Saludos a todos, damas y caballeros.
Hace unos días publiqué el tercer escenario de la campaña "El Lamento de Wallenstein", campaña que, como dije en esa entrada, ha tenido que estar parada un tiempo mientras hacíamos acopio de las cosas que íbamos a necesitar para jugar: un barco imperial, tapete marino (o fluvial en este caso, pero da lo mismo) y balsas para los goblins. Aunque eso nos haya retrasado, creo que el resultado vale mucho la pena.
Como también he dicho en alguna ocasión, esta campaña es especial porque explora opciones menos explotadas en Warhammer pero igualmente molonas: la primera partida fue una escaramuza, y la segunda (como será la cuarta y última) una partida de semiasedio. Esta tercera ya riza el rizo y nos presenta una escaramuza en el mar, cosa absolutamente preciosa. Éstas son las cosas que se pierden los que rechazan lo narrativo por mor del equilibrio. Ellos sabrán.
En la partida, yo llevé lo siguiente:
- Leopold Wallenstein: comandante imperial con pistola, escudo, Espada de Segismundo, Armadura del Alba
- Vincenzo Barella: capitán imperial con ristra de pistolas, arma de mano y armadura ligera
- 5 arcabuceros
- 10 milicianos con pistolas
- 6 alabarderos
Mientras que Sir Sedentor usó a esta horda de pielesverdes:
- Capitán Skaben y Slygit
- 41 goblins con arma de mano, escudo y arco corto
- 2 lanzapinchoz
- 2 trolls de río con armas a dos manos
Tras eso desplegamos y tiramos los dados para ver quién comenzaba, ya que la partida anterior había acabado en empate. Ganó Sir Sedentor y con ello comenzó el abordaje al navío en que viajaba Leopold Wallenstein.
Turno 1 piratas goblins
Tras las tiradas de animosidad y los movimientos de la corriente, todas las balsas goblins movieron a excepción de los dos que disponían de lanzapinchoz, para poder dispararlos. El principal problema vino de los trolls, uno de los cuales consiguió llegar al barco.
En la fase de disparo, ambos lanzapinchoz dispararon contra el navío, y ambos impactaron. No consiguieron causar daños en el barco, pero les sirvió para acercarse un poco.
Posteriormente, los muchos arcos de los goblins dispararon. En estribor consiguieron derribar al arcabucero que iba en la proa, quien no cayó al agua, y aturdir a un miliciano que sí cayó.
Por babor, un miliciano fue derribado sin caer al agua, mientras que un alabardero fue aturdido y cayó al río.
En la fase de combate, el troll no consiguió impactar a Leopold Wallenstein, quien le coló dos heridas y con ello rechazó su ataque.
Turno 1 Imperio
El primer turno imperial tuvo bastante poca historia. Los dos caídos al agua evitaron ahogarse, pero al estar derribados no podían nadar, por lo que fueron arrastrados por la corriente. En la fase de disparo, apenas conseguí matar a un goblin y derribar a otro, que cayó al agua.
Turno 2 piratas goblins
Los goblins empezaron con malas noticias, pues el que estaba en el agua se hundió, el troll que no estaba en contacto con el barco falló el chequeo de F (pese a poder repetirlo) y una de las balsas falló el chequeo de animosidad, lo que hizo que moviera menos. No obstante, tres balsas llegaron a entrar en contacto con el barco imperial, dos por la proa y una por babor.
La fase de disparo no se dio mal a los pielesverdes, quienes consiguieron matar a tres imperiales, un miliciano, un arcabucero y un alabardero.
El combate les fue relativamente peor, aunque era de esperar. El capitán Skaben derribó a un miliciano, y otro goblin que iba en la otra balsa de proa impactó en un alabardero. No consiguió hacerle nada, pero al menos subió a la barca. Los de la bolsa de babor lo pasaron peor, pues tres de los cuatro murieron y el cuarto no consiguió subir a la barcaza.
Turno 2 Imperio
Siguiendo su regla, el capitán Barella se abrió camino hacia su archienemigo Skaben. Por su parte, el miliciano que estaba en el agua consiguió volver a la barcaza, pero el alabardero siguió empujado por la corriente.
La fase de disparo se dio bastante bien. Los arcabuceros y milicianos que no estaban trabados soltaron una buena rociada de balas sobre los goblins, matando a uno y aturdiendo y derribando a varios, de los cuales la mayoría acabaron en el agua.
Además de eso, Leopold le metió un balazo entre ceja y ceja al troll, en lo que es su segunda gran hazaña desde que venció en duelo a una noble elfa silvana.
La fase de combate también resultó propicia. En una escena bastante cinemática, el kapitán Skaben le pegó un tiro a Vincenzo Barella según se le acercaba y le quitó una herida, pero después el tileano le soltó dos tiros a bocajarro al pielverde, que murió en el momento.
Turno 3 piratas goblins
El Imperio parecía haber dado un poco la vuelta a la situación, pero los goblins seguían teniendo ideas pérfidas y mucha maldad. El troll menos espabilado consiguió llegar hasta el barco, y los demás pielesverdes que pudieron siguieron subiendo, particularmente a través de la barcaza de Skaben.
La fase de disparo no se dio del todo bien, pues apenas consiguieron derribar a un miliciano, que cayó al agua, y de nuevo al arcabucero de proa, quien de nuevo se mantuvo en su puesto. Sin embargo, los lanzapinchoz dispararon al barco y uno consiguió causarle una herida.
En la fase de combate, el troll blandió su monumental martillo y le metió otro par de heridas al casco del barco, donde empezaba a entrar el agua...
Por suerte para mí, el resto del combate fue esencialmente nulo, sin que los goblins consiguieran causar más bajas entre los imperiales.
Turno 3 Imperio
La cosa se estaba poniendo un poco fea, porque nunca es agradable tener un troll golpeando el casco del barco en el que viajas, pero contaba con una gran ventaja: a poco que consiguiera matar a un par de goblins más, tendrían que hacer un chequeo de retirada, y lo harían con L6.
El turno empezó de forma un poco extravagante, pues el alabardero que llevaba mil años en el agua siguió fallando y de nuevo se lo llevó la corriente...
Lo mismo que le pasó al miliciano caído en el agua.
Con todo, la fase de disparo compensó estos resultados, pues dos goblins murieron y unos cuantos más fueron derribados o aturdidos. Con esto ya era suficiente para provocar un chequeo de retirada, aunque la presencia de Slygit garantizaba que podrían ignorar el primer chequeo fallido...
Y, para completar mi buena suerte, Vincenzo mató a Slygit, aunque a cambio un miliciano fuera echado por la borda.
Turno 4 piratas goblins
Esa última muerte había resultado dolorosa, pero los goblins, en su hora más baja, supieron rehacerse. Vaya que si se rehicieron.
Tras ese monumental doble 1 en el chequeo de retirada, Sir Sedentor se aplicó a la tarea de destruir el navío. Más y más goblins subieron a la cubierta y cargaron contra el capitán Barella para vengar a Slygit y al kapitán Skaben.
En la fase de disparo los lanzapinchoz no consiguieron hacer nada, pero los goblins de una balsa cercana consiguieron hacerle no uno sino dos críticos a Leopold Wallenstein, acabando así con su vida.
Eso fue un golpe duro, la verdad, pero más duros fueron los golpes que el puto animal del troll siguió proporcionando al casco del barco, y que lo dejaron a punto de irse a pique con una sola herida...
Al menos el resto del cuerpo a cuerpo no se me dio del todo mal, con una cantidad pareja de bajas recibidas y causadas, aunque las imperiales dolían más al ser menos gente.
Turno 4 Imperio
Estaba en un turno en el que no podía hacer gran cosa, o mejor dicho, lo que hiciera sería bastante intrascendente: si los goblins conseguían luchar un turno más, casi con total probabilidad me hundirían el barco, pero matar más de ellos no iba a afectar a que se retiraran o no. En todo caso, seguimos luchando, que es lo que se debe hacer siempre.
Tras una fase de disparo en la que ya no quedaba mucho por hacer, la fase de combate trajo una cierta reconquista de la cubierta gracias a los milicianos. En todo caso, lo importante era lo que sucediera en el turno siguiente, en el que, si los goblins no se retiraban, ganarían casi seguro.
Turno 5 piratas goblins
Sir Sedentor tiró el chequeo de retirada y esta vez falló, lo que significó la victoria del Imperio.
Resultado: victoria imperial
No sé cómo terminará esta campaña, pero la verdad es que está quedando de lujo. Si bien la primera partida sí fue una matanza por parte de los goblins, en la segunda se alcanzó un empate muy reñido, y la tercera, aunque concluye con victoria imperial, lo hace de forma justísima y muy, muy emocionante. Eso, junto a la belleza de combatir en un barco en medio del río Reik, hace que sea de las partidas que más me ha gustado jugar en los últimos tiempos. Todo un pepinaco que me reafirma en lo molonas que son las campañas narrativas que se atreven a meterse en cosas un poco más extravagantes.
La siguiente partida de la campaña, la última, también tardará en llegar. Tengo que procurarme algo parecido a una bodega. Será ya a la vuelta del verano, pero me hace mucha ilusión. Espero que Leopold Wallenstein esté a la altura y no lo maten de forma ignominiosa como en esta partida...
En fin, todo se verá cuando llegue el momento. ¡Hasta entonces!
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