Saludos a todos, damas y caballeros.
Como comenté en esta entrada con la que dábamos comienzo a la campaña de Armageddon con El Peón y el Rey, hace poco tuve la ocasión de dejarme caer por Zaragoza para hacer una visita a Chernov y, por supuesto, aprovechamos para darle intensamente al frikismo. Jugamos varias partidas de la que os hablaré en su momento, pero de momento estamos, como digo, para la primera partida de la campaña ambientada en el retorno de Ghazkhull Thraka al planeta de los desiertos de ceniza.
Esta primera partida es especial porque no fue de 40k como tal, sino de Gorkamorka o, más bien, Gorkamunda. La razón para ello es triple: en primer lugar, siempre es una idea interesante arrancar una campaña con una escaramuza, de forma que se vaya viendo una progresión de las hostilidades hacia una batalla final muy tocha o, como en este caso, doble; en segundo lugar, no iba a tener suficientes orkos pintados todavía como para hacer una partida de cierto tamaño, y la idea de jugar sin pintar es una abominación que debe ser evitada en la medida de lo posible, con lo que una escaramuza se ajustaba bien a las circunstancias; y, en tercer lugar, me apetecía volver a usar a mis orkos sosiales.