Saludos a todos, damas y caballeros.
Tal como comenté en entradas recientes, el pasado fin de semana nos juntamos Sir Sedentor y yo para terminar la campaña del "Lamento de Wallenstein", la que servía para continuar la historia de Leopold Wallenstein, para replicar la campaña del lamento de Bugman y, en general, para echar un buen rato. Creo que la batalla final, como veréis, ha estado a la altura del resto de una campaña preciosa, de las mejores que hemos jugado en este blog... y que hace que los Wallenstein efectivamente vayan a tener mucho que lamentar.
Colgué hace poco el escenario, adaptado a Warhammer Reforged y a los ejércitos con los que estábamos participando. La partida es, por así decirlo, un semiasedio, con una bodega que no es una fortaleza pero sí un recinto fuertemente defendido. 2000 puntos de imperiales tendrían que defenderse de 3000 de orcos y goblins, con la llegada estelar de Leopold Wallenstein y su escolta (otros 500 puntos) a partir del segundo turno imperial. Tenía, en definitiva, todos los elementos para ser una partida de mucha tensión y momentos memorables. El informe lo he dividido en dos entradas, eso sí, para que no quede terriblemente largo.
Mi lista de aguerridos defensores imperiales era la siguiente:
- Defensores de la fortaleza:
- Andrea Vitale: Capitán portaestandarte de batalla, Estandarte del Grifo, Escudo encantado, armadura de placas.
- El Anciano: hechicero de nivel 2, familiar hechicero, anillo del fuego infernal.
- Rodrigo Cabeza de Vaca: Maestro ingeniero, pistola de repetición.
- Tercio de Wurtbad: 24 lanceros, grupo de mando completo, Pabellón de la Disciplina Estatal, destacamento de 10 arcabuceros.
- Guardia de la fortaleza: 25 alabarderos, grupo de mando completo, Estandarte del Deber, destacamento de 10 ballesteros.
- Vigilantes de caminos: 10 milicianos, pistolas, hostigadores.
- Alegres aventureros: 10 milicianos, pistolas, hostigadores.
- 20 espadachines, grupo de mando completo, estandarte de hechicería.
- La Orden del Oso Negro: 5 caballeros, corazón llameante, grupo de mando completo, Estandarte del Matademonios
- Lanza de Myrmidia: gran cañón imperial.
- La Brigada Brutal: 4 ogros imperiales, armas a dos manos, oficial, portaestandarte, estandarte de guerra.
- Cañón de salvas
- Ira del sol: Batería de cohetes.
- Leopold y su escolta:
- Leopold Wallenstein: conde elector, armadura del alba, Espada de Segismundo, sudario de Magnus, pistola, escudo
- Elegidos del Conde: 20 grandes espaderos, grupo de mando completo, Estandarte del Valor.
Mientras que Sede se presentí con esta lista de aspirantes a saqueadores borrachos.
- Tribu de Onzig Loz Zegadorez
- Kaudillo Onzig, zegador de vidaz ozcuro: Zuper-rebanadora, el mejor kachivache p'al que manda y koraza de proteczion
- 30 guerreros orcos, grupo de mando completo, pabellón de vitalidad
- 5 jinetes de jabalí orcos grandotes, grupo de mando completo, eztandarte de sombras
- 15 orcos negros, grupo de mando completo
- Los Goblins Karaagria
- Komepiñonez Tripafea: hechicero nv2, Báculo chorizador, kollar de huezoz y colmilloz
- Gulag, guardaespaldas
- Nekz, kome-grilloz: hechicero nv 1 korona mágica y kaldero de nieblaz
- 40 goblins nocturnos, grupo de mando completo, estandarte de guerra
- 3 trolls de piedra con arma a dos manos
- 10 goblins tarambanas
- Gigante 175
- Los bandidoz del Kolmillo Rojo
- Grotsnag, Azote de laz Montañaz Negraz: Úniko kaztañazo de Wollopa, kazco de Nobbla
- 35 goblins, grupo de mando completo, eztandarte de Borko
- 20 jinetez de lobo, grupo de mando completo, eztandarte bestia de Nogg
- 2 lanza pinchos
- 2 lanzapiedroz
- 3 trolls de piedra con arma a dos manos
- 2 karros de jabalíes
- 1 katapulta de goblinz voladorez
Tras finalizar el despliegue, comenzó el primer turno de los pielesverdes
Turno 1 orcos y goblins
Mi primera mala decisión fue dejar fuera una unidad de caballería, con la que esperaba poder romper por alguna zona débil de la línea pielverde, pero lo único que conseguí fue que los jinetes de lobo se pusieran las botas cuando fallaron el chequeo de animosidad pero sacaron un 6 y se fueron directamente a por ellos...
Cargándoles justo después, como era menester.
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| Ahí se han colado unos lobos zombis por exigencias del guion |
También había dejado una unidad de diez milicianos en la torre para entorpecer un poco, quienes sí cumplieron relativamente mejor su función, pues le volaron la cabeza a uno de los orcos negros que les cargaron para desalojarles de ahí por vía rápida.
El resto del ejército pielverde simplemente se acercó, con los trolls de la izquierda superando milagrosamente su chequeo de estupidez y los de la derecha fallándolo, como era de esperar.
La fase de magia fue destructiva. Uno de los chamanes lanzó la mirada de Morko a mis ballesteros, que yo dejé pasar porque algo iba a perder y dentro de lo malo lo que menos me importaba era perderlos a ellos. Murieron cinco.
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| Foto con zoom para que a Miguel le salpique la sangre |
Después Sede repitió la jugada contra mis arcabuceros, y aunque ahí intenté dispersarlo, no lo conseguí... pero al menos esta vez solo murieron tres.
La fase de disparo fue muchísimo peor. Aunque los lanzapinchoz no impactaron, el primero de los lanzapiedroz hizo un impacto directo en todo el centro de la formación de alabarderos...
Milagrosamente, cuando se dispersó el humo, solo habían muerto cuatro.
Pero ah, quedaba un segundo lanzapiedroz, con la misma puntería que el primero...
Y cargado, éste sí, con una piedra de verdad en vez de con un globo de agua. La escabechina fue terrible.
Menos mal que los imperiales eran inmunes al pánico en esta partida, si no ya me habría huido todo el ejército. Los combates, por su parte, también se desarrollaron según lo esperado. Los jinetes de lobo apenas consiguieron matar a un caballero, y uno de los jinetes murió, pero el peso de los bonificadores estáticos hizo que los caballeros huyeran y fueran atrapados en la huida.
Por su parte, los milicianos se cargaron a otro par de orcos negros a pistoletazos, pero después fueron masacrados intensamente. Solo sobrevivieron dos, que huyeron y, dado que ya no se iban a reagrupar, los quitamos.
Turno 1 Imperio
La primera oleada del ataque pielverde había sido dura, y empeoró todavía más cuando los alabarderos huyeron por el terror que les provocaba el gigante al otro lado de la puerta. No les culpo, yo habría hecho lo mismo.
Pero esto es el Imperio, y estamos aquí para luchar hasta el final. El hechicero lanzó las zarzas místicas sobre los jinetes de lobo, y consiguió matar a... uno. Para compensar, su anillo del fuego infernal mató a otros tres o cuatro, y ahí ya sí que huyeron por pánico. Me quitaba un gigantesco peso de encima.
Después vino el turno de brillar para la artillería, a falta de otra cosa mejor. Los milicianos no consiguieron rascarle ni una sola herida al gigante, pero el cañón apuntó a la cabeza del gigante y lo reventó de un único disparo. Esa dotación se había ganado una medalla... aunque tendría que sobrevivir si quería cobrarla.
Por su parte, el cañón de salvas liquidó a una docena larga de goblins, aunque desafortunadamente estaban muy cerca de su kaudillo y no huyeron.
Tampoco huyó la propia unidad del kaudillo, aunque el lanzacohetes reventó a casi diez de ellos. Estaba siendo un despliegue de artillería bastante serio, consiguiendo en cierta forma equilibrar la balanza.
Finalmente, entre arcabuceros y ballesteros consiguieron cargarse a un par de jinetes de jabalí, lo que oye, tampoco es mala cosa.
Turno 2 orcos y goblins
Sir Sedentor había sufrido un duro golpe con la muerte del gigante, y si los jinetes de lobo huían el daño sería doble... por lo que hizo lo que todo buen kaudillo haría: gritar WAAGH muy alto y muy fuerte, lo que permitió que, entre otras cosas, los jinetes de lobo se reagruparan y cargaran contra los ballesteros que defendían el muro. También cargaron los jinetes de jabalí contra los lanceros y la unidad de goblins que había sufrido a manos del cañón de salvas para vengarse de él.
Por otro lado, ambas unidades de trolls fallaron sus chequeos de estupidez...
Y los orcos negros salieron de la torre para seguir liándola.
Finalmente, tres goblins tarambanas alcanzaron la puerta de la bodega y estallaron. Dos no hicieron nada, pero un tercero consiguió hacer una grieta que empezaba a amenazar la integridad estructural del recinto.
La fase de magia esta vez fue mucho menos destructiva. Komepiñonez lanzó la mirada de Morko, pero lo hizo con fuerza irresistible y perdió un nivel de magia y el hechizo a cambio de apenas matar a un par de espadachines. Mal negocio. El otro hechicero no consiguió lanzar nada.
La fase de disparo no fue mejor. Los lanzavirotes siguieron fallando todo, la catapulta lanzagoblins tuvo problemas y uno de los lanzapiedroz por poco revienta a la unidad de Onzig...
Para compensar, el segundo lanzapiedroz se cargó a un miliciano y a un ogro. Ni tan mal.
Los combates ya sí que se resolvieron como era de esperar. Los jinetes de jabalí se ensartaron a sí mismos contra el Tercio de Wurtbad y solo sobrevivió uno, que huyó para no reagruparse.
Sin embargo, en los otros combates los pielesverdes superaron a los defensores, arrasaron y, lo que es más importante, entraron en el recinto defendido.
Turno 2 Imperio
Los pielesverdes ya estaban dentro de la bodega, pero todavía podía revertir la situación, para lo cual me vendría bien que Leopold apareciera... cosa que hizo. Decidí sacarlo cerca de la unidad de Onzig y los orcos negros para tratar de impedir desviar esas unidades hacia Leopold y que no entraran en el recinto.
No pude hacer mucho más, salvo reposicionar tropas para seguir recibiendo cargas. Al menos los alabarderos y los ballesteros se reagruparon.
Tras una fase de magia en la que no hice nada, quedaba ya poco por disparar, pero el lanzacohetes le causó otra avería fina a la unidad de Onzig. Lamentablemente, esta vez el cañón se quedó corto y no consiguió cargarse el carro ese que estaba cerca de Leopold, aunque por suerte sin verlo.
En cuanto a los combates, los goblins no mataron al ingeniero pero, como era de esperar, le hicieron huir, y después se estamparon contra los ogros.
Lo malo es que los espadachines no aguantaron el tipo y huyeron, lo que llevó a los jinetes de lobo a trabarse con los ballesteros y a penetrar más en mis filas. Ya sabía yo que me iban a dar la mañana...
Pues por aquí lo dejamos por el momento, con la partida en todo lo álgido: los pielesverdes ya están consiguiendo entrar en la bodega, pero la puerta resiste y Leopold acaba de llegar. Espero poder traer la segunda parte dentro de poco, con el terrible desenlace del Lamento de Wallenstein.
¡Hasta entonces!

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