Saludos a todos, damas y caballeros.
En el Troglablog tenemos por costumbre empezar el año con alguna banda o ejército terminado para poder decir que lo comenzamos con buen pie. Hace un par de años fue con la maravillosa banda de Middenheim que el colega Snorri hizo para Mordheim, y el año pasado con el ejército bretoniano de Helios, un auténtico pepino como solo puede serlo un ejército bretoniano bien pintado.
Lo que traemos este año es bastante menos espectacular, en parte porque lo he pintado yo, y en parte porque tiene mucha menos enjundia detrás en términos de coleccionismo/conversiones. Sin embargo, me hace ilusión traer estos socios como primera entrada del año porque representan lo que pretendo que sea una novedad en términos de wargameo para mí este año. Los más observadores habréis visto que estrenamos una página nueva en el blog, la de Historia alternativa. Ya daré más detalles, pero de momento valgan estos dementes desharrapados como declaración inicial de intenciones.
La guerra había terminado. Obadiah Irving no podía olvidar este hecho: la guerra había terminado, ellos habían perdido, y todo aquello cuanto habían amado se había desvanecido bajo el peso de los cañones y las botas de incontables soldados invasores. ¿Podían los insensatos del Norte entender la belleza de aquello que habían quemado, arrasado, violado? Quizá lo que más repugnaba a Obadiah era que quienes habían hecho eso ni siquiera comprendían lo que habían destruido. Si lo hubieran odiado, si hubieran sentido una sincera repulsa, quizá habría podido admirar aquella destrucción como fruto de una emoción genuina como la ira. Pero no: la devastación era el resultado del ansia de poder de unos políticos megalómanos y lo que no dejaban de ser esclavos irracionales en sus manos.
Desde su refugio, oculto entre los profundos y malolientes pantanos, nunca había dejado de soñar con aquellos días... días que parecían tan lejanos que se asemejaban más a una ensoñación que a la memoria. El contraste entre la luz y el esplendor de aquel pasado y la oscuridad desesperanzada de su presente era tan intenso que a veces pensaba que se correspondían a dos vidas diferentes, vividas por personas diferentes en mundos diferentes; dos experiencias tan extremas no podían pertenecer a un mismo ser humano.
Y, sin embargo, así era. Las fétidas aguas estancadas del lodazal no hacían sino incrementar su añoranza de las claras y vigorosas aguas del Mississippi, así como su soledad se veía atormentada por los fantasmas de las grandes noches de antaño, las veladas en su esplendorosa finca con sus amigos y sus familiares, la preciosa sociedad del Sur que los patanes puritanos del Norte siempre habían envidiado. Nada de eso quedaba ya. Sus tierras habían sido saqueadas hasta la última brizna de algodón, su mansión era un cascarón ennegrecido, devorado por las llamas, y el Mississippi se había llevado la sangre de sus hijos y la dignidad de sus hijas, profanada por los bestiales soldados del Norte.
Lo que le quedaba a Obadiah eran los fuegos fatuos del pantano para recordarle aquellas luces de antaño, la quietud espectral de las marismas y el abrumador peso de la memoria. Aquel ambiente, tanto físico como emocional, en el que se había refugiado era favorecedor a la aparición de enfermedades, y sus recuerdos se habían enquistado, se habían convertido en una supurante infección de desesperanza y odio. Solo en aquel estado mental se explicaba que el antaño gallardo caballero sureño se hubiera planteado realmente hacer lo que iba a hacer.
El antiguo Obadiah, el que atendía regularmente los servicios religiosos dominicales y respetaba los principios más determinantes de la caballerosidad y la bonhomía, no habría querido escuchar ni por un momento una sola palabra de nigromancia. No habría andado siquiera el primer paso del sendero en que caminaba, cercano a su culminación, el Obadiah actual. Pero ese Obadiah había perdido todo, y lo único que separaba a su persona actual de la muerte, lo único que le mantenía con vida en un mundo que había dejado de ser el suyo, era la posibilidad de la venganza. Una venganza atroz, tan implacable como habían sido sus enemigos. Ellos no se habían detenido ante nada, ni divino ni humano, con tal de conseguir sus perversos propósitos.
Él había aprendido la lección, y no iba a ser menos.
Se asomó al balcón de la sombría mansión en que se había refugiado, balcón que daba directamente al pantano. Su detestable olor se veía aumentado por el hedor de incontables cadáveres en descomposición, pero a él ya no le importaba. Hacía tiempo que había dejado de importarle. En su mano izquierda sostenía un grimorio infernal, escrito con sangre humana, que brillaba con un resplandor ominoso. Con decisión, Obadiah Irving, antiguo terrateniente y caballero del Estado de Mississippi, comenzó a entonar palabras impías escritas en un idioma que ningún ser humano debería jamás leer, mucho menos recitar.
A medida que lo hacía, las sombras del pantano parecieron tomar vida propia, arremolinándose en torno a los cadáveres de los soldados confederados que sus esbirros habían estado amontonando durante meses en su propiedad. Poco a poco, los cuerpos comenzaron a moverse. Al principio, sus movimientos podrían haberse confundido con ondulaciones del pantano, pero Obadiah sabía que no era así. Sabía que aquellos hombres caídos estaban siendo reanimados para luchar en la muerte por aquel mundo caído. La sociedad que nunca debió perecer, siendo defendida por aquellos que nunca debieron reanimarse. Aquella era la tragedia que el Norte había provocado, y cuyas consecuencias pronto sentiría.
"El Sur se alzará de nuevo..." murmuró Obadiah cuando vio al ejército no muerto que había convocado. Sin duda, se alzaría. Su risa inundó el pantano, y fue la risa más desgarradora y desesperanzada que jamás se había escuchado en aquel lugar infernal.
Imagen de aRU-MOR |
Pues efectivamente, lo que os traigo para empezar el año es una banda de Dracula´s America, un juego bastante interesante que siempre he tenido ganas de probar y en el que espero poder echar unas partidas pronto. De hecho, mi intención era haber jugado algunas partidas en Navidades con Elrudok, de Hielo y Acero, pero finalmente no ha podido ser. Confío en que pronto podáis ver en acción a estos individuos de la Confederación Oscura.
Lo que más me gusta de Dracula´s America es, con mucha diferencia, lo bien caracterizadas que están todas las facciones. Me parece un toque de auténtica genialidad la forma en que cada elemento importante del siglo XIX norteamericano se retuerce para convertirlo en un reflejo oscuro del mismo, propio de peli de terror de serie B pero al mismo tiempo con mucha personalidad. El punto de partida, la existencia de unos Estados Unidos cuyo presidente es el Conde Drácula (que seguramente no sería de los peores presidentes que ha tenido, y aquí que cada cual meta a quien quiera según sus ideas políticas) ya es bastante llamativo, pero es que las facciones son tremendas.
Es verdad que hay algunas más arquetípicas, como la banda que tiene vampiros, la banda de cazadores de vampiros (que aun así tiene su toque gracioso de mezclar templarios con vaqueros) o la de adoradores de Dagon, pero hay otras que me encantan: idear que los constructores del ferrocarril son una secta satánica que está creando una especie de pentagrama demoníaco con las líneas férreas es sublime, como convertir al séptimo de caballería en soldados malditos que se transforman en bestias o a los restos de la Confederación en nigromantes que quieren alzar al Sur de entre los muertos... de forma literal.
Esta banda tiene tres tipos de individuos: por un lado está el nigromante, que lidera la banda y del que siempre debe haber uno. Me encanta que la miniatura que hayan puesto para ello sea el clásico terrateniente del Sur, es como ver al coronel Sanders de KFC practicando la nigromancia. Después están los soldados confederados, de dos clases: vivos y muertos. Un detalle que me gusta es que no se sabe muy bien quiénes están en peores condiciones y más desharrapados, los vivos o los muertos. En todo caso, como digo, el tema de introducir zombis como forma de que el Sur se alce de nuevo me parece genial.
La faena se remata con la criatura invocada específica de la facción. En Dracula´s America los arcanistas pueden invocar criaturas, y las hay tanto genéricas como específicas de cada facción. En el caso de la Confederación Oscura se trata de una sombra vengativa, o lo que es lo mismo, el fantasma de un soldado confederado caído. Me gusta mucho esa idea, y entiendo que el autor, quien de hecho creo que es estadounidense, ha elegido esta criatura como forma de simbolizar lo que para unos es el fantasma de un mundo idílico perdido y para otros el espectro de una ideología sudista que de alguna forma se niega a morir.
Pues hasta aquí la banda de la Confederación Oscura. Como digo, confío en que no pase mucho hasta que podáis verla en combate, en alguna partida sexy en el Club Antebellum. Para eso tendré que bajar a Almería, lo cual es algo que siempre quiero hacer sin necesidad de excusas, pues con más motivo si encima puedo probar el juego.
¡Hasta entonces!
Coincido plenamente. La ambientación de este juego es sencillamente magistral. Que en un mismo juego puedas tener a vampiros, mitología de los nativos americanos, mitos de Chtulhu, Voodoo, y hasta a las brujas de Shalems Lot, y que no desentonen, es fantástico. Por supueto el general Custer y mis soldados lobo de la union te estarán esperando en Almeria. Que por otro lado, que mejor sitio para jugar a juegos del Oeste jejeje
ResponderEliminarComo dices, esa ambientación tan cojonuda solo puede ser mejorada con dos elementos:
EliminarA) Jugar la campaña en Almería, el mejor sitio para juegos del Oeste
B) Jugarla en Antebellum, el mejor sitio para cualquier juego
Con un poco de suerte consigo bajar antes de que termine el mes. Te tendré informado.
Qué banda más carismática. Es una cosa muy loca pero eso sólo le hace sumar puntos. ¡Y además con un buen pintado!
ResponderEliminar¡Muchas gracias! La verdad es que es un concepto muy extravagante pero como dices, precisamente por ello muy original. En otras palabras, mola un cojón xD
EliminarDesde luego que esa vuelta de tuerca que le han dado a la historia está de cine. Cómo propósito de probar otro juego en 2023 este está en el bombo.
ResponderEliminarDe la banda solo puedo decir buenas palabras: soberbia a nivel de individual y colectivo y con un trasfondo propio sensacional.
Con ganas de verla en acción.
Un saludo.
PD: Drácula elegido democráticamente... Vivir para ver.
¡Muchas gracias! Tus palabras son mucho más amables de lo que merece esta escoria no muerta. La verdad es que los modelos son muy chulos y además sin pretensiones innecesarias, lo que facilita el pintado.
EliminarOye pues si lo probáis en El Peón y el Rey ya nos diréis qué tal... yo espero poder traer algo en breve, a ver si con ello os animamos también :)