[Informe de batalla] Ruptura de comunicaciones

Saludos a todos, damas y caballeros.

Como comenté en esta entrada con la que dábamos comienzo a la campaña de Armageddon con El Peón y el Rey, hace poco tuve la ocasión de dejarme caer por Zaragoza para hacer una visita a Chernov y, por supuesto, aprovechamos para darle intensamente al frikismo. Jugamos varias partidas de la que os hablaré en su momento, pero de momento estamos, como digo, para la primera partida de la campaña ambientada en el retorno de Ghazkhull Thraka al planeta de los desiertos de ceniza.

Esta primera partida es especial porque no fue de 40k como tal, sino de Gorkamorka o, más bien, Gorkamunda. La razón para ello es triple: en primer lugar, siempre es una idea interesante arrancar una campaña con una escaramuza, de forma que se vaya viendo una progresión de las hostilidades hacia una batalla final muy tocha o, como en este caso, doble; en segundo lugar, no iba a tener suficientes orkos pintados todavía como para hacer una partida de cierto tamaño, y la idea de jugar sin pintar es una abominación que debe ser evitada en la medida de lo posible, con lo que una escaramuza se ajustaba bien a las circunstancias; y, en tercer lugar, me apetecía volver a usar a mis orkos sosiales.

Las reglas de esta primera partida las tenéis en la entrada que he enlazado anteriormente, pero se resumen con facilidad: mis orkos tenían que destruir o inutilizar el vehículo de los imperiales, y como son orkos tendrían que hacerlo de forma cercana y personal, ergo no podrían disparar sobre el vehículo mientras no hubiera habido una embestida o un abordaje. Los imperiales, liberados de estas limitaciones gracias al sentido común, sí que podrían dispararme sin temor.

Mi banda estaba compuesta por los siguientes socios, siguiendo las reglas de los morkistas de Gorkamorka:

• Morglum: noble con pistola, maza
• Manitaz con pistola y maza
• Guerrero con zeiz tiroz (conductor del kamión)
• Kamión
• Manitaz con pistola y maza
• Guerrero con zeiz tiroz (conductor del oruga)
• Oruga con akribillador acoplado
• Guerrero artillero del oruga
• Guerrero con zeiz tiroz y maza

Mientras que Chernov se presentó con esta pequeña patrulla, confeccionada según los Orlock del Necromunda original (el de 1995):

• Teniente Nikolai: Líder con rifle láser con batería sobrecargada, granadas, armadura de caparazón. Tiene la habilidad esquivar.
• 4 pandilleros con rifle láser y armadura antifrag.
• Chimera (vehículo normal de Gorkamorka) con bólter pesado.

Las reglas determinaban que comenzaría la partida la banda orka que gritara más, pero es evidente que entre orkos y humanos yo iba a gritar más, así que comenzamos. No voy a ir turno por turno porque fue una batalla pequeña y rápida, así que la narración será acorde.

Lo primero que hice fue, naturalmente, avanzar a toda prisa hacia el chimera de Chernov. No podía dispararle, mayor motivo para ir a chocarme con él, pero incluso si hubiera podido habría ido a por él como un demente porque eso es lo que debe hacer un orco que se precie. Sorprendentemente, ninguno de los vehículos derrapó, o hizo un trompo, o nada que se le parezca... lo cual no deja de ser un poco decepcionante.

Chernov, viendo la que se le venía, disparó al kamión con el bólter pesado del chimera. Tal como estaba escrito, se le acabó encasquillando y falló el chequeo de munición, pero le dio tiempo a colarle dos impactos a mi vehículo. El primero simplemente le haría moverse 3 cm menos desde ese momento, pero el segundo mató al conductor, lo que ya sí era más serio. Mi kamión se fue desviando y se dirigió sin control hacia unas ruinas cercanas.

Por suerte para mí, en mi turno fui capaz de recuperar el control y dirigir mi desvencijado vehículo en un choque frontal claramente suicida contra el chimera. Creo que Chernov se vio tentado de dejar que eso sucediera, pero en el último momento hizo uso del arma secreta de los legionarios de Armageddon frente al Klan Luna Malvada, que es la razón, y se desvió para esquivar el choque. Eso no evitó que, al pasar por el lado, un tipo muy malaje y brutal saltara sobre el chimera y se liara a palos con todo lo que pilló.

Mi noble consiguió ganar el primer combate, que fue contra el conductor del chimera, al que mandó a reunirse con el EMPRAH. Sin embargo, los imperiales se recompusieron bien, pues un nuevo disparo (esta vez de rifle láser) mató al socio que se había puesto a los mandos del kamión, lo que lo hizo definitivamente descarrilar y estamparse contra unas ruinas de las que ya no saldría. Además, el teniente Nikolai se puso a hablar con mi noble, al que echó del chimera de una patada.

No obstante, los orcos ya estaban muy encima, y si hay una raza que difícilmente va a cesar en la violencia cuando se lo propone, sin duda son los pielesverdes. Mi noble volvió a montarse en el chimera, que iba un poco a la deriva sin conductor, y esta vez acabó matando al tipo al que se enfrentó.

Viendo la deriva que estaba tomando el asunto, y dado que en un vehículo solo se puede combatir uno contra uno, Chernov sacó a su teniente del chimera y se dedicó a ir rematando orcos a espadazos, que es lo que debe hacer un buen teniente de la Legión de Acero, supongo.

Mientras tanto, mi otro vehículo se iba acercando, pero con todo el mundo trabado no podía disparar a nada. De hecho, creo que lo que dice el reglamento cuando se refiere a la cuestión es algo como "¿Pero tú eres un orko de verdad?". Reglamentos mejores para épocas más felices. En consecuencia, el manitas que iba en ese vehículo desembarcó para unirse a la gresca.

Mientras tanto, el teniente Nikolai siguió empleándose en el uso indiscriminado de la violencia, con algo de ayuda...

Pero claro, mi noble no se quedaba atrás, y se terminó quedando solo en el chimera.

Al final la cosa acabó como tenía que acabar, con un duelo doble entre mi manitas y un legionario y el importante, entre teniente y noble. En el primero, la cosa salió...

Veréis, en la campaña de Gorkamunda que jugamos hace la friolera de siete u ocho años, mi manitas, Thugsnik, era un incompetente de manual. Era, con mucha diferencia, el peor mekániko del universo. No de la galaxia, de todo el universo. Tal era así, que a su jefe, Krukskul, se le ocurrió como idea que los tiránidos se lo comieran para que, al absorber su biomasa, la Mente Enjambre implosionara para siempre. Los tiránidos se lo comieron, pero lo escupieron a tiempo, y es satisfactorio ver que de alguna forma consiguió abrirse camino hasta Armageddon, donde se las apañó para perder un combate contra un legionario que había sacado un fallo catastrófico gracias a sacar él DOS fallos catastróficos.

Maravilloso. El noble, para compensar, consiguió dejar aturdido al teniente imperial, que tan buen papel había hecho hasta ese momento. Eso provocó la huida de los imperiales, pues cuando les llegó el momento de hacer el chequeo de retirada no pudieron usar el L8 de su teniente y Chernov sacó justo un 8.

"Mi capitán, parece haber un problema con el chimera X2 - 27"

El joven recluta, quien acababa de terminar un entrenamiento acelerado en comunicaciones, señaló la pantalla de su monitor. El chimera número 27 del sector X2 formaba parte del sistema de radio móvil que se había establecido para que la Base Cerbera no quedara aislada del resto de las fuerzas de Armageddon en la ofensiva de los malditos pielesverdes... y el vehículo se había detenido.

"¿Tenemos visión satélite?"

"Afirmativo, mi capitán" dijo el recluta mientras se esforzaba por recordar cómo se accedía a los satélites que vigilaban los movimientos en la jungla y en sus lindes. Por suerte, no tardó mucho en conseguir las imágenes, en las que se vieron a varios orkos golpeando, descuartizando y matando a los legionarios que formaban la tripulación del vehículo. El capitán al mando no pudo evitar un gesto de desprecio, que se vio sustituido por uno de sorpresa cuando los xenos se montaron en sus destartalados vehículos y se marcharon de ahí.

"Parece que abandonan la posición, mi capitán" dijo el recluta, tratando de romper el silencio.

"Ciertamente. Han matado a los tripulantes, pero... el sistema de comunicaciones del chimera sigue funcionando, ¿verdad?"

"Eh... tal parece, mi capitán" contestó el recluta, igual de sorprendido que su oficial al mando por el hecho de que los pielesverdes hubieran obviado el equipo de radio del chimera.

"Bueno... el Emperador protege, supongo"

Resultado: victoria de la Legión de Acero

Las reglas de la campaña establecían que yo debía destruir o inutilizar el chimera, y la verdad es que pasé olímpicamente de él, en una actuación puramente orkoide. En consecuencia, aunque los tripulantes del vehículo fueran derrotados, el sistema de comunicaciones con la base Cerbera quedaba intacto, lo que le servirá a los cazadores de orkos del Señor Serviorco en la siguiente partida.

En definitiva, un desenlace de lo más satisfactorio, con todo el mundo contento. Las siguientes partidas, como digo, involucrarán a los cazadores de orkos y la Tribu de la Kabeza Empalada de los muchachos de El Peón y el Rey, así que las podréis ver allí. La campaña irá con calma, pero así debe ser con las cosas buenas.

¡Hasta la próxima!