Muy buenos días a todos en un día menos de un confinamiento cada vez más ligero (al menos en algunas partes de España, aquí en Madrid seguimos en la fase 0).
Hoy os
presentamos una nueva campaña de Fantasy que estamos jugando estos días Soter y yo. En
esta ocasión, unos justos, nobles y valerosos caballeros bretonianos (acordes
al espíritu que transmitían en quinta edición) se enfrentan a la malvada
invasión de una horda de pielesverdes torpes y ridículos (acordes al espíritu
de cualquier edición, creo).
La idea es retomar precisamente aquel espíritu de fantasía tan propio de cuento de hadas que tenía Bretonia antes de que su trasfondo se ensombreciera en sexta edición. Otro día es posible que dé mis opiniones sobre la evolución trasfóndica de este ejército, que creo que es un tema que da mucho juego, pero ése no es el objetivo de esta entrada, así que procedo a desarrollar la historia y las reglas de la campaña.
También decir que a día de hoy hemos jugado las dos primeras partidas (siendo una de ellas una
escaramuza), empleando como hemos hecho otras veces Vassal. En cuanto a las
reglas, queríamos haber probado las reglas de Warhabellum, del club Antebellum,
pero finalmente lo hemos reservado únicamente para la tercera y última partida
de la campaña. La explicación: para la escaramuza no había ninguna diferencia,
mientras que para la segunda partida no acababan de encajar por ser un escenario muy particular
del reglamento de sexta (La batalla de los siete caballeros) en el que el
sistema de asignación de objetos mágicos creímos que perjudicaba al ejército
compuesto solo por personajes.
En los
próximos días iremos actualizando el desarrollo de esta campaña. Esperamos que
os guste.
El caudillo orco Razgazh Rompedientez dirigió en el
año 1.446 del calendario imperial (o 468 del bretoniano) un gran ¡Waaagh! contra
las pacíficas y tranquilas tierras de Quenelles, en Bretonia. Los pielesverdes que infestaban el acertadamente llamado
Cerro del Orco habían ido aumentando en número en los años anteriores, y sólo
faltaba una figura con la autoridad y el liderazgo suficiente como para
coordinarlos a todos. Razgazh, como muchos pielesverdes que acaban
convirtiéndose en señores de la guerra, no solo era un orco fuerte y despiadado,
sino que además era bastante astuto (para los estándares orcos, se entiende),
capaz de idear rudimentarias estrategias, pero sobre todo, capaz de controlar a
sus subordinados, por lo menos temporalmente. Había conseguido mantener en
secreto su ejército, sin lanzar grandes incursiones que llamaran la atención de
los bretonianos mientras iba absorbiendo más y más tribus, con la idea de que
cuando lanzara su ataque pudiera derrotar sin grandes problemas a los ejércitos
que los barones y otros lores menores mandaran para detenerle.
Sus hordas incluían brutales orcos, taimados goblins,
erráticos snotlings y otras criaturas malignas (y estúpidas) como trolls. De
hecho, fue precisamente por culpa de un grupo de trolls que su ¡Waaagh! fue
descubierto antes de lo planeado. Éstos se encontraban remontando el río
Gilleau cuando coincidieron con una escolta bretoniana que acompañaba a la
doncella Alice du Canneberge, hija del barón de Canneberge, hasta el castillo
de Mûre donde vivía una prima a la que iba a visitar.
PRIMER
ESCENARIO. UNA DESAFORTUNADA COINCIDENCIA
Edmond le Boursier acababa de ser nombrado caballero
novel por el señor de Canneberge cuando recibió su primera misión: escoltar a su
hija Alice al castillo de Mûre para a ver a su prima Margaux. Todo apuntaba a
que iba a ser una misión sencilla y aburrida, sin grandes estímulos ni peligros
que le hicieran demostrar su valía y cumplir su sueño de ser nombrado caballero
del reino. Si al menos fuera él solo… Pero claro, el barón no iba a ser tan ingenuo
como para dejar su hija únicamente al cuidado de un joven como él, por muy
caballero que fuera. De modo que les acompañaban también un grupo de hombres de
armas.
A los dos días de partir, se encontraban cruzando un puente que permitía salvar
el río Gilleau cuando de entre la niebla aparecieron unas figuras grandes y de
apariencia peligrosa. Quizás esa misión de escolta no iba a ser tan aburrida
como Edmond pensaba…
Técnicamente los del escenario son trolls de río, pero esta imagen me mola demasiado |
Reglas del
escenario:
Se siguen
las reglas del escenario “Trolls bajo el puente” de Warhammer Escaramuzas.
Consecuencias
para la campaña:
- Victoria de los bretonianos. La escolta consiguió cruzar el puente y acabar con la amenaza de los trolls. Ese mismo día, mientras hacían noche en un castillo cercano, avisaron al señor de esas tierras de lo que habían visto, el cual decidió enviar una patrulla a investigar más a fondo. Además, con la sangre de los trolls muertos, Alice du Canneberge pudo aprovechar sus conocimientos mágicos para elaborar un bebedizo que entregó como obsequio al joven caballero novel. Para la próxima partida, si por lo menos uno de los trolls ha muerto, Alice elaborará una poción de fuerza que entregará a Edmond. Éste podrá beberla al inicio de cualquiera de sus turnos, ganando +3F hasta el final del mismo. Esto podrá hacerlo una única vez.
- Victoria de los pielesverdes. Los trolls consiguieron acabar con la escolta, y por tanto con los testigos de su presencia en tierras consideradas “seguras”. Y pese a que ya habían dado muestras de poca discreción en otros lugares de la zona, más criaturas malignas tuvieron tiempo de incorporarse al ejército de Razgazh antes de que lanzara su ataque. Los trolls que hayan sobrevivido a la escaramuza podrán incluirse gratuitamente en el ejército pielverde en la próxima partida.
SEGUNDO
ESCENARIO. LA PARTIDA DE EXPLORACIÓN
El señor de Tournevis era uno de los muchos lores
menores de Bretonia. Recientemente había recibido informes de las aldeas
cercanas en las que denunciaban desapariciones de ganado o incluso personas.
Estaba a punto de enviar un grupo de hombres de armas para que investigaran qué
estaba sucediendo cuando la joven Alice du Canneberge y su escolta llegaron e
hicieron noche en su castillo. Éstos le relataron el incidente que habían
tenido mientras cruzaban el río, con lo que el señor feudal pudo atar cabos.
Decidió entonces que la partida de exploradores no sería de hombres de armas sino
de caballeros, y que estaría liderada por su propio hijo Damien, a quien
recientemente había obsequiado con un espléndido (y nada barato) pegaso comprado en el ducado vecino de Parravon con
motivo de su nombramiento como caballero. Además, la primera parada sería en la
aldea de Poulailler, que estaba en la ruta que seguían Alice y Edmond, por lo
que éstos contarían con una escolta adicional.
Sin embargo, para aquel entonces Razgazh Rompedientez
había decidido lanzar su devastador ataque sobre el ducado de Quenelles. Zurgrof Huezo’ierro, uno de sus lugartenientes,
comandaba la vanguardia que en ese momento se lanzaba al asalto sobre el desprevenido
pueblo de Poulailler, a donde acababan de llegar los caballeros. Apelando a su
honor, éstos decidieron defender a los habitantes locales aun estando en una
desventaja numérica tan evidente. Afortunadamente para ellos contaron con la
casual presencia por la zona de Guillaume du Céleri, un caballero andante cuya
búsqueda del grial le había llevado a esa región. Entendiendo que era una clara
prueba a la que le sometía la Dama, Guillaume se unió a los jóvenes noveles,
que se encomendaron a su mayor experiencia y veteranía para que los liderara a
la victoria.
Reglas del
escenario:
Se siguen
las reglas del escenario Los siete
caballeros, del reglamento de sexta edición. El ejército pielverde será un
ejército normal mientras que el bretoniano será el que despliegue personajes.
Consecuencias
para la campaña:
- Victoria de los bretonianos. Contra todo pronóstico, los caballeros consiguieron detener a la vanguardia del ¡Waaagh! y salvar la aldea. Esto permitió ganar más tiempo y advertir a todos los castillos de los alrededores y al mismo duque de Quenelles sobre la invasión que estaba a punto de producirse. Y aunque el ejército ducal tardaría unos días en organizarse, los señores feudales de la zona sí podrían mandar a sus caballeros a frenar el ejército orco y darle menos oportunidades a Razgazh para saquear el ducado. Además, el heroísmo mostrado por el pequeño grupo de caballeros noveles se extendió por la región, y renombrados paladines y héroes acudieron para combatir junto a ellos. Para la próxima partida, el ejército bretoniano podrá incluir un personaje especial. Su coste en puntos deberá pagarse normalmente, pero no contará para el porcentaje máximo destinado a héroes.
- Victoria de los pielesverdes. Los ingenuos caballeros fueron barridos sin problemas y el poblado arrasado. Zurgrof Huezo’ierro consiguió saquear las tierras colindantes sin oposición, por lo que apenas hubo lores o castellanos que pudieran plantarle resistencia a la horda de Razgazh mientras llegaba el ejército del duque. Para reflejar las menores oportunidades que tuvieron los bretonianos de frenar a los orcos, la batalla final durará un turno menos de lo normal.
TERCER
ESCENARIO. LA BATALLA DEL LAGO ESMERALDA
El duque de Quenelles ya estaba avisado del ¡Waaagh!
que saqueaba sus tierras, y su ejército se estaba congregando para hacerle
frente. Sin embargo pasarían algunos días hasta que consiguiera llegar hasta donde
estaban Razgazh y sus hordas. Por ello, varios señores y caballeros se unieron
en una misión suicida, con el único objetivo de darle más tiempo al duque, y cabalgaron
hacia el encuentro con los orcos. Junto a un lago de aguas verdosas que
posteriormente daría nombre a la batalla hicieron frente a sus enemigos
tratando de debilitarlos y salvar las tierras vecinas. En el amanecer del día del enfrentamiento los
caballeros, sabiendo que aunque estaban viendo el sol salir probablemente no lo
verían ponerse, rezaron juntos y se encomendaron a la Dama. No albergaban
grandes esperanzas de salir con vida, pero confiaban en que su hazaña estuviera
a la altura de las de los héroes de las leyendas.
Reglas del
escenario:
Se siguen
las reglas del escenario Contener la
marea, de la Tormenta del Caos. El ejército orco asumirá el papel
normalmente reservado para el ejército del Caos.
Consecuencias
para la campaña:
- Victoria de los bretonianos. Como era previsible, el ejército bretoniano fue derrotado y sus caballeros muertos o dispersados. Sin embargo, el ¡Waaagh! orco fue considerablemente debilitado, lo que obligó a Razgazh a abandonar Quenelles y Bretonia a los pocos días cuando supo que el ejército del duque se acercaba. Las últimas noticias que se tuvieron de él fue que se adentró con sus tropas en el bosque encantado de Athel Loren, de donde no se supo que saliera. Por su parte, el duque de Quenelles honró a los caballeros que habían caído en la batalla del Lago Esmeralda, entre los que se encontraba el joven Edmond le Boursier, quien había encontrado allí un trágico final. Sin embargo, el duque también otorgó a título póstumo el grado de caballeros del reino a todos los noveles que habían participado, por lo que de una manera u otra, el joven Edmond acabó cumpliendo su sueño.
- Victoria de los pielesverdes. El ataque suicida bretoniano no sirvió para frenar a Razgazh y sus tropas, quienes pudieron saquear sin oposición el rico ducado de Quenelles. En cuanto el caudillo orco supo de la llegada inminente del ejército ducal se desplazó a las tierras vecinas de Parravon, y de ahí se las ingenió para cruzar las Montañas Grises y adentrarse en el Imperio, donde también saqueó a placer las tierras de Reikland, pasando a la historia como uno de las mayores calamidades para los reinos humanos.
Ummm una mini campaña con el aspecto y el trasfondo que debieron haber seguido teniendo siempre. Me gusta.
ResponderEliminar¡Hombre, por supuesto! ¡Y con Warhabellum!
Eliminar¡Correcto! Bretonianos clásicos de cuento de hadas para darle algo de optimismo al mundo de Warhammer. :)
EliminarMola mucho esta campaña, a ver si vemos avances! El escenario de los 7 caballeros siempre me pareció curioso, aunque nunca llegué a probarlo, a ver si los bretonianos lo consiguen!
ResponderEliminarGracias!! Joder si lo consiguieron, los orcos se llevaron una paliza fina, y mataron a un único caballero (el tonto del castillo, imagino). Creo que Fornidson tiene un relato al respecto, en breve lo subirá.
EliminarComo dice Soter, los bretonianos lo consiguieron con creces, en parte por contar con el favor de la Dama, que psicológicamente seguro que hizo algo, y en parte por sus cargas devastadoras (que era lo único que podían hacer para decantar la balanza de los combates, ya que filas o potencia de unidad no tienen). Es un escenario curioso y con posibilidad de personalizar y profundizar mucho en los héroes que participan. Y fectivamente habrá relato en breve. :)
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