Saludos a todos, damas y caballeros.
Seguimos avanzando en la campaña "El Reposo de los Muertos" y os traemos el informe de batalla del segundo escenario, "La Defensa de Califaux". Al igual que lo hicimos en la anterior ocasión, el informe está escrito a dos manos: yo me he encargado de la parte referente a los No Muertos y Helios de lo relativo a Bretonia.
El escenario tenía la particularidad de que los bretonianos tenían superioridad mágica, dado que la abadesa que defiende Califaux era una hechicera de nivel 4, mientras que los no muertos solo podían llevar un único personaje, que sería una nigromante de nivel 2. Esto se hizo notar, como se verá a lo largo del informe, pese a lo cual la partida fue entretenida... Siempre es un lujo juntar dos ejércitos completamente pintados en una batalla narrativa. Espero que vosotros también lo disfrutéis.
- Canonesa Leonor de la Justa Venganza: Profetisa de la Dama (Saber de los Cielos), nivel 4, piedra de energía, pergamino de dispersión, corcel bretoniano. 285 puntos.
- Guardias de la Abadía: 20 hombres de armas, grupo de mando completo. 127 puntos.
- Arqueros de la Guardia: 10 arqueros campesinos. 60 puntos.
- Dragones de Talis: 9 caballeros del Reino, grupo de mando completo. 240 puntos.
- Exploradores: 10 arqueros campesinos hostigadores. 70 puntos.
- Partida de Caza: 6 caballeros del Reino, músico y líder. 152 puntos.
- Cruzados de Carranza: 9 caballeros andantes, grupo de mando completo. 232 puntos.
- Jinetes Kitay: 5 hombres de armas a caballo, músico. 82 puntos.
(Esta lista de ejército no cumple estrictamente con las condiciones del escenario, pero en realidad Helios no podría haber hecho otra lista con la colección que tenía, así que no le dimos mayor trascendencia)
Lista de ejército No Muertos
- Carol, la Dama de la Sangre: nigromante, nivel 2, familiar hechicero, gema vampírica. 140 puntos.
- La Legión Eterna: 34 esqueletos con lanzas, grupo de mando completo. 331 puntos.
- Las Bestias de la Noche: 5 lobos espectrales, gran lobo espectral. 60 puntos.
- Aullidos Espectrales: 5 lobos espectrales, gran lobo espectral. 60 puntos.
- Los Desposeídos: 10 necrófagos, roehuesos. 90 puntos.
- Los subyugados: 10 necrófagos, roehuesos. 90 puntos.
- Los Custodios del Secreto: 15 tumularios, escudos, grupo de mando completo, Estandarte de los Túmulos. 270 puntos.
- La Orden de la Rosa Eterna: 5 caballeros tumularios, bardas, grupo de mando completo, Estandarte de los Lamentos. 205 puntos.
Despliegue Fuerzas de Justicia de Califaux
De nuevo me tocaba desplegar sin saber en qué forma atacarían los no muertos. Por ello decidí en un principio defender ambos objetivos, aunque con importantes diferencias. Alrededor de la abadía situé a los arqueros y hombres de armas. Los primeros debían aprovechar el tiro franco que tenían en su amplio arco de visión. Con los segundos pretendía aportar masa y filas a los combates que sin duda se me vendrían encima. Para presentar una amenaza más seria, pues era el elemento que quería defender principalmente (supongo que quedaba mejor con la historia), puse ahí también a la unidad grande de caballeros del reino. El lago quedó a cargo de mis tropas más móviles: los jinetes kitay, la unidad pequeña de caballeros del reino y los cazadores para vigilar que por el bosque y el paso de la derecha no se colaran hostigadores o tropas ligeras. Finalmente, los caballeros andantes se situaron también en esa área de despliegue, pero en la parte más a la izquierda para que pudieran dirigirse hacia la zona de la abadía si era necesario.
Despliegue Hueste del Culto de la Carne Inmortal
Visto el despliegue de los bretonianos, decidí concentrarme en uno de los dos objetivos, concretamente en la Abadía como tal, por encontrarse por allí Leonor. Mis experiencias jugando contra bretonianos me han hecho darme cuenta de que prácticamente no hay nada en mi ejército que pueda matarlos de forma fiable, así que confiaba más en mis posibilidades de matar o hacer huir a Leonor y ganar la batalla de esa forma. A tal efecto puse las unidades más potentes (los caballeros tumularios y los tumularios a pie) como fuerza de choque en el flanco derecho, mientras que la macrounidad de 34 esqueletos cubría la aproximación de los caballeros andantes, y lobos y necrófagos buscaban estorbar a los caballeros desplegados cerca del lago para que no pudieran llegar a auxiliar a Leonor.
Turno 1 Hueste No Muerta
Carol divisó en la lejanía la esbelta silueta de Leonor de la Justa Venganza, la abadesa de Califaux, y pudo comprobar que era tan bella como se decía. Excitada ante esta visión y ante el pensamiento de lo que podría hacer con ella si la capturaba, mandó a su hueste que avanzara. Los tumularios deberían llevar el peso de la batalla, mientras que, con suerte, los esqueletos y los cultistas podrían tardar el tiempo suficiente en morir bajo las pezuñas de los caballos bretonianos, dándole tiempo suficiente para cumplir su perverso plan.
Sin embargo, se vio obligada a reconocer que la damisela no sólo era hermosa: también era una hechicera muy capaz, lo cual, unido al aura de santidad de Califaux, hacía que su dominio de la nigromancia se desvaneciera. Sabía que sería muy difícil burlar las defensas mágicas de la bretoniana y del propio lugar, por lo que decidió ahorrar fuerzas para cuando fuera el momento propicio.
Mi primer turno se limitó a avanzar con todo el ejército. Lo más destacado fue mover a los necrófagos a través del bosque, aprovechando que son hostigadores y confiando en que eso les ahorrara unos cuantos disparos gracias a la cobertura.
No lancé magia porque Carol, mi nigromante, había obtenido los hechizos Invocación de Nehek, Mano de Polvo y Vigor Antinatural (tenía un familiar hechicero). Los dos últimos no se iban a aplicar y con el primero podía haber invocado unos zombis para amenazar a Leonor, pero siendo ella una hechicera de nivel 4 probablemente lo dispersaría y yo podía disfuncionar y matar a mi única nigromante, con lo que preferí no jugármela.
Turno 1 Fuerzas de Califaux
Las lanzas oxidadas y los estandartes malditos de los muertos comenzaron a aparecer en el horizonte despejado frente a la abadía. Leonor observó la línea de batalla con su duro rostro. Era su deber proteger los lugares sagrados de la Dama del Lago y castigar al conjurador responsable de aquello. A un gesto suyo un abanderado junto a ella comenzó a bailar unos estandartes. Reaccionando, sir Talis el Despojado alzó su mano y ordenó firme a sus caballeros del Reino: “avanzad rodeando el lago”.
"¡Arqueros!"
Se escuchó gritar en otro lado. Los campesinos tensaron sus arcos y a la orden de fuego descargaron sus salvas sobre las bestias malditas más veloces, que se les echaban encima.
En mi primer turno puse en marcha las móviles unidades en torno al lago. Los jinetes kitay se movieron para tener a tiro a los lobos espectrales frente a ellos. La unidad pequeña de caballeros del reino avanzó reposicionándose un poco para preparar futuros combates. Los cazadores reaccionaron posicionándose próximos al linde del bosque, para ayudar contra los necrófagos que pululaban por allí. En el otro lado, los hombres de armas avanzaron un poco hasta quedar paralelos al muro del portón de la abadía, preparados para amenazar o recibir a los enemigos que se aproximaran por allí. Viendo que la carga fuerte de la batalla iba a estar en efecto en torno a la abadía, moví un poco los andantes para apoyar cuando hiciera falta con una carga hacia ese lado.
Mi superioridad mágica se hizo patente desde el primer turno (¡una experiencia realmente nueva jugando contra no muertos!). Y tanto o más como que pudiera lanzar mejor mis hechizos, influía el hecho de que Carol tuviera más posibilidades de disfuncionar que de lograr lanzar un hechizo que no fuera dispersado. Entre la fase de magia y los disparos certeros de mis unidades con arcos ambos grupos de lobos infernales quedaron reducidas a la mínima expresión.
Turno 2 Hueste No Muerta
Las tropas más rápidas de su ejército estaban ya en disposición de cargar, y Carol ordenó que así lo hicieran. Pese a haber perdido algunos de ellos a manos de los arqueros, los lobos eran prescindibles, y la tileana los lanzó contra sus enemigos para que mataran lo que pudieran antes de que irremediablemente se desvaneciera la impía magia que los sostenía. Los caballeros tumularios, por su parte, cargaron contra una formación de campesinos que se debatían entre su lealtad y su miedo, aferrando con fuerza sus armas como si éstas pudieran protegerles del horror.
Lamentablemente, la carga de sus caballeros fue bastante decepcionante, y los campesinos se mantuvieron en su puesto. Lo mismo sucedió con los lobos, quienes de hecho, tal y como había previsto, escaparon de su control y se convirtieron en una pila de huesos inanimados. El primer choque no se desarrollaba como había esperado…
Los lobos habían quedado dañados por los acertados disparos de los bretonianos, pese a lo cual cargué con ellos porque total, tampoco podían hacer otra cosa. Los dos lobos del flanco izquierdo cargaron contra los caballeros confiando en tener suerte y poder matar al menos a uno, mientras que el solitario lobo que quedaba en el centro cargó a los arqueros. Quizá debí haber apoyado esta carga con los tumularios para abrir un hueco cerca de Leonor, pero los lancé contra los hombres de armas porque no quería tenerlos cerca si el combate en el centro se enconaba.
Eso fue un error, en parte causado por el hecho de que pensaba que tenían un estandarte de guerra, cuando les puse el estandarte de los lamentos. Eso, combinado con una tirada bastante lamentable por parte de mis caballeros, hizo que perdiera el combate por uno. Los lobos tampoco consiguieron nada, aunque en realidad no lo esperaba. Pero las cosas ya se me empezaban a poner cuesta arriba, y eso que todavía no había recibido ni una carga de caballería…
Turno 2 Fuerzas de Califaux
Sir Ottón observaba los campos frente a él, en la zona más oriental de la batalla. Su patrulla de caza debía mantener a las amenazas ligeras que pudieran llegar hasta el Santo Lago a raya. Allí donde terminaba el bosque, vio a un grupo de salvajes bestias no muertas, similares a lobos maltrechos cuyos huesos estaban al aire. Torció la nariz y sonrió bajo su yelmo mientras dirigía a sus caballeros hacia allí y los lobos espectrales se les echaban encima. Dejó volar a su halcón y preparó la lanza. Cazaba decenas de lobos todos los inviernos. Para él no había ninguna diferencia en que estuvieran vivos o muertos, solo importaba la emoción de la cacería.
Al otro lado, la canonesa estudiaba los vientos de la magia, reuniendo la sagrada energía del lugar para neutralizar los vientos de Shyish y castigar a los muertos con sus conjuros. Entonces, percibió una gran acumulación de esencia impía. Desde su caballo pudo observar por encima de las cabezas de sus sirvientes a la nigromante que comandaba aquella fuerza. Sintió entonces el ardor de la sangre Devance corriendo por sus venas. Con un rictus lleno de furia clavó los talones y comenzó a cabalgar hacia delante mientras reunía los dones celestes con los que la Dama del Lago la había bendecido. Se detuvo frente a la línea de batalla enemiga y, con unas palabras de poder que hicieron encabritarse a su esplendorosa yegua, alzó su báculo entonando una plegaria que reunió la fuerza de los cielos para desatarlas sobre la bruja…
Junto a la abadía los hombres de armas habían aguantado resistido el empuje de los caballeros oscuros, lo cual me permitió centrar mi atención en las otras amenazas que se aproximaban. Como los lobos se habían desintegrado en su propia fase de combate, la unidad pequeña de caballeros del reino declaró carga contra los necrófagos que asomaban por el bosque, que reaccionaron huyendo y provocaron una carga fallida. Los Dragones de Talis habían ido a la carga también, contra la otra unidad de necrófagos más a la izquierda (según mi vista de la mesa). Por su parte los salvajes kitay comenzaron a rodear el bosque, buscando objetivos para sus arcos. Los caballeros andantes siguieron girando hacia la izquierda, buscando el hueco que presumiblemente les harían los del reino en el siguiente turno. En ese momento, mientras estudiaba el movimiento, me di cuenta de que Carol se había aproximado temerariamente a mi ejército sin estar rodeada de una unidad. Decidí apostar por mi superioridad mágica y moví a Leonor directamente hacia ella. Y la jugada me salió bien. Un Rayo Atronador de Uranón entró limpiamente y acabó con la nigromante, dejando las posibilidades de victoria de los no muertos muy remotas.
En la fase de combate los Dragones de Talis arrasaron con los necrófagos. Sabía que perseguirlos era condenarlos a una carga por el flanco de la gigantesca unidad de lanceros esqueletos, pero debía avanzarlos para dejar espacio a los andantes que venían por detrás, así que decidí perseguirlos igualmente, pues al menos eso dejaría la unidad de esqueletos orientada hacia el bosque, alejándolos de la abadía. En el arrasamiento toparon con la otra unidad de necrófagos que estaba en desbandada tras huir de la carga, provocando que siguieran alejándose del lugar.
Turno 3 Hueste No Muerta
Carol utilizó las últimas fuerzas que le quedaban para maldecir a la hechicera bretoniana. Conocía bien la muerte y sabía que sus heridas no se la causarían, pero su mente comenzaba a hundirse en el abismo de pesadilla que le aguardaba más allá de su consciencia. Con su último aliento ordenó a los esqueletos que no habían empezado a disolverse a que cargaran contra el flanco de los caballeros cercanos, y a los tumularios a que persiguieran a Leonor…
Y la oscuridad la abrazó por fin.
Bueno, cuando juegas con No Muertos y tu general muere, ya sabes lo que hay. Y más si es en el turno 2. No había nada que hacer, así que al menos intenté matar todos los caballeros que podía… ¡si es que podía matar a alguno!
Tumularios descomponiéndose rápidamente |
Los necrófagos no se reagruparon, pero los esqueletos tuvieron una tirada decente de desintegración y todavía quedó una buena masa para cargar a los caballeros por el flanco. Los tumularios perdieron a más gente, y ni siquiera podían marchar ya, así que los mandé contra Leonor sin esperanza alguna de que consiguieran llegar… Y menos teniendo a los andantes cerca.
El combate entre los esqueletos y los caballeros acabó sin bajas (o puede que perdiera un esqueleto, pero vamos), y los bonificadores estáticos me dieron la victoria. Dado que aún les superaba en potencia de unidad, los caballeros huyeron, pero naturalmente no pude alcanzarlos.
Turno 3 Fuerzas de Califaux
Leonor de la Justa Venganza había hecho honor a su sobrenombre. Observó el cuerpo inerte de la bruja tendido en el suelo sobre un rastro ennegrecido del que aún se disipaba un leve humo azulado. Sabía por experiencia que aquello convertía la batalla en una cuenta atrás, en la que solo debían resistir lo bastante para que la horda de muertos fuera disolviéndose por si misma. Una unidad de guardianes de los túmulos, una variedad de no muertos animados por fuerte magia impía que les daba gran poder, seguía arrastrándose en su busca. Con gesto de desprecio, se volvió y alzó la mano haciendo señales a sus abanderados. A su orden, sir Héctor arengó a los caballeros Andantes y con loas a la Dama del Lago estos se lanzaron hacia el flanco de los tumularios. Viéndolos venir, uno de ellos se adelantó al resto y señaló al de Agarón con un hacha que refulgía de maligna magia. Sir Héctor torció el gesto, tomando aquello como una burla de sus propias costumbres. Dirigió su corcel directamente hacia aquel ser que lo desafiaba y, de un tremendo mandoble, le destrozó yelmo y cráneo devolviéndolo a la tumba de la que jamás debió salir.
Los caballeros andantes cargaron contra el flanco de los tumularios para mantener a la Profetisa a salvo y romper la línea no muerta. La caballería ligera continuó su galopar rodeando el bosque en busca de objetivos, mientras que la unidad pequeña de caballeros del reino mantuvo su posición para controlar el lago. La unidad grande de caballeros se reagrupó, pero decidí dejarla orientada igualmente en la misma dirección hacia la que iba, con la intención de adentrar aún más a los lanceros esqueletos en el bosque y neutralizar así a la práctica a aquella gigantesca unidad. La magia y los disparos siguieron desgastando a un ejército nigromántico que ya se empezaba a descomponer rápidamente.
Durante la fase de combate se produjeron dos desafíos. El primero entre el campeón de los andantes y el de los tumularios se saldó con la destrucción de este último. El resto de tumularios se desintegraron casi por completo en resolución. El segundo desafío, más interesante a mi ver, se produjo entre el único miembro que quedaba de la unidad de tumularios (el campeón) contra el oficial de los hombres de armas, que vio así la forma de intentar salvar la vida de algunos de sus hombres. Como era de esperar el pobre campeón campesino no pudo acabar con su rival pero, heroicamente, logró a su vez detener todos los ataques que se dirigían hacia él, por lo que salvó la vida al desaparecer el caballero negro finalmente en la resolución (¡seguro que aquella noche no le faltarían cervezas ni taberneras con las que sus iguales lo celebrarían! Tengo que empezar a pensar un nombre para este tipo, se lo ha ganado).
Turno 4 Hueste No Muerta
Sin el sostenimiento de su líder, y gracias a la magia blanca de la Abadía, el ejército No Muerto se descomponía irremediablemente. Los caballeros bretonianos se esforzaban en destruir a los cadáveres reanimados, y los arqueros hacían caer sus flechas sobre ellos, pero el desenlace habría sido el mismo incluso sin tales esfuerzos. La Abadía se había salvado.
La cosa no daba más de sí. Los necrófagos huyeron del campo de batalla y los esqueletos, de los que cada vez quedaban menos, cargaron de nuevo a los caballeros, quienes huyeron y se pusieron lejos de su alcance.
Al terminar este turno dimos por concluida la partida, dado que el desenlace estaba más que claro. Los bretonianos se habían vengado de su derrota en Áslacon… ¡Y ahora yo tendría que vengar esta derrota!
RESULTADO: Victoria de los bretonianos.
EFECTO EN LA CAMPAÑA: El bando bretoniano podrá adquirir caballeros del Grial en el escenario final, en el que no podrá participar Carol.
Ya parecía una tarea complicada para los no muertos contra una hechicera de Nivel 4, pero al perder a la nigromante tan pronto parece que no hubo batalla. Las pocas veces que he conseguido matar al general no muerto, los malditos tumularios SIEMPRE superan los chequeos de liderazgo para evitar descomponerse... ya es mala suerte ese 12 xD
ResponderEliminarEn cuanto a los dos lobos que te quedaron y que cargaron contra los caballeros, a lo mejor hubiera sido una buena idea reservarlos y que los bretonianos les hubieran tenido que dedicar atención de nuevo en su propio turno. Podrían haber retrasado el avance de la caballería, nunca se sabe...
Jajajajajajaja... Las desgracias nunca vienen solas. La verdad es que jugar con no muertos en inferioridad mágica es una experiencia nueva... que no quiero tener que repetir xD
EliminarSí, las cargas que hice en mi turno 2 fueron todas ellas un reflejo de mi optimismo casi patológico. La carga del lobo solitario y de los caballeros tumularios tendrían que haber ido al mismo sitio (los arqueros esos... lo mismo si huyen hubiera hecho huir a Leonor por pánico). Y con los dos lobos pensé que era mejor que cargaran ellos y aspirar a cargarme a algún caballero que no ser cargados y masacrados por no poder huir, pero de nuevo, sobrestimé su capacidad ofensiva xD
Leonor no se anduvo con chiquitas.
ResponderEliminarFundió a la nigromante rápidamente y cerró la batalla. La Dama sin duda habla por ella.
Buena partida. Me gusta ver bretonianos (cosas de la nostalgia) y los No Muertos que nunca defraudan.
Un saludo
Desde luego, Leonor entró en batalla al grito de "Tonterías las justas", reventó a Carol y fuera. Espero que no me haga lo mismo en la cuarta partida porque las risas serían finas xD.
EliminarUn ejército bretoniano pintado, y más al nivel que está este, es siempre un lujo de ver. Mis habilidades pictóricas para los No Muertos no están a la altura pero bueno, por lo menos están todos pintados xD. Lo bueno de Warhammer en ese sentido, frente a juegos de bandas, es que el conjunto suele quedar mejor que la suma de las partes.