Saludos a todos, damas y caballeros.
Con la vuelta de septiembre vuelve la rutina, cosa que notamos especialmente los que tenemos hijos con la vuelta al cole. De no ser por eso, ya habría vuelto a la rutina a finales de agosto, después de las vacaciones. Y aunque últimamente estoy liado tanto con el trabajo como con ese otro proyecto del que os hablé en las entradas de principio de mes, después de tanto pintar en estos últimos años la pintura ha pasado a formar parte de mi rutina.
Consecuentemente, creo que este mes se me ha dado bastante bien. Podría haber pintado más, claro, y hay más de una cosa en la que quería haber llegado más lejos y quizá lo hubiera conseguido de no haberme topado ya con el primer catarro del curso cortesía de mis hijos, que quizá por ser el primero me ha pillado un poco más atravesado. Pero rompo una tendencia descendente en los últimos meses (cosa normal por otra parte, eran los meses de verano) y además he tocado casi todos los palos, lo que es una buena cosa.