lunes, 27 de junio de 2022

Mi problema con los despojos (de Mordheim)

Saludos a todos, damas y caballeros.

Hace mucho tiempo, cuando estábamos pergeñando el diseño del blog, tuve una idea terrorífica. Es posible que no llegara a comentarla nunca con los colegas y que ésta sea su primera noticia al respecto, y supongo que no debería romper su inocencia, pero me da igual. La idea era que, aun manteniendo la temática del blog, se llamara "Into the Darkest Dungeon", y cada uno firmara como uno de los personajes de este juego. Yo el cruzado, Malvador el trovador, Fornidson el leproso (por alguna razón, porque hasta donde sé no tiene la lepra)...

Juegazo

Supongo que hicimos bien en no seguir por ese camino, pese al auténtico pepino de juego que es el Darkest Dungeon. No obstante, su influencia es alargada, y estoy dispuesto a defender que tiene coincidencias que van más allá de lo tangencial con otro juego enorme que marcó época, como es Mordheim.

Que es, en realidad, de lo que he venido a hablar. Esta es una de esas entradas en las que iba a explicar algo en la correspondiente a la escalada del mes, pero me iba a quedar tan largo que he decidido hacerlo en su entrada propia. Y es que he estado rematando una banda de no muertos para Mordheim, cosa en realidad fácil de hacer cuando ya tienes un ejército entero de no muertos, salvo por un pequeño detalle: los despojos.

No envidio el trabajo que debió tener Pirinen a la hora de diseñar una banda de no muertos para Mordheim. Por ambientación y narrativa eran totalmente necesarios, y de hecho en el Trasfondo se mencionó posteriormente que Vlad Von Carstein pudo comenzar las guerras de los vampiros en 2010 gracias a toda la piedra bruja que fue recogiendo de Mordheim desde 1999. Además, queda narrativamente gracioso vivir en un momento en que todavía "no se sabía" que Vlad Von Carstein era un vampiro. No obstante, no es menos cierto que Mordheim es lo que es gracias a su sistema de progresión de las bandas, en el cual la experiencia cumple un papel fundamental... pero claro, no puedes aprender nuevos trucos cuando estás muerto.

Entre todos no suman un cerebro

La solución que encontró Pirinen para hacer una banda de no muertos donde la gente estuviera viva y pudiera ganar experiencia me pareció muy acertada y elegante: ya no solo por los necrófagos, que también, sino por la idea de los despojos. Es una idea que encaja perfectamente en la narrativa clásica de los vampiros, con sirvientes fanáticamente leales a su señor inmortal que hacen las cosas que ellos no pueden hacer y actúan como extensión de su voluntad para que él no tenga que llamar la atención. 

Pero, al igual que me pasa con los necrófagos, es un concepto que me encanta junto con una ejecución que no me termina de convencer. En este caso, las miniaturas que se hicieron en su día para los despojos no me parecen tan aberrantes como las que existen para los necrófagos (sobre todo los actuales), pero no me terminan de convencer. Quizá no tanto las miniaturas en sí como tener tres tipos básicamente iguales, lo cual va un poco en contra de la gran personalización que caracteriza las bandas de Mordheim, o a los héroes al menos. 

Solventé en cierta forma este problema en la Segunda Era de Mordheim reinventando el concepto del despojo. En aquella ocasión, yo llevaba no muertos, pero narrativamente eran dos bandas en una: teníamos por un lado a un vampiro Dragón Sangriento con su escudero, que era el primero de los tres despojos, y luego a una nigromante (a la que el vampiro había sometido) junto con sus dos aprendices, que eran otros dos despojos a los que cambié las habilidades de fuerza por académicas, representando que la nigromante les enseñaba a recolectar ingredientes, preparar pociones y demás cosas de brujas. Esas dos despojos eran Helena, quien moriría junto a su maestra a manos de los cazadores de brujas, y su hermana melliza Chantal, quien no necesita demasiada presentación para quien siga habitualmente el blog.

Chantal es ciertamente un despojo, pero en su moralidad. En lo físico es otra historia.

Ahora estoy rehaciendo una banda de no muertos, esta vez de corte un poco más clásico con el vampiro siendo un Von Carstein y demás... para lo cual, en puridad, me estoy limitando a reaprovechar lo que ya tengo para no muertos y la "expansión" para los condes vampiro (expansión consistente en pintar tres vampiros). El único punto en que no hay solapamiento, y por tanto tengo que pintar miniaturas nuevas expresamente para ello, es precisamente en los despojos, y esto es lo que he hecho.

He tirado de Reaper, que es el amigo por excelencia del friki, y concretamente por miniaturas de su ambientación de Dreadmere. No tengo ni idea de lo que es esto, tampoco me he preocupado en buscar demasiado, pero creo que comparte una cierta similitud con Mordheim en el sentido de "ciudad perdida/condenada", en este caso una ciudad que se hundió bajo los pantanos y ahora ha retornado, o algo así. Sea como sea, son miniaturas de una fantasía un poco más oscura, adecuada para Mordheim, aunque también es verdad que no son tan medievales como posteriores, con una estética un poco más tirando a siglo XVIII quizá (como las que ha ido sacando GW para Ulfenkarn y demás). Bueno, es más o menos aceptable.

Mi intención ha sido dar a cada despojo una personalidad diferente, representando arquetipos que pueden tener una razón para estar cerca de los no muertos en general y los vampiros en particular. Esta cercanía puede ser voluntaria o no, pero lo cierto es que, por así decirlo, se moverían en ambientes parecidos y por tanto serían susceptibles a acabar trabajando con un vampiro, sea en régimen de colaboración o directamente de esclavitud. 

Johann el Condenado

Los monjes, como los vampiros, también están preocupados por la vida más allá de la muerte. En el caso de los monjes, en el mundo de fantasía de Warhammer y en general en cualquiera en que exista la nigromancia, lo que buscan es precisamente evitar que esa vida en el más allá pueda ser interrumpida por una existencia paródica en el más acá, por lo que son enemigos naturales de los vampiros y los nigromantes. Pero estar demasiado cerca de la muerte nunca es bueno, y quizá algún monje pueda corromperse buscando evitar el destino que ha visto sufrir a tantas personas, o sea sometido contra su voluntad por alguien más fuerte...

Esta miniatura de hecho se vende como "Dreadmere wight", de lo que se deduce que está muerto. Su apariencia, sin duda, es particular, pero puede ser la de alguien vivo o medio vivo... suficiente, en todo caso, como para ser un despojo y tener cierta personalidad como para ganar experiencia. Por lo demás, es simple, es molona, y tiene una pose bastante amenazadora. Es muy apropiada.

Lucrecia, la ladrona de tumbas

Cuando he comenzado el artículo hablando del Darkest Dungeon, es por esta miniatura. Salió (como la de Johann) en el Kickstarter de Bones IV, el cual, si mal no recuerdo, comenzó en agosto de 2017... lo cual es, de nuevo si no me falla la memoria, 18 meses después de la salida del Darkest Dungeon. ¿Está esta ladrona de tumbas, con esa cartera tan llamativa, inspirada en la asaltatumbas del Darkest Dungeon con una cartera similar? No tengo pruebas de ello, pero no me sorprendería demasiado.

Incluso si no es así, en mi caso efectivamente cumple esa función, homenajeando a este personaje que tantas alegrías me ha dado en el juego. Es una lástima que no pueda tener cuchillos arrojadizos, pero he intentado personalizarla todo lo posible en reglas, como se verá cuando toque.

Lorenz el Doctor

Hace cosa de un año presenté una miniatura simplemente sublime en mi opinión, una ganga de 4 euros de Black Scorpion pero que contaba una historia terrible y conmovedora. La mini se la regalé al colega Broltimer, médico en la vida real. De nuevo, los médicos son gente que, quien más o quien menos, también rondan la muerte en su profesión, y aunque la mayoría tratan de evitarla, unos cuantos pueden aliarse con ella (te estoy mirando, Mengele)

En este caso la miniatura también es un homenaje al Darkest Dungeon, aunque se diferencia de las anteriores en que no es de la gama de Dreadmere, sino de los Dungeon Dwellers que sacó Reaper en el Kickstarter de Bones 5. ¿Es un nuevo guiño al Darkest Dungeon por parte de la empresa texana? Ni lo sé ni me importa, en mi caso sí que lo es.

Pues hasta aquí los tres despojos de la banda de no muertos. Tienen el problema de venir con una base incorporada muy amplia y ovalada, los puse sobre una peana cuadrada pero quedaban fatal, y no me atrevo a cortarlos. Pero vamos, ni tan mal. Tampoco es grave. Probablemente tendréis ocasión de verlos pronto en acción, tengo planes para usarlos y hacer el mal con ellos.

¡Hasta entonces!

2 comentarios:

  1. Me ha encantado pensar que sois el trovador, el cruzado y el leproso. Ojo que también mola un huevo.
    Los No muertos representaban el terror más clásico eran importantísimos en Mordheim y más con los Von Carstein siendo “buenos”
    Me gustan tus despojos. Mordheim tuvo una gama muy interesante y que marcó un punto de inflexión, pero los despojos no son sus mejores modelos.
    Deseando verlos en acción.
    Un saludo.

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    1. Veo que sois un hombre de cultura (cosa que ya sabía, pero si entre nuestras opiniones compartidas está el Darkest Dungeon también, tanto más)

      ¡Muchísimas gracias! Creo que han quedado decentes y, sobre todo, me permite reciclar cosas de la montaña de movidas, así que son un 2x1. Pronto los verás en acción...recibiendo disparos y martillazos, la vida del despojo es dura.

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