Saludos a todos, damas y caballeros.
En esta entrada publiqué la primera parte de las notas de diseño de Chantal, las líneas que había intentado seguir para la creación de este personaje que tanto Trasfondo acapara en el Troglablog. En ella hablé de cómo esta nigromante es un intento de desligarme de otros personajes "malvados" con los que haya jugado en el sentido de que es una auténtica hija de puta sádica, además de explicar por qué es lesbiana e intentar resolver el problema temporal que me genera el que sus aventuras comenzaran en Mordheim, cuyo Trasfondo se sitúa 500 años antes que el momento "actual" del Trasfondo de Warhammer Fantasy (¿Fin de los Tiempos? ¿Age of Sigmar? No me suena)
Chantal fumando sabe Dios qué |
Como me estaba quedando un artículo muy largo, lo dividí en dos y aquí viene la segunda parte, en la que voy a meterme más en qué tiene dentro de su rubia cabecita. Spoiler: nada bueno.
Chantal está como una puta cabra. Desde el principio quise que fuera así, y ello por dos motivos: en primer lugar, porque el Trasfondo de Warhammer dice que los nigromantes suelen acabar mal de la cabeza por manipular la nigromancia. Si además la chica ha pasado por Mordheim, cuya narrativa incide mucho en el deterioro de la cordura de todo el que se pasa por allí, pues con más motivo. La segunda razón era de nuevo separarme del arquetipo narrativo que había manejado hasta entonces, el de personajes que no eran totalmente malvados, pese a pertenecer a facciones malvadas, pues perseguían objetivos racionales y, en el caso de algunos de ellos (especialmente de Nemo), objetivos nobles. Chantal no. Chantal está pirada y si descuartiza a alguien no es porque lo necesita para la consecución de sus fines, sino porque es una jodida enferma.
Dicho lo cual, no podía hacer que Chantal fuera una persona totalmente incapaz de percibir la realidad, porque eso chocaba con otra parte importante de su Trasfondo, como es su capacidad para manipular a otras personas y hacerse pasar por quien no es para infiltrarse en donde quiere. Una persona totalmente ida de la olla no tendría esa habilidad. Además, es complicado manejar una persona así a efectos de campañas narrativas, pues no habría un propósito tras sus acciones, sino pura aleatoriedad. Esto no es el caso de Chantal, quien ha participado en campañas para controlar Chamon Dharek o encontrar Mourkain. Por tanto, su demencia no podía ser total.
Esto lo he resuelto recientemente con la ayuda de Clavy, quien pese a no publicar por aquí desde hace milenios de vez en cuando hace cosas útiles. Chantal es esquizofrénica, lo cual quiere decir que si bien hay temporadas en que percibe la realidad con suficiente lucidez como para trazar planes, de vez en cuando sufre brotes en los que se le va la olla mucho. Esta esquizofrenia se le vio agravada por su paso por Mordheim y concretamente por el trauma, y consiguiente estrés postraumático, que le supuso perder a su hermana Helena y a su amante/mentora, el Ojo de las Sombras, en el asalto a Sauerlach. Seguramente tendrá algo de psicopatía también, pues no necesita estar en un brote para hacer alguna de esas barbaridades sádicas que hace con frecuencia. En definitiva, es una persona lo suficientemente consciente como para poder aparentar normalidad, al menos durante un tiempo, pero no es para nada una persona sana.
Leer esta clase de libros tampoco ayuda |
Moraleja: no vayáis a Mordheim.
Motivaciones: sexo y poder
Chantal está tarada, pero no por ello deja de tener metas en la vida, aunque sean unas metas muy turbias y jodidas. Un poco como Hitler o Pol Pot, quienes también tenían objetivos, aunque naturalmente eran siniestros de cojones. Digo esto para, de nuevo, marcar distancias con aquellos de mis personajes que han seguido la senda del "Mal" pero con fines nobles. Los fines de Chantal no son nobles, ni remotamente.
El objetivo más primario que mueve a Chantal , en línea con su ninfomanía, es el sexo. Es la razón por la que se infiltra en la alta sociedad del Imperio o Tilea y por la que compra esclavas. Esto último es importante, dado que en su torturada mente el sexo es, en muchos casos, un medio de dominación y de sometimiento. Por tanto, en realidad estamos hablando de poder.
Chantal es una campesina de un pueblo perdido de Stirland. Una campesina en el Imperio ya está en un escalón muy bajo de la sociedad, pero si encima es de Stirland, uno de los condados más pobres si no el que más, podemos decir que Chantal nació en una posición muy poco envidiable. En esa situación, una muchacha hermosa y ambiciosa, y Chantal es ambas cosas de sobra, no tardaría en darse cuenta de que su única fuente de poder para escapar de semejante pocilga sería precisamente su belleza. Al menos hasta que tras su paso por Mordheim pudo sumar el dinero y la nigromancia a su arsenal.
Y salir corriendo hacia Nuln, si su condesa viste así |
Motivaciones: miedo
Cuando Chantal llegó a Mordheim lo hizo sometida a Aurelian, un vampiro del Clan Dragón Sangriento que entra en el arquetipo de personaje de facción malvada pero honorable. En realidad, Aurelian no la necesitaba a ella, sino al Ojo de las Sombras, la nigromante de la cual Chantal era aprendiz. Tras la muerte de esta nigromante, los caminos de Aurelian y Chantal se fueron separando hasta hacerse casi independientes (en un momento dado de la Segunda Era reformé mi banda para que encajara narrativamente con la búsqueda del Rey, el Niño de la Luz según Tuomas Pirinen, dejando a Chantal y sus amantes fuera). Sin embargo Aurelian, que pese a ser un vampiro era un caballero honorable y sabía qué clase de bicho era Chantal, le prometió que, cuando hubiera alcanzado suficiente poder como para representar un desafío, la mataría.
Por tanto, la segunda gran motivación de Chantal es el miedo a que Aurelian vuelva a cumplir con su palabra. Esto explica también el temor y la desconfianza que siente hacia los vampiros en general, pero es un símbolo de algo que quiero creer que es cierto, que es el miedo que siente el malvado a que la Justicia caiga sobre él. No lo sé porque no soy una persona malvada, pero me gustaría creer que quien lo sea no puede vivir en paz por ese temor. Y hay casos de seres abominables a los que la Justicia no pudo llegar, como Stalin, pero gracias a Dios hay otros que han encontrado el final que merecían, como Abu Bakr Al-Bagdadi. Y de él, por las medidas que tomaba, sabíamos que vivía con miedo. Y Chantal, en el fondo, también vive con miedo, lo cual sirve también para explicar por qué desea acumular tanto poder: para protegerse de aquellos que la destruirían, y especialmente de Aurelian.
El Culto de la Carne Inmortal
El Culto de la Carne Inmortal es la especie de secta rara de pirados que Chantal lidera como diosa, un culto a la Muerte en cuya cúspide se encuentra ella con sus amantes predilectas. En lo que se refiere al culto en sí, la idea de que Chantal liderara una especie de organización donde también tienen cabida los vivos (aunque torturados y dementes) es desde un punto de vista narrativo una oportunidad de comparar a Chantal con Nagash y las tribus que le adoraban en Nagashizzar. Desde luego, Chantal no es Nagash ni llegará a serlo nunca, pero quiere emularlo. La razón en el fondo es un poco más prosaica, y es poder meter miniaturas de tropas vivas (necrófagos, fundamentalmente) con otros modelos que no representen necesariamente a necrófagos, sino a cultistas enloquecidos, como pueden ser estas magníficas miniaturas de Shieldwolf Miniatures, los cultistas del Rey Liche de Frostgrave o las bailarinas árabes que pedí en el Kickstarter de Desert of the Dead.
Sus amantes responden a una necesidad parecida, concretamente que me encantan las miniaturas de brujas clásicas, y me dan una oportunidad para meter más de ellas. Dicho lo cual, en este caso su peso narrativo es mayor, al menos el de Beatrice y Sveta, quienes surgieron también de Mordheim. O de mi doncella espectral, que es Helena, la hermana de Chantal fallecida en el transcurso de esa campaña de Mordheim. También refuerza el aspecto tanto del lesbianismo de Chantal, al ser sus amantes lésbicas, como de su sadismo, al ser todas ellas una panda de malajes. En ese sentido lo cierto es que, pese a pequeñas diferencias de carácter, todas ellas comparten el mismo arquetipo que su maestra. Lo cual no es algo que me preocupe porque, como digo, su papel es reforzar más que complementar.
Pues esto ha sido todo respecto a Chantal, que no es poco. No descarto hacer algo similar respecto a otros personajes en el futuro, aunque lo cierto es que, quizá por ser un desafío, no ha habido ningún otro personaje con el que me haya involucrado tanto como con Chantal. Quizá Fornidson haga algo semejante con Trifón, que también es un personaje bastante interesante. Quién sabe.
Sus amantes responden a una necesidad parecida, concretamente que me encantan las miniaturas de brujas clásicas, y me dan una oportunidad para meter más de ellas. Dicho lo cual, en este caso su peso narrativo es mayor, al menos el de Beatrice y Sveta, quienes surgieron también de Mordheim. O de mi doncella espectral, que es Helena, la hermana de Chantal fallecida en el transcurso de esa campaña de Mordheim. También refuerza el aspecto tanto del lesbianismo de Chantal, al ser sus amantes lésbicas, como de su sadismo, al ser todas ellas una panda de malajes. En ese sentido lo cierto es que, pese a pequeñas diferencias de carácter, todas ellas comparten el mismo arquetipo que su maestra. Lo cual no es algo que me preocupe porque, como digo, su papel es reforzar más que complementar.
Nadia, la Dama de la Muerte, la Bruja de Essen. Una miniatura espectacular |
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