-“A ver, muchachoz, empezemoz otra vez…”- El cuarto intento de pasar lista en los vestuarios de los goblins había comenzado lleno de esperanzas y potencial, pero los LunazTraidorzillaz, equipo novato de BloodBowl, simplemente no eran capaces de prestar atención a nada durante más de tres o cuatro segundos seguidos. –“Vamoz, hombre, poned de vueztra parte… ¡Hey, ezo no zon laz letrinaz, ez una takilla! No, no importa, puedez hazerlo ahí, pero guárdate primero ezoz jurliz que hay dentro, enjendro… En fin, a ver zi logramoz de una vez… ezto… eh… ¿Ké demonioz eztoy haziendo? ¿Kon kién eztoy hablando?”- Rikrit Baztardillo, entrenador de los LunazTraidorzillaz, comprendió con su maliciosa y retorcida mente que el cuarto intento iba a desmoronarse igual que los tres anteriores.
Una algarabía de conversaciones entre goblins,
chillidos, risas nerviosas y otras cosas menos identificables llenaba el
destartalado y poco iluminado ambiente de los vestuarios. Comprendió que iba a
tener que poner LA VOZ. Rikrit Baztardillo no era un goblin nocturno
especialmente grande, fuerte o poderoso físicamente. No era uno de esos kaudillos
goblin que casi rivalizan en corpulencia con un chico orco… La reputación que
tenía se la había ganado principalmente siendo un cabroncete. Su estatura era
normal para un goblin nocturno (aunque su capucha caricaturescamente tiesa y
puntiaguda prácticamente la doblaba, cosa que por otra parteno resultaba
demasiado temible), pero sus ojos tenían siempre un brillo malicioso, y su
sonrisa llena de dientecillos afilados daba a entender que era capaz de
cualquier acto mezquino, vil, cruel, gratuito e inesperado en cualquier
momento. Así que carraspeó y se preparó para poner su mejor voz de cabroncete
mezquino, la que le había sido tan útil como instrumento de mando cuando
lideraba pequeñas incursiones contra los campamentos enanos, allí en
Karak-Ocho-Pikoz, destinadas a mangarles los víveres y las botas a los enanos y
prenderles fuego a las barbas mientras dormían.
-“ME EZTÁIZ EMPEZANDO A EMPUTEZER, MUCHACHOZ”- La algarabía
pareció descender levemente en intensidad durante unos segundos, momento que Rikrit
aprovechó para comenzar con la lista desde el principio.
-“APUÑALADOR DRIZ.”
-“¡Prezente!”
-“BIEN. Y DEJA DE APUÑALAR A EZKURRIDIZO, KE JUEGA EN EL
PRIMER TIEMPO.”
-“Lozientojefe.”
-“EZKURRIDIZO.”
-“Gh..ñaarlgf…”
-“BIEN. NO ZEAZ KEJIKA, CHAVAL. A VER… AH, ZÍ. PINCHITO.”
-“¡Zí!”- (El goblin saluda con un tridente de pastorear
garrapatos, y su garrapato regordete aprovecha la distracción para abalanzarse
sobre él y empezar a mordisquearle la cabeza sin mucho entusiasmo).
-“DRIZNIK EL PROYEKTIL.”
-“¡Lizto para volar, jefe!”
-“INZOLENTE JUMBLIK.”
-“¡Baztardo! ¡Ah, lo ziento, jefe! Ez la koztumbre.”
-“JURLI GOBLIN.”
-“¡Jurli!”-(Explosión de una bomba de mano en los
alrededores. JurliGoblin lleva un saco lleno de ellas, robadas a los enanos y, por algún motivo, ha encendido ya más de la
mitad de las mechas).
-“ZKOOTER.”- (En respuesta se oye una risa maníaca,
acompañada del sonido de una motosierra oscilando en el aire).
-“YA TE HE DICHO KE NO ME GUZTA QUE JUEGUEZ KON EZO AKÍ
DENTRO, PODRÍAZ ZAKARLE UN OJO A ALGUIEN.”
(Zkooter guarda en su bolsillo el yoyó que estaba bailando con la mano en la que no lleva una motosierra).
(Zkooter guarda en su bolsillo el yoyó que estaba bailando con la mano en la que no lleva una motosierra).
-“BIEN. Y PROBABLEMENTE TAMPOKO DEBERÍAZ AIREAR AZÍ LA
MOTOZIERRA, PERO BUENO, YA ZOMOZ TODOZ MAYORZITOZ. A VER… TROGLAGLOB.”
-“…y kuando loz garrapatoz eztán bien kozidoz… Ah, hola
jefe. Prezente. Lozientojefe.”
-“LADRONZÍN RAZNIK.”
-“Eztoy akí, jefe.”
-“¿KÉ HAZEZ KON MI KARTERA?”
-“Oh, ezto… Kreo ke me he konfundido, jefe.”
-“TE HAZ KONFUNDIDO MOGOLLÓN, CHAVAL.”
-“Lozientojefe.”
-“TRAE AKÍ EZOZ JURLIZ. A VER… TRAMPOZILLO NOBZ.”
-“¡Zí, jefe!”- (Alza el puño en gesto triunfal)
-“¿EZ EZO UN GUANTE KON TACHUELAZ PINCHUDAZ?”
-“¡Zí, jefe!”- (Idéntico gesto)
-“BUEN TRABAJO. VEAMOZ... AHORA VIENE BRUB… ¡EZPERA UN
MOMENTO! AKÍ FALTAN JURLIZ. MI BOLZA PEZABA MÁZ ANTEZ. EZTO… ¿RAZNIK?”
-“Lozientojefe.”- (Le entrega al entrenador un puñado de
jurlis que se había guardado en los calzoncillos).
-“BIEN. GRAZIAZ. …jozdeputabaztardoz… BIEN, ZEGUIMOZ.
BRUBLAT ZOMBREROLOKO.”
(Se hace un silencio incómodo. Los miembros del equipo miran
a un rincón, donde está tirado en el suelo un gobo con expresión ausente y
sonrisa estúpida, sobre un charco de algún líquido desagradable. Le sale un
poco de espuma de la boca).
-“¿HA VUELTO A BEBERZE LA ZERVEZA DE HONGOZ ANTEZ DE TIEMPO?”
-“No lo zabemoz, jefe. O ezo… O no la ha bebido en todo el
día. El efekto ez kazi el mizmo.”
-“¿ENTONZEZ EZE TÍO EZ UN INÚTIL TANTO ZI BEBE KOMO ZI NO?”-
(RikritBaztardillo hace una breve pausa y mira con consternación al goblin
tendido en el suelo, que ha sacado su lengüecilla por la desconcertante sonrisa
entreabierta, y la está moviendo de un lado a otro a una velocidad
sorprendente) –“¿TENÉIZ IDEA DE LO KE KUEZTA LA JODIDA ZERVEZA DE HONGOZ
ZOMBREROLOKO?”
-“Ézta ez mangada, jefe.”
-“ZÍ, Y AZÍ VA A ZER ZIEMPRE, PORKE EZ MUY KARA.”
-“El truko ez darle de beber en el momento juzto, jefe… Y
entonzez le damoz la bola kon kadena, Pinchito le azuza hazia el kampo kon el
pincho para garrapatoz y noz alejamoz kagando lechez.”
-“AH… ¿Y FUNZIONA?”
-Ni idea, jefe. Nunka lo hemoz hecho, hoy ez nueztro primer
partido.”
-“KLARO, KLARO… Ezto… BUEN TRABAJO. PUEZ HAZED KE VAYA
EZPABILANDO. KE APUÑALADOR DRIZ LE AYUDE UN POKO A ZU MANERA, ZI HAZE FALTA. Y
EN KUANTO ZEPA DÓNDE EZTÁ, LE LLENÁIZ UN PAR DE JARRAZ, KE JUGAMOZ EN DIEZ
MINUTOZ.”
(Rikrit Baztardillo mira con extrañeza el siguiente nombre
de la lista, y luego echa un vistazo a su alrededor como buscando algo que no
encuentra) –“¿EL GOBO MIZTERIOZO? ¿KIÉN DEMONIOZ EZ EZE TÍO?”- (De pronto, una
figura pequeña y encapuchada aparece de no se sabe dónde y cae en medio del
vestuario dando una voltereta. Se tropieza y cae de cabeza contra el suelo,
pero se levanta rápidamente y adopta una pose dramática, embozándose en una
diminuta capa negra que, por su tamaño insuficiente, le tapa el rostro pero
deja sus pantalones cortos y piernecillas verdes al aire. Se oyen exclamaciones
y ovaciones de los goblins más impresionables, así como algún “¡Baztardo!” y el
zumbido de fondo de la motosierra).
-“¿TÚ EREZ EL GOBO MIZTERIOZO? MUCHACHOZ ¿KIÉN DEMONIOZ LE
HA INZKRITO?”
-“Zu nombre aparezió en la lizta mizteriozamente, jefe… Un
día no eztaba, y al ziguiente…”
-“EZTUPENDO. OTRO KE ZE HA AUTOAPUNTADO ZIN PERMIZO. EN FIN…
DE TODAZ FORMAZ NEZEZITAMOZ MÁZ MUCHACHOZ, AZÍ KE… BIENVENIDO, ZUPONGO.
…enjendro.
Los dos nombres que faltaban por confirmar eran Beztiajuz y
Gordi, los dos trolls de piedra del equipo. No era necesario nombrarlos (ni productivo,
porque no escuchaban). Uno siempre sabía si estaban ahí. Además de que ninguno
de los goblins les llegaba más arriba de la antrepierna (ni siquiera contando
sus capuchas puntiagudas), estaba el tema del ruido: Gordi estaba masticando
con fruición una taquilla, de forma bastante sonora. Bien es sabido que los
trolls de piedra pueden comer cualquier cosa, incluso piedras, y las piedras
rara vez tienen dentro sorpresas deliciosas como calcetines sucios, snotlings,
puñales o trozos de piedra bruja, mientras que las taquillas de los vestuarios
de BloodBowl, sí. Beztiajuz, por su parte, llevaba media hora aproximadamente
contribuyendo, a su personal manera, al ruido de fondo general. Concretamente,
golpeando brutalmente con su puño una y otra vez, de forma regular y
repetitiva, la cabeza de Gordi. A Gordi no parecía importarle, no parecía
notarlo siquiera. Al fin y al cabo, su cabeza era prácticamente una piedra.
Rikrit tachó los dos últimos nombres de la lista y reunió a
su equipo en círculo (más o menos, guardando las distancias con la motosierra,
los dos trolls hambrientos y el goblin con síndrome de abstinencia que empezaba
a volver en sí).
-“AHORA VAMOZ A ZALIR AL KAMPO, BAZTARDOZ, AUNKE NO OZ GUZTE
LA LUZ DEL ZOL, Y VAMOZ A PATEARLEZ EL KULILLO A EZOZ KARAZ DE RATA. VAMOZ A
GANAR LA KOPA KARAK-OCHO-PIKOZ Y LUEGO VAMOZ A APUÑALARLEZ
A TOPE”
-“Pero jefe… Nozotroz nunka hemoz jugado a ezto, y kazi no
hemoz entrenado nada… Y kuatro jugadorez de nueztro ekipo han muerto en la
última media hora…”
-TODO EZO EZ PARTE DEL EZPÍRITU DEL JUEGO, MUCHACHOZ. EL
EZPÍRITU DEL JUEGO. NO OZ PREOKUPÉIZ, TENEMOZ AL PÚBLIKO DE NUEZTRO LADO, HAN
VENIDO VEINTIZIETEMIL GOBLINZ DEZDE OCHO PIKOZ, PARA VER EL PARTIDO. EZOZ TÍOZ
NOZ ADORAN.
-“Pero zi noz echaron a patadaz de kaza y noz obligaron a
enrolarnoz en ezto del BloodBowl, jefe… Dezpuéz de ke la liáramoz kon akel azunto
de…”
-¡OZ EZTÁIZ PREOKUPANDO DEMAZIADO, MUCHACHOZ! ÉZE NO EZ EL
EZPÍRITU DEL JUEGO. ADEMÁZ, EZTO LO TENEMOZ PRÁKTIKAMENTE GANADO. VERÉIZ, VAMOZ
A UZAR UN ARMA MUY ZEKRETA Y MUY KONFIDENZIAL…”- (se hace un silencio de
expectación entre los goblins) -“¡HAREMOZ TRAMPA!”
Los vítores, gritos de júbilo, chillidos de entusiasmo y
estallidos de bombas de mano resonaron en los vestuarios mientras los
LunazTraidorzillaz, enardecidos por las palabras de su entrenador y siendo ahora
conscientes de que para ganar sólo debían hacer aquello que mejor sabían hacer,
echaban a correr por el pasillo que llevaba al campo de juego. Bueno, todos no,
Ladronzín Raznik se cargó al hombro su “zako de mangar” y echó a andar con decisión
en dirección opuesta, rumbo a los vestuarios skaven, que presumiblemente
habrían sido ya abandonados por el equipo rival. Rikrit Baztardillo, por su
parte, como buen entrenador, no pensaba pisar aquel endemoniado campo ni por
todos los jurlis del mundo. La esperanza de vida media de un goblin en un campo
de BloodBowl era de unos diez minutos, y esa panda de inútiles y tarados que
componía su equipo iba a tener que arreglárselas sin ayuda a partir de ese
momento. Salvo algún soborno al árbitro, quizá.
Los jugadores salieron a la luz y el aire fresco del campo. Iban a darlo todo.
Iban a establecer nuevos récords en la cantidad de faltas efectuadas en un
partido. No se sabían las reglas, llevaban una ofensiva cantidad de armas
prohibidas por el reglamento y estaban saliendo a jugar con casi una hora de
retraso, pero… Qué entusiasmo le ponían, daba gusto verlos.
“¡Allá vamoz! ¡Allá vamoz! ¡Allá vamoz!”
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