El Camino Imperial: localizaciones

Saludos a todos, damas y caballeros.

Sigo describiendo el Camino Imperial, el as narrativo que me he sacado de la manga (homenajeando al histórico Camino Español) para integrar a mis imperiales dentro del proyecto de las Regiones Devastadas, así como para justificar un pequeño giro/ampliación de los mismos. 

En la entrada anterior dije que me había inspirado en algunos relatos de viajes publicados por GW y que siempre me habían parecido maravillosos, pese a lo cual esa entrada no se pareció en nada a un relato de viajes, sino que era una crónica histórica del Camino. Esta segunda entrada sí va a tener algo más de crónica de viajes, aunque más que eso es una descripción de los lugares por los que habría pasado el camino. Y conviene hacer una matización antes de ponerme a ello: a diferencia de lo que sucede con el Imperio y Bretonia, los mapas sobre Estalia, Tilea y los Reinos Fronterizos son, en el mejor de los casos, muy simples, y en el peor, contradictorios. Sirva como ejemplo lo expuesto en el blog Las Lunas Hermanas al respecto, al cual acudí a la hora de imaginar el Camino Imperial en su parte estaliana. 

En todo caso, tampoco pretendo tener una gran precisión geográfica a la hora de hablar del Camino, y ello por varios motivos: en primer lugar, porque es inventado e incluso incluye zonas inventadas, como las mencionadas Regiones Devastadas; en segundo lugar, porque como digo tampoco hay una oficialidad demasiado precisa a la que aferrarse; y, en tercer lugar, porque tampoco creo que esto merezca que le dedique demasiado tiempo.

Dicho lo cual, os dejo con el desarrollo del Camino Imperial. Espero que os guste.

EL CAMINO IMPERIAL

De la obra "Historia de los prohombres de Averland", escrita por Hyeronimus de Nuln, historiador de la Corte Imperial. Año 2515.

El Camino Imperial en Estalia

Dado que la función del Camino Imperial era facilitar el transporte de tropas desde Estalia y Tilea hacia el Imperio, los Wallenstein decidieron que el camino comenzara en Magritta. La razón para ello fue tanto logística como religiosa: por un lado, Magritta es la ciudad principal de Estalia, y por tanto la mejor comunicada y la que dispone de mejor infraestructura para albergar un ejército en ciernes; por otra parte, Magritta es sede del templo principal de la diosa Myrmidia, a la que veneran los Wallenstein y cuya adoración les ha convertido en grandes aliados del culto de la diosa, pues fueron la primera familia imperial en proclamar abiertamente su culto. Para la Última Águila (la líder jerárquica del culto, equivalente al Gran Teogonista en la Iglesia de Sigmar), el apoyo de una familia noble del Imperio, la nación humana más poderosa, supone un activo tremendamente valioso, y siempre han favorecido a los Wallenstein en todo cuanto han podido. De ahí que, situando el inicio del Camino Imperial en Magritta, los Wallenstein sabían que podían contar con el apoyo del culto a su diosa.

Cuadro de Antonio Pérez Rubio

Tras salir de Magritta, el Camino seguía la ruta de Tobaro hacia los montes Abasko. A mitad de camino, los Wallenstein crearon una venta llamada "El Águila de Fuego". Esta venta era en realidad un complejo semifortificado que, aunque no aspiraba a albergar un ejército (si bien podría hacerlo si no era muy grande), contaba con otros elementos logísticos necesarios para favorecer el movimiento de tropas, pues podía servir para que los mensajeros o exploradores cambiaran sus cansadas monturas y tenía almacenes que permitía reabastecerse a las tropas de forma que no tuvieran que preocuparse de cargar con un gran avituallamiento. La venta estaba abierta al público en general y gestionada por la familia estaliana de los Bernardino, quienes tenían grandes piaras de cerdos, motivo por el que El Águila de Fuego acabó siendo conocida por la excelencia de sus cochinillos asados.

Los castillos del Sol y de la Luna

Los Montes Abasko separan Estalia de Tilea, por lo que los Wallenstein supieron que era esencial garantizar la seguridad de tránsito entre los montes, plagados de tribus goblin, para que los ejércitos tuvieran los menores contratiempos posibles. Es por ello que se establecieron dos grandes fortalezas, el Castillo del Sol y el Castillo de la Luna. El primero se encontraba en la entrada al camino desde el lado estaliano y fue gestionado por los Wallenstein, siendo sus castellanos tradicionalmente nobles de la rama estaliana de la familia. El castillo de la Luna fue encomendado a una familia tileana que se adhirió al proyecto, los Altobello.

Precisamente fueron los Altobello quienes dieron el golpe mortal al Camino Imperial con su traición en el año 2145, cuando se convirtieron al perverso culto del Príncipe Oscuro, forzando a Alfonso Wallenstein, castellano del Castillo del Sol, a asediar la fortaleza durante cinco años. El castillo acabó cayendo y Alfonso Wallenstein mató a Luciano Altobello con sus propias manos, pero quedó maldito y tuvo que ser abandonado.

El galeón imperial

Como es sabido, Tobaro está separado del resto de Tilea por las Marismas Enfermizas, un territorio hostil poblado por incontables monstruos y en el que algunos aseguran que se encuentra una fantasmagórica ciudad poblada por los míticos skaven. Naturalmente, tal ciudad es una fantasía, pero lo cierto es que los Wallenstein no podían contar con que el Camino Imperial atravesara esa región inmunda. La solución fue unir el camino por vía marítima, siendo el único tramo de la ruta que se hacía por este medio.

De esta forma, los Wallenstein financiaron la construcción del Lanza de Myrmidia, un gigantesco galeón que ensombrecía a cualquier navío a su alrededor y que permitía que infantes, caballeros y artillería viajaran desde Tobaro hasta Remas. El navío fue conocido en Tilea como "el Galeón Imperial" por el patrocinio de los Wallenstein, si bien fue la parte del camino que más apoyo financiero recibió, habiendo varias familias estalianas y tileanas que aportaron para la construcción y el mantenimiento del titánico navío. La razón es que, al margen de las labores bélicas, el galeón tenía también una gran aplicación comercial al permitir transportar mercancías entre Tobaro y Remas a salvo de los ataques de los piratas, pues solo los más dementes serían capaces de intentar saquear el galeón (y quienes lo intentaron fueron destruidos sin contemplaciones).

Este carácter comercial sirvió para que el galeón se mantuviera operativo incluso tras el fin del Camino Imperial, pese a lo cual también llegó a su fin en el año 2207, cuando, retornando a Tobaro desde Remas, desapareció de los mares. Un navío tileano consiguió rescatar a unos pocos náufragos que habían sobrevivido a lo que se consideró un hundimiento, y estos náufragos hablaron de ratas que caminaban como hombres asaltando el barco, masacrando a la tripulación y arrastrándolo a sus dominios de pesadilla. Era evidente que aquellos náufragos estaban trastornados por las extremas condiciones en que habían conseguido sobrevivir en alta mar, y su testimonio no eran más que alucinaciones motivadas por la insolación y el cansancio extremo. En todo caso, nunca se supo que sucedió con el galeón, y tras este incidente no se construyó un nuevo navío, desapareciendo cualquier vestigio del Camino Imperial.

El Camino Imperial en Tilea

La elección de Remas como puerto de desembarco del galeón de nuevo obedecía tanto a razones logísticas como religiosas. Remas era el puerto más importante y cercano a Tobaro, pero era también la sede principal del culto a Myrmidia en Tilea, en disputa con la primacía de Magritta en Estalia. Los Wallenstein siempre han tratado de mantenerse al margen de las disputas territoriales dentro del culto, pues entienden que es una cuestión más política que religiosa y, en materia política, su lealtad es hacia el Imperio (incluso para las ramas estalianas y tileanas de la familia). Es por ello que, en cierta forma, el hecho de comenzar el Camino Imperial en Magritta les obligó a adoptar la decisión salomónica de que éste pasara por Remas, de forma que la rama tileana del culto no se sintiera excluida o interpretara que ello significaba un apoyo tácito de los Wallenstein a la primacía del templo de la diosa en Magritta.

Tras llegar a Remas, el Camino Imperial continuaba hacia Trantio, y de ahí, a los Montes Apuccini. Los Wallenstein plantearon la posibilidad de construir una venta o casa de postas en el camino similar al Águila de Fuego en Estalia, pero se abandonó la idea porque, dada la intensa rivalidad entre Trantio y Pavona, la construcción de una infraestructura seudomilitar cercana a Trantio podía ser interpretada por los nobles de Pavona como un apoyo de los Wallenstein a esta ciudad, algo que no entraba en los planes de los imperiales, quienes no querían que el camino peligrara por un malentendido en una disputa local. 

Los Montes Apuccini

Al igual que sucedía con los Montes Abasko, para continuar el Camino Imperial era necesario atravesar los Apuccini, que separan Tilea y los Reinos Fronterizos y que, como prácticamente todas las cadenas montañosas del Viejo Mundo, acostumbran a estar llenas de pielesverdes y cosas peores. De nuevo, los Wallenstein construyeron una fortaleza para guardar el viejo paso enano a través de la montaña, aunque en este caso fue solo en la zona de los Reinos Fronterizos, pues se consideró que el lado tileano de los Montes Apuccini era suficientemente seguro.

Este castillo, conocido como la Fortaleza de la Lanza Ígnea en homenaje a la Orden homónima que los Wallenstein habían creado siglos atrás y que fue aniquilada hasta el último hombre en Solland, tuvo que ser posteriormente entregado a la familia Bonucci en pago por las enormes deudas que los Wallenstein habían contraído en la Primera Guerra de los Vampiros. Posteriormente, tanto la familia Bonucci como el castillo acabaron sucumbiendo ante la influencia de un antiguo mal, y el baluarte se perdió.

Los Reinos Fronterizos

Sin duda la parte más compleja del Camino Imperial, por ser la de menor civilización y respeto por la ley de todas las que atravesaba, los Reinos Fronterizos plantearon muchos problemas a los Wallenstein a la hora de diseñar el camino. En primer lugar, tuvieron que decidir si trataban de seguir la Ruta de la Seda abierta por los hermanos Ricco y Robbio en 1699 o si mantenían otro camino. La Ruta de la Seda ya era un camino aparentemente estable, pero fue desechado por dos motivos: en primer lugar, porque era frecuente objetivo de bandidaje por parte de maleantes y goblins, que buscaban a los ricos mercaderes que trataban de llegar hasta Karaz-a-Karak y más allá, y los Wallenstein no querían que sus ejércitos se vieran retrasados por ser confundidos con escoltas de caravanas; y, en segundo lugar, porque la Ruta de la Seda bordeaba la costa, mientras que los Wallenstein preferían que el camino fuera bordeando las montañas.

La razón para ello no era tanto evitar el mar como poder llegar al Imperio cuanto antes. Existen muchos pasos entre los Reinos Fronterizos y el Imperio a través de las montañas negras, pasos que llevan a Wissenland y a lo que antes había sido Solland. Inicialmente, los Wallenstein pensaron en fortificar alguno de esos pasos para que los ejércitos no tuvieran que atravesar los Reinos Fronterizos más allá de lo indispensable. No obstante, esos pasos eran traicioneros, pequeños, y con tendencia a quedar aislados por la nieve durante buena parte del año. Por ello, los Wallenstein alargaron el Camino hacia Akendorf y, más allá, el Paso del Fuego Negro, sin duda el más estable y el único con el que se podía contar todo el año.

Así, el Camino Imperial en los Reinos Fronterizos, tras atravesar los Montes Apuccini y hasta llegar al Imperio, era la parte más larga del viaje. Los Wallenstein crearon numerosas casas de postas fortificadas, debiendo financiar todas y cada una de ellas de sus bolsillos, pues prácticamente ninguna familia estaliana ni tileana quiso contribuir en tierras que estaban más allá de cualquier ley. El culmen de la infraestructura militar fue la Fortaleza de la Luz Perpetua, situada en las salvajes Regiones Devastadas y cuyo primer castellano fue Dante Wallenstein, de la rama tileana de la familia. La construcción de este castillo en el año 2022 significó la creación del Camino Imperial.