[Informe de batalla] Una capilla muy lejana

Saludos a todos, damas y caballeros.

Antes de que pierda de manera temporal la posibilidad de jugar partidas de wargames en mi casa, he sacado un rato para jugar rápidamente, pero sin merma de molonidad, la segunda partida de la campaña "La Cruz de Plata", o lo que es lo mismo, la campaña en modo solitario que incorpora el reglamento de The Silver Bayonet.

Tras una primera partida que podéis ver aquí y aquí, viene esta segunda, en la que nuestros valientes muchachos de la Hermandad de la Misericordia tienen que recuperar la cruz de plata que da nombre a todo. Para los que seáis aficionados a las películas bélicas de los 60 y los 70, el nombre que le he dado a la entrada ya os da una buena pista sobre el desenlace, pero aun así la partida estuvo francamente sexy. Tanto que, así como la anterior partida la estuve narrando y describiendo a la par, en este caso voy a centrarme en la pura descripción y ya haré un relato más o menos extenso después, ya que, como veréis, la partida bien lo merece.

Como resumen del escenario antes de meternos en faena, lo que hay que hacer es investigar una capilla en ruinas, cosa que agradezco porque me da la oportunidad de usar mi jodidamente ehselente pieza de escenografía de Scotia Grendel. No es, en propiedad, una capilla en ruinas (ese es otro producto) pero igualmente mola un cojón. 

En la mencionada capilla debe haber una cruz de plata por alguna parte. Además, como podéis ver las ruinas están rodeadas de tumbas, cuyos muertos no descansan en paz. Cosa obvia dado que la campaña la he ambientado en Transilvania. Aparte de los zombis que comienzan en la mesa, cada turno aparece un zombi adicional en una tumba al azar. Teniendo todo esto en consideración, comienzo con la descripción de la partida.

Turno 1

Activé en primer lugar a Rodrigo Velázquez para que atrajera a los zombis, y a Marco y Lajos, los dos que llevaban arcabuces, para que dispararan a los más cercanos. Desafortunadamente, entre malas tiradas y la reducción de daño a disparos de que disfrutan los zombis en The Silver Bayonet, no pasó nada.

Esto lo aprovecharon los zombis para, en su turno, cargar contra mi oficial. Uno de ellos consiguió llegar y se llevó una paliza fina, aunque no suficiente como para matarlo.

Después, el espadachín García de Paredes y el cazador veterano Konrad Von Weizsäcker cargaron contra sendos zombis. El segundo no hizo nada y el primero sí hirió al zombi, pero tampoco le hizo un daño demasiado grave.

Finalmente, aparte de que un nuevo zombi saliera arrastrándose de una tumba lejana, un primo cercano de Drácula hizo aparición.

Turno 2

En The Silver Bayonet, los vampiros son el bicho bastante serio que tienen que ser en los juegos de fantasía. Eso se concreta en que, salvo que los ataques con armas de plata, benditas o con fuego, son sencillamente indestructibles. Eso mola, pero mis muchachos con arcabuces no tenían balas de plata, benditas o de fuego (cosa que molaría la verdad), así que mandé al fraile para allá a ver si bendecía algo. No pudo, y dediqué mis disparos a los zombis, también sin efecto.

En fin. Al menos en la fase de los zombis, Rodrigo consiguió rematar al que tenía trabado, aunque el combate entre García de Paredes y su zombi fue esencialmente nulo.

Por otro lado, el primo de Drácula se acercaba a mi explorador húngaro con intenciones aviesas.

Con lo que mandé para allá a Rodrigo Velázquez y a Konrad, mientras García de Paredes sufría contra un zombi particularmente duro que consiguió quitarle un punto de vida.

Turno 3

Rodrigo Velázquez cargó contra el vampiro, aunque para ello tuvo que superar un chequeo que me hizo gastar una de las repeticiones de tirada de que disponía. Lamentablemente, no le hice nada. Después, Konrad cargaría también, pero no pude atacar porque falló el chequeo. Pues vaya.

García de Paredes siguió dándose de palos con el zombi, pero estaba resultando ser un oponente extremadamente duro, que no solo se negaba a morir sino que parecía que iba a conseguir comerse al pobre espadachín.

Para empeorar su situación, más zombis seguían llegando a donde estaba...

Y el vampiro, en su turno, estuvo a punto de matar a mi oficial. La cosa se estaba poniendo muy complicada, y tuve que gastar una nueva repetición para que no muriera ahí mismo: cuando una criatura tan terrorífica como un vampiro te causa daño, hay que hacer una especie de chequeo de terror y, si el resultado es muy bajo, puede llevar a que el soldado colapse en el sitio. Eso fue lo que conseguí evitar con esa segunda repetición.

Visto lo visto, mandé a Pescara y a Lajos a que se acercaran el máximo posible a la capilla, para lo cual tenían que acabar con algún que otro zombi. La cosa salió bien y Pescara hirió a uno de un tiro mientras que Lajos lo remató en cuerpo a cuerpo.

Por su parte, el fraile intentó curar un poco al espadachín, pero de nuevo fracasó.

Y, finalmente, un nuevo zombi apareció en una tumba cercana. Esto iba a ser la risa.

Turno 4

Activé en primer lugar a García de Paredes para intentar salvarlo de su aciago destino, pero no hubo forma, y el valiente espadachín español acabó sucumbiendo a la marea de zombis. No es la única frase propia de una peli de serie Z que vais a encontrar por aquí, os lo aseguro.

Al menos, el explorador pudo vengar al espadachín, soltándole un arcabuzazo a bocajarro al zombi.

Pero la horda ya era demasiado grande. El resto de zombis siguió avanzando de manera implacable, y aunque de momento no le hicieron nada a Lajos, probablemente estaba ya tan condenado como García de Paredes.

Mientras tanto, el vampiro no consiguió hacer daño a Rodrigo Velázquez, por suerte...

Y el fraile pudo finalmente revivir un poco al malherido oficial, lo que le permitiría seguir en la lucha un poco más.

Sin embargo, las buenas noticias se terminaron ahí, porque después el vampiro le metió un viaje fino a Konrad...

Quien, aterrorizado, colapsó en ese mismo instante.

Lo único bueno que sacamos fue un disparo decente del arcabucero que coló 8 de daño a un zombi, aunque intuyo que se me olvidó aplicar la reducción de daño por disparos.

Turno 5

La situación estaba bien jodida, pues había perdido a dos de mis mejores hombres, mi oficial estaba moribundo, y lo que quedaba sobre la mesa no era gran cosa. Pero ya se sabe que el Tercio muere pero no se rinde, y que en la fatalidad es cuando sale lo mejor del soldado español... aunque se esté peleando con... zombis... y vampiros y tal.

En todo caso, ni recuerdo a quién activé en la primera activación de los buenos, pero no hizo nada. Los zombis siguieron viniendo, y aunque maté a uno de ellos, tarde o temprano llegaría un final inevitable.

Pero, efectivamente, es en la adversidad donde se demuestra la grandeza del espíritu, y Rodrigo Velázquez logró armar una sucesión de golpes buenos, matando al jodido vampiro.

Además, el fraile pudo curarle de nuevo, poniéndolo en una situación un poco más favorable para afrontar futuros combates...

Y lo iba a necesitar, porque por la misma esquina por la que había aparecido antes el vampiro, apareció una nueva figura, en este caso femenina, y sospechosamente parecida a una famosa asesina en serie local...

Turno 6

El deber llamaba a Rodrigo Velázquez, que salió corriendo a neutralizar la nueva amenaza, aunque sin mucho efecto de momento.

Por su parte, los zombis siguieron presionando a Lajos y a Marco, y aunque consiguieron matar a uno más de ellos, al final acabaron sucumbiendo a su inevitable destino.

Además, un nuevo combate entre la vampiresa y el oficial resultó en ambos sufriendo daño, pero mucho más Rodrigo, quien acabó con un triste punto de vida... pero, valientemente, resistió el impulso de salir corriendo y siguió combatiendo.

Turnos finales

Solo quedaban con vida el fraile y el oficial, y el primero decidió sacrificarse para ganar tiempo y que el segundo no se viera avasallado por la horda de zombis.

La cosa más o menos funcionó. Una nueva ronda de combate entre la vampiresa y Rodrigo acabó con los dos muy malheridos. A punto de entregar la vida, el monje con armadura estaba dando todo lo que tenía con tal de acabar con aquella abominación contra natura, aquel engendro del Mal.

Los zombis acabaron llegando en su auxilio, pero en un último tajo letal, Rodrigo Velázquez consiguió herir a la señora oscura y matarla.

Después, todavía tuvo fuerzas como para acabar con un zombi más...

Pero, finalmente, él también sucumbió a la interminable marea de no muertos.

Bueno, bueno, bueno. Una partida de lo más interesante, la verdad. Supongo que el no matar a suficientes zombis al principio, y el hecho de que los vampiros acabaran apareciendo cerca de donde estaban mis hombres y me obligaran a dividir el fuego, es lo que acabó provocando el desenlace que se ha visto. No estuve ni cerca de la capilla como para poder coger la cruz de plata, pero a cambio hemos presenciado un combate heroico en que un oficial de los Tercios, con su último aliento de vida, atraviesa el corazón de Erszebeth Báthory... idas de olla tan serias solo aparecen en el Troglablog colegas, las cosas como son.

En cuanto a las bajas, todos acabaron más o menos bien, excepto Konrad, quien ahora está maldito (sufrirá pifias catastróficas con doble 2 además de con doble 1)... y Marco Pescara, el arcabucero, quien murió. El pobrecillo era el que estaba haciendo de cronista, con lo que se me ha fastidiado el plan. Pero así es la vida, especialmente si te dedicas a ir pegándote con los no muertos. Tarde o temprano te acabas uniendo a ellos.

Pronto haré un relato para inmortalizar este momento y ya me volveré con wargames más "respetables" y normales, algo de Warhammer Fantasy, quizá Infinity, cosas así. Como no voy a poder jugar en mi casa estaré un poco a expensas de lo que puedan hacer mis colegas, y eso a su vez determinará que probablemente esta campaña y la de Froster Scrolls no aparezcan por el blog en unos cuantos meses, aunque quién sabe...

¡Hasta entonces!