sábado, 25 de julio de 2020

In Hac Lacrimarum Valle


Saludos a todos, damas y caballeros.

Os traigo el último de los relatos describiendo las partidas que jugué en el torneo de Infinity que pudimos jugar en Antebellum. Como escribí en la primera entrada, llegué a esta última partida en la mesa 1 y, por tanto, con opciones de ganar el torneo, algo que nunca antes me había pasado. Pero personalmente el tema de la competición me importa un carajo. De hecho, había pasado mi única lista (pese a poder llevar dos) en abierto al Whatsapp del grupo, porque no tenía que esconder nada. Y como la comida fue antes de la partida, no renuncié a dos jarras de tinto de verano y un copazo. No perdí porque fuera borracho. De hecho, no llegué a emborracharme, y habría perdido igual porque mi rival jugó muy bien. Pero no me importó perder, como no me había importado ganar en las dos anteriores, sino el pasármelo bien. Y fue un gran día y tres partidas muy agradables.


En este caso me enfrenté a TAK, y jugamos Biotecvoro, un escenario que odio profundamente a pesar de que fue precisamente el escenario que jugamos Fornidson y yo para celebrar el desconfinamiento, después de tres meses sin tirar dados. Un mes después volví a jugarlo y en esta ocasión tuve menos suerte, perdiendo 9-4. En todo caso, como digo fue un buen rato. Os traigo el relato que he escrito al respecto. Espero que os guste.



“Habiendo vuelto a nuestros cuarteles en el frente de Paradiso, se nos ordenó desplazarnos rápidamente a retaguardia para una misión de la máxima importancia y sin que constara en los registros. En la ciudad de Syldavia, un comando ariadno había logrado infiltrarse en instalaciones biomédicas de máxima seguridad donde se almacenaban virus nativos del planeta con el objetivo de modificarlos y convertirlos en armas contra el Ejército Combinado. Cómo los ariadnos habían descubierto esas instalaciones era todo un misterio, dado que su existencia era absolutamente secreta, pero aun más descorazonador resultaba el hecho de que, en su intento de adquirir algunos de estos virus para su uso propio, hubieran cometido un fallo de seguridad y hubieran liberado una cepa especialmente mortífera, lo que nos obligaría a combatir en un terreno contaminado.

Sargentos de Orden aislados/inconscientes
Al llegar nos encontramos con un contingente de la Tartary Army Corps que había logrado infiltrar un enemigo entre nuestras filas. Dos sargentos de Orden tuvieron que sacrificarse para descubrir que era un scout con minas E/M, neutralizándolo y estallando las minas, lo que permitió el avance seguro de nuestras tropas. Logramos salir de la zona afectada por la infección sin sufrir demasiadas bajas, pero entonces el Hermano Klaus, de la Orden Teutónica, se impacientó demasiado por brindar justicia a nuestros enemigos y acabó exponiéndose al fuego de un core de line kazaks fuertemente armados: logró acabar con uno de ellos, pero el fuego cruzado de tantos ariadnos fue demasiado intenso y acabó sucumbiendo.

El teutón se suicida ante dos francotiradores y dos lanzamisiles enlazados
De esta forma, los ariadnos lograron salir de la zona afectada sin oposición, pese a que algunos no fueron suficientemente rápidos, pero en todo caso no demasiados como para poner el enfrentamiento a nuestro favor. Por si esto fuera poco, un monstruoso Dog Warrior llegó hasta la posición donde nos encontrábamos el core de la Hermana Catalina del Piero y yo mismo, acabando con varios de los nuestros con sus chain rifles, y el Veteran que lideraba la fuerza Ariadna neutralizó al Hermano Sebastian, de la Orden de Predicadores.

Mi core en posición (más o menos)
En respuesta, una Sargento de Orden acabó con otro Line Kazak, aunque también resultó herida en el proceso. Lo cierto es que no podíamos hacer mucho más: el Hermano Rodrigo, de la Orden de Santiago, avanzó e intentó al menos recabar información sobre los asaltantes, cosa que hizo eficazmente, mandando los datos a los oficiales de su Orden. Pero poco más se pudo hacer.

Los ariadnos, en cambio, siguieron presionando. El dog warrior continuó su asalto con los chain rifles, acabando con otro Sargento de Orden e hiriéndome a mí, aunque le dejamos malherido. El resto del ejército se limitó a mantener las posiciones: resultaba evidente que se sabían en control de la situación y que no necesitaban arriesgarse para inclinar el enfrentamiento a su favor.

El Dog Warrior la lía
Finalmente, el Hermano Rodrigo, reacio a asumir la derrota, acabó con un scout y con el dog warrior que tanto daño nos había causado, al tiempo que recababa información sobre el HVT enemigo, presumiblemente el técnico que había intentado hacerse con el agente patógeno almacenado en el laboratorio. Pero nada de eso iba a ser suficiente: por si fuera poco, los ariadnos lanzaron otro dog warrior sobre nuestra líder, Catalina del Piero, quedando trabado con ella. Después de que los ariadnos lograran a su vez controlar a nuestro HVT y cumplir otros objetivos de su misión, fue evidente que habíamos perdido el enfrentamiento, y hubimos de retirarnos”

Masacre en Syldavia
Como digo, una muy buena partida y un buen broche a un día extraordinario, sobre todo tras lo que hemos pasado. La derrota era inevitable jugando contra un rival que sabía muy bien lo que se hacía, pero si además de tener pocas opciones me encargo de tirarlas por la borda suicidando a mi teutón con spitfire, para qué quieres más. En cualquier caso eso es irrelevante en comparación con lo bien que me lo pude pasar.

Ojalá días así se repitan pronto, y estaremos ahí para narrarlos. Hasta entonces!

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