Saludos a todos, damas y caballeros.
2024 está siendo un año en que he ido terminando muchas campañas que tenía pendientes, alguna desde hace varios años. Pero ninguna lleva tanto tiempo rondando por aquí como la campaña de El Refugio del Cuervo, la adaptación de Exploradores de las Profundidades Sombrías al universo de los Elder Scrolls, y que comencé hace más de cuatro años, en un lejano mayo de 2020 que nadie salvo el Dr. Carballo echa de menos.
Nunca he tenido prisa por terminarla porque de todos modos la juego en solitario, con lo que no tengo que cumplir con nadie ni tengo el temor a dejar a nadie tirado. Además, supongo que me gusta que esté ahí de fondo como cosa a la que siempre puedo volver cuando llevo mucho tiempo sin jugar y/o quiero echar una tarde haciendo algo diferente. Y, al final, los Elder Scrolls siempre vuelven y son un tema recurrente en mi grupo de colegas frikis: Malvador ha comenzado una nueva aventura en el Skyrim, Broltimer está descubriendo las bondades del Morrowind (el mejor en opinión de muchos, entre los que me incluyo) y yo me sumo a ese reverdecer con este informe de batalla.
Para dar sensación de continuidad y porque les he cogido cariño, voy a hacer todo lo que queda de campaña con los socios con los que comencé. Milagrosamente no ha muerto ninguno todavía, aunque más de uno anda un poco cascao ya. En cualquier caso esta primera misión es sencilla, pues consiste en recorrer unas escaleras que llevan a Puerto Gélido, y los únicos enemigos que hay son moscas gigantes, que he representado con las furias que pinté hace un mes y que harán de los míticos diablillos que todos los que hemos jugado al Oblivion conocemos (y que lo mismo ni son daedra, pero bueno). Hay una cosa que no he conseguido comprender del todo de este escenario y es que se supone que te puedes caer de las escaleras, con lo que las visualizo como el único trozo de tierra firme y al lado está el vacío, pero si te caes puedes mover normal, solo que por terreno difícil. Ni idea.
Turno 1
Comencé moviendo a Constantino, al caballero y al arquero. Este último consiguió cargarse al diablillo más cercano de un flechazo, que siempre es una buena forma de comenzar.
Tras eso, los otros dos diablillos se acercaron, pero todavía estaban demasiado lejos como para trabar combate.
En la siguiente activación se movieron el espadachín y el explorador bosmer, quien también hizo lo propio y se cargó al segundo de los diablillos.
No obstante, al final del turno aparecieron otros dos diablillos, con lo que el contador se ponía a cero.
Turno 2
De nuevo activé en primer lugar al caballero, arquero y Constantino, pero en este caso el segundo no fue capaz de acertar a ninguno de los diablillos que se acercaban.
Cuando éstos finalmente se trabaron, lo hicieron con bastante violencia. El caballero recibió un buen viaje y acabó fuera de las escaleras, mientras que Constantino también perdió el combate, aunque sufrió mucho menos daño y no cayó.
Después, el espadachín trató de ayudar al caballero, pero no tuvo éxito. Al menos el rastreador consiguió meterle un flechazo al diablillo que quedaba sin trabar y cargárselo.
Por último, apareció una niebla venenosa que obligó a todos a hacer un chequeo de voluntad con dificultad 10, chequeo que fue fallado por el espadachín y el caballero, quienes no se activarían en el siguiente turno.
Turno 3
Con dos tipos a los que no podía activar, actué con los otros tres. El bosmer mató al diablillo que tenía agarrado al caballero, pero Constantino siguió perdiendo contra su oponente y solo su gruesa armadura le impedía sufrir un daño catastrófico.
Cuando le tocó el turno al diablillo, siguió arañando la armadura del imperial. La verdad es que tres combates perdidos de forma consecutiva entre un megapaladín y un bichillo ridículo empezaban a resultar preocupantes.
Para terminar, aparecieron nada menos que tres diablillos nuevos. Por citar al Joker, la cosa se pone interesante.
Turno 4
No estaba seguro de si un tipo que se hubiera caído de las escaleras podía volver a ellas, pero ya que estaba fuera, decidí mandar al caballero contra el diablillo que se acercaba. Constantino siguió luchando y siguió perdiendo cada vez por más, y el único consuelo vino del arquero, que liquidó a uno de los diablillos.
Posteriormente, éstos se abalanzaron sobre mis hombres y terminaron de matar al caballero. Mal asunto. Al menos Constantino se puso las pilas de una puñetera vez y se cargó al diablillo que le había quitado la mitad de vida así a lo tonto.
Después, el espadachín y el bosmer corrieron hacia el extremo opuesto de la escalera (llegar hasta allí era el objetivo de la misión) y el elfo mató a otro de los diablillos, consagrándose como el tipo más letal de la partida con diferencia.
En el final del turno esta vez apareció un único diablillo. Se ve que también ellos se empezaban a cansar de estar muriendo a espuertas.
Últimos turnos
A partir de aquí puedo resumir porque los turnos se fueron haciendo rápido. Poco a poco los arqueros se fueron abriendo camino a flechazos...
Y salieron del tablero.
Constantino se iba quedando un poco atrás, pero parecía que se había espabilado e iba matando a los bichos que iban contra él...
Hasta que empezaron a ser muchos, momento en el que también salió por patas y los dejó a todos atrás, demostrando que la mejor parte del valor es la prudencia.
Bueno. En comparación con las partidas anteriores, en que había sido aniquilado sin contemplaciones por las criaturas maléficas que pueblan Tamriel y más allá, en esta ocasión no he salido tan mal parado. Entiendo que es otro de esos escenarios más bien tranquilitos que hay en la campaña. Solo he tenido que lamentar la única (e inesperada) baja del caballero que, además, se repuso sin complicaciones. A cambio no he conseguido mucha experiencia, pero me doy con un canto en los dientes.
Imagino que los siguientes escenarios serán, de nuevo, más complicados. Cuando los juegue los traeré, quizá termine en 2024 esta campaña, aunque no prometo nada. Antes que eso habrá también algún relato sobre esta partida, como es menester.
¡Hasta entonces!
En este escenario bajas por una ladera, y las escaleras son como las de ella la araña pero no tan empinadas, supongo. Tendrías que haber ido a quemar los nidos de donde salían los diablillos, insensato! (Chernok)
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Puede que sea como dices. Yo lo único que saco en claro es que son unas escaleras un poco trambólicas, hay que saber subir y bajar.
EliminarIntenté quemar un nido con el caballero pero visto cómo salió el asunto pasé de seguir experimentando xD