Saludos a todos, damas y caballeros.
Tal como dije hace unos días en esta entrada que servía de prólogo, mi intención era traer el informe de una partida que echamos entre el Clan Rikkens (con reglas de Eshin) de Helios, los pielesverdes de Toni y los ogros también de Toni pero usados por el que abajo suscribe, narrativamente al servicio del Imperio. O al de la familia Wallenstein, pero viene a ser lo mismo.
La partida fue a 3000 puntos y la echamos en War Lotus, tienda de Granada en la que yo nunca había estado pero que al parecer es uno de los sitios destacados del frikismo en la ciudad. Y no me extraña que así sea, viendo lo que vi, me pareció un sitio muy molón. El caso es que al jugar en tienda teníamos una lógica limitación de horario y, viendo que la partida era grande, optamos por la clásica batalla campal, metiendo los maravillosos objetivos aleatorios que tradujo en su día (y dio a conocer, al menos a mí) el archivero de GW. Creo que no he vuelto a jugar una batalla campal a secas desde que los conocí.