lunes, 27 de julio de 2020

El Rey Esmeralda


Saludos a todos, damas y caballeros.

Este mes de julio estoy pintando poco, me fui de vacaciones unas cuantas semanas y naturalmente no me llevé las pinturas ni los pinceles. Recién retornado de las vacaciones estoy haciendo un esfuerzo extra para seguir con la planificación de la escalada (aunque la dejé bien encarrilada) y la primera miniatura que pinté, en buena medida por su sencillez, es este espectro a caballo de Age of Sigmar, de la colección de Mortal Realms.


Es la primera vez que pinto una miniatura que haya sido diseñada expresamente para Age of Sigmar, y la verdad es que me ha llevado a hacer unas cuantas reflexiones. Pensaba escribirlas cuando lo mencione en la entrada sobre la escalada mensual, pero iba a quedar muy largo y da para un post en sí mismo, por lo que aprovecho que el Pisuerga pasa por Valladolid y las dejo aquí plasmadas. Aunque naturalmente, siendo un nuevo personaje que se incorpora a mi ejército de No Muertos, hay que escribir un cierto Trasfondo primero.


Aunque se sabe que Chantal nació en Stirland, una de las provincias más pobres y atrasadas del Imperio, se desconoce el pueblo concreto que tuvo la desgracia de verla nacer. No es que sea una información particularmente relevante, puesto que el pueblo fue arrasado por Chantal, su hermana Helena y su mentora, Ayn Al-Dhalam, antes de partir a Mordheim. Sin embargo, algunos eruditos creen que estaba situado cerca de Stirhügel, la zona de ominosas colinas y túmulos que sirven de lugar de entierro de los grandes reyes de la tribu estirígena, que gobernó Stirland en los albores del Imperio. Esto serviría para explicar el vasto conocimiento que Chantal parece tener sobre las leyendas del lugar.

Una de esas leyendas se refiere al Rey Esmeralda, un espectro que vaga por los túmulos cuando cae el sol y decapita con su etérea espada a cualquier desgraciado que se encuentre por la zona, vedada a los mortales. Los mitos dicen que fue un rey estirígeno, pero también un poderoso y corrupto hechicero cuyos conocimientos de magia negra le permitieron mantenerse ligado al mundo material incluso después de que la justicia lo alcanzara. Se rumorea incluso que combatió al lado de Nagash en la batalla que éste libró contra el dios-Emperador Sigmar, aunque la mayoría de la gente piensa que no son más que cuentos de viejas.

Chantal sabía que no era así. Si acaso llegó a ver al Rey Esmeralda cuando era niña, o si tuvo conocimiento de su existencia después, solo ella lo sabe. Pero lo cierto es que, tras salir de Mordheim y convertirse en una poderosa nigromante, volvió a Stirhügel y sometió al Rey Esmeralda a su control. Desde entonces, este despiadado espectro hace aparición en los ejércitos de Chantal ocasionalmente, y cada vez que su figura hace presencia en el campo de batalla se ve acompañada por el terror y la muerte, aunque por suerte para sus enemigos es poco frecuente que esto suceda: ni siquiera todo su poder nigromántico hacen que Chantal se sienta segura al lado del traicionero Rey Esmeralda, por lo que no lo convoca salvo que sea imprescindible.

Imagen de Ferdinand Landera
Bien, hasta aquí un poco de Trasfondo sobre el personaje. Sé que su nombre no es muy original, es referencia tanto a su pintado como al Rey de Amarillo de los Mitos de Cthulhu, pero tampoco me apetecía pensar demasiado por un personaje que probablemente no aparezca demasiado por mis ejércitos.

En cuanto a las reflexiones: me compré a este individuo porque en un fascículo de Mortal Realms (no sé si el 14) venían este y otro colega espectral a caballo. Clavy quería uno de los dos para hacer alguna cosa rara simbólica relacionada con Mordheim, porque es un colega que le encanta el tema del Blanchitsu y tiene a los de 28 Mag en un pedestal por otra parte merecido. Como solo necesitaba uno cogí yo el otro, pues un espectro a caballo por 5 euros me parecía un precio suficientemente aceptable como para que, si una vez en mano no me terminaba de convencer, prescindiera de él sin dolor. Además, un espectro a caballo siempre es útil.

Desde un punto de vista puramente práctico, la miniatura está bien. Tiene una postura ortopédica de cojones, pero es fina, por lo que encaja sin problema en una unidad de caballeros tumularios, al menos de los de octava edición, que son los que tengo. El problema es que con toda la retahíla espectral de la parte posterior no se pueden poner miniaturas tras él, lo que es una putada si quieres meter una segunda fila, pero en principio no me lo planteo, así que no me importa demasiado. La escala tampoco es demasiado diferente, más si se tiene en cuenta que parte de su tamaño viene determinado por la postura esa tan rara que me trae, pero las proporciones no desentonan.

A los lados, sin problema

Por detrás, ni de coña
Desde un punto de vista estético, mi gusto por las miniaturas de Warhammer se centra en el periodo de cuarta a sexta edición. Es raro que me gusten miniaturas anteriores a cuarta, aunque desde luego hay algunas bastante sensuales, y también es raro que me gusten miniaturas de séptima u octava, porque tienen una estética menos propia de fantasía clásica y cada vez más cercana al World of Warcraft o a perversiones mentales estadounidenses/japonesas sobre lo que es la fantasía clásica europea (los tumularios de octava son una excepción a esto, me parecen un pepino). Naturalmente esto deja fuera también a la inmensa mayoría de miniaturas de AoS.

Eso pensaba con esta miniatura, y lo pensé hasta que la vi pintada y tuve una revelación: está tal cual sacado de la versión de Fantasía, de Disney, de Noche en el Monte Pelado de Mussorgsky.

Sin duda se da un aire
Esto ha hecho que, sinceramente, le coja un aprecio que nunca pensé que iba a tener. Los No Muertos han recibido muchos tratos diferentes en la iconografía occidental, que en las últimas décadas, quizá para aprovechar mejor los avances en maquillaje y efectos especiales, han ido tendiendo hacia la parte sangrienta y macabra quizá más de lo que me gustaría. Ahora es menos común ver esqueletos o fantasmas, pero hay toda clase de zombis con toda clase de heridas a cada cual más grotesca. No me termina de convencer.

Mi idea estética a la hora de hacer un ejército No Muerto era centrarlo en una perspectiva más clásica, más de horror gótico. Rollo esqueletos (sonrientes, claro), murciélagos, fantasmas y brujas, a ser posible con sombreros cónicos y escobas. Más concretamente, la imagen en mi cabeza viene formada por dos películas, curiosamente las dos de Disney: la versión de La Leyenda de Sleepy Hollow (de 1949), y la ya mencionada Noche en el Monte Pelado, dentro de la película de Fantasía.

"Por la noche se le ve galopar..."
Así que desde esta perspectiva, lo cierto es que este colega espectral encaja bastante bien, pese a ser una mini de AoS. No es algo que se pueda decir de muchas miniaturas y por tanto no creo que se repita esto demasiado, pero por el momento el Rey Esmeralda se incorpora a mis huestes, listo para llevar el terror (literalmente) a los enemigos de Chantal.

Hasta la próxima!

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