martes, 14 de julio de 2020

Chantal: notas de diseño (I)


Saludos a todos, damas y caballeros

Chantal es un personaje que tiene su buena parte de protagonismo en este blog. Desde sus humildes orígenes en la Segunda Era de Mordheim ha pasado a formar parte de muchos relatos y campañas, como Las Mil Pesadillas, en la que derrotó a una hueste de incursores de Slaanesh, o Círculo de Hechicería, campaña que estamos jugando en estos meses tras el confinamiento y en la que intentará arrasar parte de la provincia bretoniana de Quenelles. Incluso ha participado en una campaña en Antebellum siguiendo las reglas de las campañas de quinta... Y otros proyectos que serán revelados cuando llegue el momento.

Me encanta esta imagen
La verdad es que me satisface mucho que este personaje haya pasado a ser tan conocido por muchos de mis amigos en esto del wargameo, y que tantos de ellos estén ansiosos por cobrarse su cabeza, cosa que creo que ha sucedido muy pocas veces si es que ha llegado a pasar. Aunque hay muchísimo Trasfondo escrito sobre ella, quería compartir unas notas de diseño, tanto para ordenar yo mismo mis pensamientos al respecto (pues su Trasfondo se ha ido construyendo de forma casi accidental) como por si puede ayudar a quienes les interese el personaje. Dado que al empezar a escribirlo vi que me iba a quedar muy largo para ser un único artículo, he decidido separarlo en dos.


Maldad pura

Desde que empecé a jugar a Warhammer me preocupó mucho la narrativa respecto a mis personajes. He tendido casi siempre a jugar con personajes del bando del "Bien", pero también tenía personajes del bando del "Mal" (en la medida en que el mundo de Baja Fantasía de Warhammer permite una diferencia clara entre estos conceptos, no como sucede en la Alta Fantasía, donde sí se diferencian claramente). No obstante, mis personajes del bando del Mal no eran claramente malvados. Es más, los primeros tenían motivos nobles: Kherith Aramor, el líder de mis elfos oscuros, había seguido a Malekith simplemente por una cuestión política, por creer que era el legítimo Rey de Ulthuan. Nemo, el hechicero de la Legión Alfa, se había convertido al Caos con el objetivo de obtener poder suficiente para devolver a la vida a una persona cuya pérdida le había destrozado. En un principio era su esposa, aunque quizá un hijo sería más apropiado para explicar un dolor tan enorme como para forzarle a tomar esas decisiones. Ambos podían hacer cosas terribles, pero lo hacían guiados por un propósito noble.

Incluso aquellos personajes de facciones malvadas que he usado posteriormente siguen sin ser malvados en un sentido estricto. Anleith Seadrake, el líder corsario, es simplemente un mercenario que usará la crueldad como un medio para obtener sus fines, pero no porque le divierta. De hecho, si le pagaran para repartir caramelos entre los niños de un orfanato, lo haría. De igual modo, Khornelissen, el Señor del Caos de Khorne de mi campaña/escalada con Fornidson, no es malvado per se, sencillamente es un completo tarado.

No es malvado, solo tuvo una infancia difícil
Con Chantal quería probar a hacer algo distinto. Chantal es una nigromante, ergo era de una facción malvada, pero también podría haber tenido motivos nobles. Podría querer evitar la muerte de un ser querido o similar. Sin embargo, con ella quise construir algo que se alejara de todo lo que había jugado hasta entonces: Chantal iba a ser, clara y decididamente, una grandísima hija de puta. Un personaje de pura maldad que no se justificara en nada ni necesitara hacerlo. Mataría, torturaría y haría el cafre sencillamente porque querría hacerlo, incluso sin necesidad de obtener ningún beneficio material por ello. Sirva de ejemplo este fragmento de un relato de Chantal en Mordheim:

"Dudo que las autoridades del Imperio vean esa clase de relaciones con buenos ojos..."

 "No lo hacen. Pero tampoco ven bien la violación, el asesinato, la mutilación, la tortura, la práctica de artes oscuras, la necrofilia o el canibalismo. Y aquí estoy, pese a todo."

Nemo recurriría al canibalismo si eso le ayudara en su propósito, que es noble. Seadrake haría lo mismo, aunque sus propósitos no son nobles sino puramente materiales, y dependería de cuánto le pagaran. Chantal lo hace porque sí, porque puede. Para ella la maldad no es un medio, es un fin en sí mismo. Es una hija de puta sádica hasta niveles insospechados. Eso es algo que me cohíbe mucho a la hora de escribir sobre ella en realidad, pues por pura cuestión de higiene mental no quiero describir explícitamente las salvajadas que puede llegar a hacer sin reparos. Prefiero dejarlo a la imaginación del lector, si es que quiere recorrer esos caminos oscuros. Por mi parte no tengo necesidad alguna de describir escenas snuff.

La cuestión del lesbianismo

Una de las cosas destacadas de Chantal es que es lesbiana. La orientación sexual de un personaje nunca ha sido tratada en GW, en parte porque es un tema polémico, y en parte porque es innecesario: cuando un tío te va a abrir la cabeza de un hachazo te da un poco igual con quién se vaya a acostar después. De hecho, la religión es mucho más importante: un dios te puede bendecir con un gran dominio de la magia y otro con la peste bubónica, por lo que la elección de a quién adoras sí es bastante relevante.

El hecho de que Chantal sea lesbiana obedece a dos motivos, uno menor y otro de más importancia. El menor es de alguna forma entroncar con el arquetipo de bruja lesbiana de las novelas pulp. Ya Robert E. Howard en los treinta metió alguna vez brujas lesbianas en sus historias de Conan. Aunque, como digo, esto es un motivo bastante menor.

Brujas lesbianas que a veces son también un poco malajes
El motivo real es que quería que Chantal resultara atractiva. Ya no solo es que sea absolutamente preciosa, que lo es, sino que además es lesbiana y un tanto ninfómana. Siendo honestos, esto es algo que resulta sexualmente atractivo a la inmensa mayoría de varones heterosexuales. Y la razón por la que quería que Chantal fuera atractiva es porque el Mal es atractivo. Siempre nos preguntamos cómo es posible que el ser humano pueda hacer cosas terribles, y es necesario reconocer, aunque no queramos, que el Mal tiene una capacidad de atracción espantosa. Es lo que subyace tras las fotos en las que unos carceleros de Auschwitz posan alegremente como si cinco minutos antes hubieran estado paseando por el campo en lugar de masacrando seres humanos. Algunos de ellos serían psicópatas de base, pero muchos serían personas normales a los cuales la sensación de poder que confiere el Mal puro les embriagó.

Desde esa perspectiva, la belleza y el lesbianismo de Chantal y sus acólitas es más un símbolo que un hecho necesario. Algo que me permite, por la vía rápida, hacer atractiva y deseable a alguien que bajo ninguna circunstancia debiera serlo. Como describo en el relato de La Dama y la bruja, la imagen de dos mujeres jóvenes y hermosas besándose semidesnudas es excitante, pero el hecho de que lo hagan frente a centenares de cadáveres descuartizados y empalados cambia las cosas. Si solo dejara los cadáveres, Chantal no sería una persona deseable, y quiero que lo sea porque el Mal, trágicamente, puede serlo. Si solo dejara el lesbianismo y quitara los cadáveres, no causaría repulsa, y el Mal debe causarla. 

De nuevo, esto es algo que me cohíbe mucho a la hora de escribir. Quiero que el lesbianismo de Chantal y su cábala sea evidente, pero no explícito, porque al igual que no tengo necesidad de escribir escenas snuff, tampoco quiero escribir pornografía.

La eterna juventud

Este aspecto de Chantal (su atractivo físico más que su lesbianismo) me ha supuesto un problema narrativo. Chantal comenzó su andadura en Mordheim, que fue destruida por el cometa en el año 1999. Lo cual quiere decir que Chantal llegaría allí en torno al 2001/2002, por lo que, si tenía unos veinte años, debió nacer a principios de la década de 1980. Esto no es relevante cuando se enfrenta a personajes coetáneos, por ejemplo a Trifón, quien según su biografía nació en 1972. Pero el Trasfondo "actual" de Warhammer se sitúa en el 2500 y algo, lo que quiere decir que, si quiero enfrentarla con personajes que hayamos jugado alguna vez en nuestro grupo de juego y se enmarquen en esa época, Chantal debería tener unos 500 años.

En principio esto no es un problema para una nigromante, quienes según el Trasfondo pueden tener una gran longevidad gracias a su dominio de la nigromancia. No obstante, ese mismo Trasfondo dice que los nigromantes pueden evitar morir, pero no envejecer, y además tienden a acabar siendo muy parecidos a cadáveres por tanto manipular la nigromancia. Lo cual es, por definición, incompatible con ser una joven y atractiva señorita.

Esta sería Chantal intentando ligar con 500 años
La solución está en los bordes del canon, pero el canon tampoco debe ser una cosa tan rígida como para evitar ideas creativas: Chantal y sus amantes conocen el secreto, no solo de la longevidad, sino de la eterna juventud. ¿Tiene esto sentido? Bueno, es un poco forzado, pero puede tenerlo: la nigromancia fue desarrollada por Nagash gracias a la información que obtuvo de elfos oscuros torturados. Los elfos oscuros, concretamente las elfas brujas, conocen los secretos de la eterna juventud. Por lo que imagino que es posible que Chantal encontrara algo entre la nigromancia que le permitiera obtener esa eterna juventud, o descubriera también secretos de los elfos oscuros, como hizo Nagash en su momento.

Como digo, es un poco forzado, pero creo que es aceptable. Y de todos modos, tampoco hay que tener un miedo reverencial al canon en tanto que ni siquiera la propia GW se lo ha tenido. La solución puede ser un poco forzada, pero no es una violación directa y flagrante del canon... No es un señor del Caos de Khorne con pendiente de Slaanesh.

Hasta aquí la primera parte. En breve publicaré la segunda. ¡Hasta entonces!

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