Saludos a todos, damas y caballeros.
Una de las complejidades de trazar una buena narrativa para un ejército, para el que le preocupen estas cosas, es evitar las inconsistencias temporales. Esto es relativamente simple para personajes que sean en esencia inmortales, como de hecho es el caso de la mayoría de personajes en el mundo de Warhammer Fantasy, que o bien no mueren por edad o son bastante longevos. Un mismo elfo oscuro puede estar saqueando Marienburgo y, mil años después, hacer lo mismo en Tilea, por ejemplo. La única condición es que no le vuelen la cabeza de un cañonazo en el proceso.
Sin embargo, con los humanos no pasa esto, porque su esperanza de vida en la fantasía, en la de Warhammer al menos, es como en la vida real. Siempre está la opción de alargar su vida por métodos mágicos (nigromancia, el Grial, etc...) pero esto es algo de lo que tampoco se debería abusar si se quiere crear una historia coherente con el maravilloso Trasfondo de Warhammer. La solución, no obstante, no es difícil: crear una saga familiar que permita poner lo que no deja de ser pequeñas variaciones sobre un mismo personaje en distintos momentos de tiempo e incluso lugares.