Proyecto Imperio: lo que ha dado de sí 2023 y planes para 2024

Saludos a todos, damas y caballeros.

2023 fue un año en que rebajé un poco el ritmo de entradas, y ninguna de ellas fue para el Proyecto Imperio. Lo cual es lamentable, porque lo comencé en abril de 2020 y, en testimonio de su longevidad, sigue conmigo, y seguirá por siempre, porque este proyecto es eterno. Pese a todo, lo cierto es que tampoco tuve gran cosa que anticipar en ese sentido, motivo por el que no avancé en lo que a entradas se refiere.

Eso no quiere decir que el Imperio tuviera poca presencia en el blog en 2023. Al contrario, jugué nada menos que tres campañas con el Imperio, aunque fuera en momentos narrativamente distintos. El año comenzó con la campaña "La pesadilla de una noche de invierno", en la que mis imperiales se enfrentaron a ogros y skaven en las Regiones Devastadas. Poco después repitieron enfrentamiento en este ámbito narrativo con "La sombra y la llama", pendiente todavía de terminar, y ya en la actualidad del mundo de Warhammer con la muy sensual "La Gesta de Wallenstein", cuyo final publiqué hace unos días.

Eso en cuanto a juego. Pero en cuanto a pintura tampoco estuve parado. Llegué a pintar 59 miniaturas imperiales en 2023, lo que supone casi la tercera parte de las 202 que pinté, por lo que es la facción a la que más cariño le dediqué. No se merece menos, y algunas de las cosas que pinté, por no decir todas, son tremendamente carismáticas. Vamos a verlas.

Lorenzo el Salvaje - Gran Maestre de los Caballeros del Jabalí Dorado

No soy muy de jugar con grandes maestres, creo que un personaje pegón en el Imperio no tiene mucho sentido, pero de vez en cuando hay que darse el gusto. Sobre todo si es con una miniatura con tanto carisma como Borgio el Sitiador, que es de una de las mejores gamas que ha habido nunca en Warhammer, la de los mercenarios de quinta edición. El hecho de que mi ejército imperial sea de Averland y con influencias fuertemente sureñas me sirve como excusa cojonuda para meter miniaturas tileanas/estalianas, y más si es en la ambientación de las Regiones Devastadas, a la que pertenece este señor.

Giuseppe Tiercelin (Regiones Devastadas)/ Lukas Wallenstein (momento actual)

Otro miniaturón, en este casi autóctono imperial, de cuarta edición. Un héroe en pegaso siempre es bastante útil, sea contra formaciones de hostigadores malajes que quieren ganar los flancos, como amenaza para máquinas de guerra o magos despistados o incluso, si está bien equipado, como asesino de héroes y monstruos. Si encima viene en forma de una mini tan molona y carismática como ésta, no hay razón para no incluirla a la mínima oportunidad, motivo por el que casi siempre viene conmigo al campo de batalla. 

Espadachines estalianos

De nuevo tratando de enfatizar el aspecto sureño del ejército, en este caso estaliano, aparecen estos espadachines de cuarta edición con escudos de Foundry y grupo de mando de la Guardia Republicana de Ricco (el porta), la Legión Perdida (el músico) y Warlord (el oficial). Por alguna razón utilizo muy poco a los espadachines en mis ejércitos, pero esa razón perfectamente puede ser que nunca he tenido miniaturas tan molonas como éstas. A partir de ahora habrá que tratar de verlos más.

Orden de los Pilares a pie

Otra unidad preciosa, también de cuarta/quinta, con escudos que en parte son los famosos de Gamezone de las Columnas de Hércules. Es por ello que los he convertido en caballeros de la Orden de los Pilares a pie, pero independientemente de los colores y las reglas, son una unidad preciosa (regalo de Fornidson) que he disfrutado mucho pintando.

Carro de guerra

Otro regalo de los colegas, seguramente la mejor miniatura de carro que se ha hecho jamás en Warhammer. La idea de un puñado de tarados que cogen armas a cada cual más estrafalaria, se suben a un carro y se lanzan a la batalla a ver qué pasa es seguramente una de las más altas empresas a las que puede aspirar un hombre. Es, tal cual, una exaltación del espíritu de aventura, la independencia de criterio y la primacía de la molonidad sobre el sentido común más elemental. Fantasía en estado puro.

Cañón de salvas

La verdad es que he tardado mucho en meter la que quizá sea la pieza de artillería más potente del Imperio y de todo el juego, lo que supongo que habla a favor de mi falta de ánimo culoduro. Tampoco he tenido demasiadas oportunidades de usarlo, cada vez que aparece en la mesa mis rivales van a por él con furia asesina, sabe Dios por qué. Pero bueno, algún día volatilizará algo de forma espectacular y habrá gran regocijo.

Mortero

Un arma que muchas veces es ignorada, pero en ocasiones es conveniente tener una plantilla grande aunque sea de F3. Esas unidades de 30 goblins, o mejor, de 20 elfos de ultraélite pero con R3 y armadura de 5+ siempre desearían no tenerlo enfrente. Además, con ello puedo decir que ya tengo un modelo de cada pieza de artillería del Imperio... tres años más tarde, no está mal.

Lo que está por venir

Para 2024 he rebajado un poco mis expectativas de pintado del Imperio, ya que hay otros proyectos para los cuales necesito pintar un ejército (particularmente, la campaña de Armageddon), pero para cualquier campaña o partida que juegue con el Imperio tengo miniaturas pintadas de sobra. Podría no pintar nada y seguiría teniendo un ejército que debe andar ya por los 5000 puntos, pero un año sin darle al Imperio es una extravagancia que no pienso permitir. Ni que fuera un hippie o un nihilista, cohone ya.

Casi con total probabilidad, haré al menos una de tres cosas. La primera es seguir pintando tropas estatales, que siempre son y deben ser el núcleo de todo ejército imperial. Aquí puedo, por variar un poco, hacer un destacamento de Wissenland, con el objetivo de representar una pequeña fuerza liderada por la rama de la familia Wallenstein que está en ese condado, que alguno hay. Puede ser una forma interesante de no gastarme una fortuna en botes de amarillo, que ya bastante voy a tener con los Luna Malvada en 40k. Y mira que odio pintar amarillo...

Aunque diría que pintar blanco es incluso peor

La segunda opción, y la más probable aunque no necesariamente la única, es terminar la otra unidad de milicia imperial que tengo en mente. En esta entrada hablé de cómo, a falta de esa extraordinaria caja de milicia imperial que hubo en su día, había pensado en montarme dos unidades de milicianos con miniaturas variadas intentando dar dos estéticas diferentes: una, propia de una peli de fantasía oscura tipo Sleepy Hollow, y otra propia de peli de aventureros y espadachines estilo Scaramouche o La Princesa Prometida. La primera de las unidades ya está hecha y se la pudo ver en una batalla muy propia de su condición en Halloween, mientras que la segunda la tengo pendiente, pero ya tengo todas o casi todas las miniaturas compradas, así que tengo que dejar de vaguear y ponerme a ello.

Una de las miniaturas que irá en la unidad

La tercera cosa que puede pasar es que The Old World sirva para traer de nuevo esa maravillosa caja de milicia imperial o, quizá mejor todavía, la unidad de caballería. Vistos los precios con que han ido saliendo las cosas miedo me da, porque sé que cualquiera de las dos que salga me obligará a gastar dinero, y al parecer no será poco. Pero confieso que tengo muchísimas ganas de que al menos una de esas dos vuelva a estar disponible, y de ser así compraré y pintaré de eso, especialmente si es caballería. La milicia quizá la use para el Imperio o la reutilice para otros proyectos, ya veré. 

Ah, en realidad, ahora que lo pienso, también hay una cuarta cosa que se puede hacer... que es pintar el tanque de vapor. Es una mini que yo creo que solo debe ser usada, por una cuestión narrativa, en partidas grandes, pero ya tengo los 5000 puntos necesarios para usarlo en una partida grande, así que...

Por supuesto, lo tengo en versión ancestral

Bueno, todo se irá viendo a lo largo del año. Como digo, no será de mis objetivos prioritarios, pero algo caerá y lo iremos mostrando convenientemente.

¡Hasta entonces!