viernes, 22 de mayo de 2020

Angron tenía razón


Saludos a todos, damas y caballeros.

Lo cierto es que, salvo en momentos concretos, Warhammer 40k nunca me ha llamado demasiado la atención. Hay dos razones para esto: en primer lugar, que me gusta el rollo fantasía medieval más que el futurista (o fantasía ambientada en el futuro como es 40k). Y, en segundo lugar, el que un juego me guste o no va a depender de su Trasfondo antes que de sus reglas o su estética, y el de 40k siempre me ha parecido menos interesante que el de Fantasy. Sobre todo en los últimos años, en que lo han ido volviendo cada vez más "imperiocéntrico" e infantil. Sí, también estaba pasando en Fantasy, pero supongo que murió a tiempo de no verse convertida en el villano... Una suerte que 40k no ha tenido.

Como siempre, todo es mejor con Gallagher
Uno de los grandes sucesos trasfóndicos de 40k, la piedra fundacional casi desde que se ha convertido en Imperio vs Caos y comparsas por ahí dando vueltas, es la Herejía de Horus. Es un relato ancestral que existe si no me falla la memoria desde los Realms of Chaos, antes incluso de que existieran los primarcas (y Horus era simplemente un general), y que se ha ido convirtiendo en lo que todos sabéis.No creo que haya muchos casos en la Historia en que un relatillo de unas páginas se convierte en una saga de decenas de novelas, algunas de ellas bastante buenas, otras de chiste, como cuando a Dan Abnett le dijeron que escribiera un libro sobre la Legión Alfa y acabó escribiendo un libro sobre la Guardia Imperial... Porque es un hombre que tiene claro cuáles son sus fetiches.



El otro día los del Troglablog estábamos teniendo una conversación friki clásica sobre el tema, y yo sostenía que el efecto inevitable de semejante estiramiento de chicle ha sido, entre otras cosas, incurrir en contradicciones constantes (Alpharius debe haber muerto como cinco veces ya), pero también exagerar los rasgos de cada Legión hasta el punto de la caricatura. No es un mal exclusivo de la Herejía: el problema de 40k era que antes muchas cosas simplemente se intuían, pero a medida que quieres escribir más sin alterar el statu quo, te ves obligado a hacer las cosas cada vez más evidentes, de forma que lo que antes era un entorno siniestro ahora es un GRIMDARK barato. Pero en la Herejía el efecto es seguramente más sangrante, aunque solo sea por la sobreexposición. Así, la Legión Alfa siempre ha sido una legión secretista y misteriosa, pero tras veinte novelas y relatos cortos sobre lo secretistas y misteriosos que son, al final han acabado convertidos en un meme.


Malvador, que de vez en cuando atraviesa periodos en que se convierte en un monomaníaco del 40k, comentaba que el caso de los Lobos Espaciales le resultaba especialmente sangrante. Él siempre ha sido muy fan de esos cafres medio lobos y cree que lo que antes eran unos vikingos rebeldes y pendencieros ahora se han convertido básicamente en la Stasi. Personalmente siempre he considerado que los lobos son un poco hipócritas, que podían ir muy de guays pero no dejaron de ser los perros que el Emperador arrojó sobre Magnus. En ese sentido, me alegro de que esa exageración del carácter de las legiones que ha venido con la saga de la Herejía de Horus haya hecho más evidente una contradicción que antes era más sutil. Ahora los lobos son los malajes totalitarios que siempre han sido, y si Malvador discrepa que venga y escriba un artículo, que lleva meses sin pasarse por aquí.

El caso de los Lobos Espaciales viene bien recogido en un enfrentamiento que hasta donde sé es una novedad que se han sacado de la manga los autores de la Herejía, que es la Noche del Lobo. Y concretamente en este fragmento:


Bien, lo cierto es que esto plantea varias cuestiones, una de las cuáles es preguntarse qué coño hace Kharn escribiendo un tratado. O escribiendo, en general. Pero, cuando os dejen de sangrar los ojos por culpa del Spanglish, me gustaría llamar vuestra atención sobre lo que se dice, ya no sobre los Wolves Lobos Espaciales, sino sobre los World Eaters Devoradores de Mundos.

Y aquí llegamos por fin a la verdadera razón del artículo y de su título, y es cómo, en mi opinión, a los Devoradores de Mundos les ha sentado particularmente bien todo este fregao narrativo. Hasta que empezaron con estas novelas, los Devoradores de Mundos eran en esencia una panda de salvajes torturados por la cirugía salvaje que le hicieron a Angron y que se pasaron al Caos porque qué iban a hacer. Ahora siguen siendo unos salvajes, claro, pero con un propósito.

Hay una filosofía detrás de empedrar el suelo con cráneos
En medio de su demencia constante, Angron es de los pocos, o el único, que tiene la suficiente claridad mental como para entender que ni ellos ni el resto de legiones está liberando un carajo, sino que están esclavizando a la Humanidad. Que el Emperador no es un libertador, sino un tirano, seguramente el peor de todos. Y es el único con suficiente sentido del humor como para reírse de la ironía, aunque sea la clásica risa que tendría un asesino caníbal empapado en crack. Angron no se posiciona con Horus, sino contra el Emperador porque es un dictador, y le importa un carajo que Horus triunfe o no, solamente quiere sumergirse en una orgía de violencia nihilista que es su forma particular de desafiar a la tiranía. Como Gandhi, pero al revés.

Evidentemente, esto es Warhammer 40k, y Angron no acaba sus días como un libertador ni como un mártir frente al totalitarismo, sino como un puto demonio psicópata esclavizado ante otro tirano, en este caso un dios nada menos. Mas no por ello debemos olvidar un discurso que es paradójicamente lo más lúcido que se ha mencionado en Warhammer 40k (punto extra porque encima se lo dice al hipócrita de Russ)

"¡Qué mentiras más bonitas! Luchamos por las mismas razones por las que el hombre siempre ha luchado; por tierras, recursos, riqueza y por cuerpos que pudieran alimentar los engranajes de la industria. Peleamos para silenciar a todo aquel que se atreve a respirar y a murmurar una opinión distinta a la nuestra. Combatimos porque el Emperador quiere tener todos los mundos en sus manos. Lo único que él conoce es la esclavitud pintada con una inocente capa de sumisión. El concepto mismo de libertad le horroriza."

Así que ya sabéis, Angron tenía razón.

PD: en realidad todo esto viene a que me he comprado unas cajas de berserkers, aprovechando que siguen siendo los mismos modelos que en Tercera Edición, y así justifico el empezar un ejército nuevo. A este ritmo o hago cuarentena hasta 2021 o no los pinto ni de casualidad.


8 comentarios:

  1. Me alegra ver que también has recaído en 40K, hay por hay una historia que cuenta que los T'au entraron en frenesí y se pegaron a culatazos con los berserker, un día hay que probarlo XD.

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    1. Jajajajajaja... Bueno, siempre he sido un politoxicómano de esto, aunque 40k es el juego que menos me llama. Pero quería hacerme con berserkers antes de que los renovaran y aunque no se prevé renovación todavía, tal y como andan las tiendas he adelantado la compra.

      Y en cuanto a esa historia que dices, yo encantado!! Les demostraremos a los Tau que lo único importante es que mane la sangre...

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  2. Y encima te reenganchas adorando al único dios del caos digno jajajaja

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    1. Hombre por supuesto. Los demás dioses del Caos son unas nenazas, que si el conocimiento, que si la enfermedad, que si el hedonismo... Pamplinas. Hacha sierra y tira pa alante.

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    2. Y me decía Emilio mirando el libro de 2ª del Caos "oye, esta gente no tiene en el equipo espadas de energía"
      ¿Para que quieres espadas de energía? Eso no hace saltar la sangre hostias. Un buen hacha sierra es la respuesta

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    3. Exacto. Las espadas de energía están bien para los pervertidos de Slaanesh o los pretenciosos de los Mil Hijos que pretende llevar él. Pero un guerrero de verdad va con un hacha sierra, como Khorne manda. Que hay mucha chusma suelta por la galaxia.

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  3. Y si, la ilustración de Gallagher es muy buena, pero la icónica de los devoradores de mundos, es la segunda que has puesto que es de Mark Gibbons jejejeje

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    1. Jajajaajajajajaja... Bueno, ya sabes que en mi corazón el número uno es Gallagher. Pero sí, Gibbons está el dos.

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