viernes, 20 de mayo de 2022

El oro de los malditos (II)

Saludos a todos, damas y caballeros.

Continúo con el relato cuya primera parte publiqué el otro día, sobre las Minas del Rey Bahla Shul. Ya comenté en esa entrada que todo el tinglado está inspirado en Las Minas del Rey Salomón, una de esas pelis de aventuras tremendamente pulp y tremendamente ochenteras.

Imagen de HeeWann Kim

También he querido enlazarlo con la narrativa que ha inventado Fornidson respecto a la ciudad embrujada de Áncrama, el ejército de Slaanesh con el que está participando en la campaña en las Tierras del Sur. No tengo muy claro cómo hilar todo y por tanto no esperéis nada concluyente en este relato, pero dejaré la semilla para que los dados digan por dónde debe ir la historia.

Os dejo pues con la segunda parte del relato. Espero que os guste.

EL ORO DE LOS MALDITOS (II)

El Ocultista se concentró y arremolinó en torno a sí toda la magia de Shyish que fue capaz de reunir. No le sorprendió que resultara fácil, cosa que achacó a la matanza que se había producido anteriormente. Una vez concentrado su poder, su mente vagó en busca de la de su adversario, y no tardó en encontrarla: una lucecita diminuta, un cerebro minúsculo concentrado únicamente en devorar. Estaba cerca y se movía con rapidez, pero Husseyn, pese a no poder moverse, se mostraba tranquilo. Él no era la presa. 

Una luz amatista relampagueó, y por un segundo Husseyn se estremeció al ver el descomunal tamaño de la araña, y lo cerca que en realidad estaba. De haber tardado un instante más, estaría en una posición muy comprometida. Por suerte, no fue así, y el espantoso ser cayó fulminado.

Husseyn se calmó al ver que no había más arañas gigantes, pero no por ello dejó de darse cuenta de que, quisiera o no, estaba atrapado. La araña gigante había muerto, pero era posible que los millones de insectos más pequeños que pululaban por ahí encontraran en algún momento la forma de llegar hasta él, situación que tampoco era halagüeña. Y si no, acabaría muriendo de hambre, o masacrado por los orcos cuando vencieran su temor y siguieran sus pasos. Tenía que pensar rápido.

Vio entonces una luz que se acercaba por un pasillo lateral que no había percibido anteriormente. La luz fue creciendo en intensidad a medida que su portadora se acercaba, pero Husseyn no necesitó verla para saber que se trataba de Zamira. Su corazón estuvo a punto de dejar de latir cuando la vio finalmente frente a sí: normalmente no era una mujer muy recatada, pero su ropa estaba desgarrada por tantos sitios que prácticamente avanzaba desnuda, una visión que ni siquiera el estoico ocultista podía resistir. Zamira sonrió de forma provocativa al sentir la excitación del brujo, y entonces éste recordó, cuando vio los dientes de la nigromante, por qué estaban tan afilados. Zamira era una caníbal, y su ansia de carne y sangre humanas era insaciable.

Por un momento, Husseyn pensó que se había librado de ser devorado por la araña para ser devorado por su compañera.

A ver si alguien me puede decir cuál es ese libro. Imagen de dashinvaine

"Te veo en apuros", dijo Zamira, aparentemente divertida.

Husseyn señaló a la araña que acababa de matar con la mirada, aunque Zamira la había visto de sobra. Era difícil no verla.

"Ha intentado morder más de lo que podía tragar" dijo, esperando que la bruja caníbal captara la amenaza implícita. Si lo hizo, no dio muestras de ello.

"Pero agradecería una mano para salir de aquí", concluyó el ocultista.

Zamira asintió y quemó con hechicería las telarañas. Husseyn suspiró aliviado al verse libre de sus ataduras, y preguntó:

"¿Dónde has estado? Te perdí de vista en la batalla"

"Encontré estas cuevas, y las he estado recorriendo" respondió la hechicera mientras se ponía en marcha. El brujo la siguió.

"¿Has visto algo interesante?"

"¿Qué puedes contarme sobre Áncrama?"

A Husseyn le sorprendió ese cambio de tema, pero respondió igualmente.

"Adoran a los demonios, ya lo sabes. Al Príncipe Negro, al que conocen con el nombre de Sh´alaban. No tienen problema en invocar a esas criaturas, ni a usar bestias en sus ejércitos, o a esclavos drogados"

"¿Y de su rey?"

Imagen de Shadoca

"¿Bahla Shul? Hay muchas leyendas sobre él. No sé cuántas serán ciertas. Dicen que lleva viviendo doscientos cincuenta años, aunque puede ser que haya habido varios Bahla Shul en ese espacio de tiempo. No sería sorprendente. También dicen que es medio demonio. Seguramente fue él quien instauró el culto al Príncipe Negro en la ciudad, aunque no sé cómo entró en contacto con ese conocimiento infernal"

"¿Es un hechicero?"

"Probablemente. Quién sabe. ¿Por qué me haces estas preguntas?"

"He encontrado algo que creo que te fascinará"

Mientras mantenían la conversación, ambos avanzaban por un estrecho pasillo en la gruta, iluminados por la luz convocada por Zamira. Husseyn vio que ella no tenía miedo de avanzar iluminada, lo que seguramente se debía a que ya había recorrido el pasillo. Los cadáveres de varios insectos enormes chamuscados así lo indicaban. No obstante, había algo más. Había esqueletos humanos, muchos de ellos inertes, pero algunos reanimados, que se limitaban a "mirarles" con las vacías cuencas de sus ojos según avanzaban. Husseyn supuso que Zamira los había invocado para hacer frente a algún enemigo, pero resultaba llamativo tal sobreabundancia de cuerpos humanos en un lugar que no parecía haber tenido actividad nunca.

"¿Quiénes fueron?", preguntó Husseyn.

"Mineros". La respuesta de Zamira fue lacónica, pero el brujo captó un matiz de diversión en su tono de voz... algo que no le gustó en absoluto. Sabía cuáles eran las salvajadas que podían divertir a una mujer así.

"Nunca habría dicho que esto fue una mina. ¿Qué extraían?" preguntó, intentando sacar más información de la nigromante. 

La esclavista de Lashiek se detuvo ante lo que parecía haber sido, hace siglos, la arcada que resguardaba la entrada a un sanctasanctórum. Husseyn creyó percibir extraños relieves en la piedra, complejas runas que solo había visto una vez, y no sabía si con sus ojos o en sueños. Creyó que se trataba de un efecto de la trémula luz, o de su imaginación, pues no podía concebir que fueran reales.

Zamira sonrió.

"¿Alguna vez te has preguntado cuál es la fuente del poder de Bahla Shul?"

E hizo un gesto extendiendo el brazo, invitando al ocultista a entrar. Él lo hizo, atravesando el umbral...

Y, cuando vio a qué se refería la nigromante, rió. Rió a carcajadas. Rió hasta que casi no pudo respirar. Y fue la risa más desesperada y cínica que Zamira había escuchado jamás. 

Imagen de koilungfish

5 comentarios:

  1. ¡Oh sí, oh sí! Trasfondo adecuadamente indefinido pero que sirve para añadir misterio. ;)

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  2. Hola buenas, sigo desde hace tiempo este blog, y la verdad es que es flipante, soy un aficionado a fantasy y he seguido y sigo varios blogs muy buenos a lo largo de estos años, pero la primacía de lo narrativo de blog y el buen rolllismo que desprenden vuestras entradas me tienen ganado!!,
    Enhorabuena y espero que sigáis aquí mucho tiempo!!!

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    1. ¡Cohone, muchísimas gracias Lokhir! Nos alegran palabras tan amables y sobre todo que el blog te guste. Como decimos siempre que podemos, lo nuestro con el hobby va de contar historias, el blog es el repositorio de idas de olla particulares, y si a alguien más le sirven tanto más nos alegramos. Y el buen rollo también es importante efectivamente, los autores del blog somos colegas desde hace décadas, y eso se nota.

      Yo también espero verte por aquí mucho tiempo!! Muchas gracias!

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    2. ¡Muchas gracias Lokhir! Aunque es Soter quien carga prácticamente en exclusiva con el peso del blog y hace un trabajo magnífico, ¡los demás miembros también agradecemos tus palabras! ¡Saludos!

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