lunes, 16 de diciembre de 2019

Reunión en loz veztuarioz



-“A ver, muchachoz, empezemoz otra vez…”- El cuarto intento de pasar lista en los vestuarios de los goblins había comenzado lleno de esperanzas y potencial, pero los LunazTraidorzillaz, equipo novato de BloodBowl, simplemente no eran capaces de prestar atención a nada durante más de tres o cuatro segundos seguidos. –“Vamoz, hombre, poned de vueztra parte… ¡Hey, ezo no zon laz letrinaz, ez una takilla! No, no importa, puedez hazerlo ahí, pero guárdate primero ezoz jurliz que hay dentro, enjendro… En fin, a ver zi logramoz de una vez… ezto… eh… ¿Ké demonioz eztoy haziendo? ¿Kon kién eztoy hablando?”- Rikrit Baztardillo, entrenador de los LunazTraidorzillaz, comprendió con su maliciosa y retorcida mente que el cuarto intento iba a desmoronarse igual que los tres anteriores.


Una algarabía de conversaciones entre goblins, chillidos, risas nerviosas y otras cosas menos identificables llenaba el destartalado y poco iluminado ambiente de los vestuarios. Comprendió que iba a tener que poner LA VOZ. Rikrit Baztardillo no era un goblin nocturno especialmente grande, fuerte o poderoso físicamente. No era uno de esos kaudillos goblin que casi rivalizan en corpulencia con un chico orco… La reputación que tenía se la había ganado principalmente siendo un cabroncete. Su estatura era normal para un goblin nocturno (aunque su capucha caricaturescamente tiesa y puntiaguda prácticamente la doblaba, cosa que por otra parteno resultaba demasiado temible), pero sus ojos tenían siempre un brillo malicioso, y su sonrisa llena de dientecillos afilados daba a entender que era capaz de cualquier acto mezquino, vil, cruel, gratuito e inesperado en cualquier momento. Así que carraspeó y se preparó para poner su mejor voz de cabroncete mezquino, la que le había sido tan útil como instrumento de mando cuando lideraba pequeñas incursiones contra los campamentos enanos, allí en Karak-Ocho-Pikoz, destinadas a mangarles los víveres y las botas a los enanos y prenderles fuego a las barbas mientras dormían.

-“ME EZTÁIZ EMPEZANDO A EMPUTEZER, MUCHACHOZ”- La algarabía pareció descender levemente en intensidad durante unos segundos, momento que Rikrit aprovechó para comenzar con la lista desde el principio.

-“APUÑALADOR DRIZ.”

-“¡Prezente!”

-“BIEN. Y DEJA DE APUÑALAR A EZKURRIDIZO, KE JUEGA EN EL PRIMER TIEMPO.”

-“Lozientojefe.”

-“EZKURRIDIZO.”

-“Gh..ñaarlgf…”
-“BIEN. NO ZEAZ KEJIKA, CHAVAL. A VER… AH, ZÍ. PINCHITO.”

-“¡Zí!”- (El goblin saluda con un tridente de pastorear garrapatos, y su garrapato regordete aprovecha la distracción para abalanzarse sobre él y empezar a mordisquearle la cabeza sin mucho entusiasmo).

-“DRIZNIK EL PROYEKTIL.”

-“¡Lizto para volar, jefe!”

-“INZOLENTE JUMBLIK.”

-“¡Baztardo! ¡Ah, lo ziento, jefe! Ez la koztumbre.”

-“JURLI GOBLIN.”

-“¡Jurli!”-(Explosión de una bomba de mano en los alrededores. JurliGoblin lleva un saco lleno de ellas, robadas a los enanos  y, por algún motivo, ha encendido ya más de la mitad de las mechas).

-“ZKOOTER.”- (En respuesta se oye una risa maníaca, acompañada del sonido de una motosierra oscilando en el aire).

-“YA TE HE DICHO KE NO ME GUZTA QUE JUEGUEZ KON EZO AKÍ DENTRO, PODRÍAZ ZAKARLE UN OJO A ALGUIEN.”
(Zkooter guarda en su bolsillo el yoyó que estaba bailando con la mano en la que no lleva una motosierra).
-“BIEN. Y PROBABLEMENTE TAMPOKO DEBERÍAZ AIREAR AZÍ LA MOTOZIERRA, PERO BUENO, YA ZOMOZ TODOZ MAYORZITOZ. A VER… TROGLAGLOB.”

-“…y kuando loz garrapatoz eztán bien kozidoz… Ah, hola jefe. Prezente. Lozientojefe.”

-“LADRONZÍN RAZNIK.”

-“Eztoy akí, jefe.”
-“¿KÉ HAZEZ KON MI KARTERA?”

-“Oh, ezto… Kreo ke me he konfundido, jefe.”

-“TE HAZ KONFUNDIDO MOGOLLÓN, CHAVAL.”

-“Lozientojefe.”

-“TRAE AKÍ EZOZ JURLIZ. A VER… TRAMPOZILLO NOBZ.”

-“¡Zí, jefe!”- (Alza el puño en gesto triunfal)

-“¿EZ EZO UN GUANTE KON TACHUELAZ PINCHUDAZ?”

-“¡Zí, jefe!”- (Idéntico gesto)

-“BUEN TRABAJO. VEAMOZ... AHORA VIENE BRUB… ¡EZPERA UN MOMENTO! AKÍ FALTAN JURLIZ. MI BOLZA PEZABA MÁZ ANTEZ. EZTO… ¿RAZNIK?”

-“Lozientojefe.”- (Le entrega al entrenador un puñado de jurlis que se había guardado en los calzoncillos).

-“BIEN. GRAZIAZ. …jozdeputabaztardoz… BIEN, ZEGUIMOZ. BRUBLAT ZOMBREROLOKO.”
(Se hace un silencio incómodo. Los miembros del equipo miran a un rincón, donde está tirado en el suelo un gobo con expresión ausente y sonrisa estúpida, sobre un charco de algún líquido desagradable. Le sale un poco de espuma de la boca).

-“¿HA VUELTO A BEBERZE LA ZERVEZA DE HONGOZ ANTEZ DE TIEMPO?”

-“No lo zabemoz, jefe. O ezo… O no la ha bebido en todo el día. El efekto ez kazi el mizmo.”

-“¿ENTONZEZ EZE TÍO EZ UN INÚTIL TANTO ZI BEBE KOMO ZI NO?”- (RikritBaztardillo hace una breve pausa y mira con consternación al goblin tendido en el suelo, que ha sacado su lengüecilla por la desconcertante sonrisa entreabierta, y la está moviendo de un lado a otro a una velocidad sorprendente) –“¿TENÉIZ IDEA DE LO KE KUEZTA LA JODIDA ZERVEZA DE HONGOZ ZOMBREROLOKO?”

-“Ézta ez mangada, jefe.”

-“ZÍ, Y AZÍ VA A ZER ZIEMPRE, PORKE EZ MUY KARA.”

-“El truko ez darle de beber en el momento juzto, jefe… Y entonzez le damoz la bola kon kadena, Pinchito le azuza hazia el kampo kon el pincho para garrapatoz y noz alejamoz kagando lechez.”

-“AH… ¿Y FUNZIONA?”

-Ni idea, jefe. Nunka lo hemoz hecho, hoy ez nueztro primer partido.”

-“KLARO, KLARO… Ezto… BUEN TRABAJO. PUEZ HAZED KE VAYA EZPABILANDO. KE APUÑALADOR DRIZ LE AYUDE UN POKO A ZU MANERA, ZI HAZE FALTA. Y EN KUANTO ZEPA DÓNDE EZTÁ, LE LLENÁIZ UN PAR DE JARRAZ, KE JUGAMOZ EN DIEZ MINUTOZ.”

(Rikrit Baztardillo mira con extrañeza el siguiente nombre de la lista, y luego echa un vistazo a su alrededor como buscando algo que no encuentra) –“¿EL GOBO MIZTERIOZO? ¿KIÉN DEMONIOZ EZ EZE TÍO?”- (De pronto, una figura pequeña y encapuchada aparece de no se sabe dónde y cae en medio del vestuario dando una voltereta. Se tropieza y cae de cabeza contra el suelo, pero se levanta rápidamente y adopta una pose dramática, embozándose en una diminuta capa negra que, por su tamaño insuficiente, le tapa el rostro pero deja sus pantalones cortos y piernecillas verdes al aire. Se oyen exclamaciones y ovaciones de los goblins más impresionables, así como algún “¡Baztardo!” y el zumbido de fondo de la motosierra).

-“¿TÚ EREZ EL GOBO MIZTERIOZO? MUCHACHOZ ¿KIÉN DEMONIOZ LE HA INZKRITO?”

-“Zu nombre aparezió en la lizta mizteriozamente, jefe… Un día no eztaba, y al ziguiente…”

-“EZTUPENDO. OTRO KE ZE HA AUTOAPUNTADO ZIN PERMIZO. EN FIN… DE TODAZ FORMAZ NEZEZITAMOZ MÁZ MUCHACHOZ, AZÍ KE… BIENVENIDO, ZUPONGO. …enjendro.

Los dos nombres que faltaban por confirmar eran Beztiajuz y Gordi, los dos trolls de piedra del equipo. No era necesario nombrarlos (ni productivo, porque no escuchaban). Uno siempre sabía si estaban ahí. Además de que ninguno de los goblins les llegaba más arriba de la antrepierna (ni siquiera contando sus capuchas puntiagudas), estaba el tema del ruido: Gordi estaba masticando con fruición una taquilla, de forma bastante sonora. Bien es sabido que los trolls de piedra pueden comer cualquier cosa, incluso piedras, y las piedras rara vez tienen dentro sorpresas deliciosas como calcetines sucios, snotlings, puñales o trozos de piedra bruja, mientras que las taquillas de los vestuarios de BloodBowl, sí. Beztiajuz, por su parte, llevaba media hora aproximadamente contribuyendo, a su personal manera, al ruido de fondo general. Concretamente, golpeando brutalmente con su puño una y otra vez, de forma regular y repetitiva, la cabeza de Gordi. A Gordi no parecía importarle, no parecía notarlo siquiera. Al fin y al cabo, su cabeza era prácticamente una piedra.

Rikrit tachó los dos últimos nombres de la lista y reunió a su equipo en círculo (más o menos, guardando las distancias con la motosierra, los dos trolls hambrientos y el goblin con síndrome de abstinencia que empezaba a volver en sí).

-“AHORA VAMOZ A ZALIR AL KAMPO, BAZTARDOZ, AUNKE NO OZ GUZTE LA LUZ DEL ZOL, Y VAMOZ A PATEARLEZ EL KULILLO A EZOZ KARAZ DE RATA. VAMOZ A GANAR LA KOPA KARAK-OCHO-PIKOZ Y LUEGO VAMOZ A APUÑALARLEZ A TOPE”

-“Pero jefe… Nozotroz nunka hemoz jugado a ezto, y kazi no hemoz entrenado nada… Y kuatro jugadorez de nueztro ekipo han muerto en la última media hora…”

-TODO EZO EZ PARTE DEL EZPÍRITU DEL JUEGO, MUCHACHOZ. EL EZPÍRITU DEL JUEGO. NO OZ PREOKUPÉIZ, TENEMOZ AL PÚBLIKO DE NUEZTRO LADO, HAN VENIDO VEINTIZIETEMIL GOBLINZ DEZDE OCHO PIKOZ, PARA VER EL PARTIDO. EZOZ TÍOZ NOZ ADORAN.

-“Pero zi noz echaron a patadaz de kaza y noz obligaron a enrolarnoz en ezto del BloodBowl, jefe… Dezpuéz de ke la liáramoz kon akel azunto de…”

-¡OZ EZTÁIZ PREOKUPANDO DEMAZIADO, MUCHACHOZ! ÉZE NO EZ EL EZPÍRITU DEL JUEGO. ADEMÁZ, EZTO LO TENEMOZ PRÁKTIKAMENTE GANADO. VERÉIZ, VAMOZ A UZAR UN ARMA MUY ZEKRETA Y MUY KONFIDENZIAL…”- (se hace un silencio de expectación entre los goblins) -“¡HAREMOZ TRAMPA!”

Los vítores, gritos de júbilo, chillidos de entusiasmo y estallidos de bombas de mano resonaron en los vestuarios mientras los LunazTraidorzillaz, enardecidos por las palabras de su entrenador y siendo ahora conscientes de que para ganar sólo debían hacer aquello que mejor sabían hacer, echaban a correr por el pasillo que llevaba al campo de juego. Bueno, todos no, Ladronzín Raznik se cargó al hombro su “zako de mangar” y echó a andar con decisión en dirección opuesta, rumbo a los vestuarios skaven, que presumiblemente habrían sido ya abandonados por el equipo rival. Rikrit Baztardillo, por su parte, como buen entrenador, no pensaba pisar aquel endemoniado campo ni por todos los jurlis del mundo. La esperanza de vida media de un goblin en un campo de BloodBowl era de unos diez minutos, y esa panda de inútiles y tarados que componía su equipo iba a tener que arreglárselas sin ayuda a partir de ese momento. Salvo algún soborno al árbitro, quizá.
Los jugadores salieron a la luz y el aire fresco del campo. Iban a darlo todo. Iban a establecer nuevos récords en la cantidad de faltas efectuadas en un partido. No se sabían las reglas, llevaban una ofensiva cantidad de armas prohibidas por el reglamento y estaban saliendo a jugar con casi una hora de retraso, pero… Qué entusiasmo le ponían, daba gusto verlos.

“¡Allá vamoz! ¡Allá vamoz! ¡Allá vamoz!”

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