viernes, 15 de noviembre de 2019

[Muerte en el Transtartárico] Relatos varios

Reglas de la campaña aquí.


UNA GÉLIDA BIENVENIDA

La compuerta de la sala de almacenamiento se abrió con un siseo ominoso, y pese a su bioquímica mejorada, el teniente Usul Fatih no pudo evitar un escalofrío cuando una bocanada de aire gélido salió despedida hacia el exterior. Pese a que llevaba unos meses destinado en Amanecer no había conseguido aún acostumbrarse a un clima tan inclemente. Él procedía del desierto, y sabía que sus noches pueden ser despiadadamente frías, pero pese a ello jamás había podido imaginar que existiera una tierra tan inhóspita como Amanecer, ni personas tan dementes como para no sólo habitarlo sino considerarlo su hogar.


El comando haqqislamita entró en el almacén, desplegados en formación de combate, aunque en principio no esperaban encontrar demasiada resistencia. Eso decían sus informes de inteligencia. El objetivo no era un lugar demasiado relevante dentro del gran entramado del Transtartárico, algo elegido adrede, pues por el famoso tren que iban a sabotear también circulaban bienes de empresas haqqislamitas. Siete personas entraron con los rifles en alto, y el teniente khawarij sabía que contaba también con el apoyo de una Fiday que llevaba días infiltrada en el complejo haciéndose pasar por una operaria de mantenimiento cosaca, y con un Ragik que en caso de necesidad entraría rompiendo el tejado.

El teniente haqqislamita respiraba por la nariz, para evitar dejar rastro de vaho, al tiempo que observaba la instalación. La temperatura era bajísima, pero la Fiday había cumplido con su misión y había logrado elevarla temporalmente hasta los diez grados bajo cero. Suficiente para que aquellos de sus soldados que no portaban armaduras con sistemas de calefacción integrados pudieran sobrevivir, pero no lo suficiente como para evitar que una inquietud glacial se adhiriera a su columna vertebral y la estrujara con un puño de hielo. Esta inquietud, que flotaba en el ambiente en medio de luces blancas y zarcillos de aire congelado, se incrementó cuando una voz surgió de la nada, gritando:

"¡Teniente Usul Fatih!"

El khawarij miró hacia donde se había originado el sonido. No vio nada, pero tampoco lo esperaba: los ariadnos eran sorprendentemente eficaces camuflándose.

"Me gustaría poder darle la bienvenida, pero comprenderá que no es posible".

Aquel hombre hablaba en ruso, y Fatih no iba a confirmarle que, efectivamente, entendía el idioma. De hecho, que supieran que se encontraba allí, y su identidad, ya era bastante preocupante. Era inevitable que hubiera espías ariadnos en Duban, pero no deberían tener acceso a esa clase de información.

"Fatih es un nombre curioso" – siguió hablando la voz -. "El conquistador de Constantinopla, ¿verdad? ¿Es por eso que le han mandado a matar ortodoxos? Espero que tenga algo más aparte de un título realmente impresionante…"

El khawarij ordenó a sus hombres desplegarse ocupando posiciones de tiro, al tiempo que intentaba identificarla voz. Había algo en ella que le resultaba familiar. Creía haberla escuchado antes. Ante la perspectiva de que no volviera a decir nada, decidió responder:

"No me han enviado a matar a nadie. Aunque lo haré si no tengo otra opción".

Había respondido en turco, pero la voz, aunque siguió hablando en ruso, lo hizo tan inmediatamente que evidenció que lo había entendido.

"¿Y quién le envía?"

Fatih habría sonreído ante una forma tan burda de buscar información, pero era un soldado suficientemente bien formado como para saber que si los ariadnos seguían alargando el juego era por otro motivo. Además, estaba casi seguro de que la voz era la de Piotr Krasnov, un Spetsnaz veterano de la Crisis de Kurage que, de hecho, le había herido en el asalto a la mina de Duban. Le sonaba que la inteligencia militar le hubiera mostrado grabaciones con su voz.

"Mis mandos" – respondió lacónicamente Usul Fatih.

Recibió una comunicación procedente de la agente Fiday. Se encontraba en posición. Pocos hombres a la vista, según decía su mensaje, pero ambos sabían que los ariadnos rara vez se dejan ver salvo que quieran. En cualquier caso, sus hombres habían tomado ya posiciones de disparo, y aguardaban su señal.

Una nueva voz le habló desde la fría oscuridad:

"Teniente Fatih, soy el oficial al mando de este destacamento. No deseamos este enfrentamiento, pero está usted en territorio ariadno, con intenciones hostiles. Además, es usted un turco profanando suelo ortodoxo. Salga de esta instalación, vuelva a Duban, y nos comprometemos a no iniciar ninguna acción hostil contra usted ni contra ninguno de sus soldados".

El khawarij se ocultó detrás de un bidón, amartilló su arma, y replicó:

"Lo lamento, oficial. Tengo órdenes. Somos soldados, usted sabrá entenderlo".

Y después, ordenó al Fasid abrir fuego, mientras murmuraba por lo bajo:

"Allahu Akbar."

 ***


 "¿Ta´ir? ¿Ta´ir? Aquí Gacela 5. ¿Me reciben? Cambio".

La voz que respondió al Jenízaro al otro lado de su comlog mostraba una evidente preocupación:

"Aquí Ta´ir. Le recibimos, Gacela 5. Necesitamos informe de situación. Cambio."

"Gacela 1 está herido. He conseguido estabilizar la herida, pero un francotirador le ha atravesado el pulmón. Es un milagro que no haya impactado en el corazón… necesita casevac urgente."

La transmisión se detuvo unos instantes, interrumpida por fuego de fusil. El jenízaro, erguido sobre el khawarij herido, había disparado a unas sombras que juraba se habían movido.

"Sólo quedamos Gacela 2, Gacela 8 y yo. Gacela 3 y 7 han muerto. Los demás están heridos. Cambio."

"Recibido… Gacela 5, está usted al mando ahora. Aborte la misión, repito, aborte la misión. Recupere a todos los heridos que pueda y diríjase al centro de extracción. Dios está con ustedes. Cambio y corto."


LA HERRAMIENTA DE DIOS

“Quizá establezca Alá la amistad entre vosotros y los que de ellos tenéis por enemigos. Alá es Poderoso, Alá es Indulgente, Misericordioso.”
Corán 60:7

El teniente Fatih observó al alienígena que tenía a poca distancia, sintiendo todavía un profundo sentimiento mezcla de recelo y repulsión. El aspecto simiesco de la criatura acentuaba aún más esas sensaciones, ya que parecía sugerir cierto parentesco con los seres humanos, pero el khawarij sabía que eso no era así. Fueran cuales fueran los antepasados del morat, nunca habían guardado relación con los homínidos de la Tierra.

La misión que le habían encomendado sus superiores se había desarrollado hasta ahora con un éxito moderado. Después de un fracaso estrepitoso intentando sabotear el almacén en el que los ariadnos guardaban un cargamento de materiales superconductores, los haqqislamitas habían conseguido enderezar el curso de la operación tras tomar uno de los centros de coordinación locales del Transtartárico. Desde allí habían transmitido la orden de detenerse a todos los trenes que estaban utilizando la vía férrea en esa zona, generando una situación caótica pero que de momento era desconocida por el Centro de Coordinación General del Transtartárico, o CCGT. Sin duda el caos habría sido mucho mayor si en vez de detener todos los trenes hubieran hecho que algunos continuaran circulando, provocando numerosos accidentes y descarrilamientos, pero ése no era el comportamiento propio de un haqqislamita, o al menos no el propio del teniente Fatih.

El agente especial que les acompañaba había sido fundamental para el éxito de esa parte de la misión, ya que había conseguido puentear la red de balizamiento local. De este modo, los indicadores de posición que se observaban en el CCGT continuaban iluminándose en verde según los trenes iban, aparentemente, atravesando los puntos de control, y pasarían varias horas hasta que uno de ellos tuviera que atravesar una zona no puenteada, lo que revelaría el engaño. Al menos en teoría. Una de las balizas hackeadas no daba signos de estar bajo el control total de los haqqislamitas, y teóricamente un tren debería estar “cruzándola” dentro de 35 minutos. Si el hackeo no había sido del todo correcto, en lugar de verde el color que se encendería en el CCGT sería rojo, dando a entender que algo no iba bien en el sistema. La única opción que había para asegurarse era activarla manualmente.

Por eso Usul Fatih había tenido que emplear un recurso que habría deseado evitar. Durante la fase de preparación del operativo, comandos haqqislamitas habían contactado con prófugos morat que ejercían el bandidaje en la zona, con el fin de recurrir a ellos en caso de necesitar algún tipo de apoyo o refuerzo. Al khawarij no le agradaba la idea de trabajar junto con alienígenas, aunque tampoco era tan extremista como el Neovaticano. Incluso los morat eran criaturas de Dios, al menos tanto como lo eran los tigres o leones. Si merecían una mayor categoría, similar a la humana, era algo que generaba controversia incluso entre los más sabios. En cualquier caso, ése no era el momento para discernirlo. En ese momento, los morat iban a ser herramientas de Alá.


EPÍLOGO


“Informe de Kuniaki Koiso, agente de la Kempeitai

Estación Kurage

A quien corresponda,

En este informe se da cuenta de las operaciones que han sido llevadas a cabo por parte de la Espada de Allah en suelo ariadno, según las informaciones que han conseguido reunir nuestros agentes sobre el terreno.

Tres semanas después de la incursión conjunta ariadno – china en la mina de Duban, el Ejército Haqqislamita ha llevado a cabo una operación de castigo contra instalaciones del Transtartárico en Tartaria, cerca de la ciudad de Dynamo. La operación estaba al mando del teniente Usul Fatih, del cuerpo de Khawarij, si bien creemos que no ha estado presente en todas las fases de la misma y ha podido delegar el mando temporalmente en otros oficiales. El ataque haqqislamita ha constado de tres fases:
  1.  Sabotaje a unas instalaciones de almacenamiento de materiales superconductores a 40 km al norte de Dynamo
  2. Sabotaje de uno de los nodos de dirección de la red ferroviaria situado a 15 km al este de las instalaciones de almacenamiento
  3. Sabotaje de un sistema de balizas auxiliar a 50 km al norte de Dynamo
Por lo que sabemos, la primera fase fue un fracaso importante del Ejército Haqqislamita. El comando al que se le encargó la misión era muy reducido y los ariadnos estaban al tanto del ataque. Creemos que el propio Usul Fatih fue herido en la operación, si bien se le vio dos días después liderando el ataque en la tercera fase, algo que descartaría esta posibilidad si no fuera por la excelencia de la medicina de campaña haqqislamita y la propia resistencia física sobrehumana de los Khawarij. En todo caso, la Espada de Allah no consiguió su propósito.

Sin embargo, un día después obtuvieron un éxito notable saboteando un centro de control de la red ferroviaria del Transtartárico. En esta operación, cuyo oficial al mando no ha sido identificado, los ariadnos se vieron sorprendidos y no pudieron evitar que tras un breve pero intenso combate, con gran cantidad de bajas, los haqqislamitas pudieran hackear las consolas de control. Sabemos que había personal especializado en estructuras ferroviarias del Ministerio de Defensa Haqqislamita tomando parte en la operación. Estamos intentando verificar si el hecho de que la inteligencia Ariadna conociera la incursión sobre el centro de almacenamiento pero no sobre el centro de control, un objetivo de mayor relevancia táctica, responde a una filtración interesada de la inteligencia haqqislamita para desviar la atención del Ejército cosaco hacia esa instalación.

Finalmente, el ejército haqqislamita cosechó un triunfo aún más notable al puentear manualmente un sistema de balizas auxiliares, escasamente defendido por el ejército ariadno. Sabemos que en esta operación hicieron uso de renegados morat, lo que sugiere que las autoridades de Duban tienen contacto con elementos renegados del destacamento de la Fuerza de Contacto Ónice que según nuestra inteligencia se encuentra operando en las montañas al norte de Novyy Cimmeria.

Como resultado de la operación, el Transtartárico ha estado inoperativo un total de 27 horas en la zona de Tartaria, lo cual no supone una merma considerable de su operatividad, pero sí ha podido llegar a causar pérdidas económicas relevantes. Nuestros economistas están intentando cuantificar la magnitud de las mismas, aunque les llevará algunos días más. Las cifras estimadas serán enviadas en un informe suplementario cuando finalicen sus cálculos.

Es importante destacar que el Ejército Haqqislamita no ha intentado camuflar en modo alguno su presencia en Tartaria, por lo que intuimos que la incursión tenía precisamente el objetivo de transmitir a las autoridades ariadnas que su capacidad de proyección y de llevar a cabo ataques con resultados catastróficos para Ariadna es real. Probablemente su intención haya sido disuadir al Ejército ariadno de emprender otro ataque similar al que ejecutaron en la Mina de Duban. Es posible que decidan ejecutar otro ataque con la misma intención contra instalaciones del EstadoImperio, concretamente contra la estación de artillería que mantiene en Novyy Cimmeria. De ser así, esperamos poder informar de un nuevo éxito de la Espada de Allah”.

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