Saludos a todos, damas y caballeros.
Las entradas sobre el Proyecto Imperio suelen ir espaciadas por varios meses, que es el ritmo al que voy avanzando con ello desde que lo comencé allá por abril de 2020. Debo decir que es el ejército del que más satisfacción estoy obteniendo, con mucha diferencia, de los varios que llevo ya terminados desde que comenzamos con el Troglablog. En este caso, pese a haber publicado una entrada hace dos días, viene hoy una segunda que es una especie de segunda parte de lo anterior.
En esa entrada hablé de cómo me planteaba coleccionar el ejército a partir de ahora, no ya a través de secciones de 500 puntos como había hecho hasta ahora, sino mediante el sistema de batallones, que descubrí en un artículo de estrategia y me parece interesante aplicarlo también al coleccionismo. La idea está explicada con detalle en esa entrada, pero en esencia supone estructurar el ejército en una serie de unidades que trabajan coordinadamente para favorecer la victoria de la unidad nuclear del batallón.
Así que lo que viene ahora es cómo aplicar esta idea como mínimo al próximo batallón, el que sería el batallón estaliano.
Ojo: pequeño off-topic patriótico
Mi opinión impopular es que España es un país extraordinario. Me conozco lo suficiente como para saber que tengo una cierta tendencia al optimismo y a minimizar los defectos de aquello que me gusta, y no ignoro que España tiene muchos problemas, empezando por una casta política que hace buena al Consejo de los Trece y siguiendo por una parte importante de ciudadanos ultraideologizados que sostienen a esos inútiles a un lado y a otro del espectro político. Podríamos estar hablando de los males de España durante días y no terminaríamos.
Pero, pese a todo ello, España es un país extraordinario. El simple hecho de que seamos una nación suficientemente funcional como para pertenecer al Primer Mundo pese a la panda de sanguijuelas que tenemos en innumerables organismos públicos es, en sí mismo, una gran victoria. Nuestros médicos, militares, policías, profesores, etc... trabajan en condiciones mucho peores que las de otros países, cobrando menos, y sacan adelante las cosas de forma heroica. Tenemos a mucha gente muy buena dando lo mejor de sí misma, en lo público y en lo privado, tanto dentro del país como fuera.
Y tenemos Granada |
Y todo eso, encima, sufriendo bajo el peso de un absurdo complejo de inferioridad que los países nórdicos se han encargado de fomentar y nosotros como subnormales nos hemos tragado, y que solo sirve para que ellos puedan romper las normas que nos imponen a nosotros. Cuando Alemania rompió el Pacto por la Estabilidad y el Crecimiento para inundar Alemania Oriental de subvenciones no pasó nada, pero cuando lo rompió Grecia solo les faltó invadirla. Y esa doble moral solo sirve porque nosotros nos la tragamos, en vez de exigir igualdad de trato.
Volvemos a los moñecos
Perdonad el off-topic, pero a veces hay que dejar salir estas cosas. Creo que España no es ni mucho menos un país perfecto, pero sí ha sido y es, en muchos aspectos, un país suficientemente heroico como para sentirse orgulloso de pertenecer a él. Y, en el mundo de Warhammer, España es Estalia, así que un cierto toque estaliano en el ejército es algo que me gustaría ver.
En cierta forma, ya he ido plantando las semillas para justificar la presencia estaliana en el ejército. Como he dicho en varias ocasiones, una de las razones por las que me gusta tanto el Imperio es porque el Renacimiento es mi época histórica preferida, y era un mundo bastante cosmopolita, por lo menos a cierto nivel y sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones tecnológicas de la época. Así, la familia Wallenstein, que es la que representa a mi ejército narrativamente, es una familia imperial pero con ramificaciones en Estalia y Tilea, de la misma forma que en el Renacimiento había familias con varias ramas repartidas en varios territorios europeos (los Austria sin ir más lejos). Y eso justifica también armarse un ejército con imperiales, estalianos y tileanos, de la misma forma en que había ejércitos absolutamente internacionales en el Renacimiento con castellanos, valones, italianos, irlandeses...
En relación con esto, también tenía la intención, como expliqué en esta entrada, de hacer que el ejército imperial fuera un 2x1: Imperio y mercenarios, pudiendo usar los primeros cuando jugara con los Wallenstein del Imperio y con los segundos cuando jugara con los Wallenstein de Tilea y Estalia. Además, hay muchas unidades que son intercambiables, con lo que realmente no necesitaría una colección separada sino que, haciendo pequeños ajustes, podría convertir un ejército imperial en uno mercenario y viceversa.
Bien, esto es la justificación de incluir miniaturas que tengan un corte más estaliano en la colección, formando con ellas, en la medida de lo posible, un batallón estaliano. Ahora viene la cuestión de cómo pretendo hacerlo, para lo cual tengo dos opciones.
Opción A: piqueros (lanceros)
Hace poco heredé de Pirro de Épiro una montaña de movidas, por ponerlo en sus propios términos. De entre ellas, destacaron inmediatamente estos cinco socios de Gamezone junto a un blister con tres de ellos, para un total de ocho. Es una pena que la empresa hiciera lo que es conocido por todos, de no haberse metido en ese follón seguramente les habría ido mejor, porque lo que son sus diseños y miniaturas tenían muy buena pinta.
No sé si será fácil conseguir más o no, creo que la empresa como tal sigue vendiendo, aunque dado su historial reciente inspira poca confianza y pocas ganas. En todo caso se podrían complementar con otros piqueros de Warhammer que haya por ahí, especialmente con la Legión Perdida.
Esta opción tendría una desventaja, que es que ya tengo una unidad de lanceros, que sería como los usaría en un ejército imperial. Sin embargo, en un ejército mercenario sí que serían, indudablemente, piqueros, y no puede haber ejército mercenario ni estaliano que se precie sin piqueros, con lo que eso es un punto a su favor.
Opción B: espadachines
En su día me hice con estos socios, modelos de cuarta o puede incluso que tercera hechos para el Imperio, no para mercenarios. Es un detalle llamativo, son claramente españoles, así que debía haber alguien en GW que también fuera amante del Renacimiento en su momento. Mi intención era usarlos como duelistas en un ejército mercenario, y eso sigue siendo una opción, pero con unos pocos más y un grupo de mando podría hacer una unidad de espadachines.
Los espadachines son una unidad que puede ser bastante molona como unidad principal en el batallón estaliano. Tienen HA4, lo que ya hace que vayan a ser impactados a 4+ salvo por las tropas más habilidosas, y una salvación que se puede poner en 3+ con armaduras pesadas, así que, paradójicamente, seguramente sean la tropa básica que más daño aguanta del Imperio.
Dado que ya tengo lanceros en mi ejército imperial, pero no espadachines, es muy probable que opte por esta segunda opción. En realidad la decisión no es sobre qué voy a hacer y qué no, sino sobre qué voy a hacer antes. Eventualmente compraré y pintaré ambas unidades. Ahora lo que tengo que hacer es buscar más modelos, iguales o compatibles, para lo cual tengo siempre esta caja en la recámara.
Me encanta. Yo creo que me la compraría igualmente incluso si no tuviera un ejército imperial. Tengo que ver cómo encaja con miniaturas de Warhammer, no en vano la escala y sobre todo las proporciones de histórico son algo diferentes de las de fantasía, pero por lo que he visto en internet es aceptablemente homologable y, si no me convenciera visto en mano, no creo que me doliera demasiado gastarme el dinero en esa caja.
Lo bueno, además, es que son 24 miniaturas, lo que me vendría bien para completar las unidades principales y hacer un destacamento. O bien saco 10 ballesteros/arcabuceros de ahí, o bien los saco de ballesteros de la Legión Perdida si se ponen a tiro, que son unos miniaturones.
En cuanto a la unidad de choque, necesito una segunda unidad de caballería en el ejército, y este batallón puede ser una buena oportunidad para conseguirlo. Podría simplemente usar caballería imperial, la verdad es que es suficientemente genérica renacentista y queda muy bien. Incluso podría pintarlos con los colores del Sol Llameante, justificando así su presencia en el batallón estaliano, aunque casi todo mi ejército es adorador de Myrmidia. Pero, puestos a personalizar, es bastante probable que copie a Chernov una idea que tuvo y que me parece sublime, que es usar caballeros de Voland con escudos de corte más español. Si se me ponen a tiro, casi con total seguridad lo haré.
Pero liderados, no por Voland, sino por el Quijote |
En cuanto a los hostigadores, creo que les quedaría bien la unidad de milicia aventurera que tramé hace unos meses. Mi idea es formarla con miniaturas de bandidos, duelistas, aventureros... gente que responda al perfil de un Íñigo Montoya de la vida. Es una unidad que tengo que planificar con detalle pero que creo que va a quedar bien.
Le cambio el laúd por una guitarra española y lo peto |
Finalmente, en cuanto al personaje de apoyo, lo cierto es que lo que más le pega a este batallón es o bien una sacerdotisa de Myrmidia o bien un hechicero de la luz. Tengo de ambos, aunque es verdad que el hechicero es bastante genérico. Incluso mi portaestandarte de batalla es estaliano, pues no deja de ser un modelo de Gamezone. Así que probablemente pintaré otro héroe de apoyo y lo asignaré a otro batallón, total. O quizá busque una miniatura para una nueva sacerdotisa de Myrmidia, alguien con un toque más clásico, griego o romano... aunque podría cortar un poco el rollo renacentista en realidad. Tengo que pensarlo.
Pues esto es todo lo que tengo tramado para continuar el Proyecto Imperio. Aún me quedan algunas cosillas de batallones previos, más puramente imperiales, pero las iré compaginando, y confío en que pronto podáis ver unos buenos estalianos por ahí acompañando a las tropas de los Wallenstein.
¡Hasta entonces!
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