Saludos a todos, damas y caballeros.
Hace cosa de un mes publiqué unos pequeños avances de mi Proyecto Mesa, por el que pretendo amasar escenografía suficiente para jugar a juegos de ambientación fantástica (Fantasy, pero también Mordheim, ESDLA o Frostgrave) sin forzar a mis pobres colegas a cargar con cajas y más cajas cuando juguemos.
Como he explicado en otras entradas, este proyecto avanza a trompicones según estoy en Madrid, cosa que últimamente es muy poco, pero sabía que esta semana iba a estar. Así que no alargué la entrada el mes pasado detallando el estado del proyecto confiando en que esta semana podría dar un empujón adicional y mostrar algo más avanzado. No ha sido así porque he preferido dedicar el tiempo a pintar mis Caballeros del Oso Negro (pronto los veréis también), con lo que bueno, os cuento lo que podría haber contado entonces.
La llamada de la naturaleza
Creo que una traducción más adecuada de esa novela sería "La llamada de lo salvaje", vista la brutalidad de su temática, pero no hemos venido a hablar de eso. Parte de mi intención era poder recrear un entorno natural, tanto para representar batallas en el campo de Fantasy/ESDLA como para las partidas de la Tercera Era de Mordheim, que es un Imperio en Llamas. Eso implica hacerse con bosques, ríos, lagos, colinas, rocas, etc...
En la foto podéis ver todo lo que he ido reuniendo a tal efecto. No es mucho, pero ha recibido un espaldarazo gracias a lo que compré de Battle Systems y que mostré en la entrada del mes anterior. Un lago majo que es reversible para hacer un pantano (con otros dos pequeños) y un buen río que por el otro lado es una carretera. Tengo también un puente para ese río que no he montado todavía. A esto hay que sumar esos árboles de Noch y alguna otra cosa que veis por ahí suelta.
Aunque haya incorporado las compras de Battle Systems, creo que todavía queda mucho por hacer en lo puramente natural. Mi intento de hacer una colina fue tal fiasco que no me he animado a repetirlo, pero, sea casera o comprada, necesito colinas. También me vendrían bien algunos árboles más y hacer sus bases. Y, probablemente, alguna que otra formación rocosa. Queda mucho por trabajar, en resumen, especialmente si quiero usarlo para un viejo y buen Imperio en llamas.
Las obras del ser humano
Mi segundo propósito a la hora de enfocar este proyecto consistía en tener suficiente escenografía urbana seudomedieval como para poder jugar al Mordheim más puro, ya que este juego es mi segundo favorito de GW, superando incluso a Fantasy y solo por detrás de Blood Bowl (nadie lo diría viendo el contenido del blog, pero así es). Naturalmente, esto implica tener mucha, mucha, mucha escenografía de ruinas y similar.
Y tengo mucha comprada, a base de Kromlech y de los fascículos de Mortal Realms, donde han ido sacando escenografía de Warcry y el mausoleo ese tan chulo que sacaron hace unos años. Aquí el problema no lo tengo en cosas que deba adquirir, pues bien sabe Dios que tengo edificios para pintar durante varias lunas, sino precisamente en montarlos y pintarlos. Querría haber dedicado este año un mes únicamente a esto, pero tendría que haber sido un mes que estuviera del tirón en Madrid, cosa que no se ha dado y veo poco probable que se vaya a dar.
Junto con lo que son los edificios en sí, tengo también unas cuantas cosas para "vestir" la mesa: elementos de escenografía que no son necesarios en sí, pero que aportan algo de color y gracia al asunto. La mayoría los podéis ver en esta entrada, así como en la del mes pasado, que he enlazado anteriormente. En todo caso, es de esas cosas de las que nunca hay suficiente, y cuando estás echando un vistazo a una tienda online suelen valer poco, con lo que es fácil que se te vaya la mano de pronto y compres unos cuantos barriles o unos cuantos cofres. Total, por qué no. Una de las cosas que te da la experiencia en esto del wargameo es saber que toda resistencia es inútil, y que nunca, jamás, ninguno de nosotros compra lo estrictamente necesario. El único consuelo que nos queda es que no esnifamos lo que compramos.
Toda la escenografía en conjunto |
En todo caso, lo bueno es que, salvo alguna colina y poco más. tengo ya todo lo necesario para montar una mesa de la que Nigel Stillman pudiera estar orgulloso (más o menos), ya solo es cuestión de ir dándole a los pinceles. Espero que no tarde mucho en llegar el día en que los colegas puedan venir a jugar a casa sin tener que acompañar la cajita de los quince miembros de Mordheim con tres cajas de zapatos hasta arriba de escenografía.
La cuestión del tapete
Al final, nada de esto sirve de mucho si se tiene que jugar sobre un mantel verde (que a falta de pan bien está, pero no es lo suyo). Yo siempre he tenido el tapete ancestral de GW, el que se vendía a principios del milenio. Es un tapete que vio la caída de los talibán y ha visto su retorno 20 años después. Es un tapete que, debo asumirlo, es pura nostalgia, pero nada más.
La verdad es que debería pensar en reemplazarlo. He jugado en él infinidad de batallas, pero precisamente por eso, está bastante destrozado el pobre, y va siendo hora de darle un reemplazo. El problema que me encuentro a la hora de tomar esa decisión no es solo el peso de la nostalgia (que, siendo honestos, es la principal razón por la que sigo coleccionando muñecos a mi edad), sino el hecho de que la mayoría de tapetes que me encuentro a día de hoy pecan de ser demasiado detallistas. Eso hace que brillen casi tanto como las propias miniaturas, cosa que no es difícil cuando están tan mal pintadas como las mías, pero no debería ser el caso. Por no hablar de otros cuyo estampado directamente simulan cadenas montañosas o similar, lo cual, si no está en relieve (que naturalmente no está), queda bastante extraño.
Sin embargo, sigue siendo posible encontrar diseños de tapetes que respeten en la medida de lo posible el estilo clásico de antaño, un lienzo verde sin demasiadas pretensiones donde las miniaturas sean las que destaquen, particularmente si tienen una peana a juego en verde goblin y césped ferroviario (COMO DEBE SER). Es más, hay empresas que hacen tapetes que se imprimen a doble cara, con dos temas diferentes. Supongo que para la mayoría de los que leéis esto no es un gran descubrimiento, pero para mí lo fue y quiero transmitirlo por si queda alguien por ahí que no lo sepa y lea esto. De forma que puedo hacer un tapete doble, una cara campestre y otra cara urbana para cuando me apetezca retornar a Mordheim.
Probablemente me acabe decantando por esta opción, y si lo hago, le daré una buena fiesta de despedida a ese tapete de GW que tan fielmente me ha servido durante décadas. No descarto enmarcarlo y colgarlo de alguna parte, le tengo más cariño que a mi título universitario. Cuando llegue el momento lo veré.
Hasta entonces!
Has hecho una entrada muy personal. Un poco de catarsis frikil sirve mucho, me ha gustado.
ResponderEliminarLa escenografía para nosotros es importantísima pero aún así va la última en la lista de deberes. Llevo con material comprado para una mesa sci-fi casi un año y ni lo he desempaquetado. No me da ni para una entrada.
Yo tambien planeo comprarme un tapete. Como Gabi tiene el de pradera estoy entre desierto, tundra y urbano.... Y QUE SEA REVERSIBLE.
Un saludo.
PD: yo no creo que las minis estén pobremente pintadas.
¡Muchas gracias! Sí, en realidad estas entradas me sirven para poner un poco en orden mis ideas para ver cómo seguir, y como me gusta ver eso también en otros blogs, me animo a publicarlas por si a alguien le sirven también. Así los frikis nos retroalimentamos en nuestro frikismo, que siempre es una buena cosa.
EliminarLa escenografía suele ir a la cola por lo general. Yo mismo tengo este proyecto bastante abandonado, en buena medida por culpa de condicionantes geográficos también. Pero al final es esencial, igual que los tapetes. Yo te recomiendo desierto, pero yo soy una persona con gustos extraños y sureños. Ya nos enseñarás lo que pilles, yo haré lo propio!