Saludos a todos, damas y caballeros.
Hace unas semanas pude echar una nueva partida de Exploradores de las Profundidades Sombrías versión Froster Scrolls, continuando con la campaña del Refugio del Cuervo (la principal del reglamento de EDLPS vaya). Concretamente, la partida era la segunda de los tres escenarios que componen lo que en el reglamento original es el asalto a Tor Varden y en el Trasfondo del Troglablog está siendo el asalto al Refugio del Cuervo. Si bien la primera partida tiene lugar a las afueras de la fortaleza, en esta segunda ya se entra dentro del propio castillo.
Continuando con la lógica de la partida anterior y de la campaña en general, participé con el mismo ranger (Constantino Vinicius), sus mismos compañeros (espadachín, caballero, arquero y rastreador) y cambiando también los gnoll que forman parte del escenario en el reglamento original por esqueletos, aunque solo a efectos de miniaturas, ya que mantuve los perfiles de atributos de los gnolls. Algún día tengo que usar los atributos de gnolls para enfrentar a mis muchachos con unos goblins, que sí había en el Oblivion y que son maravillosos, cohone ya.
El caso: en el escenario se avanza a través de tres salas, que tienen cuatro configuraciones posibles, por la que una de ellas no aparecerá. El tamaño de las salas es de 45x45 y yo tenía unas losetas de un tamaño un poco inferior, 35x35, por lo que hice que debiera abrir las puertas al final del tercer turno en lugar del cuarto, como impone el reglamento. Si no se consigue pasar de sala en el tiempo determinado, se sufre una penalización consistente en un mayor número de monstruos o menores apoyos en las salas. En cierta forma, este escenario tiene un aire a mazmorreo que no deja de ser molón la verdad.
La primera sala que salió fue una sala de tortura, una buena anticipación de lo que me esperaba dentro. Tenía que hacer dos tiradas, una de sigilo y una de forzar cerraduras, y si fallaba al menos una de las dos sufriría una penalización consistente en no encontrar dentro ningún prisionero vivo que pudiera ayudarme... cosa que, efectivamente, sucedió.
Tras eso, comenzamos con la partida.
Turno 1
En el primer turno solo podía entrar con el ranger y con tres compañeros, con lo que dejé fuera al arquero y, con el primer movimiento, Constantino cargó contra el jefe esqueleto (lo llamaremos guardián), mientras que el espadachín y el caballero cargaron contra uno de los esqueletos.
La primera ronda de combate salió bien: Constantino dejó bastante malherido al guardián...
Y el caballero y el espadachín hicieron lo propio con el esqueleto, aunque el hecho de que no consiguieran matarlo les iba a dar problemas.
Efectivamente, en el turno de los esqueletos, el que quedaba suelto cargó contra Constantino y, aunque conseguí ganar el combate, después el guardián ganó a Constantino, causándole 4 puntos de daño. De igual forma, el otro esqueleto ganó al espadachín, dejándolo bastante malherido.
Finalmente, el rastreador disparó contra el esqueleto al que Constantino había derrotado, aunque no consiguió hacerle daño.
Turno 2
De nuevo el turno comenzó bien, ganando los combates en los que mis muchachos estaban envueltos: el caballero se cargó al esqueleto malherido y Constantino dejó al guardián esqueleto con un triste punto de vida. Podría haber usado una de sus habilidades para aumentar el daño y matarlo, pero decidí guardármela...
Aquello fue un error.
En la fase de los bichos, el guardián cargó de nuevo contra Constantino, y entre él y el otro esqueleto que estaba por ahí rondando lograron quitarle 6 puntos más de vida, y eso que tuve que usar la habilidad de parar con el escudo, lo que me permitió ganar el combate al esqueleto a cambio de no causar daño. En apenas dos turnos, mi héroe había perdido ya más de la mitad de vida y gastado una de sus habilidades.
La desdicha no terminó ahí, pues cuando traté de auxiliarle con el espadachín y el rastreador, ambos salieron mal parados, perdiendo el rastreador bastante vida en el proceso.
Turno 3
En apenas dos turnos la partida se había complicado más de lo que había hecho cualquiera de las tres anteriores, lo cual, en cierto modo, planteaba un desafío refrescante.
Y más desafiante iba a ser, ya que el guardián esqueleto, con su último aliento de no vida, se las apañó para matar a mi espadachín. Al menos el rastreador mató al otro esqueleto.
Después, en la fase de los monstruos, el intento del guardián esqueleto de matar a Constantino fue ya demasiado, y finalmente sucumbió.
Eso dejó un marcador de pista, que el caballero investigó, encontrando un diario macabro. Era seguro que entre sus páginas habría oscuras revelaciones, pero no era momento de detenerse en eso, pues el Refugio del Cuervo no estaba libre de enemigos.
Así, el arquero avanzó hasta abrir la puerta de la siguiente sala, que resultó ser la sala de almacenamiento... vamos, un trastero muy grande.
Turno 4
Todavía tenía a mis socios algo lejos de la puerta, así que dejé cubriéndola al único que podía llegar al otro lado, quien por suerte era el caballero.
Sabía que podía fiarme de él. Dos esqueletos le cargaron, destrozó con extrema violencia al primero y, aunque perdió contra el segundo, lo hizo sin sufrir daño.
Turno 5
Constantino entró en la habitación, ayudando al caballero y cargándose al otro esqueleto que le había trabado. El rastreador también entró y disparó contra el tercer esqueleto, pero perdió la enfrentada.
En la fase de los esqueletos, ese tercer esqueleto cargó contra el rastreador, ganando el combate pero sin causar daño. El cuarto cargó contra Constantino y salió rebotado, quedándose con tres puntos de vida.
Finalmente, mi arquero disparó contra ese esqueleto, pero no tuvo efecto.
Turno 6
La cosa iba bien: quedaban dos de los cuatro esqueletos, uno de ellos medio muerto, y no había sufrido daño adicional. Tenía ese turno para rematar a esos dos esqueletos y abrir la puerta de la tercera y última sala de forma que no sufriera la penalización de la sala, pero era algo que esperaba poder hacer...
Constantino efectivamente consiguió acabar con ese esqueleto que quedaba hecho polvo, pero cuando el caballero fue a por el último, se llevó un tremendo leñazo que le dejó tiritando con tres de vida.
Y, en el turno del esqueleto, lo remató.
La cuestión es que después el rastreador intentó cargarse a ese pedazo de animal, sacó un 1, el esqueleto un 20, y bueno...
Maravilloso todo. Resulta que ese esqueleto no era tal, sino el propio Mehrunes Dagon, Príncipe de la Destrucción. Es fascinante lo que puedes encontrarte en las mazmorras de Cyrodiil.
Turnos siguientes
Con solo dos tipos en mesa puedo avanzar la narración. Constantino se cargó a Mehrunes Dagon en forma de esqueleto...
Y, tras detenerse a coger un tesoro, mis dos supervivientes entraron en la última mazmorra: la sala de la hechicera, para la que utilicé a la conjuradora que había formado parte de la expedición en la primera partida. Efectivamente,
era una trampa desde el principio para atraer a los héroes al Refugio del Cuervo... una trampa que había funcionado.
Rápidamente, los dos esqueletos que guardaban a la bruja se lanzaron contra Constantino, quien se cargó a uno, aunque para ello tuvo que gastar su última habilidad, y dejó al otro con tres puntos de vida.
Decidiendo que lo que debía hacer era acabar con esa traicionera maga, Constantino ignoró al esqueleto y se lanzó contra ella, pero, tras apenas dos rondas de combate, acabó sucumbiendo él también.
Solo quedaba el arquero, quien todavía tenía capacidad para convertirse en un héroe inesperado. Para empezar, se cargó al esqueleto que quedaba...
Y se enfrascó en un duelo con la hechicera, a quien le puse un ataque de disparo en plan hechizo básico para que la cosa quedara narrativamente más redonda. Sin embargo, las reglas del escenario preveían que, pasado un número de turnos desde que los exploradores entraran en la sala, el chamán invocaría un golem de carne... en este caso decidí usar una muy chula miniatura de Reaper que tenía por casa para representar un atronach de escarcha, aunque con las mismas reglas. El atronach cargó contra el arquero, y aunque parecía que aquí terminaría su heroica resistencia, lo cierto es que consiguió imponerse, aunque quedó medio muerto.
Finalmente, la batalla terminó en un intercambio de proyectiles, normales y mágicos, entre el arquero y la hechicera, ganando la segunda y, por tanto, terminando la partida con derrota.
Después de las matanzas que se habían producido a mi favor en las tres partidas anteriores (en la primera menos), la verdad es que esta posibilidad de experimentar la derrota resulta refrescante. Además, mis muchachos sufrieron bastante, pues el explorador se ha quedado con una especie de síndrome de estrés postraumático, el arquero tiene una pierna hecha trizas y Constantino entrará en batalla en el siguiente escenario con -5 a la salud, aunque se desarrolló y gracias a eso obtiene +1 a la salud.
La campaña de Exploradores de las Profundidades Sombrías está pensada para ser jugada de forma lineal, por lo que, independientemente de que se gane o se pierda en un escenario, se pasa al siguiente. En este caso la verdad es que me cargué a todo el mundo menos a la hechicera, así que creo que lo que haré será, en el siguiente escenario, contar con esa misma hechicera, como si hubiera huido hacia los niveles superiores de la fortaleza y mis hombres hubieran esperado un rato en los niveles inferiores antes de seguir adelante. Un clásico en los juegos de los Elder Scrolls.
Confío en traer pronto el siguiente escenario, aunque para ello quiero pedirle una cosa a Fornidson y dependo de cuándo lo vea, pero confío en que eso sea pronto también. Ya hemos llegado al ecuador de esta campaña y, la verdad, tengo ganas de continuarla y ver su desenlace.
¡Hasta entonces!
Por lo que veo estamos todos muy por las aventuras. Reconozco que no le tengo echado el ojo a EDLPS pero estas campañas lineales siempre me han atraído.
ResponderEliminarHa habido ratos malos pero los héroes van a poder con todo. Ánimo para Constantino&cía y mucha suerte en la campaña. Seguiré pendiente de ella.
Un saludo
¡Muchas gracias! Sí, está siendo un año de vuelta a los clásicos. EDLPS no es un clásico como tal pero sigue esa estela, es un juego cuya principal virtud es que es simple cual asa de un cubo pero al mismo tiempo es muy potente en lo narrativo. No es un juego imprescindible pero tiene gracia.
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