jueves, 28 de julio de 2022

Ulfrik Donarkhun vs Khornelissen: introducción

Saludos a todos, damas y caballeros.

Tras la heroica muerte de Sir Sedentor en duelo con Khornelissen, continuamos con esta campaña contra su siguiente rival, Ulfrik Donarkhun. Este enfrentamiento se resolvió en realidad hace más de un año, pero Sir Sedentor estaba el primero en la lista de rivales del Señor del Caos y por tanto hubo que esperar a resolver ese primer combate, por si acaso el bretoniano mataba a Khornelissen (cerca estuvo de hecho) y se acababa ahí la saga del tarado seguidor de Khorne.

Ulfrik Donarkhun es un Señor Enano, en este caso de Fer, colega del club Antebellum. Se trata también, como es requisito imprescindible para la participación en el duelo, de un personaje con una larga historia detrás. En este blog ha aparecido ya en alguna ocasión, como en esta grandiosa batalla, y ha participado en muchos otros combates. Para terminar de añadir épica al asunto, decidimos que este combate se produciría justo en el contexto de una de las batallas más importantes de la Historia de Warhammer. Hablamos, nada menos, que de la batalla por las Puertas de Kislev. De esta forma, muriera quien muriera lo haría en las mejores circunstancias posibles.

Os dejo pues con el relato introductorio. Espero que os guste.

INTRODUCCIÓN AL DUELO ENTRE ULFRIK DONARKHUN Y KHORNELISSEN

Durante la batalla por las puertas de Kislev, llegó un momento en que el ataque de Magnus el Piadoso se estancó. Tras arrasar a miles de hombres bestia, abominaciones mutantes y guerreros del Caos, el ejército imperial se encontró con una hueste caótica que, una vez superada la confusión del ataque inicial, se había reagrupado y había mandado a sus tropas más veteranas a detener la furiosa ofensiva de Magnus. Las tropas imperiales se vieron forzadas a una retirada ordenada para reagruparse y contraatacar con nuevas fuerzas. Sin embargo, sus esfuerzos fueron vanos, y pronto los humanos se vieron rodeados por una marea interminable de monstruosidades caóticas.

Las crónicas de la guerra hablan del heroísmo de Magnus y de la oportuna intervención del trío de hechiceros formado por Teclis, Finreir e Yrtle para contrarrestar la maligna hechicería caótica. Pero a veces olvidan un nombre que tuvo tanta trascendencia como el de los anteriores: el de Alriksson, Gran Rey de los enanos en aquel año. Sin su extraordinario sacrificio, es posible que la batalla por las puertas de Kislev se hubiera perdido y el Caos hubiera arrasado el mundo. Pero no fue así.

Pues los enanos, liderados por su Alto Rey, decidieron en ese momento llevar a cabo una gesta que incluso sus ancestros más gloriosos envidiarían: temiendo que el ejército de Magnus fuera rodeado y masacrado, los dawi hicieron una salida desesperada, abandonando su protección tras los muros de Kislev y lanzándose de frente a una muerte segura con tal de salvar la vida de sus aliados y de todas las razas del Viejo Mundo. Unidos en torno a una determinación feroz, las tropas enanas avanzaron bajo sus estandartes intentando abrirse paso para llegar al ejército de Magnus. No lo consiguieron, y más de la mitad de los enanos que siguieron a su Alto Rey encontraron la muerte en aquella carga contra toda esperanza, pero gracias a su sacrificio el ejército del Caos no pudo acabar con la hueste de Magnus.

Uno de los nobles enanos que participó en aquella heroica marcha hacia la muerte fue Ulfrik Donarkhun, de Karak Azul. Pese a la distancia que separaba su fortaleza de Kislev, Ulfrik no dudó en unirse al ejército del Alto Rey cuando se supo que marcharía desde Karaz-A-Karak a ayudar a los reinos humanos en la terrible guerra contra el Ungido. Para el año 2303, Ulfrik Donarkhun era ya un guerrero veterano, con varios siglos plateando su barba, y había participado en incontables batallas contra pielesverdes, skaven y no muertos. Su apoyo, en representación de Karak Azul, fue bien recibida por el Alto Rey Alriksson, quien le puso al mando de una hueste acorde a su posición y reputación.

En aquel día tan glorioso como aciago, Ulfrik tuvo que enfrentarse nada menos que a Martin Khornelissen, el salvaje paladín de Khorne que tantas muertes había causado y tantos cráneos había cosechado en nombre de su furioso dios. Tras matar a Sir Sedentor, Martin Khornelissen había pasado varios meses en el Bosque de Arden, incumpliendo la promesa que le hizo a Asavar Kul de unirse a su hueste y deleitándose en la masacre y la corrupción que anidaban en el interior del bosque en que había nacido, como un noble bretoniano, varios siglos atrás. No obstante, la caída de Praag provocó tal conmoción que, incluso oculto en el interior del bosque, el Caballero Caído la sintió, y supo que no podía posponer por más tiempo su incorporación a la matanza. 

De esta forma, en el punto álgido de la batalla por las Puertas de Kislev, el noble enano y el señor del Caos chocaron frente a frente. Aunque no se conocían, cuando se encontraron en el campo de batalla ambos supieron que el guerrero que tenían enfrente no solo era un oponente formidable, sino también uno cuya muerte tendría un efecto devastador en la moral del ejército enemigo.

Y así fue cómo, en el fragor de una de las batallas más sangrientas y decisivas de la Historia, ambos se lanzaron el uno contra el otro, en un duelo heroico que sería por siempre recordado.



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