiliano, adaptada a moverse por zonas pantanosas... ¡Maldita sea, eso suena a montura de hombres lagarto de las Tierras del Sur! Sé que parece poco prometedor de antemano, pero tened fe, tengo una idea bastante clara de cómo apañarlo. Incluso puede que le ponga un penacho en la barda que le protege la cabeza, para que parezca que está adornado con plumas o algo así (como las miniaturas antiguas de paladín saurio, que llevaban adornos muy vistosos en la cabeza, lo que les daba un aspecto muy azteca).

A este tipo de penachos locos me refiero. Espera, ¿esa rana lleva una pistola láser?

Y por último, la joya de la corona, el elemento más importante por trasfondo (en mi opinión) en un ejército de hombres lagarto de las Tierras del Sur: los jinetes de gélido cornudo. Estos tíos son en sí mismos una reliquia de tiempos pasados, y en cierto modo un guiño de Games Workshop a su propio trasfondo antiguo. Me explico: En Quinta edición (y desconozco si en ediciones anteriores también, la verdad), los eslizones eran quienes montaban en dinosaurios, y punto. Los saurios eran más fuertes y feroces, pero carecían de la habilidad de sus primos pequeños, necesaria para desempeñar diversas tareas (entre ellas, montar). Es por eso que en esa época, los eslizones eran quienes montaban en gélido, y tenían un personaje especial llamado Inxi-Huinzi, el cual había logrado domar una subespecie de gélido especialmente feroz e inteligente (una especie de "gélido alfa") llamada "gélido cornudo" o "astado" (en el original, "horned one" en vez de "cold one"). Es más, los eslizones que montaban estas criaturas eran únicamente los llamados "eslizones de gran cresta", que al parecer nacían con unas crestas especialmente impresionantes, y eran más fuertes y grandes que sus primos, por lo que podían conducir a los gélidos en batalla. En cambio, en Sexta edición las cosas cambiaron. A alguien del equipo creativo le debió de parecer que, si tienes unos tíos más cachas, deben ser ellos los que monten en gélido (a mí me parece una mierda de idea, porque me gustaba mucho que los eslizones representasen la habilidad, y los saurios la fuerza, pero...En fin, yo no estoy en el equipo creativo). Además, en esta edición les pusieron al carnosaurio, y como era una opción para personajes saurios... Supongo que quedaba un poco ridículo que no pudiesen montar un gélido, pero sí un tiranosaurio gigante que tiene siete veces su tamaño. Total, que los jinetes eslizones desaparecieron (nunca habían tenido miniatura propia, de todas formas, pero todo el mundo usaba las de los incursores de Tichi-Huichi, aquellos mercenarios que mencioné antes, ya que eran exactamente lo mismo, eslizones montados en gélidos).

Inxi-Huinzi, montado en su temible gélido cornudo

Y aquí es donde viene el guiño: El libro de Sexta tuvo una lista de apéndice, al igual que muchos libros las tenían, para representar variantes atípicas de ese mismo ejército (como por ejemplo un ejército de pielesverdes que proviene de las estepas y está compuesto enteramente por jinetes de lobo y carros). En esta lista de apéndice, que era la lista para representar las Tierras del Sur, además de estar limitadas las unidades de saurios y tener alguna otra peculiaridad, había eslizones jinetes de gélido. Y no sólo eso, eran jinetes de gélido cornudo, como el que montaba el personaje Inxi-Huinzi (quien había desaparecido en Sexta, junto con docenas de otros personajes, por algún motivo que nunca comprenderé). Según el trasfondo, Lustria y las Tierras del Sur estuvieron unidas en el pasado, y por eso la fauna y la flora son tan parecidas en ambas regiones (junglas y dinosaurios). Y según el libro de Sexta, en las Tierras del Sur algunas especies animales han evolucionado de forma algo diferente a Lustria, y por eso los gélidos de estas tierras son la subespecie llamada gélido cornudo, los cuales ya no son descritos como un ser más poderoso y temible, sino como unos seres más ágiles e inteligentes, capaces de coordinarse y cazar en manada a sus presas. Es decir, ya no son una especie de gélido cabronazo, sino algo más parecido a velocirraptores de Jurassic Park, mientras que los gélidos de Lustria vienen a ser los mismos que montan los elfos oscuros, criaturas algo más corpulentas y lentas (o lo eran en Sexta, porque luego les sacaron unas minis nuevas que eran, también, bastante... mmhhh... raptorescas). Como nota curiosa, para colofón ultra friki de todo este rollo, creo que otro guiño que hicieron en Sexta fue el mencionar en el desove sagrado de Itzl que "aquellos bendecidos por Itzl tienen elaboradas crestas óseas en la cabeza", ya que este desove te permitía montar al personaje en un gélido o carnosaurio (es decir, ¿estarían los eslizones de gran cresta bendecidos por Itzl, y por ello tenían grandes crestas y podían montar gélidos?). Nunca lo sabremos.
 
Un eslizón de gran cresta, montando un gélido. Este tío tenía F4 ¿no sabes?

 
Me he enrollado mucho con los jinetes eslizones, lo siento, pero tenía que contaros esa apasionante movida. 
-"¡Pero eso no ha sido apasionante! De hecho, ha sido un coñaz..." 
-"Matadle".
Bien, como decía, hay que meter algunos de esos tíos en una lista de Tierras del Sur, son demasiado icónicos. La mala noticia es que no tienen miniatura, así de claro. A ver, sí, técnicamente podrías embarcarte en una búsqueda épica, a lo Indiana Jones, hasta dar con una unidad de los Incursores de Tichi Huichi de hace mil años, y pagar un pastizal por ella y... tal... Nah. Y además, paso de las miniaturas de metal, son un engorro (hala, ya lo he dicho, sé que ahora me odiáis). Así que, en fin, una pena que ya no sea factible comprarles estos muchachos a Games Workshop, aunque por otra parte... hay marcas alternativas por ahí, haciendo unas cosas muy interesantes. Lost Kingdom, concretamente, tiene unos eslizones de gran cresta montados en gélidos cornudos que son preciosos (naturalmente, no se llaman así, pero los jinetes tienen crestas muy grandes y las monturas son velocirraptores con cuernos... If you know what I mean...)
"Johhny Juerga y los que remontan el Pisuerga", famoso regimiento de renombre

 
Y esto es todo por el momento, queridos lectores y troglagobs. Podría hablar de esto durante horas, es un tema que me apasiona, pero creo que ya os he aburrido bastante. Quien haya llegado hasta aquí, o es un fan de los dinosaurios y los hombres lagarto, o bien es un lector increíblemente benevolente, paciente y agradecido. En cualquier caso, si has llegado al final del artículo, ¡mil gracias, joder!

Un fuerte abrazo, y que Sotek te bendiga. 
Y si eres un skaven... un sinvergüenza es lo que eres, fuera de mis tierras.
 
"Éste es Oxayotl. ¿Tú volviste a verle cuando pasaron a Sexta? Yo tampoco. Debe de ser ehselente camuflándose"

 

4 comentarios:

  1. Jajajajajajaja... tus artículos son como el cometa de dos colas de Sotek, aparecen muy de vez en cuando, pero son extraordinarios.

    Mucho que decir y, en el fondo, ya lo hemos hablado casi todo por Whatsapp y en persona, y así seguirá siendo. Solo insistir públicamente en que Chantal está deseando medirse en un duelo mágico con la rana ancestral de diez mil años, y Seadrake está deseando saquear esos tesoros maravillosos que guardan tus eslizoncillos en Tlaqua, Zlatlan o donde sea menester. Preferentemente antes de que aparezca el Señor Cocodrilo, claro xD.

    Hil I say!!

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    1. Jajajaja... ¡Gracias! Ese duelo mágico será, sin duda, lo más épico, ridículo y ochentero que se haya hecho nunca. Yo también ardo en deseos de que llegue el día

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  2. Grandísimo artículo.

    Deseando ya que comencemos a jugar partidas ambientadas en esa región del mapa. Mis adoradores del Caos tienen muchas cosas que robar en tus ciudades templo, ¡incluso si están protegidas por trolls con cabezas de dinosaurios!

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    1. Oh, sehhmm... La verdad es que te ha quedado tan guay ese ambientillo y trasfondo de Áncrama (Tulsa Doom City para los amigos), que como te descuides, son mis lagartos los que se presentan allí para saquearte y ver el tinglado

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