viernes, 19 de noviembre de 2021

[Informe de batalla] Muerte en el bosque: los monolitos oscuros de Modryn (II)

Saludos a todos, damas y caballeros.

Hace un par de días publiqué la primera parte del informe de batalla del segundo trimestre de Muerte en el bosque. Al ser una batalla a tres partes, pese a ser pequeña (1000 puntos por bando) estaba quedando una entrada bastante larga, con lo que preferí reservar la segunda parte de la batalla para una nueva entrada y no quemar las pestañas de quien se atreva a leer esto.

Las listas que usamos están en la entrada de la primera parte de la batalla, que he enlazado anteriormente, mientras que las reglas del escenario en cuestión están aquí. Dicho eso, continuamos.

Si recordáis, el panorama al final del tercer turno era el siguiente:

Partiendo de esta base, seguimos con la batalla.

Turno 4 elfos silvanos

El turno comenzó con buenas noticias para los asrai, dado que tanto los guardianes del bosque como las dríades se reagruparon. Sede colocó a los arqueros mirando hacia unos perros, por si a Fornidson le daba por cargarle con ellos, y colocó también a su águila entre el rebaño de cabras y las dríades para sacrificarse.

En la fase de magia, la hechicera intentó lanzar el hechizo del bosque para matar cabras del rebaño, pero sufrió una disfunción mágica que no tuvo mayores consecuencias. Por su parte, en la fase de disparo los guardianes que estaban frente a los corsarios consiguieron matar a dos más. Esos malditos elfos me estaban dando la tarde...

Turno 4 hombres bestia

Tal como era de esperar, los bestigor se lanzaron contra los arqueros una vez más, pero esta vez Fornidson no cometió el error de cargar con sus perros, quienes se escabulleron por un flanco. Por su parte, el rebaño cargó contra el águila.

Sucedió lo que estaba claro que sucedería: los bestigor machacaron a los guardianes del bosque (aunque no los mataron a todos, quedando dos con vida) mientras que el chamán, que mantenía el hechizo de la furia del oso lanzado sobre sí, se comió al águila él solo. No obstante, su objeto mágico le confería ansia de sangre, con lo que no pudo arrasar hacia las dríades. En todo caso, sí consiguió que los guardianes del bosque cercanos huyeran por pánico, con gran alivio para mis corsarios.

Turno 4 elfos oscuros

Lo tenía de miedo para cargar a los bestigors con el carro de gélidos y, presumiblemente, hacer un gran daño a una unidad que ya había perdido un tercio de sus efectivos. Por supuesto, fue el momento que eligió el carro para fallar el chequeo de estupidez, y no se estampó contra un monolito por el canto de un duro.

Visto lo visto, me dediqué simplemente a seguir avanzando con los corsarios y posicionarme con el resto del ejército para recibir a unos bestigor que claramente iban a llegar a por mí.

"¿Oye, crees que habrá alguien entre los árboles?" "No seas ridículo Yeurl, ¿qué va a haber?"

En la fase de magia no conseguí matar a ningún bestigor, pero, gracias al cristal de medianoche, hice que el chamán olvidara el hechizo de la furia del oso. Posteriormente, en disparo conseguí matar a dos bestigor. Insuficientes como para hacerles chequear por pánico, pero ya iban 7 muertos de 15 en esa unidad...

Turno 5 elfos silvanos

No queriendo enfrentarse de nuevo al rebaño, Sede decidió refugiar a sus dríades en el bosque cercano junto con la hechicera. Tenía un perverso plan en mente, como era de esperar. A su vez, los jinetes del bosque decidieron jugar al gato y el ratón con el carro de tuskgor que cubría el monolito designado para los hombres bestia.

En la fase de magia, Sede dispersó la furia del oso, con lo que Fornidson ya no podría volver a lanzarlo al haberlo olvidado por culpa de mi cristal de medianoche. Además, en un caso de muy buena suerte, consiguió lanzar dos veces el cántico de los árboles sobre ese rebaño, matando a seis cabras y haciéndoles huir por pánico, aunque no se salieron de la mesa.

En la fase de disparo, los jinetes mataron a un perro, suficiente como para hacerles chequear por pánico también y, de nuevo, hacerles huir.

Turno 5 hombres bestia

Fornidson no consiguió reagrupar a los mastines ni al rebaño de cabras con chamán dentro, el cual huyó de la mesa. Su ejército se había quedado mermado, pero seguía controlando su objetivo y, sobre todo, seguía teniendo a los bestigors...

Éstos cargaron contra los guardianes del bosque, y a la tercera fue la vencida, masacrando a los dos arqueros que quedaban y arrasando para acercarse a mis lanceros... y evitarse una carga lateral del carro de gélidos, que tampoco es cosa menor.

Turno 5 elfos oscuros

El arrasamiento de los bestigors me vino hasta bien, pues ya pude dedicarme tranquilamente a avanzar con el carro y la hechicera hacia mi monolito, cosa que no había tenido nada clara mientras estaban esas bestias en medio. Los corsarios avanzaron también, aunque lentamente, pues ya no podían marchar. 

Las fases de magia y disparo fueron muy inferiores a lo que había llevado a lo largo de la partida, pues no conseguí lanzar ningún hechizo y el único lanzavirotes que veía algo apenas consiguió matar a un bestigor

Llegados a este punto hicimos una tirada para ver si la partida terminaba, pero se jugó al menos un turno más.

Turno 6 elfos silvanos

En este turno, Sede no hizo gran cosa (mover un poco a sus jinetes), ya que, tal y como estaban las cosas, él controlaba el monolito que tenía designado. Es cierto que luego iba a ser mi turno y podía moverme para controlarlo yo (que, además, era el mismo), pero si abandonaba la protección del bosque se arriesgaba a una carga por parte de o bien mi carro o bien mis corsarios, mientras que si se quedaba quieto y esperaba a que yo me acercara, luego podría elegir dónde y cómo golpear.

La estrategia solo le saldría mal si la batalla terminaba este turno, pero tenía que asumir el riesgo...

Su magia pasó sin demasiado efecto, y así pasamos al turno de los hombres bestia.

Turno 6 hombres bestia

Fornidson no consiguió reagrupar a los mastines, y aparte de mantener el carro cerca de su monolito objetivo, lo único con lo que podía seguir haciendo daño era con los bestigors. Lo cual no era poca cosa.

Los bestigor cargaron contra mis lanceros. Yo hui, en parte porque sabía que eso solo podía terminar de una forma, y en parte porque confiaba en que mi huida situara a los bestigor formando una línea perfecta delante de mi lanzavirotes. No obstante, mis lanceros estaban poco motivados, huyeron poco, y fueron masacrados por los bestigor en la huida.

Al menos se habían quedado en una posición inmejorable para ser ensartados...

Turno 6 elfos oscuros

Moví todo lo que pude para controlar mi monolito con mi hechicera, y el que estaba justo enfrente con el carro, que se quedó un poco atrás. De este modo, si Sede salía del bosque, no podría ir a por los dos objetivos a la vez (es evidente que elegiría ir a por la hechicera, pero bueno). A su vez, los corsarios retrocedieron un poco para poder controlar el monolito de la esquina superior derecha desde mi perspectiva.

En la fase de magia intenté dañar a las dríades, pero mis hechizos no salieron o fueron dispersados por Sede, y en la fase de disparo, mientras me relamía por el pincho de cabra que iba a conseguir, tiré para impactar, obtuve el 4+ que necesitaba (por la cobertura)... y saqué un 1 al herir. Pues muy bien.

Fornidson tiró el dado para ver si la batalla continuaba y salió un 1, terminando el combate.

Aelvinith volvió de su trance de comunión con el bosque. Sabía que conectar su espíritu con el de Athel Loren traía grandes satisfacciones, pero también entrañaba grandes riesgos, pues los árboles eran antiguos, orgullosos, y cualquier mínimo fallo en la comunicación traería consecuencias desastrosas. En la Cañada Oscura, esos riesgos eran aún mayores, dada la naturaleza vengativa de sus habitantes. No obstante, no le había costado mucho convencer a los espíritus de sus árboles para que descargaran su furia sobre los malditos astados, quienes ya se encontraban huyendo junto con su corrupto chamán.

Bien, un mago enemigo menos. Eso dejaba...

Mientras volvía en sí, sintió una terrible perturbación mágica. Dirigió su mirada hacia el monolito más cercano y vio a la hechicera druchii arrodillada frente a él, completamente desnuda y haciéndose cortes rituales en las manos. La sangre que manaba de ella se ligaba de forma impura al propio monolito, como si fuera el conducto a través del cual circulaba un gran poder. Aelvinith se sorprendió. Sabía que sus primos oscuros estaban locos, pero no esperaba que su hechicera estuviera dispuesta a usar un poder tan puro de forma tan salvaje.

En todo caso, sabía que esa profanación traería consecuencias, y que la druchii no sería perdonada por ella.

Imagen de Thea Dumitriu

Llegados el momento de hacer el recuento de PV, los silvanos de Sede eran los que más habían matado, pero no controlaban ningún monolito. Después venía Fornidson, quien además controlaba su monolito propio y uno más. El que menos PV convencionales había conseguido era yo, pero controlaba tres de los seis monolitos, de los cuales, además, uno era mi objetivo designado.

Resultado de la batalla: empate entre hombres bestia y elfos oscuros

En conclusión, una batalla interesantísima, en que podía haber ganado cualquiera de los tres. Los silvanos de Sede mataron bastante y, si la batalla hubiera durado un turno más, probablemente habrían obtenido su monolito, ganando sin problema. Fornidson consiguió sacar el máximo partido de lo que le quedaba a su ejército, y si el rebaño que apareció en mi zona no hubiera huido a las primeras de cambio podría haber hecho un daño tremendo. Y yo pues bueno, tuve suerte de que la batalla terminara justo en ese turno, pues de haber terminado un turno antes o después seguramente habría perdido.

Por todo ello, una forma muy sexy de seguir con nuestra campaña/escalada, que aunque vaya con retraso está dejando momentos tan memorables como la de 2020. Esperemos no tardar mucho en jugar la del tercer trimestre, la traeremos en cuanto la juguemos.

Hasta entonces!


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