Saludos a todos, damas y caballeros.
Como comenté en una entrada anterior, la desaparición de la caja de la milicia imperial es uno de los golpes más duros que ha tenido que sufrir cualquier aficionado a esto del Fantasy, especialmente si colecciona Imperio. No obstante, representa también una oportunidad de hacer algo especial y de crear unidades con todavía más personalidad de la que tenían los milicianos originales, si es que eso es posible.
Siempre en nuestros corazones |
Inspirado por la solución que había encontrado Chernov para sus duelistas en su ejército mercenario, decidí seguir sus pasos y construir unidades de milicianos a partir de miniaturas sacadas un poco de aquí y allá, sobre todo de Mordheim, una gama maravillosa. Para ello, planifiqué dos unidades de diez miniaturas, cada una de las cuales debería tener una cierta estética común. Hoy traigo la primera.
Fantasía oscura
Mi intención con esta unidad era que tuviera una estética propia de películas/ambientaciones de fantasía más oscura, de tíos con antorchas y/o lámparas, embozados en capas, buscando a un enemigo monstruoso en la noche. Algo como la ambientación del Sleepy Hollow de Tim Burton o el Pacto de los Lobos, películas que en cuanto al guion son claramente una blasfemia (sobre todo la primera) pero que en lo que se refiere a la atmósfera son brillantes.
Además, los milicianos en Reforged tienen la opción de equiparse con pistolas, lo cual, unido a que pueden ser escaramuzadores, hace que sean una opción bastante interesante para atraer al enemigo a alguna trampa o para proteger flancos y retaguardias de unidades grandes. Con esto en mente, quise buscar miniaturas que, partiendo de ese aspecto de fantasía oscura que he mencionado, estuvieran, en la medida de lo posible, equipadas con pistolas.
Al final lo que queda es prácticamente una unidad de personajes, formada por varios individuos que tienen una personalidad diferenciada. Esto es lo que se pretendía con la caja de milicia original (que, si no me equivoco, formaba parte también de la caja de inicio de Mordheim), por lo que me quedo contento con el experimento. De hecho, no puedo resistirme a hacer un pequeño trasfondo de las miniaturas a medida que las presento.
La milicia de Bieswang
Averland es uno de los condados más ricos del Imperio, si no el que más, y ello se debe en buena medida a unas condiciones climáticas y geográficas envidiables. Allá donde el resto del Imperio tiende a ser un sitio inhóspito y agreste, Averland ha sido bendecido con un terreno formado por suaves colinas y arroyos que favorece la ganadería, la agricultura y el comercio. Los bosques que cubren el Imperio prácticamente en su totalidad no existen aquí, lo que dificulta que cualquier fuerza malhechora pueda llegar muy lejos antes de que sea aniquilada por las tropas del Conde.
La única excepción a esto es el norte del Condado, que linda con la empobrecida Stirland y de la que solo le separa el Aver. Aquí sí pueden verse algunos bosques, bosques que podrían ser considerados poco menos que jardines botánicos muy cucos por parte de los habitantes de las auténticas zonas salvajes del Imperio, pero que no dejan de tener sus peligros. Los habitantes de estos pueblos están acostumbrados a vérselas con bandidos, goblins silvanos e incluso alguna partida ocasional de hombres bestia, por lo que son gente dura cuya contribución a los ejércitos del Conde siempre es bienvenida. Uno de esos pueblos es Bieswang, cuya milicia ha formado parte en más de una ocasión de las expediciones militares de los Wallenstein.
Heinrich, el cazador
Los bosques cercanos a Bieswang albergan muchos animales muy apreciados por su carne, su piel, o ambos. Heinrich ha hecho de la caza de estos animales su modo de vida, y todos los carniceros y curtidores acuden a él y a su especial talento para cazar ciervos, jabalíes y nutrias. Dado que conoce bien el bosque, es también el primero en detectar la presencia de enemigos en él, por lo que se le puede considerar también el centinela del pueblo.
Una maravillosa miniatura de Mordheim, de la gama de Ostland. Me hace gracia esta gama porque por reglas se supone que representa a una panda de pueblerinos borrachos, pero sus miniaturas tienen una estética que para nada se corresponde con ello, sino con tipos bastante profesionales y duros. Tienen también un aire que no descarto que se haya visto influenciado por las películas que he mencionado anteriormente, pues son de esa época y la verdad es que se parecen, lo que me viene de lujo.
Los hermanos Schweinsteiger
Hans, Karl y Fritz son tres hermanos que representan el estereotipo de pendencieros de pueblo, haraganes sin demasiado oficio ni beneficio que desconfían de todo lo que venga de fuera y están siempre dispuestos a demostrar que todo lo que sea diferente a ellos es necesariamente herejía y adoración al Caos. Siendo Averland un Condado bastante cosmopolita, este patrón intelectual no está tan extendido como en otras zonas más retrógradas, y hay quien cree que los hermanos son así porque tienen sangre de Stirland. Pese a ser tan irritantes, a sus bravuconadas y a creerse la mano derecha de los temidos cazadores de brujas en Bieswang, lo cierto es que son buenos combatientes.
Dos miniaturas de los cazadores de brujas y una de Ostland, de nuevo bastante molonas (la gama de los cazadores de brujas también me parece excelente). No creo que use muchos cazadores de brujas en mi ejército imperial, primero porque quiero darle un toque más clásico y estatal, y segundo porque mis generales son, trasfóndicamente, adoradores de Myrmidia, y no pegan mucho con la fanática Orden de los Templarios de Sigmar. Pero estas miniaturas son molonas y las puedo justificar narrativamente como he hecho, siendo "cazadores de brujas" aficionados. Además, dos de las tres cumplen el estándar de iluminación + pistola, y la tercera me parece que tiene reminiscencias lovecraftianas, aunque no sabría decir por qué la verdad.
Konrad, el guardia de caminos
La mayoría de las carreteras que recorren el condado de Averland son de gran tamaño y pacíficos, pero aun así necesitan vigilancia para que los bandidos no tengan la tentación de asaltar las caravanas hasta arriba de mercancías. Si además hablamos de los caminos que comunican Averland con Stirland atravesando bosques sombríos, esta necesidad se hace más acuciante. Konrad es un guardia de caminos duro como el que más, que ha matado a muchos enemigos en el camino boscoso que une Bieswang con sus vecinos del norte. Es de los primeros en unirse a los ejércitos del Condado cuando éstos marchan a la guerra, y su feroz determinación es siempre bienvenida.
Otra de las cosas que tengo en mi cabeza sin poder explicar cuál es el origen es que los guardias de caminos son autoridades independientes de los Condes Electores. Tal vez porque los asocio con la Guardia Civil, que naturalmente es un cuerpo nacional, no autonómico. En todo caso, esa es la razón por la que este tipo está pintado de blanco en vez de seguir el esquema propio de Averland. Era una miniatura que no podía faltar en una unidad de vigilantes/cazadores de fantasía oscura.
Lothar, el librero
El regente de la única librería de Bieswang es una figura misteriosa, poco habladora y que apenas se relaciona con el resto de sus vecinos. En consecuencia, tiene pocos clientes, pero eso no parece afectarle mucho: su tienda es visitada periódicamente por forasteros tan misteriosos como él, y hay quienes, dentro del pueblo, rumorean que su establecimiento oculta negocios y escritos poco recomendables. Casi nadie sabe que esos forasteros pertenecen a la Orden de los Templarios de Sigmar, y que Lothar es uno de sus activos más valiosos en el norte de Averland.
Otra miniatura de Ostland que me parece espectacular, de hecho la más bonita de esta unidad. Hay algo en ella que me resulta misterioso, y de ahí el Trasfondo que he ideado para ella.
Thomas, el alguacil
Bieswang puede dormir tranquila gracias a la dedicación de Thomas Klinsmann, su alguacil. Thomas es un incansable perseguidor de criminales, brujos y mutantes, y muchos han caído bajo su espada gracias a su coraje y su determinación. Está acostumbrado a trabajar solo (a veces con la colaboración, entusiasta pero indeseada, de los hermanos Schweinseiger), pero se unirá a los ejércitos del Condado cuando la situación lo requiera.
Una de las pocas miniaturas que no es de GW, en este caso es de Reaper, y me parece un pepino de miniatura... aunque no me he quedado del todo contento con cómo la he pintado. En todo caso, cumple a la perfección con el estereotipo de fantasía oscura que estaba buscando.
El Capitán Jürgen y Ludwig, el manco
Averland es un Condado aceptablemente tranquilo, al menos para los estándares del Imperio. No obstante, en sus fronteras se encuentra el famoso Paso del Fuego Negro, que comunica las civilizadas tierras imperiales con las salvajes regiones de los Reinos Fronterizos y que ha sido testigo de innumerables batallas. Prácticamente no hay una sola aldea que no tenga un habitante que haya combatido en el lugar. En el caso de Bieswang, el Capitán Jürgen es, como su apodo indica, un antiguo oficial del ejército imperial, oriundo del pueblo, al que volvió cuando la edad hizo que le concedieran la licencia. Pese a ello, todavía está en disposición de luchar cuando la situación lo requiere. Por su parte, Ludwig es más joven, pero también obtuvo la licencia después de que una pistola le estallara y le destrozara la mano cuando era oficial del cuerpo de herreruelos, motivo por el que recibe el sobrenombre de "El Manco".
Estas dos miniaturas son las que menos me convencen, no tanto por las miniaturas en sí como porque creo que no terminan de encajar en la estética. Uno, aunque pertenezca a la gama de Mordheim de Averland, es más bien un capitán, y casi me convendría usarlo como tal. Su Trasfondo lo puede justificar, pero no sé. El otro es una miniatura que conversionó mi hermano hace unos diez mil años, y quizá encaje un poco mejor, pero tampoco me convence al 100%.
Jim el halfling
La Asamblea está integrada justo entre Stirland y Averland, por lo que es habitual ver halflings en los pueblos de la gente grande. Normalmente, los medianos que viven en pueblos humanos tienen cierta tendencia a la aventura, por lo que también es normal que se integren en los ejércitos humanos. Es sabido que los Wallenstein sienten un gran aprecio por los halflings, lo cual se debe, según los bienintencionados, a que respetan su puntería y su valor y, según las malas lenguas, a que son una carne de cañón ideal para las emboscadas a las que son tan aficionados los Wallenstein.
En un principio, la décima miniatura iba a ser este modelo de Reaper, pero no conseguí encontrarlo por ninguna parte en España, así que me decanté por otro modelo, también de Reaper, que ya tenía por casa: un maravilloso halfling, también con su antorcha para integrar. Sus atributos no son los de un humano y por tanto en reglas no encajará del todo bien, pero es lo de menos.
Y esto es todo lo que hay. No descarto, como digo, cambiar a los dos militares por otros modelos, por ejemplo el asaltante de caminos del Imperio en Llamas, que está tal cual sacado del Pacto de los Lobos (aunque quedará raro al lado del guardia de caminos, pero bueno, en este caso no tiene por qué estar representando a un bandolero). Pero estoy contento con esta unidad.
Fantasía luminosa
La otra unidad de milicianos que quiero hacer es una de fantasía de otro estilo, más rollo "La Princesa Prometida" (que no es del todo fantasía, pero ya me entendéis). Un estereotipo de picaruelo/espadachín/Scaramouche de la vida. Lo cual me va a resultar incluso más difícil que esta unidad de fantasía oscura en realidad.
Mi intención es usar algunas miniaturas de GW como por ejemplo Marquand, de Mordheim, o algún duelista de Vespero. El problema es que temo que me va a salir una unidad con una amplitud temporal de varios siglos. Es verdad que Fantasy es un juego en el que pasan esas cosas, y ver una unidad de herreruelos enfrentándose a una de jinetes bárbaros del Caos es poco más o menos que ver una unidad del siglo XVII pegándose contra otra del siglo II. Pero dentro de la misma unidad ya se me hace más extraño, y creo que no hay tantos modelos que puedan representar bien a un swashbuckler del siglo XVI sin llegar a caer directamente en la estética pirata, que tampoco es lo suyo.
Por ejemplo, me gusta esta miniatura que he puesto, pero realmente es más medieval que renacentista. Quizá tardomedieval, pero en cualquier caso le saca varios siglos a Marquand. La otra opción es dejar de quebrarme tanto la cabeza por una cosa de moñecos, ignorar la coherencia histórica de algo que no la tiene porque no deja de ser fantasía y vivir feliz. Es lo que probablemente acabe haciendo, cohone ya.
En fin. Ya veremos por dónde sale el asunto cuando finalmente la haga, cosa que seguramente será ya el año que viene, porque aprovecharé para hacer un pedido a Reaper en Navidades. Hacer un pedido a Reaper es una bonita tradición para esos días festivos.
¡Hasta entonces!
Muy chulos! Menos el halfling, que vergüensa! Aún sigo preguntándome como el guardia de caminos mata algo con el pergamino amarrado al martillo entero.. (Chernov)
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Eh, el halfling es el mejor de todos, no te metas con él so malaje.
EliminarEl guardia de caminos en Mordheim te mata con la ballesta, el martillo es decorativo. Aunque la miniatura que va a pie no tiene ballesta por ninguna parte. Pero bueno, los primeros años de este siglo eran los años de la ilusión infinita.
Uyyyyyy mae mia mae mia. La vara se está poniendo nerviosa y no se si podré contenerla cuando vengas. Mira que meterte con dos de mis pelis favoritas. Demuestras claramente tu chusmosidad
ResponderEliminarJajajajaja... bueno, estoy dispuesto a aceptar que El Pacto de los Lobos es mejor de lo que mi memoria recuerda, aunque solo sea porque aparece Monica Bellucci y eso dignifica cualquier película. Pero con Sleepy Hollow Washington Irving se revuelve en la tumba, y lo sabes!!
EliminarCon una ambientación cojonuda, eso sí. Las dos.