domingo, 18 de julio de 2021

[Informe de Batalla] Muerte en el Bosque: la vidente

Saludos a todos.

Tal y como anunciamos hace ya tiempo, este año pretendíamos repetir el formato de campaña-escalada que estuvimos siguiendo durante 2020 con Sangre y Gloria, cambiando este año de ejércitos (o al menos parcialmente, ya que yo sigo con Caos pero en otra de sus muchas facetas) e incorporando algún amigo más. Todo ello quedó reflejado en esta entrada, donde describíamos los participantes y las listas que pensábamos pintar/usar en batalla. Aunque ha habido algunos cambios desde entonces (nuestro amigo que iba a llevar altos elfos finalmente se cayó del proyecto) y algún que otro retraso (debido principalmente a las restricciones o a no poder coincidir todos los participantes en el mismo momento), finalmente hemos podido echar la primera partida.


Como he dicho, inicialmente íbamos a ser cuatro jugadores, lo cual facilitaría bastante las partidas al poder hacer un 2 contra 2, pero siendo tres la cosa se suele complicar un poco. No tanto por reglas, que siguiendo guías como las de la Batalla de la Maisontaal se solucionan rápido, sino porque por experiencia, suele suceder que estas partidas acaben derivando en un 2 contra 1 y luego ya si acaso los dos que quedan se matan entre sí. Sin embargo creo que en esta ocasión todos nos dimos de palos entre todos en algún momento de la batalla, y no me pareció en absoluto una partida en la que alguno de los jugadores sintiera que los otros dos se habían aliado contra él. Además, al ser una partida pequeña (500 puntos por bando), lo normal sería que no diera tampoco mucho juego, pero nada más lejos de la realidad. Fue una partida bastante intensa y emocionante.

En cuanto al escenario, la verdad es que no lo habíamos pensado mucho de antemano, así que decidimos recurrir a alguno que fuera sencillo y que no generara posibles interpretaciones sobre quién debía ser considerado el ganador. La solución: el escenario Ocupar y mantener del reglamento de sexta. ¿Y qué podía ser tan importante como para que los tres ejércitos se pelearan entre sí? Inicialmente colocamos como marcador una prisionera encadenada a una roca que tenía ya que era un marcador relativamente pequeño y llamativo, pero después para darle ambientación decidimos que la chica no estaba encadenada sino que se trataba de un oráculo o adivina elfa silvana. Así mis hombres bestia tendrían justificación para querer capturarla/matarla (vamos, se tratara de una vidente o de una arpista, eso les da igual), los elfos oscuros de Soter querrían interrogarla para saber la localización de la runa que andan buscando, y los silvanos de Sede lógicamente querrían evitar cualquiera de las dos posibilidades anteriores.

Gorwen pasó por encima de la enorme raíz de sauce que tenía enfrente con un movimiento grácil. Los soldados que la seguían, en cambio, tuvieron que pararse y hacerlo más lentamente, ya que cargaban con ellos las piezas de un par de lanzavirotes desmontados. Y aunque eran ligeros y de fácil montaje, no dejaban de ser un estorbo.

El grupo que la hechicera dirigía se encaminaba en esos momentos hacia el Claro de las Estrellas. Según había sabido su hermano gracias a sus redes de información mientras preparaba la expedición a Athel Loren, en ese pequeño calvero habitaba un oráculo de los asrai que podría tener información sobre el paradero de la Runa de Anath Raema que habían venido a buscar. De modo que mientras él terminaba de establecer un campamento en los bordes de Modryn, la misión de ella sería capturar a la vidente.

Observando a sus hombres sortear la raíz, Gorwen se preguntaba por qué su hermano había insistido en que se llevara los lanzavirotes con ella. Le había asegurado que podría necesitarlos en caso de que la vidente se refugiara en lo alto de algún árbol milenario, ya que con ellos y unas cuerdas atadas a los proyectiles podría intentar derribarlo en caso de que fuera necesario. Sin embargo estaba segura de que la imposición era debida a otros motivos. La hechicera, gracias a una combinación de sus artes mágicas y sus artes femeninas, había conseguido atraer hacia ella a varios miembros de la tripulación. Desde luego que eso no era algo que hubiera pasado inadvertido a su hermano, por lo que la imposición de los lanzavirotes era bastante probable que se tratara de un mensaje a sus hombres, demostrando quién estaba al mando de la expedición. Bien, ella acataría las órdenes de momento, pero bien sabía Khaine que muchas cosas podían ocurrir durante el transcurso de esa misión, y que en algunos lugares de Athel Loren la vegetación era tan tupida que apenas llegaba la luz del sol al suelo, haciendo imposible ver con claridad, lo que los convertía en lugares propicios para que ocurrieran… “accidentes”.


Un tablero bastante chulo

Las listas con las que nos presentamos fueron las siguientes:

Lista de elfos oscuros:
  • Gorwen, la Dama del Terror: hechicera elfa oscura de nivel 1 con el Libro de Furion
  • Milicia ciudadana de Karond Kar: 20 guerreros elfos oscuros con lanza, escudo y grupo de mando completo
  • Los Colmillos de la serpiente: 2 lanzavirotes de repetición

Por parte de los silvanos, la lista era la siguiente:
  • Arcadia, la Vigía forestal: espectro del bosque hechicera de nivel 1 con Molestos geniecillos
  • Los Sauces Grises: 9 dríades con ninfa de los bosques
  • Los Centinelas: 10 guardias del bosque
  • Los Vigilantes: 5 jinetes del bosque

Y por último, ésta era mi lista de hombres bestia:
  • Rakranos Rugido Sangriento: beligor con arma a dos manos, armadura del Caos y Cuerno de la Gran Cacería
  • Los Asoladores de Ghur: rebaño de 12 gors con escudo, 8 ungors con lanza y escudo y grupo de mando completo
  • Los Emboscadores: rebaño de 12 gors con arma de mano adicional, 8 ungors con lanza y escudo y grupo de mando completo
  • Embestidor: carro de tuskgors

El campo de batalla nos quedó en mi opinión bastante bonito, con unos cuantos bosques que representaban muy bien que nos encontrábamos, si no dentro de Athel Loren, al menos sí en su linde. Y teniendo en cuenta que ni Sede ni yo íbamos a tener problemas a la hora de mover entre tanto árbol pero Soter sí, dejamos que él desplegara en el centro de un borde largo mientras que nosotros lo hacíamos en las esquinas del borde opuesto. De esta manera, aunque nosotros tendríamos que recorrer algo más de distancia para llegar al objetivo central, no nos iba a afectar la escenografía como sí les iba a pasar a los druchii.

Me tocó a mí comenzar el primer turno, y dado que no tenía más que un carro y un rebaño donde iba mi general (el otro rebaño lo había dejado en emboscada), me dediqué a avanzar todo lo que pude buscando algo de cobertura de los lanzavirotes. Turno rápido.


Los silvanos por su parte, avanzaron también hacia el objetivo y dispararon alguna flecha mientras lo hacían, aprovechando que no sufrían penalizadores por mover y disparar, pero sin ningún efecto. Quien sí hizo algo fue el espectro del bosque, que lanzó el hechizo Cántico de los árboles para mover un bosque y tapar algo la línea de visión de un lanzavirotes elfo oscuro.

Los guardianes de Athel Loren surgen de la arboleda

En su turno, los druchii avanzaron con su bloque de lanceros haciendo algunas maniobras entre los bosques, mientras que los lanzavirotes disparaban también con poco efecto.


En el turno 2, mi general hizo sonar su cuerno dando comienzo a la emboscada, la cual salió a la perfección, sin necesidad siquiera de hacer uso del objeto mágico que llevaba. Así, los silvanos de Sede se encontraron con que de repente tenían un rebaño de cabras justo detrás de ellos. El resto de mi ejército continuó avanzando hacia los asrai pero todavía lejos de poder cargar.

"Surprise, Motherfucker!"

En su turno, éstos reaccionaron a mi emboscada colocando la unidad de dríades para proteger su retaguardia. Era con diferencia la unidad más dura de todo el tablero, y podían hacer trizas a mis cabras sin apenas despeinarse, mientras que mis gors tendrían antes que sobreponerse al miedo que éstas producen. Pero por suerte tuve algo de ayuda involuntaria...

Y es que en el turno de los elfos oscuros, Gorwen decidió prestar algo de atención con sus hechizos a los guardias del bosque. Lanzó en primer lugar un Viento gélido para intentar que no dispararan en su siguiente turno, que Sede frenó pero a costa de gastar todos sus dados de dispersión. A continuación Soter hizo que su hechicera les lanzara un Rayo de Karaidon, ante el que los silvanos estaban ya vendidos (y que yo lógicamente no iba a dispersar). El hechizo mató a varios arqueros y les obligó a hacer un chequeo de pánico, que fallaron. Pero lo mejor es que en su huida atravesaron a la unidad de dríades y se colocaron entre ellas y mi rebaño que había emboscado.

Comencé mi turno sin terminar de creer la suerte que había tenido, y es que declaré carga a los guardias del bosque que huían, que no tuvieron más opción que seguir huyendo ante mi carga. Eso hizo que mi unidad se trabara con las dríades que estaban detrás, y aunque en el momento todos asumimos que esa carga indirecta les permitía trabarse sin necesidad de efectuar chequeo de miedo, ahora mismo no lo tengo tan claro, al menos releyendo el manual de sexta que son las reglas con las que jugamos. Pero en cualquier caso, bien o mal así es como lo hicimos. El resto de mis cabras continuó avanzando hacia los elfos silvanos, ignorando completamente a los oscuros, excepto mi carro que bordeó un bosque encarándose hacia el objetivo central.


En la fase de combate posterior mis gors, gracias a tener dos armas de mano compensaron el hecho de que herían a 5+, y consiguieron abatir a varias dríades. Éstas respondieron como era de esperar, matando unas cuantas cabras, pero finalmente, y gracias entre otras cosas al bonificador por filas del que disponen los rebaños, conseguí ganar el combate y hacerlas huir. Mi bestias persiguieron pero no llegaron a alcanzarlas.

En el turno suyo, las dríades se reagruparon y se encararon hacia la unidad que las había hecho huir, aunque ahora también se encontraban a distancia de carga de mi otro rebaño que por fin había llegado, y en el que iba mi general. Los guardias del bosque se reagruparon y los jinetes avanzaron hacia el centro donde asaetearon sin compasión a Gorwen, haciéndole pagar por los males que les había causado. El espectro del bosque quiso lanzar el Cántico de los árboles para dañar a alguna cabra mía que se encontrara en el interior de un bosque, pero me había cuidado mucho con mis movimientos de evitar esa posibilidad, por lo que no pudo hacer nada.

Los elfos oscuros continuaron su marcha hacia el objetivo central, llegando con los lanceros y negándoselo a los jinetes del bosque por tener mayor potencia de unidad. Además, uno de los lanzavirotes consiguió descabalgar a un jinete.


En mi turno 4 declaré una carga conjunta de los dos rebaños a la unidad de dríades, y con gran sorpresa para mí, ambas superaron sus chequeos de miedo. El carro continuó dirigiéndose hacia el objetivo central, que estaba controlado por los lanceros elfos oscuros.

En el combate, los generales de los hombres bestia y de los elfos silvanos se enfrentaron en desafío, pero ninguno hizo nada al otro (en parte debido a los Molestos geniecillos, que evitaron que mi beligor talara en dos al espectro del bosque). Quienes sí hicieron algo fueron mis gors (y puede que algún ungor que atacara con lanza), que aunque sufrieron bajas a manos de las dríades, consiguieron ganarles el combate claramente, hacerlas huir y pillarlas en la persecución.

Un duelo empatado (los sacamos de la unidad para la foto)

En el turno de los asrai no recuerdo que hicieran gran cosa más allá de maniobrar con los jinetes para evitar que los lanceros druchii les cargaran y que los guardias del bosque movieran también hacia el objetivo (igual dispararon alguna flecha con la que mataron a algún ungor, pero ¿quién se preocupa por los ungors?).

Los elfos oscuros, afianzó el control que tenía sobre objetivo central; ahora solo tenía que esperar que terminara su turno y que las reglas de duración variable de la partida determinaran que ésta se acababa y que ellos se llevaban la victoria (algo muy propio de los druchii).

Sin embargo, la suerte no les acompañó y el dado determinó que la sangre debía seguir manchando el suelo de Athel Loren. Comprometido con ello, y también con la misión de evitar que los elfos oscuros se llevaran la victoria, al menos tan gratuitamente, mi carro de tuskgors declaró una carga contra los lanceros, pero no llegó por cosa de un centímetro o así. Mis rebaños aprovecharon su movilidad como hostigadores para dar media vuelta y avanzar a toda velocidad hacia el centro.

Los jinetes del bosque de los elfos silvanos, que tenían en esos momentos justo enfrente al carro que no había conseguido llegar hasta los lanceros druchii, no se vieron en otra igual para declararle una carga por el flanco. Sin embargo, en la fase de combate posterior, aunque le colaron alguna herida, también ellos sufrieron dos bajas, y el bestigor que había en el carro no encontró motivos para huir, de modo que se quedó combatiendo con ellos un turno más. Los guardias del bosque no recuerdo muy bien qué hicieron ese turno, pero de nuevo fue de poca relevancia (quizás algún ungor más cayó por sus flechas, ¿pero qué más da?).

En su turno, los lanceros elfos oscuros cargaron a uno de mis rebaños, por una parte para intentar hacerlo huir mientras ellos seguían ocupando el objetivo, y por otra parte para evitar ser cargados en el turno siguiente por dos unidades si la partida continuaba. Sin embargo, el combate se resolvió a favor de mis cabras, que hicieron huir a los druchii y ocuparon ya sin oposición el objetivo.


Finalmente los dioses de los dados decidieron que la partida había acabado. Mis hombres bestia eran los que más cerca se encontraban del objetivo y con más unidades, de modo que fueron ellos quienes se hicieron con el control de la vidente.

Y con esto termina la primera partida de Muerte en el Bosque. Al igual que con Sangre y Gloria no hemos determinado ninguna repercusión que puedan tener las partidas en la campaña en general, ya que son simplemente la excusa para ver progresar nuestros ejércitos y construir de manera paralela una historia.

Esperamos que os haya gustado. A ver si dentro de poco podemos jugar la correspondiente al segundo trimestre, aunque he de reconocer que me quedan todavía miniaturas por pintar (a Soter le quedaba un carro pero creo que le ha puesto remedio justamente hoy). En cualquier caso, cuando la juguemos, con todo pintado, la subiremos también. Y 1000 puntos por bando dan ya para alguna chuchería interesante (y en mi caso, para más emboscadas).


Gorwen coordinó la retirada de los elfos oscuros mientras las criaturas del Caos los perseguían. Realmente, si por ella hubiera sido, los habría dejado atrás hacía ya mucho tiempo y que cada uno se apañara por su cuenta. Pero tampoco podía darle a su hermano la satisfacción de verla volver al campamento con todos los miembros de su expedición muertos, dando pie a que comentara que no era capaz de liderar siquiera a un grupo pequeño de guerreros. Solo por eso seguía allí, y los imbéciles a los que ahora estaba salvando bien podían darle las gracias.

Un movimiento repentino en los árboles a su derecha llamó su atención, y un instante después un hombre bestia surgió de entre la maleza armado con dos mazas. El asalto pilló desprevenido a Valuketh, el sargento de la milicia de Karond Kar, que fue tirado al suelo por la embestida. El gor empezó entonces a golpear al indefenso druchii con sus mazas, sin darle respiro, hasta que unos rayos de energía oscura lo golpearon y lo hicieron caer también a él al suelo. Valuketh estaba demasiado dolorido como para incorporarse y acabar con su adversario, de modo que tuvo que ser la propia Gorwen quien lo rematara, esta vez cortándole el cuello con su daga.

“Levanta, Valuketh” dijo con desprecio. “Termina de reagrupar a los supervivientes y vámonos ya. Tenemos que volver al campamento y movilizar a más hombres. Vamos a rescatar a esa vidente cueste lo que cueste”.

1 comentario:

  1. La verdad es que quedó de lujo. Hay que ver el juego que dan solo 500 puntos. Y el tablero cojonudo, auténtico Athel Loren!!

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