domingo, 23 de julio de 2023

[Helios] La fuerza de los hombres

Saludos a todos, damas y caballeros.

Retornamos la "programación habitual" volviendo a las cuestiones relacionadas con la campaña de las Regiones Devastadas, "La Sombra y la Llama". Una de las características de esta campaña es que Helios participa con dos facciones, por un lado los skaven del Clan Rikkens y por otro sus famosos bretonianos, que en tantas otras campañas han combatido. Esto se debe a una razón de conveniencia narrativa para equilibrar entre facciones buenas y malas en la campaña, pero también a que a Helios le gustan mucho sus bretonianos... y, reconozcámoslo, molan un cojón, especialmente con el pintado tan bonico que tienen.

Imagen de morkarr

El relato que os traigo precisamente viene a servir de introducción al papel de los bretonianos en la campaña, y ha sido escrito por Helios. También sirve como presentación de un personaje nuevo dentro de su familia bretoniana de la zona, y que en este caso se trata de Sir Bastian Devance "La Tempestad". Espero que os guste.

LA FUERZA DE LOS HOMBRES

Corría el año 2023 en las Regiones Devastadas, y los problemas solo parecían haberse multiplicado en los últimos tiempos. En su afán de proteger a las buenas gentes de la zona de la terrible oscuridad que se cernía cada vez más sobre ellos, las fuerzas de Las Ocho Villas de Plata se habían visto llevadas hasta el límite por la cadena de conflictos que habían tenido que sostener.

A pesar de ello, habían logrado un éxito razonable en sus campañas, y las gestas libradas por la familia Devance y sus vasallos en los Reinos Fronterizos comenzaban a correr por toda Carcassonne. El barón León llevaba meses recibiendo noticias de partidarios de la Bretonia nativa que, inspirados por el campeón de la Dama del lago y por su noble y difícil labor, deseaban poner a prueba su propio coraje, pidiendo permiso al señor para acudir a unirse a sus mesnadas. Además, algunas fuerzas no hostiles se ocupaban ahora de proteger algunos de los puntos críticos de las Regiones Devastadas, dando algo de oxígeno a los sufridos caballeros. Sabiendo esto, el barón y sus consejeros habían decidido adoptar una estrategia más conservadora, destinada a tratar de conservar los territorios bajo su mando, hasta que los barcos y los caminos trajeran a los refuerzos que deseaban viajar hasta el lugar buscando el favor de la Dama del Lago enfrentando los muchos peligros que acechaban en las Regiones Devastadas.

Solo una única mesnada se mantenía en activo viajando por la zona. A pesar de todo, la condición del barón le impedía desentenderse del todo de aquellas gentes inocentes o de buen propósito que pudieran requerir su ayuda. Una fuerza destinada a moverse velozmente por la región, dispuestos para dar guerra donde se necesitara con una furia nacida de aquellos que se embarcan en las más peligrosas aventuras. Caballeros y siervos de entre los más fieros y arrojados habían sido elegidos para formar parte de esta importante labor.

Sir Bastian Devance era el primogénito de la segunda hija del barón, lady Gaudiosa, y de su esposo estaliano el conde Vallejo de Mendoza. Su abuelo en persona lo había escogido para liderar aquella fuerza errante, confiando en las cualidades de su descendiente. Bastian era un hombre poco hablador, firme, y mantenía la calma en las situaciones más comprometidas. Su temple y las habilidades para el combate características de su linaje le habían permitido encontrar el Grial, hacía tan solo unos meses. Acudía a la batalla montando a su fiel pegaso Falcor, descendiendo desde los cielos empuñando su lanza que, bendecida por los favores de la Dama del Lago, refulgía con un brillo eléctrico capaz de destruir a cualquier enemigo. Por ello, se había ganado el sobrenombre de “la Tempestad”, y encarnaba algunas de las mejores cualidades de la familia Devance.

Se encontraban acampados junto al Paso de la Mina, tras haber ido a conocer a los señores enanos que gobernaban Oberor, donde habían aprovechado para ponerse al día de la situación en los pueblos y alejar a las posibles amenazas que se pudieran estar reuniendo en la zona. Fue en ese momento cuando se encontraron con algunas caravanas de personas que huían hacia el noroeste, procedentes de aldeas situadas en los caminos al sur que llevaban hasta la Fortaleza de la Luz Perpetua. Huían de un terrible conflicto que se estaba sucediendo allí, pues los Territorios Fragmentados habían vuelto a hervir de actividad pielverde. Las fuerzas del Gran Waaagh de las Tres Tribus se habían hecho con los caminos al norte y campaban a sus anchas por la región entre Oberor y las tierras controladas por imperiales, destruyendo cuanto encontraban a su paso con la violencia que les caracterizaba.

Era allí que la luz los demandaba de nuevo. Era su razón de ser, el motivo por el que estaban allí. Sir Bastian recabó toda la información que pudieron proporcionarle aquellos que trataban de huir de una muerte segura y puso en movimiento a su mesnada hacia la zona. Los refugiados no mentían. A lomos de su pegaso pudo comprobar en persona que en efecto las fuerzas enemigas eran muy numerosas, y estaban estratégicamente repartidas para controlar los accesos a la región. El paladín había escuchado a su gente hablar sobre la impía criatura que gobernaba aquel Waaagh, un gigantesco y sorprendentemente astuto orco negro al que llamaban Hurk Clavo Oxidado. Con la mente fría que le caracterizaba, sir Bastian analizó la situación. No contaba con fuerzas necesarias para plantear un ataque directo sobre los pielesverdes, pero su honor le impedía desentenderse de lo que estaba sucediendo.

Aún buscaba la forma de encarar aquel problema cuando nuevas noticias volvieron a cambiar la situación. Un enorme ejército imperial se abría paso a duras penas por los caminos infestados de orcos y goblins. Reconoció los blasones y símbolos de la casa Wallestein, lo que significaba sin duda que avanzaban desde la Fortaleza de la Luz Perpetua. Sir Bastian no confiaba en los hijos de Sigmar, a los que consideraba demasiado laxos con los asuntos del honor y de la higiene personal. Sin embargo, tal como había escuchado a su señor hablar del gran caudillo Hurk, así lo había hecho también acerca del hombre que lideraba las fuerzas imperiales en las Regiones Devastadas, el condottiero Dante Wallestein. En cualquier caso, nada de eso era importante ahora. Bajo la muy larga sombra de los monstruos que comenzaban a reunirse alrededor de los imperiales, todos los hombres bajo el sol de aquella semana debían dejar cualquier asunto atrás para luchar contra un enemigo mucho peor.

Con esa idea en mente, el caballero del Grial se presentó en persona en el campamento imperial, usando su montura voladora para salvar el cerco pielverde solo acompañado por los Jinetes de los Vientos Alisios, su fiel escolta de caballeros de pegaso. Al verlo llegar, la guardia del campamento lo hizo detenerse en un lugar apartado, donde a punta de arcabuz le hicieron esperar instrucciones. En apenas un rato, llegó el propio condottiero en persona, queriendo averiguar qué novedades traía el destino aquella jornada, y mandando a sus hombres a bajar las armas. Separados por solo unos metros, el caballero de Bretonia se quitó el yelmo para hablar.

"¡Mi nombre es Bastian Devance!" - Anunció el del Grial, en un imperial bastante fluído. - ·¡Vengo siguiendo las caravanas de siervos que huyen hacia el norte, que me advirtieron de poderoso mal en la zona!"

"Nunca he oído de ti, muchacho". - Respondió el líder imperial. - "Pero reconozco tu apellido. Noble linaje, que me place. Te escucho".

"Vengo a dar guerra a la enfermedad que puebla esta región. Ha querido la Dama del Lago traerme al lugar en estas jornadas, y podéis confiar en que tenéis aquí amigos para la causa de enfrentaros al mal que os acosa".

Dante hizo una pausa, estudiando al caballero mientras se mesaba la barba con gesto pensativo.

"Te creo. Pero has de saber que nuestra guerra no es contra los inmundos pielesverdes, sino contra un peligro mayor y más oscuro. No muy lejos de aquí, en el Pantano de las Sombras, tiene su guarida un poderoso dragón llamado Arardogat, nacido de las entrañas del mismo mal".

"He oído sobre él. Mi tío Milten lo enfrentó en batalla, y muchos días estuvo entre la vida y la muerte antes de recuperarse. Aunque hundió su lanza en la criatura y le causó gran daño, no logró acabar con él".

"Siendo así, escucha lo que tengo que contarte. Porque yo he venido a terminar el trabajo…"

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